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La fuerza del delito. Femicidios y violencia policial

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Las historias de Magalí, en San Luis, y la de Victoria en Entre Ríos: dos casos testigo muestran el cruce entre violencia institucional y violencia machista, ejercida por policías. Por qué y cómo las familias plantean que se trata de femicidios, mientras el Estado, a través de la justicia, cuida más a los efectivos que a las víctimas. Los pedidos desesperados de las familias, mientras las causas se desarman. Y los datos que dibujan el patrón femicida hacia adentro de las fuerzas. Por Lucrecia Raimondi y Malena Gauna.

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Florencia Magalí Morales había salido en bicicleta la mañana del 5 de abril de 2020 –plena pandemia- a comprar comida para sus dos hijes. La policía de Santa Rosa de Conlara, provincia de San Luis, la detuvo por romper el aislamiento obligatorio. Voluntariamente se presentó a las 9.30 en la Comisaría 25ª. Diez horas después apareció muerta en una celda. 

La policía puntana presentó el caso como suicidio, pero los peritajes de parte confirmaron en septiembre de este año que fue estrangulada. Los últimos informes cuestionaron la primera autopsia que había certificado la versión policial: las pruebas criminalísticas demostraron que al cuerpo le faltaban músculos del cuello claves para determinar la causa de muerte y que el cordón del buzo con que encontraron atada a Magalí era un elemento extraño porque no coincidía con la ropa que llevaba ese día. También tenía hematomas en brazos y piernas que fueron omitidos por el forense: al momento de la detención, a Magalí la revisó una médica que certificó el buen estado de salud de la joven; se mostró cordial y respetuosa, sin necesidad de medicación, y su cuerpo no tenía lesiones. 

Tanto la familia con sus abogados como la Secretaría de Derechos Humanos de Nación, que se incorporó como parte en abril de este año, sostienen que a Magalí la golpearon después de detenerla, cuando la ingresaron al calabozo.  

El juez Jorge Pinto, del Juzgado de Instrucción Penal del Departamento de Junín, al frente de la investigación, definió el 2 de diciembre procesar a cuatro policías implicados: el comisario Reynaldo Heraldo Clavero y el jefe de guardia, Marcos Ontiveros, que quedaron detenidos en una alcaldía con prisión preventiva por el delito de “aplicación de vejaciones y severidades a un detenido, ambos en concurso ideal con abuso de autoridad e incumplimiento a los deberes de funcionario público”. Por su parte, las policías María Eugenia Argüello y Johana Paola Torres fueron procesadas sin prisión por “incumplimiento a los deberes del oficio en concurso real con incumplimiento de los deberes de funcionario”.  

La defensa de los policías cuestionó la decisión de prisión preventiva y el juez Pinto le dio lugar al requerimiento. La querella apeló y cinco días después de haberse dictado las acusaciones, la Cámara del Crimen de Concarán confirmó la excarcelación de Clavero y Ontiveros. 

“Que estén libres es una tomada de pelo”, dice Celeste, hermana de Magalí, a MU. “Lo que nosotros venimos haciendo hace 20 meses pidiendo justicia por mi hermana, que ni estando viva la respetaron por los golpes que recibió, demostrando que la mataron, que no se suicidó, el juez Pinto lo resuelve en menos de una semana”. 

A un año y ocho meses del crimen de Florencia Magalí Morales la causa sigue sin ningún detenido, pese a que el procesamiento con prisión de los policías fue fundamentado por más de 40 declaraciones e informes de 15 peritos oficiales del Poder Judicial de San Luis, más dos peritos de parte que demostraron la causa de muerte de asfixia por estrangulamiento. La hipótesis del suicidio no se sostiene, pero ninguna acusación a los policías fue por homicidio. “El juez Pinto se maneja con total impunidad –denuncia Celeste- cuando él sabe que a mi hermana la mataron y el fiscal que quiso archivar la causa, que sostienen después de las autopsias que fueron delitos menores. Es terrible, todo tan insensible”, dice y se quiebra al relatar el momento en que le tuvo que contar a sus sobrinos que los asesinos de su madre quedarían libres.

La familia Morales denunció desde el primer momento que se trató de un femicidio institucional, pese a que la causa se investiga en el marco de un incumplimiento policial sin tener en cuenta la perspectiva de género ni la violación de los derechos humanos. Asegura Celeste: “A Magalí le hicieron todo lo que le hicieron por su condición de mujer, la degradaron, la humillaron: por eso sostenemos que fue un femicidio. Todo lo que debía hacerse se hizo mal, se ocultaron pruebas, se quiso archivar el caso. Se ensañaron con mi hermana golpeándola, matándola, diciendo mil quinientas mentiras. Y ahora se ensañaron con nosotros, la familia”.  

El abogado de la familia, Santiago Calderón, cuenta por qué plantean la figura del femicidio institucional: “El femicidio institucional tiene que ver con el rol del efectivo policial y el odio en particular para con la mujer. Una cámara de seguridad registró cuando Magalí ingresa a la comisaría y hay un cruce de palabras con el comisario. Y tiene que ver justamente con eso: que una mujer no pueda discutir  las órdenes de un efectivo policial. Y después, me ha llegado que particularmente la comisaría de Santa Rosa es muy distinta a la de la ciudad: es de otra época, y tienen una perspectiva muy diferente, que también han sufrido muchos grupos feministas en distintas manifestaciones, que son más agresivos con las mujeres. En el caso de Magalí es muy evidente y surge de las propias declaraciones de los efectivos policiales que en el momento quedaron detenidos dos masculinos por incumplimiento del artículo 205 y Magalí, que fue la única mujer en pandemia que quedó detenida por no respetar el aislamiento. Y desde el principio el trato fue totalmente diferente. En el caso de los varones, los trasladaron por mayor seguridad a otra alcaldía que está cerca con mejores instalaciones. La excusa por la cual no se trasladó a Magalí es porque no funcionaba supuestamente un baño femenino de aquella institución, lo que llamó la atención porque a Magalí no la dejaban ir al baño. A partir de quedarse sola en la comisaría, surgen situaciones de violencia y vejaciones por parte de la policía solamente para con ella. Su vecina quiso llevarle ropa pero no la dejaron verla, quedó incomunicada y la mochila de Magalí desapareció. Entonces surge evidente el femicidio y la cuestión de género, porque hubo un trato muy diferente para con los masculinos que los propios testigos declararon que les llama la atención el trato que tuvieron con ella”.

Magalí y Celeste Morales eran hermanas muy unidas. Se llevaban un año y medio de diferencia; las mayores de cinco hermanas mujeres. Oriundas de Las Heras, Mendoza, tenían una relación de amistad, compinche. Las visitas a Las Heras eran frecuentes: las fiestas y el Día de la Madre no fallaban. Lo peor de la vida de Celeste fue tener que reconocer el cuerpo muerto de Magalí. “Mi hermana era todo risas, esas personas que cuando te bajoneabas te levantaba y que no le costaba demostrar que te quería, decirte que te amaba. Era re cariñosa, re alegre”, recuerda y enseguida reclama: “Queremos justicia, lo único que pedimos, y no tuvimos respuesta ni contacto del gobierno de San Luis, ni del Ministerio de Seguridad, ni del Presidente al que le presenté el caso. Duele mucho el destrato y maltrato de la justicia y del gobierno. Estamos hablando de una persona muerta y una familia que todavía no puede ponerse a hacer el duelo total y completo, porque seguimos en lucha”. 

Abuso de la fuerza

Victoria Nuñez fue reducida violentamente por cinco policías mientras sufría un ataque de pánico. Minutos después de la intervención policial murió camino al hospital San Martín de la ciudad de Paraná, provincia de Entre Ríos. 

La mañana del 21 de julio Marcela, la madre de Victoria Nuñez, tenía tres llamadas perdidas de su hija en su celular. Le devolvió el llamado y Victoria le respondió desesperada: “Mami venite ya para acá, hay alguien adentro”. Al escucharla con un tono extraño, Marcela tomó un remís hacia la casa de su hija. En el lugar, notó que Vicky tenía una crisis nerviosa, pensaba que había alguien más que quería hacerle daño cuando los únicos que estaban eran ella y Jorge.

Los familiares no podían calmarla, entonces intentaron pedir una ambulancia, pero les dijeron que primero debían llamar al 911. 

Tres patrulleros se dirigieron a la casa ubicada en Newbery y Garrigó. Entraron de forma invasiva provocando que la joven se asustara y quisiera escapar, pero estaba rodeada de siete policías que estaban en el comedor y cuatro más en el patio. Desorientada por la situación Vicky empezó a gritar: “¿Qué me quieren hacer? ¡que se vayan!”. 

Victoria tenía un cuchillo de cocina en la cintura. La única policía mujer que estaba en el lugar de los hechos le dijo a la madre que la iba a denunciar porque estaba poniendo en riesgo al personal y que eran una molestia. 

Más tarde, cinco agentes empezaron a forcejear con Victoria. Se abalanzaron sobre su delgado cuerpo, la tiraron al suelo para esposarla, le cortaron las manos y lastimaron su rostro. Presionaron tanto su cuello que se quedó sin aire y se desmayó. 

Marcela notó que no respiraba, quiso acercarse pero la policía lo impidió, le dijeron que estaba dormida. En un momento la soltaron. Vicky estaba fría y mojada. La pareja logró hacerle reanimación boca a boca mientras esperaban la llegada de la ambulancia pero, a pesar de las maniobras de RCP que realizó el personal de salud, no sobrevivió. 

La causa, caratulada como averiguación de muerte, continúa en una instancia de análisis llevada a cabo por la Fiscalía de Investigación y Litigación de Paraná, a cargo del fiscal Juan Manuel Pereyra. La fiscalía comunicó que actualmente están a la espera del resultado de un informe anatomopatológico. Desde el comienzo el fiscal Pereyra sostuvo que no había indicios de que hubiera existido un accionar ilícito por parte de los agentes sino que la principal hipótesis apunta a una muerte clínica.

Sin embargo, la madre de Victoria denuncia que la policía actuó con abuso de poder y sin el paradigma de salud mental que debería haberse aplicado. Sostiene que no murió de un infarto, sino que la violencia que ejercieron fue causante de la muerte de su hija. “Existen dos líneas de investigación: para la fiscalía no hay conexión entre la muerte de Vicky y la intervención policial; para la querella la muerte es ocasionada por la intervención policial”, explicó Emma Clementi, abogada querellante que representa a la familia. 

La investigación que plantea la abogada querellante es a partir de la probabilidad de un transfemicidio en contexto de violencia institucional aplicando protocolos sobre muertes por motivos de género y con perspectiva de salud mental. 

Clementi solicitó que se aparte a los y la agente que intervinieron mientras se estudie el caso pero no fue concedido. No hay policías identificados ni acusados. La causa está demorada a la espera de más pruebas que ayuden a esclarecer el crimen de odio. 

Casi seis meses después de los acontecimientos nunca llamaron a Marcela desde la Fiscalía. Recuerda a Vicky como una persona dinámica, divertida, que le gustaba hacer sorpresas, reunir a la familia y sobre todo,  tenían un vínculo muy fuerte entre ellas. “Éramos muy unidas. Nos sentábamos en el patio y hablábamos horas y horas hasta las cuatro de la mañana. Le gustaba peinarme, le encantaba mi pelo. Siempre tenía regalos para mí, en cada encuentro me traía un bon o bon, un caramelo. La justicia debe hacer algo: no merecía ese maltrato”.  


La portación de un arma, un atajo a la muerte

Los femicidios y la violencia machista dentro de las distintas fuerzas de seguridad, en especial las policías, no solo son una constante sino que se acompañan de encubrimientos, falta de sanciones e impunidad judicial.

El Observatorio Lucía Pérez registró 32 femicidios cometidos en 2021 por miembros de las fuerzas de seguridad. A esta violencia se suma el entramado policial-judicial del que se desprende esa violencia institucional. 

Esta situación se repite desde hace años: en su registro, el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) informa que entre 2010 y agosto de 2021 al menos 52 mujeres fueron asesinadas en el AMBA por sus parejas o exparejas policías; 19 eran funcionarias de seguridad. El CELS analiza específicamente un motivo posible: “Existen prácticas de encubrimiento de las muertes cuyos responsables integran las fuerzas de seguridad. Como auxiliares de la justicia, las policías controlan los primeros momentos de la escena del hecho, lo que significa que pueden falsear el relato de lo sucedido y manipular la escena para hacerla coincidir con su versión”. 

Por su parte, el Instituto de Estudios Comparados de Ciencias Penales y Sociales (Inecip) en su último informe disponible sobre “Armas de fuego y violencias de género en Argentina” registró que de los femicidios cometidos con armas de fuego entre 2013 y 2018, que uno de cada 4 femicidios es cometido por un miembro de una fuerza de seguridad. Además, el Inecip registró que en el 50% de los casos no se conoce la ocupación del femicida, lo cual apoya el análisis anterior: en muchos casos no queda registro de que los femicidas son integrantes de las fuerzas de seguridad.

Los Ministerios de Seguridad y de Defensa dispusieron que se limite el acceso a armas de fuego para uniformados que tuvieran denuncias por violencia de género y violencia familiar. Pero esto no siempre se cumple. Una encuesta federal anónima a 250 uniformadas, en actividad o retiradas, realizada en 2019 por la Red Nacional de Mujeres Policías con perspectiva de género, logró recabar datos concretos sobre los agresores que se conocieron mediante una nota del diario Tiempo Argentino: el 96% de los uniformados denunciados no recibieron ningún tipo de sanción luego de comprobarse el delito; en el 67% de los episodios consignados, los agresores fueron jefes; el 10% eran compañeros; un 3%, las parejas de las mujeres policías; y un 18%, compañeros y también parejas. Además, más del 90% de las mujeres manifestó no haber recibido ningún tipo de apoyo por parte de la institución y que buscaron ayuda en su entorno, con profesionales u organizaciones sociales. 

Otro dato es que denunciar tuvo consecuencias: el 21% de las víctimas debió buscar un nuevo destino después de haber denunciado a acosadores dentro de la fuerza. El 17% fue trasladada a otros sectores dentro de la misma repartición. El 15% no encontró ninguna solución a su situación y siguieron siendo violentadas. Un 8% manifestó que, luego de denunciar, les iniciaron un sumario administrativo. Y más del 5% de las mujeres que formularon denuncias fueron dadas de baja.

El Informe anual 2020 de casos de femicidios elaborado por la Corte Suprema de Justicia de la Nación registró que al menos 7 feminicidas pertenecían a las fuerzas armadas y/o de seguridad: 5 eran de la Policía provincial y se encontraban en actividad, 1 al Ejército, y del restante no hay datos sobre la fuerza a la que pertenecía. “De estos 7 miembros de distintas fuerzas de seguridad, 6 utilizaron armas de fuego para cometer el femicidio directo, siendo al menos 4 de ellas sus armas reglamentarias y 2 sin datos sobre su autorización”, detalló la CSJN y asentó que luego de cometer el femicidio, al menos 3 de los 7 agentes de seguridad se suicidaron.

El medio Chequeado presentó en febrero de este año un pedido de acceso a la información pública que permitió conocer las características de las denuncias por violencia en el interior de las fuerzas de seguridad, datos recabados por las propias fuerzas nacionales: 

La Policía Federal recibió más de 300 denuncias por año entre 2018 y 2020.

Gendarmería superó las 400 al año entre 2018 y 2019, que cayeron a más de la mitad en 2020. 

Prefectura registró poco más de 100 casos de violencia de género por año y además se iniciaron aproximadamente unos 550 sumarios entre 2017 y 2021.

En el Ejército se denunciaron menos de 300 casos de violencia de género por año entre 2016 y 2020. En esta fuerza las actuaciones disciplinarias en denuncias por violencia intrafamiliar no superan el 27% de los casos, mientras que en casos de violencia laboral representan más del 60%. 

En la Fuerza Aérea hubo más de 260 consultas por violencia de género entre 2014 y 2019 – principalmente por “malestar laboral” – pero las presentaciones efectivas fueron menos de 100. En la Armada fueron 216 consultas y 37 presentaciones, entre 2018 y 2020: es la fuerza que menos denuncias registró.

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Lucía Pérez: dos responsables del femicidio y una perpetua

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El segundo juicio por el caso de Lucía Pérez confirmó que la menor (16 años) fue víctima de un femicidio en octubre de 2016. El fallo de los jueces del Tribunal Oral Federal 2 Roberto Falcone Alexis Semaz, y Gustavo Fissore, leído por este último lo decribe así: “abuso sexual con acceso carnal agravado por resultar la muerte de la persona ofendida, por el suministro de estupefacientes y en el marco de un contexto de violencia de género, en concurso ideal con femicidio” por lo que dictaminó la perpetua para Matías Farías.

La sentencia llegó 44 días después de iniciado este nuevo proceso. Los padres de Lucía, al salir, plantearon que seguirán impulsando la perpetua para Juan Pablo Offidani. En su caso, estos 8 años de condena como partícipe secundario del femicidio sumados a la condena previa por el delito de “tenencia de estupefacientes con fines de comercialización agravado por ser en perjuicio de menores de edad y en inmediaciones de un establecimiento educativo” le significan 15 años de prisión.

Marta Montero, la madre de Lucía, dijo en la calle, rodeada de mujeres: “Yo les puedo asegurar que con esta perpetua que conseguimos todo cambió”. Sus referencia a los narcos, las fake news y lo que llamó “perversión” en sectores académicos y mediáticos.

Las mujeres en la calle, acompañando todo el juicio y la sentencia. Fotos Lina Etchesuri.

(Desde Mar del Plata)

Miles de mujeres en la calle miraban con ansiedad en sus celulares el streaming de la sentencia, y escucharon en silencio cuando el juez Gustavo Fissori leyó: “Se resuelve condenar a Matías Gabriel Farías por ser autor penalmente responsable de los delitos de abuso sexcual con acceso carnal agravado, con el suministro de estupefacientes y por resultar la muerte de la persona ofendida en concurso ideal con femicidio (…) ocurrido el 8 de octubre del 2016 en la ciudad de Mar del Plata, del  que resultó víctima Lucía Pérez Montero, e imponerle la pena de prisión perpetua, accesorias legales y costas del proceso”. La calle fue una ovación, un desahogo hecho de lágrimas y abrazos, y la confirmación de la legitimidad de un recamo de justicia.

Un día antes del 24 de marzo empezó a escucharse la consigna que armoniza también con las luchas de las mujeres: “Como a los nazis les va a pasar, a donde vayan los iremos a buscar”.   

La sentencia consideró luego a Juan Pablo Offidani “partícipe secundario” del mismo delito, por lo cual se le impusieron 8 años de prisión. El juez Fissori aclaró que por lo tanto se impone a Offidani la pena de 15 años, al unificarse la presente condena con la del juicio anterior (2018) en el que junto con Farías había sido condenado por  “tenencia de estupefacientes con fines de comercialización agravado por ser en perjuicio de menores de edad y en inmediaciones de un establecimiento educativo”.

Pocos minutos después, al culminar la lectura del fallo, bajó de la sala Guillermo Pérez, el padre de Lucía y dijo en medio de la multitud: “Es injusta la pena de Offidani. Vamos a apelar para que tenga perpetua, lo que le corresponde. Pueden comprar voluntades donde quieran, pero a nosotros no nos va a comprar nadie: van a tener que pagar lo que tengan que pagar. Son cul-pa-bles. Y no pueden tener ningún privilegio. Ahora vamos por Offidani”.

La emoción tras el fallo. Fotos Lina Etchesuri.

La voz de Marta

Cuando llegó Marta desde la sala las lágrimas y los abrazos se multiplicaron al infinito.

Dijo Marta:

“Yo no les puedo decir lo que les agradezco a todos por habernos acompañado, aguantado, bajo el agua, el viento, lo que miércoles fuese. Pero estábamos juntos. A veces menos, a veces más, pero es importante estar unidos y seguir una lucha. Si estamos solos, separados, como cuando nos dicen muchas veces ‘no hagan eso, no hagan lo otro’…. No. Decimos que hay que hacer estrategias como lo hemos hecho. Porque si no hubiésemos hecho todo lo que hicimos hoy Lucía no tendría justicia”.

“Y les puedo asegurar que con esta perpetua que conseguimos para Farías hoy todo cambió. Porque hasta ayer no sabíamos si hoy se iba a hacer o no esta audiencia. No sabíamos si esta sentencia se iba a dar”.

Luego, conmovida, agregó:

“Pero ¿Por qué cambió para nosotros? Porque ahora ningún narco, ningún dealer, le va a romper el culo a ninguna piba más como se lo hicieron a Lucía”.

“A Lucía la destrozaron, a Lucía la destruyeron internamente, la violaron hasta 15 minutos antes de su muerte. La violaron hasta que su cuerpo terminó muriéndose. ¿Por qué lo decimos? Hay internamente nódulos, células que se rompen y hematomas que quedan ahí. Pero tenías que escuchar una defensa que decía “todas las mujeres somos violadas”. Yo estoy casada, estuve siempre con el mismo hombre, nadie me violó ni fui lastimada”.

“¿De donde sale esa perversión, que nos quiere hacer creer también un grupo de gente que se creen que porque le pagan a unas antropólogas y vienen a hablar pelotudeces, y sacan en una revista Fem disparates? ¿Nosotros tenemos que creer esos disparates?

Marcha del jueves en Mar del Plata. Se cantó, como en las marchas de derechos humanos: «Como a los nazis, les va a pasar, a donde vayan los iremos a buscar». Fotos Lina Etchesuri.

Las fake news del caso Lucía

Marta continuó profundizando su mirada sobre estos días.

“Mujeres: estuve todos los días del juicio, el que lo pudo ver sabe de qué hablamos, qué es lo que le hicieron a Lucía. Ahora esta gente, estas feministas, estas antropólogas que dicen ser, académicas… Claro, nosotras somos las brutas, las de la calle. Por intuición vamos viendo lo que hicieron y lo que no hicieron, y también vamos deduciendo. Pero no somos ningunas ignorantes, ni van a venir a vendernos pescado podrido como esta gente quiso hacerlo”.

“Vieron las fake news que están tan  de moda? Algunos no sabemos ni qué diablos es eso. Yo ni sabía ni me importaba cuando escuchaba esa palabra. Pero esa palabra es eso: armar un discurso, venderlo, que la gente compre ese discurso, y que la gente crea que a Lucía no le pasó nada”.

“Y que fue Lucía con su consentimiento y les dijo ‘cójanme hasta matarme’. Eso nos quisieron hacer creer esas dos mujeres, perversas como si las hay, eso es una perversión. Lucía era una criatura de 16 años, jamás hubiese dado un consentimiento. Un menor, con lo que significa un adulto, ¿hasta donde tiene el dominio ese adulto de ese menor? Y todo el fin de semana se ocuparon de mandar a los medios que Lucía había consentido su propia muerte. A Lucía no la mató nadie. Cuando escuchábamos eso, cuando leíamos eso, no podíamos creer que mujeres llamada feministas actúen de esa manera. Todas tenemos que decir y saber quiénes son. Porque si no parece que una está loca y habla cualquier pelotudez que se le ocurre”.

“Y lo que le pasó a Lucía es lo que hacen con todas las pibas. Estos jueces gracias a Dios tuvieron esa certeza de poder leer todo, ver todo lo que le hicieron a Lucía, lo que tanto la querella como el fiscal mostraron, la cantidad de pruebas… Que hayan podido ver eso, y darse cuenta de la realidad que quisieron ocultar en el juicio anterior: que esto era un femicidio”.

Marta y Guillermo hablaron sobre «la perversión» de sectores supuestamente académicos y feministas que publicaron cosas en los medios «como si Lucía hubiera consentido su propia muerte». Fotos Lina Etchesuri.

Un día de justicia

Dijo también Marta: “Cuando hablamos de Farías, hablamos de Offidani. La diferencia es que uno tiene el poder. Los dos son culpables. Offidani no tiene derecho a tener esa condena. Lo vamos a apelar y vamos a llevarlo a la perpetua que tiene que ir”.

A la salida habló también Eduardo Carnicero, que siguió el juicio en representación de la Defensoría del Pueblo de la provincia de Buenos Aires: “Por un lado entendemos que es un antes y un después. Está bueno que se aplica la figura que solicitó la acusación. No pudimos ver los fundamentos todavía, pero sí tenemos la confirmación del delito. Sabemos que hay una pequeña disidencia entre los jueces en cuanto a la calificación, pero de hecho la pena es la misma. La condena se hace por mayoría por las dos figuras, eso es bueno”. 

“Con respecto a Offidani se da esta situación de que el fiscal (Arévalo) pide la pena de 20 años porque es una participación secundaria. La querella se apartó de eso. Los jueces receptan lo que pide la fiscalía aplicando en la escala una pena inferior, para saber el por qué hay que ver los fundamentos”.

Entre los familares de otras víctimas se encontraba Gerardo Mellman, el papá de Natalia: “Es una lucha por la familia y por el movimiento feminista. En este nuevo juicio se ha mostrado la verdad. Lo importante: han tomado esta sentencia como una sentencia de femicidio. Está creando un precedente para miles de casos, sin ninguna duda”.

Cristina, la mamá de Eliana Gómez analizó así lo ocurrido: “Fue muy importante haber conseguido una perpetua. Deberíamos haber conseguido las dos, pero habrá que seguir luchando. Sin embargo, repito, lo de hoy fue muy importante, un alivio para la familia, por haber luchado tanto. También es una puerta para el jury también. El fallo sirve para lo que viene, todo lo que hacemos sirve, sea poquito o mucho lo que se logre, todo sirve. Juntarnos, marchar, acompañar a las familias. Y vamos a seguir por todas las familias que aún no tienen justicia”. Tal cual lo que dice Cristina, aun está pendiente el jury o juicio político a los jueces que llevaron adelante el primer proceso por este femicidio, con un fallo que tuvo que ser anulado por la Cámara de Casación por su parcialidad, prejuicio y misoginia, lo cual dio lugar a este segundo proceso.

Daniel, el papá de Cecilia Basaldúa: “Estamos luchando por lo mismo: que se castigue a los culpables y que no se tape nada. Que la justicia se dé cuenta que no estamos solos y que vamos a luchar siempre. La gente no está sola”.

Susana, la madre de Cecilia Basaldúa fue otra muestra de cómo sintieron el fallo las familias de otras víctimas: «Todos los casos de la muertes de nuestras hijas son de la misma manera. Están la policía, la fiscalía, los jueces. Nos alegra mucho ver en el caso de Lucía Pérez que hay dos jueces en el banquillo. Y además, con esta perpetua que se obtuvo, ahora vamos a seguir por Offidani. Sabemos que todos juntos somos la fuerza y vamos a seguir acompañando, como también nos acompañan con el caso de nuestra hija. Muchos años pasaron, parece eterno esto. Nos ponemos al lado de Marta y Guillermo y es una cruz bastante pesada la que tuvieron que cargar todos estos años. Queremos festejar con ellos este fallo. Y con esto, queremos que vayan saliendo todas las perpetuas, que el poder judicial vea que estamos todos unidos y que vamos a luchar siempre. Y que no le tenemos miedo».

Alfredo, papá de Carla Soggiu: “Primero es importante para que Lucia pueda descansar en paz, y para que los padres sientan fuerza para seguir porque todavía falta. Y a nosotros nos marca un precedente para que la justicia no pueda defender más a los narcos, a los que tienen poder, a la misma justicia, a la policía, a los políticos… es importantísimo. Aparte Marta y Guillermo son un faro para nosotros. Marta tiene la fuerza de todos los mares juntos, nos la transmite a todos los demás. Nuestras hijas merecen justicia y descansar en paz”.

Marisa, la mamá de Luna Ortiz, sumó su sensación este jueves: “Hoy se pudo marcar un precedente, hoy es un día de felicidad para nosotros porque para estos femicidios en los que está entrelazado el narcotrafico nunca podíamos llegar a hacer justicia”.

En pocas palabras Marisa expresó lo que la calle estaba sintiendo: “Hoy llegó el día compañeras. Hoy llegó el día de justicia para Lucia”.

Fotos Lina Etchesuri.
Fotos Lina Etchesuri.
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Las claves de la causa Lucía Pérez: un análisis del expediente y los dos juicios orales

Lucía Pérez: las pruebas que figuran en la causa por el femicidio y complican a Farías y Offidani

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Un expediente de seis cuerpos y dos juicios orales basados en las mismas pruebas y los mismos testigos serán sentenciados este jueves 23 de marzo, a las 14.30, por los jueces Gustavo Fissore, Alexis Simaz y Roberto Falcone. del Tribunal N°2 de Mar del Plata. Ese día, con la lectura del fallo, responderán la pregunta que desde hace casi siete años espera respuesta: ¿quién mató a Lucía Pérez? Las pruebas clave que complican a Farías y a Offidani en el femicidio. Revisitando hoy todo lo leído y escuchado durante el seguimiento y análisis de las tres etapas de este larguísimo proceso (investigación procesal, primer y segundo juicio) estas son las evidencias que se han reiterado.

Uno

Los imputados son Juan Pablo Offidani (49) y Matías Farías (30), pero en Mar del Plata se atribuye  al apellido del primero que este proceso se convierta en una clásica investigación judicial de un crimen del poder: Offidani padre es un influyente escribano local, con fluidas relaciones con el Poder Judicial local y la policía bonaerense desde, al menos, los tiempos de la dictadura hasta la actualidad.

Dos

Offidani Hijo se define en la causa como el “compadre” de Farías: es el padrino de su segundo hijo, nacido apenas unos meses antes del crimen de Lucía.

Tres

Farías tuvo dos parejas y con ambas un hijo. Así describió Offidani Hijo a la primera, sin atribuirle a su compadre ninguna responsabilidad: ”La mujer de él era media loca,cuando estaban juntos les sacaron los hijos, tenía 6 hijos la mujer, y vivían en Serena, a media cuadra de la salita y no iban a hacerle los controles ” (foja 414). La segunda era una chica muy joven, que Farías también llevó a parir a esa salita, sin ningún control previo al parto, según declaró en el segundo juicio la enfermera que la atendió y quedó impresionada por su vulnerabilidad.

Cuatro

En esa salita de emergencias de Serena descargó Offidani Hijo el cuerpo de Lucía aquel sábado 8 de octubre de 2016. Si la primera impresión es la que vale, esta es la causó en un testigo que estaban en la puerta:

            Declaración de Testigo en foja 142 (sic)

            “Ve al más joven (Farías) juntándose en la vereda de la sala con los dos sujetos que quedaran afuera (Offidani Hijo y Maciel) comenzando a entablar algún tipo de      conversación, murmurando entre los mencionados, es allí donde el dicente logra escuchar que el sujeto más joven (Farías), el mismo que momentos antes saliera de la sala de primeros auxilios manifiesta "SIC... COMO LO EXPLICO, QUE DIGO, QUE HAGO... ", mientras el sujeto que conducía la camioneta (Offidani Hijo) le responde "SIC... TRANQUILO... LO VEMOS...". Allí cuando el dicente observa el ambo de un efectivo policial a pie, el cual se dirigía hacia la salita, adentrándose a la misma, momento en donde los tres sujetos se observan entre si y comienzan a hablar en voz baja y de manera inmediata, el conductor de la camioneta y el acompañante se suben al rodado, con actitud de apremio según criterio del declarante, y se retiran del lugar a bordo del rodado a gran velocidad.

Foja 142 – Declaración del testigo en la puerta de la sala de salud en La Serena.

Cinco

El primer policía que interrogó a Offidani Hijo y a Farías sobre qué le había pasado a Lucía dejó asentado en un acta las contradicciones que detectó (foja 37):

“ Se iniciaron actuaciones de Oficio en el marco de autos caratulados "AVERIGUACION CAUSAL DE MUERTE",  por lo que en primer instancia recepcione declaración testimonial a Farias Matias Gabriel, y como segunda medida recepcione declaración testimonial a Offidani Juan Pablo, ello dado 'a que son las dos personas que llevaron a Lucia Perez Montero, a la Salita de Emergencia del Barrio Playa Serena, de la cual luego de haber tomado ambas declaraciones, surge que entre ambas persona existe una relación a los que ellos llaman compadre, que en la mayoría de lo relatado surge que se encontraban juntos, pero también surge una gran contradicción entre la declaración de uno y de otro, un ejemplo clara es que FARIAS, manifiesta que Lucia Perez Montero arribo a su domicilio siendo las 14:00hs del Sabado 08 del corriente, y manifestó desconocer dondeviviría Lucía, sin embargo OFF!DANI, manifiesta que junto a Farias, el Sabado 08, del corriente, siendo aproximadamente las 10:00hs, fueron a buscar a Lucia a su domicilio, encontrándola en la esquina de la casa, y que dejo a Farias Matías junto a Lucia siendo las 11:00hs, en el domicilio de calle Diagonal Centra y Racedo, asimismo otra cosa que llamo mi atención fue que Farias Matias, una vez finalizada su declaración manifiesta verbalmente que no podía regresar al domicilio dado a que la llaves de su vivienda la tenía su compadre Offidani Juan Pablo, quien al llegar a la salita se retiró del lugar rápidamente, manifestando que su pareja se encontraba sola, y en mal estado de salud”.

Seis

Offidani Hijo declaró que conocía a Farías desde hacía 7 años. Pocos días antes de la muerte de Lucía gestionó para él el alquiler de una pequeña construcción ubicada detrás de un chalet en el coqueto barrio de El Alfar: así llegó Farías al almacén que por las tardes atendía la compañera de escuela de Lucía. Su declaración (foja 38):

“La dicente conoció a una persona de nombre Matías quien le refirió que ella le gustaba, que le gustaría que le pasara su número telefónico, a lo que la deponente accedió, e intercambiaron número, fue entonces cuando Matías le manifestó que el vendía porro. En ese momento le pasó a Lucía el número telefónico de Matías, que ese mismo día momentos más tardes Lucia le manifiesta a la deponente que al salir  del colegio iba a venir Matías a buscarla y le pide que no la deje sola porque tenía miedo, que por favor la acompañe, al salir de la escuela siendo las 14.00hs, en la esquina de dicha institución se encontraba Matías esperándolas, al llegar la dicente junto a su amiga se suben a una camioneta de color gris, y observa que en su interior había otra persona quien conducía el rodado (Offidani Hijo)  a quien Matías lo presento como su compadre, desde ese lugar se dirigieron a la parada del colectivo de línea 523. en rotonda del faro, sito en calle Diagonal Velez Sarfield y la costa. lugar donde Lucia le entrega a Matías cien pesos, y a cambió recibe una bolsa de nylon que en su interior poseía una sustancia como porro, en ese momento Matías invito a su casa a Lucia, y la deponente dijo que no porque se iban juntas, insistentemente Matías invito a las dos, a lo que nuevamente rechazaron la invitación”.

Foja 38 – Declaración de la compañera de colegio de Lucía.

Siete

Aquel día Farías le entregó a Lucía una bolsita con marihuana que costaba 200 pesos. Lucía le entregó 100. Fiar droga es una práctica poco común, pero eso fue lo que sucedió. Fue entonces cuando Farías comenzó a enviar mensajes a Lucía y su amiga, incluso durante la madrugada, insistiendo en un encuentro con la excusa de la deuda. A la mañana del sábado Lucía acordó pagarle y Farías pasó a buscarla por su casa en la camioneta que manejaba Offidani Hijo.

Ocho

El policía que indagó luego a los vecinos sobre la casa a donde Farías llevó a Lucía escribió en su informe (foja 39):

Offidani resulta ser nombrado por la vos popular como vendedor de drogas actividad que realizaría en forma conjunta que los mismos se movilizarían en una camioneta marca Fiat, modelo Estrada color verde oscuro, hago constar que habiendo realizado una compulsa el mencionado FARIAS posee antecedentes Penales por el delito Robo en Vía Publica, de fecha 27/11/2012, en jurisdicción Comisaria Quinta, de fecha 29/06/2013 Portación Ilegal de Arma de Uso Civil, en Comisaria Quinta y de fecha 10/07/2013 Portación ilegal de Arma de Fuego de Uso Civil, Comisaria Quinta. Se hace mención que tanto en la Declaración Testimonial de FARIAS como la de OFIDANI, existe contradicciones en ambos testimonios”.


Foja 39 – Declaración del policía que interrogó a los vecinos de la construcción del barrio El Alfar.

Nueve

Son varios los testigos que en el expediente denuncian la complicidad policial con este puesto de venta de drogas, señalando que por esa notoria impunidad no se atrevían a denunciarlo.

Diez

En los allanamientos realizados en los domicilios de los imputados se secuestraron balas y drogas. Pero fue en la construcción alquilada por Farías donde se incautaron, además, blister de pastillas, una cámara de video sin la tarjeta de memoria y cinco celulares. En todos las conversaciones entre los imputados fueron borradas.

Once

Lo que pasó dentro de ese aguantadero lo cuenta el cuerpo de Lucía. La primera en analizarlo fue la médica forense de la policía bonerense a cargo de la autopsia. Esta es su declaración (foja 120):

“En la zona anal había una importante dilatación no propia de la relajación post-mortem sino que obedecía a maniobras de penetración. No tenía pliegues, para mí era una dilatación atónica y mandé a periciar el esfínter para ver si estaba roto. La dilatación atónica es cuando se produce un ingreso brusco y violento. Claramente el sexo anal consentido no deja lesiones, mucho menos como las que presenta la joven."”.

Doce

Tiempo después y ya realizadas las pericias complementarias, el perito de la Corte Suprema Bonaerense determinó (foja 864):

“Las lesiones descriptas en la autopsia son compatibles con relación sexual forzada, esto según interpretación de este perito y basado en la presencia de las lesiones que se describen en el informe de autopsia "Equimosis en labios menores del laclik izquierdo y en paredes de la vagina, Equimosis en margen anal izquierdo", y que han sido corroboradas en el estudio anatomo patológico informando en región vaginal descongestiona, extravasación de glóbulos rojos a nivel de planos profundos, así como en submucosa y planos profundos de la piel de la región anal. En casos de dilatación anal forzada, es evidente la existencia de dolor en la victima y es una de las causas que se pueden describir que ocasionarían un reflejo vaso vagal. Por lo expuesto este perito estima como causal de muerte, en base a los hallazgos de los estudios complementarios, sobre todo el Anatomopatologico un mecanismo asfictico, y dado la ausencia de otro tipo de lesiones, podría deberse a una asfixia por sofocación ( obstrucción de los orificios respiratorios), en una persona que ha consumido cocaína, y que pudiera estar disminuida su conciencia, por lo tanto no se considera factible una muerte por causas no violentas”.

«No se considera factible una muerte por causas no violentas”.

Perito de la corte suprema bonaerense

Trece

Al día siguiente (9 de octubre) Offidani Hijo, como era habitual, fue a la casa donde estaba la construcción donde estaba Farías. La dueña, testigo de la defensa, recordó así cómo se comportaron ( foja 163):

“Al rato cae Juan Pablo, que siempre está exacerbado, porque siempre está bajo el consumo de alcohol, el padre siempre se hacía problemas por él porque incluso lo había querido internar, estuvo en tratamiento, siempre tuvo problemas de adicción. Juan Pablo comentaba como había sido la secuencia de bajar a la chica de la escalera, de cuando la llevaron en el auto a la salita que se le cayó en la vereda a Juan Pablo. En todo éste momento Matías estaba mal y me pedía perdón, ya desde el día anterior me pedía perdón, desde que salí de testigo, me pedía disculpas por lo que me había hecho pasar. Por eso no entiendo, comieron como si nada y se fueron como si nada, pusieron música desde la casa de él como si nada, meta cumbia”.

Catorce

Ya en la cárcel la personalidad de Farías fue analizada por una psicóloga y psiquiatra, perito de la Corte bonaerense. El resultado (foja 733) :

“Presenta un trastorno de Personalidad, con rasgos ya descriptos ut supra, como egocéntrico; retentivo de sus emociones y sentimientos; con tendencia a la petulancia y fanfarronería, que en sí enmascaran sentimientos más profundos de inseguridad y necesidad de estimación, (aparentar más de lo que se es) y también presenta rasgos antisociales, con embotamiento afectivo, frialdad frente a los otros, con tendencia a la impulsividad marcada, manifiesta en el consumo compulsivo de tóxicos, preferentemente benzodiacepinas a modo de dependencia, y a la comisión de conductas desadaptativos. En torno a los hechos que se le imputan, su discurso es coherente y ordenado, sin alteraciones cronomnésicas que impresionen alteración del estado de conciencia, por lo que se infiere que tuvo capacidad de delinquir. Se sugiere que el mismo realice un tratamiento psicofarmacológico y psicoterapéutico en forma ambulatoria, para lograr la deshabituación del tóxico en el tiempo y así mismo aprovechar el espacio para reflexionar de sus conductas, no obstante por la ausencia de demanda y escasa capacidad de autocrítica, se evidencia pronóstico sombrío”.
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#NiUnaMás

El contexto de la amenaza a Messi en Rosario: narco Estado, violencia, femicidios y extractivismo

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Lionel Messi fue amenazado en Rosario a través de un atentado con mensaje mafioso al supermercado de la familia de su pareja, Antonela Rocuzzo. ¿Cómo funciona el mercado sicario? ¿Cuánto se pagan las amenazas y muertes por encargo? ¿Cuál es el marco territorial e institucional de la amenaza? El abandono del Estado y la proliferación de bandas. El rol policial y penitenciario. La ciudad en disputa. Publicamos aquí la investigación realizada por la revista MU en Rosario: El narco-Estado: plomo & humo, que fue tapa de nuestra edición de diciembre y refleja el contexto en el que se da esta situación que cobra relevancia por la celebridad de Messi, pero que sigue gestándose desde hace años sin respuestas. Las voces rosarinas para comprender en qué ámbito se fermentó la amenaza.

Rosario, el narco-Estado: plomo & humo.

Narcofemicidios, violencia y extractivismo

La jefa de la Unidad Fiscal de Balaceras revela cuánto se pagan las amenazas y muertes por encargo, entre otras confesiones sobre cómo trabaja la justicia cuando el Estado es cómplice del narco. Una ciudad sitiada por el terror, donde las mujeres y los niños pasaron de ser intocables a principales víctimas. La relación entre extractivismo, pobreza y un sistema penitenciario corrupto. Y las organizaciones feministas y ambientales que explican cómo funcionan las lógicas de una ciudad en disputa. Por Claudia Acuña.

Foto Sebastián Smok para lavaca
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LA NUEVA MU. Lo que está en juego

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