Nota
Arrancó el ciclo OrguYo: celebrar la diversidad desde el arte

Al día siguiente de la masiva 30° edición de la Marcha del Orgullo, y a sala llena, arrancó en Mu Trinchera Boutique el ciclo OrguYo. La voz propia para la identidad colectiva, que por cuatro domigos más, presentará obras, performances, documentales e intalaciones producidas por distintos elencos para celebrar la diversidad. El debut fue con los textos sinceros de Lihuen y el ramillete de canciones multirritmo del dúo compuesto por Carmín Lupe y Gaby Gap que en esta presentación estrenó nombre: Fucking Señora. Un recorrido por el estreno y cómo sigue la programación.
“Yo soy Nene Bueno. tengo un par de textos para compartirles. Y ya. Y escúchenme porque tengo un micrófono”. Lihuen es actor, profesor de teatro y peluquero queer, y este domingo abrió la inauguración OrguYo. La voz propia para la identidad colectiva, el nuevo ciclo de MU Trinchera Boutique que reunirá diferentes oportunidades de conectarnos con la potencia de la identidad, con las infinitas maneras de ser y sentir.
Los textos de Lihuén fueron escritos antes del destierro de su identidad y desde la negativa de cumplir la expectativa de ser mujer, esposa y madre inducido por la educación cristiana: “La sagrada institución del matrimonio. Valorada sea la unión entre personas ante la ley, sus seres querides y quizás la iglesia. El amor hecho constitución, estamento, inicio de una nueva comunidad compuesta por dos humanos en principio que probablemente se multiplicarán. Un proyecto de hogar, de construcción conjunta de un techo, un refugio. Pagar la luz, el agua, contratar el servicio de wifi a tu nombre, bajo una edificación distinta a la heredada por los padres. Abandonar el nido. En fin. Un planazo”. Así, con humor e ironía, Lihuén hila sus textos desde su libreta escrita a mano y aclara: “No soy chiquito ni vulnerable por decir que quiero que me quieran, soy fuerte, quereme igual”.
Para finalizar su participación, Lihuén invitó al escenario a les artistas Carmín y a Gaby para que lo acompañaran. Y despliega preguntas: “¿Cuánto tiempo más llevaré a cuestas la mochila azul de ositos llena de rosarios que usé en primer grado, el anillo con el nombre de Jesús en el dedo anular, los papeles permanentes que indican que yo soy hija de aquel que mira todo y aún así no hace nada. ¿Cuánto más arrastraré el resabio de lo que aprendí como bueno? ¿Cuántas veces más pondré la otra mejilla y pediré perdón como muletilla de niña buena, prolija y educada que pretendieron ver y hacer de mí. Los años pasan, cambio de nombre, me intoxico, y aún así el agua bendita ahoga todas mis libertades”.

Terminadas las palabras de Lihuén, Carmín y Gaby cantaron y tocaron el tema “Pecadora”, de la cantautora uruguaya Ana Prada. Carmín Lupe es actriz, clown, cantante y Gaby Gap es cantautora, artista plástica y docente. Vienen trabajando juntas con Anplag, como los de antes, haciendo covers de hits de los ´90. Contaron al público que el dúo desde este show se llama Fucking Señora. “Yo me autopercibo señora”, ríe Carmín. Arrancó cantando un tema propio: “Llorar y comer” y el público hizo los coros. Le siguieron “Con la misma moneda”, de Karina la Princesita, “Fuego de noche, nieve de día” de Ricky Martin. Antes de interpretar “El último trago”, el clásico de Chavela Vargas, Carmín sacó de su riñonera brillosa una pequeña botella de tequila para beber con sal y limón y entrar en clima con la bebida mexicana. “Tu veneno”, de Natalia Oreiro, y “Ciega, sormdomuda”, de Shakira, siguieron antes de que Gaby Gap cantara “Disidente”, un reggaeton de su autoría.
“Es importante salir a las calles, más allá de todas las discusiones, polémicas; dentro de nuestro movimiento de diversidades, disidencias, es importante tomar la calle —aseguró Carmín—. Porque si bien tenemos leyes que nos encuadran, nos regulan, hay un montón de identidades violentadas, expulsadas de sus casas. A un montón de meses de la desaparición de Tehuel seguimos preguntando dónde está. Queremos visibilizar las luchas que no salen en los medios de comunicación y lo hacemos con alegría, con fiesta, con celabración y también tomando la palabra cuando tenemos un micrófono”.
Al final del show, Carmín y Gaby homenajearon a Raffaela Carrá, cantaron cuarteto e invitaron a les presentes a levantarse de las sillas y moverse en sus lugares. “Llamado de emergencia”, de Daddy Yankee fue la despedida y a esa altura ya todes bailaban y coreaban. “Para poner en ritmo mi corazón” , como dice la canción, fue esta tarde-noche en la que continuó el clima de fiesta de la jornada anterior. Primer encuentro de este ciclo que entona la melodía de las luchas cotidianas, baila al ritmo de la propia identidad y abraza la diversidad como modo de potenciar la alegría y el goce de ser quienes somos.
Cómo sigue Orguyo
Domingo 21/11, 19 hs: Obra teatal La Moribunda, homenaje a Batato Barea
Domingo 28/11, 19 hs: Tiara Julieta BB, Canciones, poemas y textos + Vía Láctea, obra teatral
Domingo 5/12, 19 hs: Visibilidad Cis, documental
Domingo 12/12: Elegante Sport, experiencia teatral con textos propios, de Ioshua y García Lorca
Podés comprar tus entradas aquí

Nota
Darío y Maxi: el presente del pasado (video)

Hoy se cumplen 23 años de los asesinatos de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki que estaban movilizándose en Puente Pueyrredón, en el municipio bonaerense de Avellaneda. No eran terroristas, sino militantes sociales y barriales que reclamaban una mejor calidad de vida para los barrios arrasados por la decadencia neoliberal que estalló en 2001 en Argentina.
Aquel gobierno, con Eduardo Duhalde en la presidencia y Felipe Solá en la gobernación de la provincia de Buenos Aires, operó a través de los medios planteando que esas muertes habían sido consecuencia de un enfrentamiento entre grupos de manifestantes (en aquel momento «piqueteros»), como suele intentar hacerlo hoy el gobierno en casos de represión de sectores sociales agredidos por las medidas económicas. Con el diario Clarín a la cabeza, los medios mintieron y distorsionaron la información. Tenía las imágenes de lo ocurrido, obtenidas por sus propios fotógrafos, pero el título de Clarín fue: “La crisis causó 2 nuevas muertes”, como si los crímenes hubieran sido responsabilidad de una entidad etérea e inasible: la crisis.

Darío Santillán.

Maximiliano Kosteki
Del mismo modo suelen mentir los medios hoy.
El trabajo de los fotorreporteros fue crucial en 2002 para desenmascarar esa mentira, como también ocurre por nuestros días. Por aquel crimen fueron condenados el comisario de la bonaerense Alfredo Franchiotti y el cabo Alejandro Acosta, quien hoy goza de libertad condicional.
Siguen faltando los responsables políticos.
Toda semejanza con personajes y situaciones actuales queda a cargo del público.
Compartimos el documental La crisis causó 2 nuevas muertes, de Patricio Escobar y Damián Finvarb, de Artó Cine, que puede verse como una película de suspenso (que lo es) y resulta el mejor trabajo periodístico sobre el caso, tanto por su calidad como por el cúmulo de historias y situaciones que desnudan las metodologías represivas y mediáticas frente a los reclamos sociales.
Nota
83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

83 días.
Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.
83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.
83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.
83 días y seis intervenciones quirúrgicas.
83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo.
83 días hasta hoy.
Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro.
Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”.
Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).
Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca.
El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”.
La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».
La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería.
Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.
Esta es parte de la vida que no pudieron matar:
Nota
La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen
Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.
Por María del Carmen Varela.
La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia.
La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.
Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.
La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional. A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.
Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.
Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro.
MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA
Viernes 30 de mayo, 20.30 hs
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