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Rita Segato sobre Bolivia: “Es el momento oportuno para pensar a Bolivia críticamente”

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Rita Segato envió en exclusiva su postura sobre el golpe de Estado en Bolivia a Radio Deseo, la emisora de Mujeres Creando. Su testimonio revela la dificultad para expresar opiniones críticas a Evo Morales en Argentina, de donde critica las visiones “estereotipadas y caricaturescas”. Plantea: “Es una gran lección histórica la que estamos recibiendo y es una oportunidad para entender un gran equívoco, sobre todo, en la lectura que existe aquí sobre lo que les está pasando a ustedes”. El problema de las visiones binarias. Las miradas desde el feminismo. La herencia de lo que ella llama “la mochila de la Guerra Fría” y el principio de no repetición, rescatado de los derechos humanos, para pensar en momentos críticos. Cuáles son las dos acciones para las mujeres, y la nueva modalidad de un golpe de Estado precedido por el vacío de poder y la “gestión de los caciques”.

“Hay una disputa internacional, una discusión internacional sobre lo que está sucediendo en Bolivia porque muchas y muchos intelectuales saben que no es un problema que se suscribe a las fronteras bolivianas sino que es un problema regional y que el desenlace de lo que esta sucediendo en Bolivia puede afectar al conjunto de la región” empieza diciendo Maria Galindo, en Radio Deseo, la radio boliviana de Mujeres Creando. Luego presenta a la antropóloga Rita Segato, quien en exclusiva envió su postura sobre el conflicto político que se está dando en Bolivia. “Estamos tratando de ser una voz no fácil, sino incómoda”, anticipa Galindo. A continuación, transcribimos entera la postura de Segato.

Rita Segato, sobre el golpe de Estado en Bolivia:

Amigas queridas, compañeras, hermanas también, bolivianas. No es fácil para mí dar este testimonio, contarles cómo estuve pensando en la terrible situación de Bolivia; nos duele mucho por acá pero, claro, no estoy allí. Me da mucho miedo que lo que les diga no tenga total legitimidad porque estoy en Argentina y entonces decidí que lo mejor es explicar las dificultades que tengo por la visión totalmente caricaturesca, estereotipada, de los argentinos y argentinas, que el sector crítico de mi país tiene y siempre ha tenido sobre Bolivia.

No es fácil pensar lo que estoy pensando aquí, estoy quedándome en una soledad bastante desagradable y también no es fácil hablar a Bolivia desde afuera. Lo que tengo para decir es lo siguiente: es una gran lección histórica lo que estamos recibiendo y es una oportunidad para entender un gran equívoco, sobre todo, en la lectura que existe aquí sobre lo que les está pasando a ustedes. El problema es que la visión desde acá es totalmente binaria. Si Camacho es una figura inaceptable, malvada, no por eso Evo es una figura perfecta. Y eso es lo que me resulta muy difícil de hacerle entender a la gente aquí en mi país. Hay, de repente, más de lo que había antes, un endiosamiento de la figura de Evo, y ser contraria a eso es difícil. Entonces se me ocurre decir que la crítica al binarismo es también una crítica que vale para pensar la política, porque en el fondo hay un razonamiento binario al que le he llamado la mochila de la uerra fría, el fardo que todavía cargamos del bipartidismo, de la bipolaridad del mundo característica de la Guerra Fría en que se pensaba solamente en términos de bien o mal, y que hoy en el presente lleva a muchos y muchas a pensar en términos de Boca – River, o sea, en un partido entre buenos y malos, entre los míos y los otros, y ahí se cancela toda capacidad de razonar con sofisticación y con acuerdo a la realidad.

En mi comprensión de los sucesos, Evo cayó por su propio peso. Él incurrió en acciones a lo largo del tiempo, y sobre todo más hacia el presente, que le causaron un quiebre de la credibilidad y luego un quiebre de la gobernabilidad. Para mí él no ha sido la víctima de un golpe sino la víctima del descrédito general en el que se encontró a razón de varias de sus acciones: el incendio de la Chiquitanía en la cual él se comporta de una forma muy similar a la que se comportó Bolsonaro; no declara una catástrofe nacional y por lo tanto no llama a comparecer las fuerzas de auxilio que tienen la obligación de presentarse y prestar servicio ante una catástrofe de esas características: lo mismo que Bolsonaro hizo en Brasil con el incendio de la Amazonia. La carretera nos dejó a todos absolutamente perplejos por su negativa a negociar y luego se fragilizó con el plebiscito en el que perdió con el 51%: entonces ahí fue perdiendo credibilidad, como ustedes saben. Esto es lo que yo digo cuando hablo en mi país, pero a la gente le cuesta mucho aceptarlo y preguntan lo siguiente: ¿Será que es la hora de criticar a Evo, cuando las fuerzas que están surgiendo y presentándose, y la violencia? ¿Nos obligarían a olvidar las críticas a Evo para ocuparnos de lo más urgente?

Yo soy de la concepción de que no se puede perder esta oportunidad para hacer las críticas con un principio que hemos usado mucho en los derechos humanos, pero que podemos usar también en la política: el principio de la no repetición. Si no hacemos las críticas que tenemos que hacer al gobierno de Evo, a su manera autocrática en los últimos tiempos de intervenir, de influenciar, de la militarización del país que era visible antes de este golpe; a su manera machista de encarar la política -y de ahí emerge con todas las fuerzas de que es un sindicalista más que un aymara, o que es un sindicalista y no un aymara-; y eso se manifiesta con todas las fuerzas en su negativa a llamar -hasta donde entiendo la situación en Bolivia- a Choquehuanca, que era un candidato posible para una próxima elección e insiste en la reelección y ahí se fragiliza, fragiliza su credibilidad, y fragiliza también la gobernabilidad… Entonces fue muy fácil que las fuerzas que siempre conspiran, que acechan, que están muy bien orquestadas, que tienen una asesoría internacional, que representan el fundamentalismo que amenaza todas nuestras naciones, una forma de secuestro del cristianismo y que es un tipo de secuestro que lleva al fascismo, todas esas fuerzas salen a la superficie. Podríamos decir que es un momento de más verdad porque esas fuerzas se encontraban ahí, siempre se encontraron ahí y un gobernante tendría que tener noticias, percibir los riesgos que corre y no equivocarse, porque cuando un proyecto histórico que tiene como meta un mayor bienestar para más gentes un error se paga con sangre, y se paga con sangre de los pueblos. Los errores de aquel sector, aquella ética que tiende a mejorar las condiciones de existencia de la gente cuando se equivoca la marcha atrás, es abismal. Esto es lo que se puede decir en Argentina sobre la situación de Bolivia y aun así es muy difícil hacerse creer con el surgimiento de las fuerzas tenebrosas a la superficie y la violencia que apareció. Evo está aquí prácticamente canonizado, lo cual es insoportable, entre otras cosas, porque nosotras sabemos cómo es el machismo de Evo, algo que aquí cuando lo cuento, lo explico, no me lo creen. Esa idea de que me jubilaré ‘y cuando me retire lo haré con mi charango, con mi coca y con mi quinceañera’, cuando lo digo, la gente me mira con sospecha.

Entonces son muy importantes dos acciones por parte de nosotras mujeres. Primero, tratar de trabajar para que esas expresiones y el machismo en los gobernantes no sea más visto como un dato secundario, un problema menor, como son siempre vistos los crímenes contra nosotras. Tanto la justicia como la opinión pública ve la violencia y el maltrato, porque esa frase de Evo y muchas otras que ha dicho son formas de maltrato a nosotras las mujeres, son relativizadas y perdonadas como parte de una costumbre y que no hacen mal a nadie, al final. Y eso es un error muy grande, porque ahí se delata el autoritarismo de un gobernante y la pretensión de estar por encima del bien y del mal. Es un tema central: la agresión verbal, física, psicológica, moral a las mujeres es una agresión política, no una agresión basada en las intenciones de la libido, del deseo, de la punción masculina. Son agresiones políticas que delatan la voluntad de poder, la voluntad opresiva de los líderes que así se manifiestan. Falta mucha lucha para poner en el centro ese tipo de cuestiones.

En segundo lugar, hacer circular esta imagen de Evo para que la gente perciba que no es Camacho o Evo; es necesario tratar de trascender esas dos posiciones y pensar libremente en términos de una posición más clara hacia el futuro que no quede encarcelada en esto que estoy llamando la mochila, el fardo de la Guerra Fría, de la época en que las lealtades de un mundo bipartito nos impedían pensar la política de una manera más profunda y más imaginativa.

Finalmente, decir entonces para que quede en claro: mi lectura es que si se da en este momento presente un golpe de Estado, ese golpe de Estado es de una nueva modalidad, un nuevo tipo, y se da después de un vacío de poder, después de una falta de credibilidad, de gobernabilidad originada en la pérdida de apoyo de la figura de Evo por sectores muy amplios de la población. Fue un golpe oportunista que entonces sucede a posteriori de ese vacío de poder que se origina por muchos errores y excesos del gobernante.

Creo también que es una importantísima oportunidad, una más de tantas, para mostrar, para entender que la política está pasando a nuestras manos, que es la hora de pensar entre todas, perfilar, lo que es una manera femenina, una politicidad -como le llamo en clave femenina-, una otra forma de gestión que tiene que ver también con una gestión comunal entendida mejor de lo que se ha entendido en Bolivia hasta el momento en que en realidad se han entendido las comunidades como micro Estados, como pequeños Estados, y esta forma de entenderlas ha hecho surgir cabezas de un caciquismo fundamentalista. No tengo mucho tiempo de explicar eso, sería largo, y sería sobre todo el motivo de una larga conversación: ¿Cómo hacemos política nosotras? Deberíamos comenzar a generar una retórica de valor a otra forma de valor que se distingue mucho a la gestión de los caciques.

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Un día de justicia: prisión perpetua a Diego Concha por el femicidio de Luana Ludueña

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El jurado popular y el Tribunal Técnico de la Cámara 3ª del Crimen de la Ciudad de Córdoba condenaron este martes por la tarde a Diego Gustavo Concha, ex titular de Defensa Civil de la provincia (en la foto, durante la audiencia). La pena: prisión perpetua por el delito de abuso sexual seguido de homicidio en perjuicio de Luana Ludueña, una bombera voluntaria que se quitó la vida en enero de 2022, nueve semanas después del ataque. En el fallo se consideró que el hecho fue un caso de violencia institucional ya que Concha “abusó de su poder como jefe de un área clave del gobierno de Córdoba”. Tanto él como la provincia de Córdoba deberán indemnizar solidariamente a los padres de Luana por daños y pérdida de chance de ayuda futura.

Desde Córdoba por Bernardina Rosini

Finalmente hubo justicia.

El ex titular de Defensa Civil de Córdoba, Diego Concha, fue condenado a prisión perpetua por el abuso sexual seguido de homicidio en perjuicio de Luana Ludueña. Luana era bombera voluntaria y se suicidó en enero de 2022, como efecto del ataque que había sufrido.

El Tribunal rechazó el pedido del fiscal Fernando López Villagra, quien había solicitado que se declarara inconstitucional la pena máxima en este caso y que Concha fuera sancionado con 20 años de cárcel.

En su fallo, el Tribunal reconoció el caso como un hecho de violencia institucional, señalando que Concha “abusó de su poder como jefe de un área clave del gobierno de Córdoba” para perpetrar el abuso contra la joven. Además de la pena de prisión, Concha fue inhabilitado de forma perpetua para ocupar cargos públicos. El Tribunal ordenó que Concha, en forma solidaria con la provincia de Córdoba, pague una indemnización a los padres de Luana, Cristina Caminos y Sergio Ludueña, por daños y pérdida de chance de ayuda futura.

Un día de justicia: prisión perpetua a Diego Concha por el femicidio de Luana Ludueña

Luana y su perro Ciro.

Hallado culpable en todos los cargos en su contra, el ex funcionario también fue sentenciado por los hechos de violencia de género cometidos contra su ex pareja. Los fundamentos de la sentencia se darán a conocer el 17 de septiembre.

Un arma en la cabeza

Diego Concha, de 53 años, llegó a juicio acusado de homicidio por abuso sexual contra Luana Ludueña, de 25 años. Ludueña, tras ser atacada por quien era entonces el Director de Defensa Civil de la provincia, intentó suicidarse en tres ocasiones. Durante su internación en una clínica de la ciudad capital, se enteró de que Concha había renunciado a su cargo y había sido detenido por otro caso en su contra. El funcionario fue arrestado el 27 de noviembre de 2021, luego de que su ex esposa, también bombera, lo denunciara por agresiones y amenazas. Según su testimonio, Concha la habría amenazado de muerte apuntándole con un arma en la cabeza, además de perseguirla en la carretera y cruzarle la camioneta, sumando estos incidentes a una serie de agresiones sufridas desde su separación.

El homo sapiens y la tarjeta de crédito

La jornada comenzó en el Palacio de Tribunales II con las palabras de Sergio Ludueña, padre de la joven bombera, quien se dirigió al jurado popular: “Tienen en sus manos la posibilidad de hacer una diferencia y que la muerte de Luana no quede impune, y que Diego Concha sea condenado para que esto sirva y no haya ninguna víctima más de abuso de poder”. Visiblemente conmovido, recordó los esfuerzos de su hija por superarse profesionalmente: “La vi nacer y me tocó verla morir. Pido justicia por Luana y por quienes no se animaron a hablar”.

Un día de justicia: prisión perpetua a Diego Concha por el femicidio de Luana Ludueña

Diego Concha, en el centro, durante una de las audiencias. Foto: Natalia Roca para lavaca.org.

Inmediatamente después, fue el turno del ex funcionario. Llamó la atención la omisión de la palabra “inocencia” durante los 17 minutos de su exposición. Al dirigirse al tribunal, compuesto por los jueces Juan Manuel Ugarte, Eugenio Pérez Moreno y Marcelo Jaime, y al jurado popular, Concha declaró: “En el encuentro con Luana no pasó nada malo ni nada bueno, sencillamente no pasó absolutamente nada”.

Luego, hizo una referencia a tiempos prehistóricos: “El homo sapiens no conocía la palabra, entonces se comunicaban por señas o dibujos. Luego el hombre evolucionó y logró conseguir la palabra, y con la palabra se puede hacer el bien o el mal”, afirmó.

Continuó: “Muchas veces el hombre usa la palabra para hacer mucho daño, para tergiversar y sacarlas de contexto, y en muchos casos, mentir”. Posteriormente, mencionó su labor como Director de Defensa Civil, destacando sus años de servicio como bombero y apoyando su defensa en su ejercicio profesional. En cuanto a las denuncias de su ex pareja, mencionó que “tenía un adicional de mi tarjeta de crédito y gastaba libremente, así también con mi tarjeta de débito”.

Después de tal argumento bancario pidió perdón a sus hijos por “tal vez no estar en momentos importantes como eventos escolares” y prosiguió: “Disculpas también a mi ex pareja. Ningún hombre, bajo ningún concepto, debe discutir con su pareja, fuese el motivo que fuese. Lo tengo re claro, lo he hablado muchísimo con las psicólogas que me han ayudado en el penal de Bouwer”. Y para concluir, afirmó: “Quiero que quede bien en claro que quien les está hablando sabe perfectamente qué es la violencia de género”.

Un día de justicia: prisión perpetua a Diego Concha por el femicidio de Luana Ludueña
El colectivo Fuegas, brigadistas forestales, sostuvo el reclamo de justicia.

El poder en el banquillo

Después de las palabras de Concha hubo un cuarto intermedio de varias horas hasta conocerse la sentencia. Profundamente conmovida al saber que finalmente fue hallado culpable, la madre de Luana expresó:Ninguna condena es suficiente porque Luana no nos la devuelven. No puedo decir que estoy feliz pero Luana puede descansar en paz y nosotros como familia cumplimos con su pedido de justicia”.

Agradeció a los presentes, sobre todo a las Fuegas, brigadistas forestales de Sierras Chicas que acompañaron fuertemente a la familia a lo largo del proceso. Sobre Concha dijo: “No me interesa él. No escuché en el recinto lo que dijo. Yo solo rezaba. A lo largo del juicio y de las audiencias llevadas a cabo, no hubo ocasión en la que él mostrara arrepentimiento, empatía, ni reflexión alguna sobre lo que significó su conducta”.

El abogado de la familia Ludueña, Dr Carlos Nayi dijo sentirse “ampliamente conforme” con la condena. Se le ha devuelto la paz a una familia, y el honor a una joven que supo decir que prefería dar la vida que claudicar. Valió la pena”. Y dijo que este caso marca un precedente: “Se trata del poder sentado en el banquillo de acusados”.

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Daniela Calarco, presa desde hace 2 meses por manifestarse contra la Ley Bases: la criminalización de la protesta, y de la organización

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La acababan de despedir. Se fue a manifestar. Y la metieron presa. La historia corta de Daniela Calarco, hace 2 meses detenida en la cárcel desde la votación de la Ley Bases, suena a una cadena de injusticias y trampas en las que el Estado, desde el Poder Ejecutivo al Judicial, es victimario y cómplice. En esta entrevista con lavaca repasa su historia de organización, y dice que su militancia es señalada como “agravante” en la causa judicial, en otro de los peligros de su caso. El clima previo a su detención, con el Congreso militarizado mientras se sesionaba. La encerrona que hizo la policía para cazar manifestantes arbitrariamente, relato que coincide con el de Roberto y el resto de los detenidos ese día. Las torturas que siguieron: 12 horas esposadas, aislada, sin comida ni agua, luego obligada a desnudarse. La criminalización mediática, la rutina del encierro, las lecturas para pasar el rato a la espera de verdadera justicia, y su mensaje: “Nuestros reclamos son justos. Son necesarios y posibles. Entonces hay que tomar la fuerza y el ejemplo de las mejores generaciones de lucha de nuestro país, y no abandonar la calle”.

Por Lucas Pedulla

El teléfono del módulo 3 sector A de la cárcel de Ezeiza suena cuatro veces. 

-¿Hola?

Hola, buenas tardes, ¿se encuentra Daniela Calarco?

-Sí, soy yo.

Daniela Calarco Arredondo -39 años, militante del Movimiento Teresa Rodríguez “Votemos luchar”, trabajadora desocupada, lesbiana- atiende ella misma el teléfono del pabellón. El lunes cumplió dos meses de estar presa en Ezeiza luego de movilizarse el 12 de junio en protesta contra la sanción de la Ley Bases, cuando la detuvieron y la acusaron de terrorista.

Junto con Roberto de la Cruz Gómez , son las dos personas que siguen presas.
La única mujer de las diez detenidas en esa cacería.
Daniela habla con lavaca por primera vez tras su detención.

Trabajadora despedida

Daniela es de Mar del Plata. Empezó a militar en el MTR-Votemos Luchar contra las fumigaciones con agrotóxicos en su barrio. Su inquietud por lo ambiental la llevó a colaborar con la Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria de la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMdP). Luego, su vinculación pasó al movimiento de trabajadorxs desocupadxs. 

Hace cuatro años Daniela se mudó al sur del conurbano bonaerense, en Lanús, y dedicó su militancia en Lomas de Zamora en comedores populares, en la mejora de viviendas, en cursos de capacitación. Empezó a trabajar en la Secretaría de Economía Social del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación: “Hacíamos el vínculo del Estado y organizaciones sociales que recibían convenios de construcción o capacitación” cuenta ahora, presa. Y conecta: “Hoy veo la persecución que se hace a organizaciones y puedo acreditar que los compañeros rendían cada peso que recibían. También se creó un show para justificar los despidos, pero puedo dar fe de cómo esa política cambiaba la calidad de vida de la gente”. 

Ella lo vivió en carne propia: “Fui una más dentro de la tanda de despidos de marzo”.

El 12 de junio, día de la Ley Bases, Daniela llegó a la Plaza ya desocupada. 

La cacería inhumana

Dice sobre ese día: “Todo empezó mucho más temprano que el momento de la represión. Había un clima: quienes somos militantes o conocemos la térmica de la movilización, sabíamos que no iba a ser una jornada tranquila. La zona del Congreso estaba absolutamente militarizada. Ese escenario dantesco nos daba la razón por la que estábamos reclamando: si necesitás militarizar así para votar una ley, claramente no es bueno para los que estamos afuera”.

Recuerda que al momento de desatarse la represión, las columnas empezaron a desconcentrar por Avenida de Mayo en dirección a 9 de Julio. “Hubo muchísimos gases, corridas, empujones. La represión en la Plaza hasta la 9 de Julio la hace la Federal. Nos desvían a todas las columnas grandes por Avenida de Mayo y la única posibilidad de doblar que teníamos era en 9 de Julio para el lado de Constitución, porque hacia el lado norte no teníamos forma porque había un cordón de motos de la Ciudad. Procesando después, empezamos a ver que estaba todo armado para salir a cazarnos en la 9 de Julio”. 

A Daniela la detienen en Chile y Lima, a la salida de un McDonalds: “Todas las motos que estaban esperándonos en Lima y Avenida de Mayo empezaron a tirar balas de goma. Había gente asustada y con una compañera empezamos a meter gente al McDonalds. Estuvimos unos minutos y después salimos. Una persona me intenta detener y la gente me ayuda, imaginate el temor de que una persona que no está uniformada ni identificada chupe a alguien de una movilización. Muchas chicas me ayudaron a zafar. Pero cuando estoy tratando de irme, se me tira en la espalda. Me mantiene ahí 2 o 3 minutos, cuando llegó más Policía de la Ciudad en moto. Recién a la media hora aparece personal femenino”. 

En la causa figura que el nombre del policía que la detuvo es Marcos Rodríguez, jefe de servicio externo de la Comisaría Vecinal 1B, en el móvil 601. ¿Le informaron por qué la detienen? “En ningún momento me dicen por qué. Solo cuando me suben al patrullero me leen mis derechos. De ahí me pasan a una camioneta en la que me hacen acta con las cosas que me secuestraron con un testigo dudosísimo, que llegó antes de los refuerzos de la policía y ya venía con el policía que me detiene. En un momento ese efectivo le explicó a las policías cómo tenía que hacer el acta. Nunca me hacen firmar nada, y el acta que figura en la causa no es la misma que hacen delante mío”.

Primero quisieron subir a Daniela a una camioneta donde había todos policías varones. El oficial a cargo se negó. La llevaron a otra, donde había dos mujeres y dos hombres detenidos. “Bajan a los chicos y usan esa para subir a todas las mujeres. Desde el primer momento tratamos de bancarnos con las pibas. Se armaron lazos muy buenos que fueron los que nos sostuvieron en esos días tan terribles”. 

¿Por ejemplo? “Pasamos más de 12 horas esposadas en una camioneta sin que nos bajen en la comisaría. Creo que nos bajaron una o dos veces al baño en toda la noche. Después, cuando finalmente nos bajan, nos dejan en un pasillo porque la comisaría no tenía ni una celda para nosotras. Fueron momentos muy angustiantes; cómo nos sostuvimos entre nosotras la bancamos mucho mejor”. Tampoco les llegaron la comida ni los bidones de agua que las familias les compraron. Y en Comodoro Py las hicieron desnudar y las mantuvieron esposadas con pesadas cadenas en pies y manos hasta declarar. 

Daniela observa: “De estos dos meses, los peores momentos fueron mientras estuvimos en Capital. Obvio que es una situación horrible estar en un penal de máxima seguridad, pero acá el trato cambió: por lo menos fue humano”. 

El agravante militante

Al momento de la detención, y por recomendación de sus abogados, Daniela se negó a declarar. Fue una de las detenidas más criminalizadas mediáticamente, acusada de supuestamente incendiar bicicletas del Gobierno porteño. “La criminalización se sostuvo en lo mediático, donde los medios hegemónicos jugaron un papel horrible, pero nada pudieron sostener cuando nos trataron de terroristas y golpistas. Hasta hoy solo queda una imputación de incendio agravado por ser un bien de uso público, que es lo único que pueden seguir para agarrarse y que sea federal; si no, se les caería. Sobre lo que figura en la causa, toman fotos de las cámaras de seguridad de la calle y de la plaza, y hablan de videos que no presentaron en la causa, con lo cual no tienen ningún valor”.

El lunes, al cumplirse los dos meses, organismos de derechos humanos se presentaron ante el juzgado de María Servini para presentarse como amicus curiae en la causa. A su vez, la defensa informa a lavaca que la jueza cerró la etapa de instrucción para que la causa vaya a juicio. En los próximos días presentarán un nuevo pedido de excarcelación para que Daniela espere el proceso en libertad.

Los pedidos de excarcelación de Daniela fueron rechazados porque los jueces entendían que podía entorpecer la causa: “Un supuesto delincuente puede entorpecer una causa plantando pruebas o haciendo desaparecer otras, pero las únicas pruebas que toman en mi contra son las cámaras de seguridad. No hay forma de entorpecer eso porque no hay forma de que yo pueda entrar a algún lugar a borrar esas imágenes. Incluso en la última negativa de excarcelación, la jueza le da a la fiscalía la oportunidad de presentar más pruebas, pero no presenta nada. En el fallo que sostiene mi prisión no dicen cómo yo haría eso: lo que es sumamente preocupante es que hablan que por ‘mi condición’ podría entorpecer la causa”. 

¿Cuál es su condición? “Me hace pensar que mi condición es estar organizada políticamente. Es preocupante que hoy, en Argentina, estar organizado se esté tomando como agravante en una causa. Y eso no me va a caer solo a mí sino a todas las personas que decidimos organizarnos. Es un precedente”. 

El mensaje de Daniela

Acostumbrada a la hiperactividad de la militancia en los barrios y que cada día sea ir de acá para allá, Daniela admite que la rutina del encierro le pesa. Se la escucha firme, clara, y cuenta que aprovecha el tiempo para hacer ejercicio en el patio. También para leer, mucho. Estos días está leyendo un libro sobre el abordaje de los medios de comunicación durante el ataque a las Torres Gemelas en Estados Unidos, como antesala a la invasión a Irak. Agradece los libros que le acercan. Y agradece, sobre todo, la solidaridad de ese afuera que lo siente en el alma: “Es lo que me hace seguir bancando. Una, al estar organizada, sabe que su familia y su organización va a estar, pero la verdad es que todo lo que se armó excedió esa concepción. Son cientas las organizaciones que están bancando, además de los organismos de derechos humanos que visitan, que llaman. Me emociona muchísimo”.

Al mes de su detención, sus compañeras leyeron en Plaza de Mayo una carta que había escrito de puño y letra. Decía: “Somos hijes de un pueblo que sobradamente sabe de ganar y defender sus derechos con lucha. Somos hijes y nietes de la plaza, y si las madres y las abuelas siguen en ella, lo mínimo que tenemos que hacer es honrar su lucha luchando”. 

Le pregunto, entonces, si tiene miedo.

 Piensa unos segundos en la respuesta.

Y dice, del otro del teléfono del módulo 3 sector A de la cárcel de Ezeiza: 

“No sé si es miedo la palabra que usaría. Sí mucha preocupación. Para quienes nos tomamos en serio, desde el primer día, un proyecto de cambio social real, y cuando el capitalismo no tiene nada más para ofrecer al pueblo trabajador, entendemos que el adversario es grande y terminar preso o herido es una posibilidad obvia, que no tomamos a la ligera, pero sí sabemos conscientemente que los derechos se ganan en las calles. Hoy hay un nivel de ataque y de violencia mucho más explícito y profundo que lamentablemente ha encontrado asidero en una parte de la sociedad. Que muchos diputados hayan venido a visitar a genocidas donde yo estoy, en otro momento se hubiese generado un repudio como fue el 2×1, masivo. Lo preocupante, cuando hablamos de discursos de odio, es entender que no queda solo en el discurso, porque hay gente que pasa a la violencia explícita. Tenemos que entender eso como un cambio de época para poder combatirlo. Vamos a tener que ser creativos, ingeniosos, pero no dejar de luchar, porque todo lugarcito que cedamos lo van a ocupar con la porquería que militan. Nuestros reclamos son justos. Son necesarios y posibles. Entonces hay que tomar la fuerza y el ejemplo de las mejores generaciones de lucha de nuestro país, y no abandonar la calle”.

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Chaco: continúa la Marcha Multisectorial desde el Impenetrable hasta Resistencia

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Una larga marcha que va del Impenetrable chaqueño a la Capital -casi 300 kilómetros- reclama la entrega urgente de comida para merenderos, comedores y programas sociales al gobierno provincial. Además, señala al nacional bajo la consigna “Milei: basta de hambre, ajuste, entrega y represión”. Hoy dos columnas que provenían de distintas comunidades se unieron y dormirán en Castelli; mañana siguen, mientras arman los petitorios y conforman una Multisectorial de campesinos, comunidades originarias, sindicatos, productores y hasta la Iglesia.

Informe: Luchas del Chaco

https://twitter.com/lavacatuitera/status/1823479023533539607?s=48

El hambre y la falta de respuestas impulsan la larga marcha de las comunidades del Impenetrable chaqueño. Hoy y luego de recorrer a pie 50 kilómetros las dos columnas en que se organizó esta marcha acamparon en Castelli, a casi 300 kilómetros de Resistencia, a donde se dirige esta protesta para exigir que el gobierno provincial entregue comida para los merenderos, para los comedores escolares y para los programas de asistencia alimentaria.

Este jueves 8 de agosto una columna partió desde Miraflores y otra desde Bermejito. Cada una se nutrió de comunidades del Impenetrable. Hoy y en un emotivo encuentro, las dos columnas se abrazaron en la entrada de Juan José Castelli, luego de caminar durante casi dos días. Denuncian así la dura situación que se vive en el Chaco: el hambre y la falta de comedores escolares y comunitarios. La multitud, que provenía de diversas comunidades, marchó por la ciudad bajo la consigna: “Milei: basta de hambre, ajuste, entrega y represión”.

La columna de Miraflores estuvo compuesta por personas de Fortín Belgrano, Sauzalito, Sauzal, Vizcacheral, Misión Nueva Pompeya, Wichí, entre otras, mientras que la columna de Villa Río Bermejito reunió a habitantes de El Espinillo, La Leonesa, Las Palmas, Pampa del Indio, parajes rurales y localidades aledañas.

Ahora se encuentran acampando en el acceso de Castelli y se preparan para armar los petitorios y convocar a la Mesa Intersectorial, que estará integrada por campesinos, originarios, asociaciones comunitarias, asociaciones sociales, iglesias, pequeños productores, intendentes, etc..

El objetivo es claro: que se abran las negociaciones con el gobierno de la provincia y se de respuesta urgente a las demandas alimentarias.

Continuará…

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