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Daniel Solano: su desaparición, y el cambio de una sociedad

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A un año de la desaparición de Daniel Solano el valle medio de Río Negro no es el mismo. “Hubo un cambio radical” asegura Claudia Michelena, habitante de Lamarque y miembro de la comisión de apoyo a la familia del joven desaparecido. La investigación que trazó el abogado Sergio Heredia – y que la Cámara acaba de reconocer procesando a 7 policías que se encuentran detenidos- y la apropiación del caso que hicieron algunos de los habitantes del valle permitieron poner en discusión tabúes como la violencia policial, la impunidad judicial y de los empresarios de la noche, y hasta las condiciones a las que son sometidos los peones frutícolas en las cosechas sureñas. Uno de sus resultados más concretos comenzó hace un mes con una serie de auditorías en los juzgados de Choele Choel donde se encontraron – al menos- 98 denuncias por apremios ilegales sin curso desde hace años: todas pertenecían a la misma jueza Bosco que tomó la causa de Daniel en primera instancia y luego fue desplazada por intento de encubrimiento; muchas contra los mismos policías que hoy están presos por la desaparición de Daniel Solano.
Daniel Solano: su desaparición, y el cambio de una sociedad
In-Comunicadores
Daniel tenía 25 años al desaparecer, y viajaba desde Tartagal a Choele Choel durante la temporada de cosecha como trabajador de los llamados “golondrina”. La empresa quiso cooptarlo ya que era un referente entre sus compañeros, que empezaban a cuestionar las condiciones de trabajo, salario en negro, y cobros mucho menores que los pactados. Se supone que allí está el origen de la situación por la cual lo pusieron en la mira, forma de disciplinar también al resto.
El trabajo de estos meses ha ido cambiando entonces el modo de pensar de la propia sociedad local. “Se desnaturalizó la cuestión de que los policías que trabajan de seguridad pueden golpear a los jóvenes y abandonarlos en la calle si el dueño del boliche lo dice; se puso en evidencia la impunidad de esos señores de la noche, la impunidad con la que operan los policías golpeadores, la vigencia de discursos nefastos sobre ‘algo habrá hecho’, ‘si no hay cuerpo, no hay delito’ y todos los que se te puedan ocurrir”, cuenta Michelena a lavaca como resultado de la reacción social en el valle.
Atrás quedaron las marchas a favor de los policías involucrados y de la doctora Bosco, por parte de sectores que hoy Michelena define como “muy silenciosos”, pasividad que se explica por la contundencia de las pruebas que los incriminan. “Los que más siguen fogoneando son los comunicadores sociales”, asegura.
 
Tanto el avance judicial como el trabajo de la Comisión de apoyo a la familia Solano fueron claves para esto. “En principio se salió por las escuelas con el abogado y familiares de Daniel para contar el caso, quién era Daniel, cómo llegó acá, por qué lo hacen desaparecer”, cuenta Michelena sobre la estrategia de difusión. “Esto fue genial porque muchos pibes creían que era normal que la policía te sacara a patadas de un boliche” dice sobre una de los lugares comunes que se fueron desnaturalizando.
A fuerza de marchas, charlas, actividades, pintadas, pegatinas durante un año hoy Michelena asegura que “si recorrés Choele Choel te encontrás por todos lados la imagen de Daniel. La gente no habla más que de esto” y agrega que “fue difícil, pero el consenso social se logró”.
 
Algunos resultados

  • Se prohibió que los boliches hagan fiestas utilizando a los colegios como modo convocatoria (como la noche que desaparició Daniel).
  • “Muchos jóvenes dejaron de ir a Macuba” (boliche donde desapareció Solano).
  • “Hubo jóvenes que se acercaron a la Comisión a denunciar torturas”. Un ejemplo: por un caso de un joven picaneado en mayo, ya hay 3 policías procesados.

A su vez, asume que no hubo un gran cuestionamiento a Expofrut (dueños de Agrocosecha, empresa para la que trabajaba Daniel Solano y cuyos representantes están acusados de encubrimiento) ni al municipio de Lamarque. Tampoco es clara la disolución anunciada por el gobernador del grupo BORA (Brigada de Operaciones de Rescate y Antitumulto) cuyas camionets siguen viéndoe en la callle y que actuaba como una seguridad privada para control de los trabajadores de la empresa. La gobernación anunció que el BORA será reemplazado por el Cuerpo de Operaciones Especiales y Rescate (COER). No es claro si es más de lo mismo, con otro collar.
Trata de trabajadores
El balance del abogado Sergio Heredia: “No tenemos dudas de lo que investigamos y denunciamos. Primero, que Daniel fue asesinado, no hay dudas que fue una operación planificada, que significa que hay autor ideológico porque la Cámara confirma el encubrimiento. Se acredita también este accionar delictivo judicial-policial-empresarial y ahora estamos ya habilitados para trabajar en la investigación y solicitar la imputación y procesamiento de los civiles: dueños de Agrocosecha y la gente de Macuba”.
“Pero lo más importante: el propio expediente del fiscal Brodato dictamina que estamos en presencia de trata de personas, y lo pasa al fiscal federal de trata, de apellido Colombo”. El tema de los llamados “trabajadores golondrina”, que cobran en negro y en condiciones deplorables, queda así enmarcado como delito de trata de persoas para su explotación.
Picana a los trabajadores 2007-2012
A su vez, desde hace un mes un juzgado de General Roca intervino y comenzó una serie de auditorías en la fiscalía de Choele Choel donde se encontraron 170 denuncias por apremios ilegales y ningún policía procesado desde el 2007, según explica el abogado Heredia: “Hay al menos 98 denuncias de apremios ilegales contra los trabajadores desde 2007 a 2012. Son denuncias de haber recibido golpes, patadas, voladura de dientes, quemaduras de cigarrillos, picana eléctrica, siempre por personal policial”. Estas 98 causas están en el Juzgado de Instrucción Nº 30 Choele Choel”, cuya titular es la jueza Marisa Bosco, la misma que tomó la causa de Daniel en primera instancia y fue destituida tras comprobar su participación en el encubrimiento.
El festival
El 4 noviembre último se condensaron todos estos avances en un festival que recordó a Daniel Solano a 1 año de su desaparición. Hubo una radio abierta, música, charlas y participaron familiares de otros chicos desaparecidos y muertos por la policía en Chubut y Río Negro: la familia de Otoño Uriarte, el papá de Julián Antillanca, César, Julieta Vinaya mamá de Atahualpa, entre otros. También participaron y llevaron la muestra Ningún pibe nace para chorro la artista Guillermina Guevara y el rapero Asterisco (Javier Ortega), quienes hicieron un raid por escuelas, radios y talleres que les valieron una amenaza por parte del hijo del dueño del boliche Macuba en el que desapareció Daniel Solano.
Contra impunidades como éstas se seguirá trabajando, junto a la confirmación de las penas a los policías y a la involucración de los autores ideológicos y del encubrimiento, “pero lo importante es que se han dado importantes cambios y sobre ellos trabajaremos”, asegura Michelena.
A continuación reproducimos el comunicado que sacaron desde la Comisión en denuncia de las últimas amenazas sufridas:
Choele Choel, 9 de noviembre de 2012
COMUNICADO DE PRENSA DE LA COMISIÓN SOLIDARIDAD Y APOYO A LA FAMILIA SOLANO CON RESPECTO A LA SITUACIÓN VIVIDA EL DÍA 6 DE NOVIEMBRE.
Luego de cumplirse el año de la Desaparición Forzada de Daniel Solano, Pedro Aranda, miembro de la “Comisión de Solidaridad y apoyo a la Familia Solano” junto a Javier Ortega y Guillermina Guevara, que participaron de las jornadas de los días 4 y 5 de noviembre de 2012, mientras circulaban en su auto, alrededor de las 22hs del 6 de noviembre de 2012, fueron interceptados, insultados, amenazados y perseguidos por el sujeto identificado como Lucas García, quien conducía un cuatriciclo rojo. Esta persona es el hijo del dueño de numerosos locales bailables del Valle Medio, entre ellos “Macuba Megadisco”, donde Daniel Solano fue visto por última vez con vida antes de ser retirado injustificadamente y por la fuerza por personal policial que cumplían adicionales en dicho local esa noche.
La persecución se inicio en las cercanías de las Calles Avellaneda y 25 de mayo y duro un poco más de una hora. Ahora procedemos a la crónica de este desagradable e impune acto de persecución:
Cuando Lucas García intercepta en Avellaneda y 25 de mayo, al auto de Pedro Aranda, pega su cuatriciclo al conductor y comienza a cerrar el paso del vehículo en cual se encontraban las tres personas arriba mencionadas, y empieza a insultarlos. En ese momento el miembro de la comisión le dice a sus compañeros “no lo miren” (en referencia a que tenía conocimiento de que varias veces había hecho este tipo de persecución y amenazas a diferentes miembros de la comisión ). Pedro, Javier y Guillermina prosiguieron su marcha sin mirar ni contestar a las agresiones, insultos ni provocaciones de Lucas García. Para este entonces, cada vez más, García cerraba el paso del auto de Pedro mientras que gritaba: “cagón cagón, bajate vení a pelear!! Mírenme mírenme junten huevos entre los tres y bájense cagones!!! Manga de faloperos”. Esta persecución fue a 20km por hora hasta la calle Islas Malvinas. En esa intersección el agresor sigue por la calle Avellaneda mientras que los compañeros al bajar más la velocidad y quedando atrás de García doblan por la calle Islas Malvinas. Luego se dirigen al multi rubro “El bahiano”, Pedro se baja a dialogar con la propietaria del local, los otros dos compañeros se quedan en el auto. A los pocos minutos Lucas García vuelve a parase con su cuatriciclo al lado del auto y mirando con saña a los compañeros que allí adentro se encontraban, los insulta y provoca para que se bajen a pelear tocando su cintura, por lo que los compañeros temían que García sacara un arma de fuego. Esta situación fue vista por la gente que se encontraba comprando adentro del local, tanto así como su propietaria. Allí se emitió el primer intento de comunicación con otros miembros de la comisión alertando el peligro de la reiterada persecución y la violencia de Lucas García, este llamado esta registrado a la hora 22:36hs. Cuando este sujeto se va, luego de 10min de insultos, nos dirigimos a la verdulería “La quinta” donde la compañera que estaba en el auto ve que el cuatriciclo pasa por una de las calles transversales a toda velocidad.
Nos dirigimos hacia el domicilio de Pedro, y su compañera Mercedes Pino (también miembro de la Comisión), al bajarse éste para dejarle la cena a sus hijas, aparece Lucas García nuevamente, evidenciando que conocía muy bien el domicilio de los miembros de la comisión. Los otros dos compañeros, Javier y Guillermina, se encontraban en el auto. Sufren nuevamente las agresiones e insultos de Lucas García, que se toca la cintura nuevamente como si estuviera a punto de sacar un arma. García se retira furioso, por la calle Urquiza para el lado de San Martin, luego de 15 minutos de agresiones, la compañera se baja del auto para entrar en la casa. Al instante vuelve por Urquiza en contramano y con las luces del cuatriciclo encendidas, apuntando a nuestro compañero Javier que estaba solo dentro del auto, con intención de cegarlo. Ante el griterío empiezan a salir los familiares que viven detrás de la casa de Pedro y Mercedes, Clara Grandon de Kühn y Ernesto Kühn (suegros de Pedro y padres de Mercedes) que se asustan y no saben que es lo que estaba sucediendo. Clara interpela al agresor y le pregunta qué es lo que estaba sucediendo, Lucas García responde: “Entregame al barbudo así me grita asesino como lo hizo el otro día afuera de mi bar”. Esto es en referencia a la marcha que hubo el día domingo donde más 300 personas salieron a recorrer las calles de Choele Choel pidiendo justicia por Daniel solano, y el pueblo se paso frente a una de las confiterías del padre de Lucas García cantando “Macuba compadre vos sos el responsable” (Este cántico hace alusión a la costumbre que se da en ese boliche de vender bebidas alcohólicas incluso a los menores que entran y luego mediante señalamiento de dedo se saca por portación de rostro o cualquier otro motivo por la fuerza a los varones en medio de la noche propinando golpes y demás agresiones.) En los gritos furiosos del agresor se develó que conocía la estructura familiar del miembro de la comisión y el parentesco que había entre ellos, dando evidencias de un estudio de inteligencia de su familia, lugares que frecuenta y con quien está relacionado.
El sujeto se retira cuando la señora Clara dice que va a llamar a la policía, tal cual lo demuestra la grabación de ese momento, pero para esto nadie respondió los 4 llamados al 101. En ese instante se acerca más gente alertada por los gritos.
Un grupo de compañeros se dirigen a la comisaría a hacer la denuncia pertinente. El sargento Martín Etchegaray, que está a cargo de recibir las llamadas de emergencia se contradice al responder por qué no atendió la llamada al 101, primero dirá “El teléfono nunca sonó, sino yo lo hubiera atendido” y luego al reiterarse la pregunta dice “El teléfono sonó, lo atendí pero se cortaba”.
Al instante llegan varias personas alertadas por este hecho a demostrar solidaridad con sus compañeros.
El hecho curioso es que mientras nos encontrábamos en la comisaria haciendo las denuncias, Mercedes Pino estaba esperando en la vereda, reconoce el rodado Renault Clio negro de vidrios polarizados, que primero pasa frente a la comisaría con los vidrios cerrados y en una segunda oportunidad con su vidrio bajo saludando y tocando bocina a nuestra compañera, en señal de burla, allí se confirma que era Lucas García quien manejaba el auto.
Al llegar a su casa, Pedro advierte que la certificación de las actuaciones extendida en la comisaría 8va no estaba suscripta por el Oficial Actuante, tratándose del Oficial Ayudante Martín Hueche, razón por la cual nuestro compañero vuelve a la comisaría solicitando la rúbrica correspondiente la cual se efectuó.
Pero lo más curioso aún, es que el día domingo durante la marcha Pedro Aranda no se encontraba en la marcha, teniendo como testigo de este hecho al intendente de Choele Choel Daniel Belloso.
Este hecho devela dos cosas: una es que la sociedad de Choele Choele no se calla más y quiere terminar con la impunidad de la noche, ya que el canto fue en conjunto, deseo del pueblo y no de una sola persona como quiso dar a entender Lucas García. Esto evidencia el motivo de la persecución a Pedro Aranda, ya que muchas veces se ha expuesto en los medios de comunicación y en los actos que se realizan para difusión de las actividades de la Comisión, denunciando las circunstancias que llevaron a fin la desaparición de Daniel Solano. El Valle Medio reclama por cambios profundos de las instituciones y políticas de Río Negro y no por un cambio de funcionarios que sostengan la estructura corrupta e impune de siempre.
Lo otro que se destapa es lo siguiente: ante el levantamiento del pueblo los poderosos temiendo la pérdida de su poder de sometimiento reaccionan de la manera que solo saben hacerlo: con violencia, amenazas y metiendo miedo a quienes buscan mejorar su vida y la de la sociedad en la que habitan.
Relacionamos este hecho con los disparos que los autos de integrantes de la comisión sufrieron el 29 de octubre y el 5 de noviembre de 2012, por las cuales se realizaron las denuncias correspondientes, y los peritos tomaron muestras de los impactos en los vehículos de Pedro Aranda y Ayelén Fandiño.
El día de hoy, 7 de noviembre de 2012, cuando Pedro y Mercedes estaban dirigiéndose a su trabajo y pasaron a dejar su hija a la escuela, se cruzan en la intersección de Alsina y 9 de julio, con el abogado de la familia García, Dr. Eduardo Antonelli, quien los mira intimidatoriamente. Cuando cambia el semáforo la familia continúa la marcha hasta la escuela 10, donde la niña se baja y al mirar por el espejo retrovisor, advierten que el Dr. Antonelli sigue en la posición en la que lo vieron mirando en la misma actitud intimidatoria hasta que el auto dobló en la calle Pacheco.
Dejamos constancia que ante cualquier atentado, daño, o si se llega a ver lesionado de alguna manera tanto la integridad física o bienes materiales de Pedro Aranda, Mercedes Pino, o alguno de los miembros de la Comisión o familiares de estos, hacemos responsables a los sospechosos de participar en la desaparición forzada de Daniel Solano.
Todo lo relatado arriba consta en el Acta de Denuncia Penal EXPTE. N° F1-9333-12.-
No dejaremos de seguir luchando para que se sepa la verdad de lo que le paso a Daniel Solano, y que los responsables cumplan su condena: llámense policías, funcionarios públicos, negociantes, mafiosos o empresarios.
Repudiamos este hecho de persecución mafiosa y hostigamiento a militantes que con solidaridad y amor luchan por una sociedad mejor.
COMISION DE SOLIDARIDAD Y APOYO A DANIEL SOLANO INTEGRADA POR:
MERCEDES PINO DNI: 27158923
PEDRO ARANDA DNI: 32057280
CLAUDIA MICHELENA DNI: 26385839
CAROLINA ALMADA DNI: 28372283
LAURA VINAYA DNI: 25200077
MARTÍN HERNÁNDEZ DNI: 26080632
AYELÉN FANDIÑO DNI: 35079709
MARCELA TORRES DNI: 28451695
GONZALO MORANTE DNI: 30428641
MARTÍN LAMAS DNI: 25665531
CESAR ALARCON DNI: 32.309.074
RODOLFO MOLINA DNI: 22.790.185
Y LOS COMPAÑEROS QUE PARTICIPARON DE LAS JORNADAS DEL 4 Y 5 DE NOVIEMBRE:
JAVIER ORTEGA DNI 33.450.836
GUILLERMINA GUEVARA DNI 29.247.043
 
 
 

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La imagen proyectada: La Ronda en la mirada de Lina Etchesuri

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Séptima entrega del registro colaborativo de la ronda de las Madres de Plaza de Mayo, realizada por la fotógrafa de lavaca Lina Etchesuri.

Toda la producción será entregada a ambas organizaciones de Madres y al Archivo Histórico Nacional. Invitamos a quienes tengan registros de las rondas realizadas estos 40 años a que los envíen por mail a [email protected] para sumarlos a estos archivos. Esta iniciativa es totalmente autogestiva.

Ese jueves hacía 38 grados de calor pero parecían 43. El calor quemaba y picaba.

Faltaba el aire, el que había estaba caliente y la humedad pegoteaba.

El día que acompañé a la Ronda haciendo fotos para este proyecto, fui descubriendo imágenes a medida que los pasos y las sillas de ruedas daban vuelta como siempre, hace 2392 jueves.
La ronda siempre me emociona. Mucho. Las miro a las madres y veo proyectada las fotos de sus hijxs en su mirada, hacia delante, repitiendo Presente como un mantra de presencia y resistencia. Lxs veo a ellxs en imagen, mirando de frente en su juventud detenida. Veía a Elia, que ronda en silla de ruedas, con la foto de su hijo Hugo Meidan, desaparecido el 18 de febrero de 1977, hace 47 años, y pensaba si ese día hizo tanto calor, si la luz tenía esta misma inclemencia.

La imagen proyectada: La Ronda en la mirada de Lina Etchesuri

En las rondas transcurre un tiempo extraño, persistente y atemporal. Las hermanas abrazan las fotos de sus desaparecidxs, gritan sus nombres con contundencia, caminan junto a las madres, junto a nosotrxs.

Transforman el tiempo y la imagen en un futuro posible.

La imagen proyectada: La Ronda en la mirada de Lina Etchesuri

Sobre Lina

Soy Lina Etchesuri. Fotógrafa, editora y docente

Soy parte de la cooperativa Lavaca desde hace más de 12 años donde hago todo lo que me describe y más. Me hace sentir muy orgullosa y feliz.

Estudié con Filiberto Muganini en el Rojas durante los 90s. Hice la carrera de fotógrafa en la Escuela de foto y artes visuales de Avellaneda, durante el 2001 y los años siguientes. 

Me seguí formando en talleres visuales con mi querida Julieta Escardó y muchxs más.

La imagen proyectada: La Ronda en la mirada de Lina Etchesuri

Viajé haciendo fotos durante algunos años: conocí al subcomandante Marcos y le saqué una foto en la que se está riendo. Estuve en Cisjordania, Palestina, durante 3 meses, viviendo retratando la vida bajo la ocupación. 

Junto con algunas personas y amigxs fundamos MAFIA en 2012, un colectivo de fotógrafxs que sigue hasta hoy.

Coordino talleres de foto e imagen.

Soy mamá de Fermin.

Y me encanta hacer todo lo que hago.

La imagen proyectada: La Ronda en la mirada de Lina Etchesuri

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Un abrazo contra la motosierra

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Sin presupuesto actualizado (“cada 10 pesos del año pasado, hoy tenemos 2” informa el rector de la UBA) las universidades y los hospitales en “modo ahorro” deben cortar la luz, los ascensores, reducen cirugías, no tienen insumos. La imagen del Clínicas, uno de los más importantes del país: “Los pacientes se están quedando sin comida”. Hoy una gran concentración frente a ese hospital escuela simbolizó un abrazo en defensa de la salud y la educación pública, mientras el gobierno nacional juega a pelearse con las prepagas, y el de la Ciudad a subvencionar a quienes mandan a sus hijxs a colegios privados. ¿Qué pasa con lo público? ¿Cuándo comenzó el desastre? Distintas voces (directores de hospitales, rectores de universidades, trabajadorxs) relatan la realidad y los datos motosierra; la organización como única salida; y el canto “la UBA no se vende”, mientras la realidad, o los números, parecen indicar otra cosa.

Por Francisco Pandolfi

Un abrazo contra la motosierra

“Se defiende, la UBA se defiende”, fue uno de los hits / Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

Clarisa y Caetana acaban de salir de cursar dermatología. Clarisa tiene 24 años y lleva puesto un ambo azul marino. Caetana, de 23, uno verde oscuro. Son alumnas desde hace seis años de la Facultad de Medicina y hace tres caminan por los pasillos del Hospital de Clínicas, ya en la etapa de las prácticas. “Hace un rato terminamos una clase en la que no teníamos vendas”, dice Clarisa. Su compañera agrega: “El otro día, en un práctico, nos faltaba vaselina para curar las úlceras; sí, vaselina, probablemente el producto más básico y barato que se necesita”.

Alrededor de ellas hay una multitud, con ansias de visibilizar la gravedad de la situación.

Clarisa, Caetana y la marea contra el ajuste / Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

“Estamos funcionando al 30%”, comparte Marta, médica desde hace 38 años en el Clínicas.

“Los pacientes se están quedando sin comida”, cuenta Susana, auditora. 

“Soy empleado de limpieza del hospital, monotributista, trabajo cinco días por semana, siete horas por día y mi sueldo no supera los 150 mil pesos”, confiesa Diego Ruiz.

“Ya debimos reducir las cirugías y no atender a algunos pacientes”, expresa Marcelo Melo, el director del Hospital de Clínicas.

“Estamos económicamente por debajo de un 80% sobre el presupuesto que deberíamos tener. Cada 10 pesos del año pasado, hoy tenemos 2”, precisa Ricardo Gelpi, rector de la Universidad de Buenos Aires.

Un abrazo contra la motosierra

Susana Dionisio, y la esperanza que genera el juntarse / Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

Tiempos de abrazos

“La biblioteca destinada a la educación universal es más poderosa que nuestro ejército”.

José de San Martín.

Al libertador de la patria se lo homenajea con su nombre en calles y avenidas; clubes deportivos, teatros y centros culturales; plazas y parques; hospitales y universidades.

Y también en un hospital-escuela: el Hospital de Clínicas José de San Martín, dependiente de la Universidad de Buenos Aires y dedicado a tres ejes clave para el desarrollo de cualquier sociedad: la asistencia, la docencia y la investigación.

Son tiempos de clases abiertas; de paros y movilizaciones; de una marcha nacional universitaria a realizarse el próximo martes 23 de abril. Son tiempos de contar en cuántos meses y en cuántos días las universidades se quedarían sin presupuesto hasta cerrar sus puertas.

Son tiempos de abrazos.

Uno de ellos se forma con un montón de brazos, este jueves por la mañana, en la puerta del Hospital de Clínicas. Médicos, docentes y no docentes, estudiantes, le brindan un espaldarazo simbólico al Hospital de Clínicas, ubicado en el límite de los barrios porteños de Recoleta y Balvanera. Sobre la Avenida Córdoba, miles de personas se reúnen en la puerta principal para reclamar por el recorte presupuestario en todas las universidades del país, y en particular de las universidades escuelas.

Hay equipo en el Hospital de Clínicas /Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

Los cuerpos aplauden. Están vestidos con guardapolvo blanco; con ambos celestes y azules; con chaquetas bordós y verdes. De fondo, un telón negro enorme sirve de súplica para estos momentos. Es un ruego a la sociedad toda; y una exigencia, también, puertas adentro: “Defendamos la UBA”. Delante de la banderota se sostienen grandes letras blancas, hechas con cartulina, a mano, a pulmón, a necesidad de que el reclamo se vea un poco más. “La salud se defiende”, se lee, mientras se canta al unísono: “No se vende, la patria no se vende”. Minutos después, se cambia sólo una palabra: “No se vende, la UBA no se vende”.

Pero la realidad no parece indicar lo mismo. 

Problemas de fondos

Luego del abrazo, se rodea al hospital y en otra de las puertas de la institución, sobre la calle Paraguay, se lleva a cabo una conferencia de prensa. Marcelo Melo, el director del Hospital de Clínicas, va al hueso: “Ya tuvimos que optimizar los recursos, que son insuficientes; no podemos comprar insumos, ni hacer transferencias porque no hay licitaciones de presupuesto que avalen las compras. Mientras, tenemos un montón de pacientes internados”. Sigue: “Es muy difícil no usar la luz en un hospital; no usar los ascensores cuando los pacientes necesitan usarlo… Lo mismo pasa con la calefacción. El año pasado estábamos orgullosos de haber comprado y cambiado la caldera, y este año no sabemos si va a funcionar, porque el modo de ahorro va a estar en el gas, en la luz, en todo”.

Le cambia la cara. Se tensa, aún más. “Poner a un hospital en modo ahorro es una agresión al médico. Es muy difícil mi lugar, el tener que decirle a mis colegas si pueden atender o no a alguien. No estamos haciendo una buena medicina con estas cosas”.

Un abrazo contra la motosierra

Marcelo Melo y Ricardo Gelpi en conferencia de prensa /Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

A su lado está el rector de la UBA, Ricardo Gelpi, acompañado por el Secretario de Hacienda Matías Ruiz. Juntos, definen lo terrible: “La UBA tiene dos partes principales en las que se divide el presupuesto. Una es la salarial, que consume entre el 85% y el 90%; y después está el gasto de funcionamiento, que consume entre el 10 y el 15%”. Desmenuzan: “En lo salarial hubo un recorte en términos reales ajustado por inflación del 35%, lo que significa que si en noviembre un docente o un trabajador cobraba 100 pesos, hoy cobra 65”. 

Sobre los gastos para el funcionamiento: “Lo dividimos en salud y en educación. En educación este año las partidas arrancaron congeladas al presupuesto del año 2023; hubo una actualización parcial del 70% desde marzo; pero en términos interanuales eso significa un 58% de actualización, comparado con una inflación de casi un 300% interanual. Por el lado de la salud, empezamos el año sin presupuesto, ya que la partida devengada del año 2023 no había sido asignada hasta esta semana”.

Tomar la calle en defensa propia / Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

Peligro de cierre

¿La partida ya firmada –pero aún no depositada–, es un remedio? “No, para los hospitales universitarios será de la misma magnitud nominal del año pasado. O sea, no es una actualización, ni un incremento”. Subraya el rector: “Estas partidas no están ajustadas por inflación, lo que significa que sólo podrán estirar un tiempo esta situación, pero estamos lejos de estar conformes. Si se mantiene esa partida, podremos funcionar como venimos dos o tres meses más. Y después, así las cosas, la UBA cierra, porque si no hay plata, no hay plata”.

El Secretario de Hacienda suma un dato, que agudiza el cuadro: “El pago de la energía eléctrica en el último año se multiplicó por siete. Y si comparamos con febrero de este año, sólo los últimos dos meses, se multiplicó por cuatro”. Y ejemplifica con una cuenta que no cierra: “El crecimiento del gasto, sumado a las partidas congeladas, hace que crezca más rápido el gasto que tenemos la universidades y empeorando cada vez más el funcionamiento”. 

Un abrazo contra la motosierra

La educación, la salud y la ciencia, en juego; en venta / Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

“El mal funcionamiento es de hace años”

La falta de recursos no empezó en la era Milei. Marta, médica desde hace 38 abriles, describe: “El mal funcionamiento viene de años, como consecuencia de malas administraciones anteriores. Y ahora, este recorte presupuestario es el tiro de gracia”. ¿En qué se venía mal? “De 12 quirófanos funcionan 5 y hay numerosas salas cerradas; cada vez se va achicando más la estructura, deteriorando y no hay presupuesto para mantenerlo”. 

Clarisa, alumna, añade: “El edificio tiene un montón de falencias, es muchísima la cantidad de arreglos que harían falta y esto viene desde hace años. Con este recorte, el único futuro que veo es que se caigan las paredes… Me da mucho miedo e impotencia”.

Florencia trabaja hace 10 años y el amor que siente por la entidad viene de familia: “Mi mamá trabajó ahí; mis dos hijos fueron a ese jardín; le salvaron la vida dos veces a mi mejor amiga; curaron a mi papá, a mi abuela”.

Admite que el hospital “siempre tuvo pocos recursos; siempre hubo carencia de insumos”. Profundiza: “La situación no viene bien hace mucho; las personas que deben hacer el presupuesto no valoran la calidad humana ni la cantidad de atenciones que se realizan por día. El hospital siempre tuvo lo básico, y en muchas oportunidades debimos conseguir insumos por fuera, siempre tardó en llegar el material que se necesitaba”.

Carteles, ruido, sonrisas: estrategias contra el recorte / Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

Orgullo nacional 

El Hospital de Clínicas es considerado uno de los hospitales más importantes de la Argentina y de América Latina. Se fundó en 1881 y allí se realizaron varios procedimientos por primera vez. Algunos hitos que nacieron entre sus paredes que hoy yacen descascaradas: la aplicación de la insulina, el cateterismo cardíaco, las residencias médicas, las punciones de riñón, las operaciones filmadas. Dice la médica y hoy auditora Susana Dionisio: “En este hospital se formaron la mayor parte de los médicos de renombre que hay en toda la medicina prepaga”. Suma otro caso testigo: “Hay que acordarse de acontecimientos como el de la AMIA, cuando sucedió el atentado este hospital recibió a la mayoría de los heridos, y fue gracias a este hospital que se salvó a muchísima gente. Entonces, podés hacer un comité de crisis, pero si al mismo tiempo desfinanciás a la educación, está muy mal. El presidente se merece un juicio político y la oposición tiene que pararse y ser una oposición real, sino perdemos la democracia”.

Marta Cora Eliseht es médica de obstetricia del hospital de Clínicas y docente de la Facultad de Medicina. “El Clínicas es fundamental, un orgullo nacional; no sólo cumple funciones asistenciales, sino también de docencia en áreas de pregrado y postgrado; esta es la sede de infinidad de carreras. Somos especialistas en obstetricia y atendemos muchos embarazos de alto riesgo, casos que no se atienden en otros lados”. 

Un abrazo contra la motosierra

Marta es médica en el Clínicas desde hace 38 años /Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

En el hospital trabajan más de 3.200 empleados y se atienden alrededor de 365 mil personas al año. En lo educacional, cursan por año cerca de 1500 alumnos. “Hay cinco cátedras y estudiamos 300 personas promedio en cada una. Este es el hospital escuela más grande del país”, explican Clarisa y Caetana, estudiantes de medicina. 

Las palabras de Sofía, que integra la comisión interna, laten: “El hospital-escuela literalmente es el corazón de la UBA, donde se retroalimenta la ciencia, la investigación, la educación, pero sobre todas las cosas la salud pública, con todo lo que conlleva ese concepto de gratuidad e inclusión. Queremos seguir brindando la atención de calidad a los y las pacientes, pero sobre todas las cosas contar con un financiamiento que nos permita que nuestra casa, como así consideramos al hospital, siga funcionando. No queremos tener el privilegio de pisar la UBA, sino el derecho de seguir en ella”.

Un abrazo contra la motosierra

Una que pedimos (casi) todxs /Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

Un dolor inenarrable

El hit se vuelve a cambiar: “Universidad de los trabajadores, y al que no le gusta se jode se jode”, se vocifera con angustia y con firmeza, en un clamor popular que hiela la sangre. Las y los laburantes le dan magnitud al problema. La obstetra Marta Cora Eliseht dice: “En el sector no tenemos espéculos, vidrios para hacer papanicolaou, guantes, gasas, algodón, lo básico. Los profesionales de la salud estamos intentando conseguir donaciones de entidades privadas para suplir las faltas”. Sintetiza: “Estamos sufriendo un ataque artero a la universidad pública”.

Susana Dionisio es médica desde hace 49 años. Quince los trabajó en el Clínicas, donde ahora es auditora. “Sentimos un dolor que no se puede narrar. Los pacientes se están quedando sin comida y solidariamente se intenta ayudar entre sindicatos, médicos y administrativos, pero los insumos médicos no los podemos comprar. Ya se está cortando la luz a cierta hora, no se puede creer”. 

Un abrazo contra la motosierra

La potencia de Elsa Carrizo, la potencia de lo colectivo /Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

Elsa Carrizo es delegada general de la comisión interna del Hospital de Clínicas. Tiene puesto un guardapolvo blanco, que lleva el logo de la institución. Se lee: “Fundado en 1881”. Dice: “Trabajamos con obras sociales, pero es impresionante la cantidad de gente sin obra social que viene, alcanza con ver las colas que se forman a la mañana. Ya no tenemos insumos ni para el mantenimiento, ¿con qué vamos a limpiar? Hay un combo de muchísimas necesidades en el hospital”.

“Últimamente no nos estuvieron entregando secadores”, detalla Diego Ruiz, empleado de maestranza. Cobra menos de 150 mil pesos por mes y sólo el monotributo para facturar (no está en planta permanente) le cuesta alrededor de 18 mil. “Estamos en una situación de mierda, personalmente para mí es imposible llegar a fin de mes”.

Un abrazo contra la motosierra

Diego cobra menos de $150 mil por mes. Y no es una joda / Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

Tomás trabaja en el área de personal hace 5 años y es delegado de la comisión interna. “No hay paritarias y los sueldos quedan muy bajos. Tenemos poco más de 300 contratos que salen del bolsillo del hospital y son los que más corren peligro. Estamos hace un par de meses sin aumento y no hay respuesta del gobierno ni comunicación. Estamos estancados, no da para más”.

Carolina Nadal es empleada desde hace 30 años. Hoy es la jefa del departamento de Trabajo Social. “El presupuesto que se está ejecutando es el del año pasado y esto es inviable en términos de sostenimiento, de todo lo que se necesita para que funcione el hospital de manera integral. El gobierno va a tener que responder de una manera diferente a la que está respondiendo ahora. Siento mucha bronca e indignación, pero al mismo tiempo tengo la esperanza de que en las calles, con la resistencia, haya otro desenlace que no sea cerrar las puertas”.

“Cuando la patria está en peligro, todo está permitido, excepto no defenderla”.

José de San Martín.

Clases abiertas, presupuestos cerrados / Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

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Nota

Gabriel García Márquez: periodismo, ambiente, el nudo de la soledad, y las victorias sobre la muerte

Gabriel García Márquez había abierto mis ojos, neuronas y corazón sin proponérselo con sus libros y sus artículos, pero cuando por una carambola yo estaba por cumplir una especie de sueño despabilado, el de poder entrevistarlo ahí, en Cartagena de Indias, hace exactamente 30 años, me dijo: -No estoy aceptando entrevistas, porque debo escribir. Pero además, me duele una muela.

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Una muela, zapatos blancos y un charco. Un edificio llamado Máquina de escribir. Flores amarillas frente al mar, un dibujo de puño y letra. Lo narco las drogas. Su paso por Buenos Aires y la señora que venía de la verdulería. La memoria, lo real, las mujeres, el ambiente, el fin de la humanidad. El Nobel, los diluvios, las pestes, las guerras eternas. Las respuestas de la vida frente a los sordos poderes de la muerte. La cordialidad, la generosidad, el humor. Hace diez años murió Gabriel García Márquez, dicen. Lavaca publicó esta nota -estos recuerdos- aquel día, cuando se conoció la última noticia sobre ese escritor que nunca dejó de sentirse cronista, y decía que el periodismo es el mejor oficio del mundo.

Texto: Sergio Ciancaglini, lavaca.org
El señor Gabriel García Márquez había abierto mis ojos, neuronas y corazón sin proponérselo con sus libros y sus artículos, pero cuando por una carambola yo estaba por cumplir una especie de sueño despabilado, el de poder entrevistarlo ahí, en Cartagena de Indias, hace exactamente 30 años, me dijo:
-No estoy aceptando entrevistas, porque debo escribir. Pero además, me duele una muela.

Yo sabía que García Márquez había rechazado contactos con un enviado de Times, con periodistas de la televisión japonesa, y con suecos indescifrables. Un humilde cronista argentino quedaba naturalmente fuera de juego. Le respondí que lo compadecía, y que frente a un dolor de muelas no había argumento, clemencia, ni ruego que esgrimir de mi parte. Cuando me estaba despidiendo desolado, me detuvo:
-Pero a las 3 de la tarde puede ser. Voy antes al dentista, a ver si lo soluciona.
Esa historia revolotea en mi cabeza desde hoy, cuando estaba con Osvaldo Bayer grabando el programa de radio Decí Mu, y nos interrumpió el teléfono. Osvaldo atendió, dio media vuelta, anunció: “Murió García Márquez”, y me dejó alborotados los ojos, las neuronas y el corazón.
Revolotea la historia porque aquella tarde me encontré con un escritor que cambió la historia de la literatura, que había ganado el Nobel, pero que fue capaz de decirme: “Todo eso está muy bien, pero yo me siento periodista”. Quisiera contar lo que aún no he olvidado de aquel encuentro para mí inolvidable.
García Márquez volvió efectivamente a las 3 de la tarde, bajó de su Mercedes, y miró preocupado el charco oceánico que un aguacero de Cartagena de Indias, Colombia, le había instalado en la playa de estacionamiento. Llevaba zapatos blancos, pantalones blancos y guayabera blanca, como cantante de sábado televisivo. Cruzó el charco apoyándose en los tacos. Al llegar a la otra orilla nos dijo “pasen por favor” a mí y al fotógrafo, enviados por una de las autodenominadas “revistas de actualidad” a cubrir las noticias sobre un asunto entonces llamativo, letal para los colombianos e incomprensible para nosotros: el narcotráfico.
No existían los celulares ni Internet, o sea que todo esto se ubica en la prehistoria de 1984, con la carambola de estar en el charco correcto, y de que un dentista providencial había rescatado del dolor a su paciente. García Márquez nos hizo subir. El edificio tenía balcones escalonados hacia la playa: lo llamaban Máquina de escribir. El departamento tenía dos ambientes, con vista al mar, una verdadera máquina de escribir (¿Olivetti, Remington, dónde estará la revista donde publiqué la nota?). El escritorio miraba al mar. Y había flores amarillas que siempre conviene tener a mano, explicó, para ahuyentar a la mala suerte.
Me planteó que no aceptaba hablar si lo grababa o si tomaba notas. Me dijo algo más o menos así: “No me gustan los grabadores, prefiero que conversemos con libertad, y que todo dependa de tu atención. Luego tú escribirás lo que te parezca, y eso es un beneficio para mí: los periodistas me mejoran. La memoria mejora a la realidad”.

Gabo en Argentina
La publicación original de Cien años de soledad ocurrió en Argentina gracias a una editorial llamada Sudamericana, que ya no existe. Fue en mayo de 1967, plena dictadura de Juan Carlos Onganía, y el lanzamiento fue acompañado por una entrevista realizada por Ernesto Schóo, editada por Tomás Eloy Martínez y publicada en tapa por la revista Primera Plana que dirigía Jacobo Timerman.
García Márquez me contó que el éxito del libro fue inmediato. “Ahí, en Buenos Aires, empezó todo”, me dijo. Sudamericana había dispuesto editar 5.000 ejemplares, lo que para Gabo era un despropósito y el augurio de un fracaso para el libro de un desconocido escritor colombiano. Pero esa primera edición se vendió en 15 días, y la segunda fue de 10.000 ejemplares. En junio Gabo llegó a Buenos Aires. Me contó que viajó con Mercedes Barcha, su esposa: “Estábamos en un café y vimos pasar a una mujer que llevaba la bolsa de sus compras, con lechugas y tomates y Cien años de soledad”. La pareja fue al Instituto Di Tella a ver una obra de Griselda Gambaro, y el público los ovacionó de pie. Mientras él me lo contaba, todavía asombrado, yo recordaba que eran tiempos de The Beatles, revolución cubana, hippies, peronismo clandestino, rebeliones nacientes y todos los embriones de cambio, desventuras y utopías que se desplegarían en los años siguientes.
Cien años de soledad fue el libro de la época, y de varias generaciones. Tengo las dos ediciones que mis padres compraron para poder leerlo en simultáneo. Macondo era una patria. Entre la feria y la intelectualidad, miles de libros seguían vendiéndose y además se exportaban. El éxito se contagió en Europa, esto avivó el interés por otros autores (Juan Rulfo, Mario Vargas Llosa) y estalló el llamado boom de la literatura latinoamericana. “Buenos Aires fue generosa conmigo. Nunca volví. No sé por qué. Tal vez por una superstición: a un lugar donde todo fue tan perfecto, quizás convenga no volver” me dijo, o creo que me dijo, mirando el Caribe.

Periodismo, droga y entusiasmo
Aquel día de 1984 García Márquez me contó una novela que estaba intentando escribir. No tenía título. Al año siguiente la reconocí ya publicada: me había anticipado El amor en los tiempos del cólera. Pero me dijo que pese a todo se seguía sintiendo fundamentalmente un periodista. “Escribo literatura como periodismo, con método. Todos los días intento tener dos páginas listas” me dijo sobre algo que hoy habría que traducir a unos 5.000 caracteres. “Tienen que estar impecables, sin tachaduras. Y tengo un truco: siempre dejo escrito el comienzo de lo que pienso escribir al día siguiente, para que me resulte más fácil comenzar”. Pero varias veces explicó esa idea de no diferenciar ambos oficios. “La crónica es como un cuento o una novela sobre algo real”. Algo más: “Tanto en la literatura como en el periodismo hay que ganarse al lector, capturarle el interés para que se quede leyendo”.
Planteó una teoría sobre las redacciones de periódicos y revistas: para él están puestas de cabeza, invertidas. El staff de las publicaciones ubica en el rol principal a directores y jefes que engordan junto a un escritorio y editorialistas que monologan desde su propia jaula.
“Pero ese esquema debería ser exactamente a la inversa. Los cronistas son quienes cumplen la labor principal porque son los que están afuera, donde las cosas ocurren”. En vista del contexto colombiano le pregunté si alguna vez se había drogado para escribir y me contestó: “No me hace falta. Yo nací drogado”.
Un detalle: fue la única vez en mi vida que pedí un autógrafo. En Cartagena sólo conseguí un ejemplar de El coronel no tiene quien le escriba. Le expliqué que no era para mí sino para mi novia. “¿Se llama la señorita?” Se lo dije. Dibujó un tallo, cinco pétalos, y escribió: “Para Claudia, con una flor. Gabo 84”.

Gabriel García Márquez: periodismo, ambiente, el nudo de la soledad, y las victorias sobre la muerte

Aquel día, además, me regaló los seis tomos de su obra periodística, publicados por la editorial Oveja Negra. Y organizó todo para que, una vez en Bogotá, un auto con su chofer fuera a buscarnos al hotel para llevarnos al aeropuerto. “Así van más tranquilos” dijo, y nunca supe si se le había cruzado alguna sombra para disponer ese viaje. Nunca pude evitar recordarlo como una persona amable, entusiasta, alegre, generosa.
Con el tiempo entendí que esa cordialidad, ese entusiasmo, ese interés por el otro, era un modo ético y hasta político de pararse frente a la vida.

Ideas
En sus obras periodísticas pude leer las primeras crónicas que publicó en El Universal, de mayo de 1948, cuando era un chiquilín de 21 años. La primera celebra que se suspendió el toque de queda militar, al que define como símbolo de una decadencia. “Con este mundo materializado donde los peces de colores tienen que abrirle agua a los submarinos, con esta civilización de pólvora y clarines, ¿cómo se nos puede pedir que seamos hombres de buena voluntad?” y plantea que quizás ahora la gente pueda ir a dormir mansamente “antes de que los relojes doblen la esquina de la medianoche”. Luego escribe sobre indios, negras, retratos de la ciudad y de la época. Escribió sobre cine, sobre deportes, sobre todo. La pasión por conocer y por contar lo que el mundo estaba desplegando ante sus ojos.
A fines de los 50 García Márquez participó en Cuba con los argentinos Jorge Massetti, Rodolfo Walsh y Rogelio García Lupo en los primeros pasos de Prensa Latina, idea que puso en marcha Ernesto Guevara, hasta que el lado soviético de la vida isleña desplazó a este elenco por otro más dócil.
García Márquez nunca perdió la afinidad con el propio Fidel Castro. El director argentino Eduardo Mignogna contaba que cierta vez, invitado a La Habana, estaba comiendo con García Márquez cuando el propio Fidel cayó de improviso y comenzó a hablar con sabiduría de crítico sobre la historia del cine argentino, mientras Gabo se quedaba irremediablemente dormido en un rincón. Pero más allá del sueño o de los discursos de Fidel, García Márquez se plantó en defensa de Cuba como una cuestión cultural y estratégica frente a los Estados Unidos y la densa idea de controlar vida y obra del resto del continente.

Las ventajas de la vida
Cuando me contó la noticia, le pregunté al propio Osvaldo Bayer sobre Gabo: “Tenía mi edad, pero yo aprendí de él. Es el mejor escritor que ha tenido Latinoamérica. Aprendí con él a amar la literatura, ver las cosas que se pueden hacer y crear. Para mí fue un hombre que luchó por la libertad, o sea un libertario, y cumplió la misión que tiene un intelectual: escribir para todos, para mejorar la sociedad, y para seguir soñando”.
De todas las ideas y escritos de Gabo, frecuentemente abominados por las academias, no resulta demasiado conocida su exposición al recibir el Nobel de Literatura en 1982, llamado La soledad de América Latina, que resulta un manifiesto por la descolonialidad, para usar términos actuales. “La independencia del dominio español no nos puso a salvo de la demencia” dijo ante la academia sueca. Repasa los golpes de Estado, crímenes y matanzas ocurridos en el continente. “Me atrevo a pensar que es esta realidad descomunal, y no sólo su expresión literaria, la que este año ha merecido la atención de la Academia Sueca de la Letras. Una realidad que no es la del papel, sino que vive con nosotros y determina cada instante de nuestras incontables muertes cotidianas, y que sustenta un manantial de creación insaciable, pleno de desdicha y de belleza, del cual éste colombiano errante y nostálgico no es más que una cifra más señalada por la suerte. Poetas y mendigos, músicos y profetas, guerreros y malandrines, todas las criaturas de aquella realidad desaforada hemos tenido que pedirle muy poco a la imaginación, porque el desafío mayor para nosotros ha sido la insuficiencia de los recursos convencionales para hacer creíble nuestra vida. Este es, amigos, el nudo de nuestra soledad”.
Al recibir el Nobel de Literatura, García Márquez hacía periodismo sobre la realidad del continente, incluyendo la situación argentina: “Ha habido 5 guerras y 17 golpes de estado, y surgió un dictador luciferino que en el nombre de Dios lleva a cabo el primer etnocidio de América Latina en nuestro tiempo. Mientras tanto, 20 millones de niños latinoamericanos morían antes de cumplir dos años, que son más de cuantos han nacido en Europa desde 1970. Los desaparecidos por motivos de la represión son casi 120 mil, que es como si hoy no se supiera donde están todos los habitantes de la cuidad de Upsala. Numerosas mujeres encintas fueron arrestadas dieron a luz en cárceles argentinas, pero aun se ignora el paradero y la identidad de sus hijos, que fueron dados en adopción clandestina o internados en orfanatos por las autoridades militares. Por no querer que las cosas siguieran así han muerto cerca de 200 mil mujeres y hombres en todo el continente, y más de 100 mil perecieron en tres pequeños y voluntariosos países de la América Central, Nicaragua, El Salvador y Guatemala. Si esto fuera en los Estados Unidos, la cifra proporcional sería de un millón 600 muertes violentas en cuatro años”.
Otro concepto: “La interpretación de nuestra realidad con esquemas ajenos sólo contribuye a hacernos cada vez más desconocidos, cada vez menos libres, cada vez más solitarios”.
Y otro: “Sin embargo, frente a la opresión, el saqueo y el abandono, nuestra respuesta es la vida. Ni los diluvios ni las pestes, ni las hambrunas ni los cataclismos, ni siquiera las guerras eternas a través de los siglos y los siglos han conseguido reducir la ventaja tenaz de la vida sobre la muerte”.
Se preguntó por qué le habrían dado a él semejante distinción, y postuló que se trató de un homenaje a la poesía: “En cada línea que escribo trato siempre, con mayor o menor fortuna, de invocar los espíritus esquivos de la poesía, y trato de dejar en cada palabra el testimonio de mi devoción por sus virtudes de adivinación, y por su permanente victoria contra los sordos poderes de la muerte”.

Mujeres, aborto y ambiente
Cuando le preguntaron sobre las prioridades de la humanidad para las próximas décadas, propuso que las mujeres asuman el manejo del mundo. “Alguien dijo: ‘si los hombres pudieran embarazarse, el aborto sería casi un sacramento’. Ese aforismo genial revela toda una moral, y es esa moral lo que tenemos que invertir. Sería, por primera vez en la historia, una mutación esencial del género humano, que haga prevalecer el sentido común –que los hombres hemos menospreciado y ridiculizado con el nombre de intuición femenina- sobre la razón –que es el comodín con que los hombres hemos legitimado nuestras ideologías, casi todas absurdas o abominables”.
Y luego plantea: “La humanidad está condenada a desaparecer en el siglo XXI por la degradación del medio ambiente. El poder masculino ha demostrado que no podrá impedirlo por su incapacidad de sobreponerse a sus intereses. Para la mujer, en cambio, la preservación del medio ambiente es una vocación genética. Es apenas un ejemplo. Pero aunque sólo fuera por eso la inversión de poderes es de vida o muerte”.
Son solo ideas sueltas para pensar, discutir, y leer, ahora que el reloj dobló no sé qué esquina, tras la malparida noticia sobre la muerte de Gabriel José de la Concordia García Márquez, hace unas cuantas horas de soledad.  

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