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Software libre: Para todos, todo

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Reflexiones en torno al software libre. Por Vladimir Sebriano
A toda hora y en todo el planeta se desarrolla una sorda batalla de ideas, en la que el músculo no duerme ni la ambición descansa. Como en toda batalla está en juego la libertad, en este caso la libertad del conocimiento. El campo de lucha abarca a toda la sociedad humana aunque millones de sus integrantes ignoren que está en juego su futuro cercano: vivir en una sociedad controlada o vivir en una sociedad libre.
Las dos posiciones enfrentadas y antagónicas están perfectamente definidas: los partidarios del software libre y los defensores del software propietario, los programadores libres y las corporaciones que lucran con la venta de las licencias. Unos utilizan sus conocimientos por la libertad, la igualdad y la fraternidad y los otros por la ganancia, el mercado y el poder. Unos tienen como bandera: para todos todo y los otros la irónica máxima acuñada por Adam Smith para los amos de la época: «Todo para nosotros y nada para el resto de la gente».
Richard Stallman, el iniciador del movimiento creó en 1984 la Free Software Foundation, para difundir su ideario de liberar los programas de los sistemas operativos de las computadoras, con códigos abiertos para todo el mundo, sin costo de licencia propietaria. Con el aporte posterior de Linus Torvald, se creó el GNU/Linux, que es el sistema operativo de libre acceso, que hoy funciona en millones de computadoras y servidores de todo el mundo.
El sistema de desarrollo del software libre es la cooperación voluntaria entre miles de programadores de todo el mundo que coordinan su trabajo a través de la red Internet. El trabajo y el perfeccionamiento de los programas es contínuo, se liberan versiones mejoradas de cada programa o nuevos programas casi a diario. Ninguna empresa privada puede hacer esto.
Las empresas privadas mantienen en secreto los códigos fuentes de sus programas, con lo cual transforman en esclavos a sus usuarios, que deben recurrir a ellos para cualquier perfeccionamiento o desarrollo.
Las 4 libertades definidas por Stallman para saber si un programa es libre o no, son las siguientes:
1ª La libertad de usar el programa con cualquier fin, 2ª La libertad de ver como funciona y adaptarlo a las necesidades de cada uno (para lo cual hay que tener acceso al código fuente), 3ª La libertad de ayudar a los demás distribuyendo las copias del mismo, 4ª la libertad de mejorar el programa y liberarlo sin restricciones para beneficiar a toda la humanidad (es obligatorio tener acceso al código fuente).
El movimiento de software libre tiene algunas características singulares dignas de destacar: es antimonopólico, se opone a las patentes de software, cuestiona la propiedad privada del conocimiento, su estructura es horizontal y no tiene un centro rector o país hegemónico porque está en todas partes, su método de trabajo es cooperativo y lo más importante es que trasciende el modo de producción en el que fue engendrado cuya contradicción principal se da entre la producción social y la apropiación privada de sus resultados, porque tanto la producción y la apropiación del software es social.
Otra singularidad manifiesta es que en la relación entre desarrolladores y usuarios del software libre, se cumple desde su origen con un principio humanista y solidario: de cada cual según su capacidad y a cada cual según sus necesidades.
(Copyleft)
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Proyecto Litio: un ojo de la cara (video)

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En un video de 3,50 minutos filmado en Jujuy habla Joel Paredes, a quien las fuerzas de seguridad le arrancaron un ojo de un balazo mientras se manifestaba con miles de jujeños, en 2023. Aquella represión traza un hilo conductor entre la reforma (in) constitucional de Jujuy votada a espaldas del pueblo en 2023, y lo que pasó un año después a nivel nacional con la aprobación de la Ley Bases y la instauración del RIGI (Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones).

Pero Joel habla de otras cuestiones: su pasión por la música como sostén. El ensayo artístico que no se concretó aquella vez. Lo que le pasa cada día al mirarse al espejo. La búsqueda de derechos por los hijos, y por quienes están siendo raleados de las tierras. Y la idea de seguir adelante, explicada en pocas palabas: “El miedo para mí no existe”.

Proyecto Litio es una plataforma (litio.lavaca.org) que incluye un teaser de 22 minutos, un documental de casi una hora de duración que amplía el registro sobre las comunidades de la cuenca de las Salinas Grandes y Laguna Guayatayoc, una de las siete maravillas naturales de Argentina, que a la par es zona de sequía y uno de los mayores reservorios de litio del mundo. 

Además hay piezas audiovisuales como la que presentamos aquí. La semana pasada fue Proyecto Litio: el paisaje territorial, animal y humano cuando el agua empieza a desaparecer.

Esos eslabones se enfocan en la vida en las comunidades, la economía, la represión y la escasez del agua en la zona.

Litio está compuesto también por las noticias, crónicas y reportajes que venimos realizando desde lavaca.org y que reunimos en esta plataforma.

Un proyecto del que podés formar parte, apoyando y compartiendo.

El video de 3,50 minutos

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Orgullo

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Texto de Claudia Acuña. Fotos de Juan Valeiro.

Es cortita y tiene el pelo petiso, al ras en la sien. La bandera se la anudó al cuello, le cubre la espalda y le sobra como para ir barriendo la vereda, salvo cuando el viento la agita. Se bajó del tren Sarmiento, ahí en Once. Viene desde Moreno, sola. Un hombre le grita algo y eso provoca que me ponga a caminar a su lado. Vamos juntas, le digo, pero se tiene que sacar los auriculares de las orejas para escucharme. Entiendo entonces que la cumbia fue lo que la protegió en todo el trayecto, que no fue fácil. Hace once años que trabaja en una fábrica de zapatillas. Este mes le suspendieron un día de producción, así que ahora es de lunes a jueves, de 6 de la mañana a cuatro de la tarde. Tiene suerte, dirá, de mantener ese empleo porque en su barrio todos cartonean y hasta la basura sufre la pobreza. Por suerte, también, juega al fútbol y eso le da la fuerza de encarar cada semana con torneos, encuentros y desafíos. Ella es buena jugando y buena organizando, así que se mantiene activa. La pelota la salvó de la tristeza, dirá, y con esa palabra define todo lo que la rodea en el cotidiano: chicos sin futuro, mujeres violentadas, persianas cerradas, madres agotadas, hombres quebrados. Ella, que se define lesbiana, tuvo un amor del cual abrazarse cuando comenzó a oscurecerse su barrio, pero la dejó hace apenas unas semanas. Tampoco ese trayecto fue fácil. Lloró mucho, dirá, porque los prejuicios lastiman y destrozan lazos. Hoy sus hermanas la animaron a que venga al centro, a alegrarse. Se calzó la bandera, la del arco iris, y con esa armadura más la cumbia, se atrevió a buscar lo difícil: la sonrisa.

Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Al llegar al Congreso se pierde entre una multitud que vende bebidas, banderas, tangas, choripán, fernet, imanes, aros, lo que sea. Entre los puestos y las lonas que cubren el asfalto en tres filas por toda Avenida de Mayo hasta la Plaza, pasea otra multitud, mucho más escasa que la de otros años, pero igualmente colorida, montada y maquillada. El gobierno de las selfies domina la fiesta mientras del escenario se anuncian los hashtag de la jornada. Hay micros convertidos en carrozas a fuerza de globos y música estridente. Y hay jóvenes muy jóvenes que, como la chica de Moreno, buscan sonreír sin miedo.

Eso es Orgullo.

Orgullo

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Sobre diagonal norte, casi rozando la esquina de Florida, desde el camión se agita un pañuelazo blanco, en honor a las Madres, con Taty Almeyda como abanderada. Frente a la embajada de Israel un grupo agita banderas palestinas mientras en las remeras negras proclaman “Nuestro orgullo no banca genocidios”. Son quizá las únicas manifestaciones políticas explícitas, a excepción de la foto de Cristina que decora banderas que se ofrecen por mil pesos y tampoco se compran, como todo lo mucho que se ofrece: se ve que no hay un mango, dirá la vendedora, resignada. Lo escaso, entonces, es lo que sobra porque falta.

Y no es Orgullo.

Orgullo

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Orgullo

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

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Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

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(Escuchá el podcast completo: 7 minutos) Coca Cola, Nestlé, Danone & afines nos hacen confiar en ellas como confiaríamos en nuestra abuela, nos cuenta Soledad Barruti. autora de los  libros Malcomidos y Mala leche. En esta edición del podcast de lavaca, Soledad nos lleva a un paseíto por el infierno de cómo se produce, la cuestión de la comida de verdad, y la gran pregunta: ¿quiénes son los que realmente nos alimentan?

El podcast completo:

Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

Con Sergio Ciancaglini y la edición de Mariano Randazzo.

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