CABA
Las fábricas de derechos

Gisela Bustos forma parte del movimiento que ha logrado que las empresas recuperadas presenten nuevamente en 2022 un proyecto de Ley de Recuperación de Unidades Productivas. Es parte de una estrategia para cambiar una inercia nacional: la del desconocimiento, ninguneo e indiferencia hacia un movimiento que logró, con trabajadoras y trabajadores concretos, organizados en cooperativas, de modo autogestivo, poner en marcha más de 400 fábricas y empresas en las que la gestión patronal había resultado un fracaso.
Todo eso ocurrió durante uno de los fracasos históricos del país, el que cruzó la frontera entre el siglo 20 y el 21, del menemismo al delarruismo con el neoliberalismo como bandera, en medio de la mayor desocupación y recesión de la que se tenga memoria.
Gisela Bustos es hija de esa historia, que en el tiempo presente la instaló en lugares entonces inesperados: es la Directora de Fomento y Evaluación de Proyectos del INAES (sigla del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social, que reúne al mundo cooperativo y mutual del país).

“Cuando yo trabajaba en la metalúrgica 19 de Diciembre, incluso como abogada, el INAES era para mí el lugar al cual venir a reclamar la matrícula de las cooperativas del MNER (Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas). Ni siquiera sabíamos que había un despacho como este, una Dirección con herramientas para el fomento de las cooperativas. Hoy al menos puedo decir que tenemos el 100% del presupuesto que nos corresponde ejecutado”.
Bustos ha sido una de las voces del MNER durante la presentación del proyecto de Ley en Diputados, junto a Eduardo Vasco Murúa, titular de la Dirección de Programas de Inclusión Económica del Ministerio de Desarrollo Social, (más nombrada como Dirección de Empresas Recuperadas). En ambos casos, el rol de funcionarios se da paralelamente a la participación en un movimiento social.
¿Cómo describir la relación entre esa militancia y la función estatal? Gisela ríe: “De amor-odio. Digamos: es una relación de tensión, nunca de comodidad. Algunos sectores querrían que sea de subordinación, pero nunca lo va a ser. Las recuperadas tienen un aporte muy importante que hacer a la economía social y popular. Tenemos que seguir trabajando en cada fábrica y también en los espacios institucionales para correr los límites que muchas veces nos quieren imponer. Ese es nuestro trabajo, para lograr cosas concretas”.
La historia de Gisela corre entrelazada a las empresas recuperadas desde su trabajo cotidiano de los últimos 20 años hasta su doctorado en Ciencias Jurídicas en la Universidad de Morón, aprobado con la tesis Ocupar, Resistir y Producir Derechos, publicada luego por la editorial Ciccus.
“Un tema que busqué resaltar es la relación entre los derechos del trabajo con los derechos humanos. Tenemos la mirada puesta en la dignidad, la solidaridad, el bien común. Pero no es una teoría romántica, algo abstracto o poético. Hablo de algo que se percibe apenas se conoce cada una de estas experiencias”.
De la asamblea a la metalúrgica
Vivió siempre en Adolfo Sordeaux, Malvinas Argentinas, Los Polvorines. Gran Buenos Aires en estado puro. Padre ya jubilado que fue administrativo en una fábrica, madre profesora de yoga y gimnasia, hermano que estudió para contador, y Gisella entró a abogacía.
Todo tranquilo, parecía, hasta que llegó el 2001: “Me llegó la movilización tremenda de esos días. En mi casa nadie hablaba de política, había un temor, el no te metas. Algo que les venía desde los 70. Pero el 2001 se llevó todo puesto. De repente, el pueblo estaba en la calle”. Apareció la asamblea vecinal, Gisela corrió hacia allí. “Había mucho impulso de compañeras de un partido trosko, el MST, que después tuvo varias rupturas. Yo empecé a militar con ellas. Había que salir o salir, organizarnos. Éramos los dueños de la calle, de las plazas, existía la idea de estar en la discusión y en la toma de decisiones. Eso ya no era cosa de otros: era cosa nuestra”.
Se sumó a las calles, a las plazas y al partido. “La idea de las compañeras era participar, empujar, y también captar, y yo me sumé, obviamente. En esa militancia, fue que acompañamos el conflicto de la autopartista 19 de Diciembre. Esa fecha de 2002 se había tomado la fábrica. Hubo un festival solidario, pero cuando conocí esa empresa quedé enamorada, porque esos compañeros hacían todo lo que realmente había que hacer. Recuperaban los medios de producción. Yo sabía lo poco que me habían dado para leer, algo de Marx, algunas discusiones… pero en la 19 de Diciembre estaba todo sintetizado. Se apropiaron del lugar para no quedar en la calle, y autogestionaban la empresa en medio de ese contexto de movilización popular”. Gisela se recibió de abogada en 2003 y en 2006 entró a la fábrica a la parte contable. Al poco tiempo la asamblea decidió que fuese abogada de la cooperativa. Y finalmente en 2010 ingresó como socia. “Me fui del partido, porque en las sucesivas rupturas que iba teniendo no daba respuesta para la experiencia de las fábricas recuperadas. Yo veía una cosa dogmática aferrada a planteos de 150 años atrás. No sé si era el partido en sí, o quienes lo manejaban. Yo decía: ‘amigo, aggiornate, no sigas cargando la cosa en los muertos, animémonos a debatir los que estamos vivos, a discernir, a polemizar”.
¿Quiénes son desclasados?
Recuerda debates raros. “En el partido me decían ‘ustedes son unos desclasados, los trabajadores de una empresa recuperada ya no tienen patrón. Entonces, si no tienen patrón, ya no son trabajadores sino pequeño burgueses’”.
El planteo –dirigido a los obreros metalúrgicos de la 19 de Diciembre por parte de militantes partidistas– merecería formar parte de alguna antología futura de Capusotto y Saborido.
“En un momento dije basta. Las discusiones en el partido eran para participar y empujar, yo lo comprendo, así como para captar gente. Pero al estar ya en contacto con fábricas concretas, como en el partido yo veía que no entendían, decidí irme a trabajar directamente al MNER”. Una sorpresa en el relato”: El primer apoyo concreto para la 19 de Diciembre llegó de La Bella Flor” cuenta Gisela en referencia a la cooperativa de reciclado de basura de José León Suárez. “Es toda una red de organizaciones que hay en San Martín. Tenemos incluso una Mesa de Recuperadas”. Eso hizo que ella se hiciera cargo como abogada de un número cada vez mayor de fábricas y empresas que buscaban una especie de utopía práctica: que las reconocieran formalmente para poder trabajar.
Empapelados de subsidios
Gisela empezó a observar cómo desde ámbitos externos a las empresas y fábricas recuperadas se hablaba y teorizaba sobre ellas. “Pero nuestras humildes empresas tenían mucho para aportar a lo que hasta la OIT (Organización Internacional del Trabajo) incluyó en sus informes sobre el futuro del trabajo. Pero a la vez me hacía pensar: ¿nosotros no tenemos nada para decir? En 2019 todavía estaba el gobierno de Macri, con el que estábamos obtuadísimos, pero se hizo un congreso en España de la OIT, presentamos una ponencia, nos convocaron a exponerla allí mismo para contar cómo fue que recuperamos las fábricas y las venimos sosteniendo durante más de 20 años. En Europa eso solo había ocurrido en momentos efímeros, la experiencia aquí ha sido totalmente diferente en el tiempo y en los resultados”.
Como abogada se hizo cargo o colaboró con otras empresas, seguía siendo docente pero finalmente todo se volcó al MNER. “Y en la 19 de Diciembre además creamos un Centro cultural, la biblioteca Popular, cosas abiertas a la comunidad y que los mismos compañeros se plantearon como una forma de devolverle al barrio la ayuda que habían tenido durante la recuperación de la fábrica”.
Sobre el anterior gobierno kirchnerista define: “Fuimos muy críticos de todo lo que faltó. Y no hablo de algo coyuntural, o de dinero. Lo que faltó fue el reconocimiento histórico. Y eso es que había muchos intereses de fondo. Como que la política era: te empapelo de subsidios pero no te reconozco. Ahí había alta tensión. Como que la pregunta era: ¿pueden los trabajadores arrebatarle al patrón una fábrica, y además autogestionarla? Eso es lo que mucha gente no aceptaba, y es la prueba que las empresas recuperadas de Argentina pasaron sobradamente. Y eso es mucho más que lo que aguanta mucho progresismo que se queda en lo cosmético”.
En esos tiempos pre 2015 las empresas podían acceder a algunas líneas de subsidios. “Pero nosotros queríamos que nos compren producción para poder trabajar, y lograr el histórico planteo de leyes de expropiación. Hoy seguimos sin una normativa que nos reconozca de fondo. Seguimos con parches”.
Cooperativas y propiedad privada
En 2020 en plena pandemia, ya con Murúa en la dirección de empresas recuperadas, el MNER presentó un primer proyecto de Ley Nacional de Recuperación de Unidades Productivas. “Tampoco es que inventamos la pólvora, sino que el proyecto toma ideas anteriores y las actualiza. Pensamos que en pandemia era muy importante dotar de la mayor protección posible a los trabajadores de las cooperativas, pero el proyecto no tuvo tratamiento”.
La idea que plantea bustos: “No queremos que se expropie para que la empresa pase a ser de la cooperativa. Queremos que el Estado expropie, tome ese dominio, esa propiedad, y le ceda el uso a la cooperativa en tanto la cooperativa siga adelante con su proyecto productivo autogestionado, e incluso con la función social que desarrolla en la comunidad a través de los bachilleratos populares, centros culturales, escuelas, jardines, radios comunitarias y tantas cosas más. Pero así quitamos el concepto de propiedad privada, ver quién se queda con la empresa”.
Dice Gisela que eso no está en debate en este proyecto: “Lo que ponemos en debate es el derecho al trabajo. “Y en las propias cooperativas han estado de acuerdo con que ese era el camino. Los trabajadores no quieren quedarse con la propiedad, sino con la posibilidad de trabajar. Y eso me consta y lo puedo decir porque es lo que hemos discutido con mis compañeros”.
Ese derecho al trabajo es lo que se conoce como un derecho puente: “El que te permite el acceso a otros derechos. Al poder trabajar tenés acceso a otra calidad de vida, el esparcimiento, el disfrute”.
Lo esencial es invisible
En el INAES Gisela comenzó su gestión con el ya fallecido Mario Cafiero como presidente, sucedido por Alexandr Roig. “La pelea que tanto en la dirección del Vasco como acá podemos dar es intensa: tratar de traccionar para que el Estado escuche más los planteos de los protagonistas de todo esto que son los trabajadores. Y que entonces lleve adelante políticas públicas que se necesitan. De nuevo: no hay que inventar la pólvora. Se trata de escuchar y tratar de dar respuestas”. Su rol involucra desde el INAES no solo a las recuperadas sino a todo lo que incluye la economía solidaria y popular, cooperativismo, mutualismo”.
Este año se está impulsando además el ReNacER, Registro Nacional de Empresas Recuperadas. “Es algo que no existía, y no es por nada que no existía en el Estado un registro de las empresas: era una forma más de invisibilizarnos, de ignorarnos. Íbamos a reclamar y nos decían: ¿cómo sabemos quiénes son las empresas recuperadas? En 20 años, nadie había hecho un registro oficial. Esto lo estamos haciendo de forma colaborativa, es una herramienta disponible”. El ReNacER permite que las empresas se anoten y entren en diálogo con la Dirección que encabeza Murúa.
Calcula Gisela que por ahora puede considerarse que existen unas 400 unidades productivas recuperadas en el país, que ocupan a 18.000 personas. El registro permite detectar que el rubro metalúrgico (muy fuerte en las primeras recuperaciones alrededor del 2000) se ha ido diversificando, del mismo modo que la participación femenina en las cooperativas de trabajo.
¿Vale fabricar balas?
Otro dato: “Las empresas recuperadas tienen una baja tasa de mortalidad, lo cual significa que las brutales criis que atraviesa nuestro país no se tradujeron de forma lineal en arrasar empresas recuperadas, como sí pasó con las privadas. Y eso ocurre porque nosotros tenemos otra elasticidad frente a la crisis, una forma de encararlas que surge de valores que no son el lucro. Acá se bancan las situaciones, se reparten de forma solidaria las horas de trabajo y los ingresos. Y obliga a crear, a hacer un poco de magia”.
¿Por ejemplo? “En la crisis global 2008-2009 cayó la industria automovilística. La 19 de Diciembre es autopartista. ¿Qué íbamos a hacer? Nos inventamos unas pinzas magnéticas para sacar las piezas de los balancines (las máquinas que cortan las chapas) reciclando un montón de cosas que había en la fábrica. Fue un éxito, hoy todavía seguimos vendiendo esas pinzas”. Otras magias: “Como el Estado no podía comprarnos autopartes, ls fabricamos canastos de basura, cartelería y hasta piezas para la construcción de viviendas”.
En ese momento les propusieron además fabricar casquillos de balas para las fuerzas de seguridad. Sorpresa: “La asamblea lo rechazó. No es que sobrara plata, pero la asamblea planteó que no estaba de acuerdo con esa provisión para el Ministerio de Seguridad, sabiendo las veces que todo eso fue usado contra los propios trabajadores”.
Las fábricas recuperadas tienen sus consejos de administración, pero las decisiones fundamentales se toman en asamblea. Eso permite críticas por una supuesta ineficiencia. “Es falso. Lo ineficiente es si la fábrica está en asamblea permanente. Nuestro lema es Ocupar Resistir y Producir. Y producir con calidad, con autodisciplina. Y producimos no solo lo que hace la fábrica, sino que también tenemos que producir reflexiones, derechos, debates. Es mucho que producir, y eso lleva a una organización. No es la caricatura de decir que hay que hacer asamblea para cambiar el foquito del baño. Lo que sí hace la asamblea es abrir la discusión al conjunto y así hemos sorteado las crisis más difíciles debatiendo, conversando y viendo colectivamente cómo encarar las cosas”.
El sexo del Estado
Cree Gisela que el futuro del trabajo no es necesariamente la precarización y el empobrecimiento, “sino uno que tenga como centro a la mujer, al hombre, a la comunidad, para pelear por la defensa de los derechos. Se viene todo un avance tecnológico frente al cual tenemos que preguntarnos cómo ponerlo al servicio de los derechos de los trabajadores. Tal vez sea reducir la jornada laboral. Es algo a debatir. Pero yo creo que se puede lograr trabajar en mejores condiciones, e incluso menos, porque no hay una crisis de la riqueza. Todo lo contrario: hay mucha riqueza, pero mal distribuida. Entonces hay que ponerle una mirada social, solidaria y popular al tema de la riqueza. Qué pena que muchas veces los sindicatos no propicien estos debates. Pero nosotros tenemos la mirada puesta en los derechos, la dignidad, la solidaridad, pero no como algo teórico o abstracto ni romántico. Es una solidaridad concreta para generar trabajo incluso a quienes fueron expulsados del sistema educativo”.
La invisibilización, considera, viene a varias bandas: “Los empresarios no nos pueden ver con simpatía”. Previsible: las cooperativas hacen funcionar experiencias productivas en las que los propios empresarios fracasaron.
“Y el Estado tampoco nos ve con buenos ojos, necesariamente. No es un Estado asexuado, no ha dejado de ser durante décadas el que maneja los hilos que responden a ciertos intereses del sistema capitalista. Por eso ahora es importante consolidar los avances que se están teniendo, para que se transformen en nuevas políticas de Estado”.
Sobre la confianza en que eso ocurra. “Nosotros no confiamos en nadie más que en nuestros compañeros, compañeras, y en nuestra movilización. Tenemos que seguir trabajando hacia adelante en las fábricas y empresas, en los espacios institucionales, correr los límites que tenemos y que nos imponen”.
Tenedores para la sopa
Gisela pone un ejemplo de las tradicionales políticas estatales: “Llueve sopa y me regalás un tenedor. Te digo que no me sirve, me lo sacás y me pegás con el tenedor. Si fuera que me arreglaste la vida, todo bien. Pero no es así, entonces hay que bajar un poco, y aprender a escuchar y a dialogar”. Tiene en la oficina imágenes de Santa Rita, Perón, Marx, el Che, un Gauchito Gil y otra imagen de Diego Duarte, adolescente desaparecido en 2004 en los basurales de José León Suárez.
Tiene una frase del Papa Francisco: “¡Las cooperativas lo desafían todo, incluso desafían la matemática pues, enuna cooperativa, uno más uno da tres! Y enuna coooperativa un fracaso es medio fracaso. Eso es lo bonito de las cooperativas”.
Gisela propone: “Somos muy cabeza duras, pueden invisibilizarnos, ignorarnos, pero nunca van a poder dejar de reconocer que somos cabeza duras, consecuentes. No lo digo, como te decía antes, por una mirada romántica. Lo digo por una mirada situada. ¿Estamos hablando de héroes anónimos? Sí, no te podés perder esa parte de la película, o de la realidad, por estar en un laboratorio. Si eso lo entendieran los que tienen cargos, funciones y posibilidad de tomar decisiones, estaríamos mucho mejor. Para eso se necesita humildad y diálogo… tampoco son cosas tan difíciles”.
CABA
El teatro sale a la calle por la derogación del decreto 345

A 44 años del atentado al Teatro Picadero en plena dictadura, distintas salas, artistas, productores y gestores organizan un encuentro para conectar pasado y presente. De Teatro Abierto al Festival ENTRÁ, la organización contra el desmantelamiento del sector, representado en el decreto 345, para defender la cultura, la identidad y crear lo que viene.
Por María del Carmen Varela
El 6 de agosto de 1981, a pocos días de haberse iniciado el ciclo Teatro Abierto, el Teatro Picadero sufrió un atentado que lo dejó en ruinas. Por eso, 44 años después, bajo otro ataque sistemático a la cultura, la comunidad teatral sale a la calle para recordar y exigir.
La propuesta reza:
El Teatro está Abierto: ENTRÁ.
La historia no se repite igual, pero rima.
El miércoles próximo, de 17.30 a 19.30, en la puerta del Teatro Picadero, Pasaje Santos Discépolo 1857, CABA, trabajadorxs de las artes escénicas se reunirán para celebrar que el teatro sigue abierto y para defender al Instituto Nacional del Teatro que por el decreto 345 está siendo desmantelado.
La gacetilla anuncia la participación de Lorena Vega, Valeria Lois, Elisa Carricajo, Laura Paredes, Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y Mariano Sayavedra leyendo framentos de “Decir sí” de Griselda Gambaro, “El Acompañamiento” de Carlos Gorostiza, “Parlamento” del grupo Piel de lava y “Civilización” de Mariano Saba. Un diálogo entre obras que fueron parte de aquel ciclo y obras contemporáneas que hablan de nuestro presente. También habrá un cierre musical a cargo de Talleres Batuka.
Sigue la gacetilla: «Les invitamos a este evento que es, a su vez, un acto de conmemoración y un encuentro de resistencia. Como Teatro Abierto en los 80, hoy desde ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) seguimos encontrándonos para defender nuestra identidad cultural, nuestro teatro».
El texto poético que acompaña el mitín:
Ayer fue dictadura, hoy es democracia simulada
Ayer fue incendio, hoy es apagón
Ayer fue teatro como refugio, hoy es como grito
Ayer fue unión de artistas, hoy es red federal viva
Ayer y hoy: el teatro vuelve a responder como acto político y vital
En defensa de la cultura, exigimos la derogación del decreto 345.
Entrá porque es urgente
Entrá porque es ahora.
El emblemático ciclo Teatro Abierto arrancó el 28 de julio de 1981 en en el Teatro Picadero. Su organización fue un acto de resistencia en un contexto de dictadura que censuraba a dramaturgxs, directorxs teatrales, actores y actrices de la escena nacional. Un grupo de dramaturgxs comenzó a reunirse en la sede de Argentores para poner al teatro en acción: Así nació Teatro Abierto. Con una programación de 21 obras breves, se proyectó la realización de 3 funciones por día durante 3 meses. Con dramaturgxs como Carlos Gorostiza, Carlos Somigliana, Roberto Cossa, Pacho O´Donell, Griselda Gambaro y Aída Bortnik, entre otrxs, el ciclo se convirtió en un verdadero fenómeno artístico apenas iniciado. El público respondió a la convocatoria y se agotó la venta de abonos casi de inmediato. Una semana después, el 6 de agosto, se produjo el atentado que destruyó al Picadero. Al día siguiente se produjo una concurrida asamblea en el Teatro Lasalle y decidieron continuar. Varias salas teatrales ofrecieron sus instalaciones y finalmente el Tabarís, clásico espacio de la revista porteña, fue el elegido para reanudar el ciclo. Una semana más tarde, volvió Teatro Abierto con un apoyo multitudinario por parte del público que llenó la sala hasta la última función.
Contacto: +54 9 11 6914-3033 (Ana)
[email protected]
Instagram: @festivalentra
CABA
Villa Lugano: una movilización en contra del “Máster Plan”

Vecinas y vecinos del barrio del sur porteño resisten ante una obra que está haciendo el gobierno de la Ciudad a espaldas de la comunidad: tala de centenares de árboles añosos, el cierre de varios ingresos y egresos de la autopista Dellepiane y la colocación de un nuevo peaje (a 4 km de otro ya existente) para ampliar la recaudación. El silencio del gobierno local y el ruido de sus topadoras arrasando el espacio verde y público. La voz de la organización popular que no calla y sale a la calle, otra vez –este viernes y en una caravana de autos– para visibilizar lo que pasa en una de las zonas más postergadas de CABA: a las 18 horas desde Dellepiane Sur y Montiel hasta Dellepiane Norte y Piedra Buena.
Por Francisco Pandolfi
Desde noviembre del año pasado la comunidad de Villa Lugano resiste a una obra que ya está haciendo el Gobierno de la Ciudad sin licencia social ni escuchar a la vecindad: el Máster Plan Autopista Dellepiane, con un costo de más de 7.000 millones de pesos, tala de centenares de árboles, cierre de 14 ingresos y egresos a la autopista y otro peaje (a cuatro kilómetros del de avenida Lacarra).
La organización popular no cesó desde el momento en que se enteraron de la iniciativa. Asambleas, audiencias públicas, semaforazos, volanteadas en los distintos sub barrios que forman parte de este barrio porteño bien al sur porteño. Y guardias, para evitar el talado de árboles en lo que las y los vecinos denuncian como “un ecocidio”, que está sucediendo desde marzo.
La comunidad hizo un relevamiento casa por casa con los frentistas a la autopista Dellepiane: más del 70% no tenía idea de la existencia del Máster Plan. Presentaron por escrito pedidos de información pública a AUSA (Autopistas), APRA (Agencia de Protección Ambiental), Ministerio de Infraestructura y a la Secretaría de Gobierno y Vínculo Ciudadano porteño, sin respuestas.
Sin embargo, la obra empezó aún incumpliendo la promesa de que antes habrían mesas de trabajo en conjunto. Este viernes, la comunidad decidió volver a manifestarse, en una caravana de autos para seguir visibilizando la problemática. Desde lavaca hablamos con el colectivo de vecinos apartidario No dividan Lugano que está al frente de denunciar la obra.
Sobre lo negativo y lo positivo de la obra, dirán: “El Master plan Autopista Parque Dellepiane fue presentado como una mejora para el sur de la ciudad, pero en la práctica profundiza las desigualdades urbanas, degrada el ambiente y fragmenta el territorio. Lo negativo es abrumador”, y enumeran:
• Implica la tala de más de 500 árboles añosos, sin plan de reforestación efectivo.
• Aumenta la huella de carbono y destruye espacios verdes sin compensación.
• Instala un Metrobus central inaccesible, que obliga a cruzar pasarelas extensas sin rampas adecuadas ni soluciones reales para personas mayores o con movilidad reducida.
• Divide al barrio aún más, eliminando accesos, aislando sectores y obstaculizando la vida cotidiana.
• No contempla una red multimodal de transporte, ni bicisendas, ni centros de transferencia.
• Instaura peajes en tramos que eran gratuitos, generando un nuevo costo para vecinos que hacen trayectos cortos todos los días.
Agregan: “Lo positivo, si lo hay, podría haber sido la oportunidad de pensar el área como un verdadero corredor verde y sustentable. Pero nada de eso fue incorporado, ni escuchado”. Y vuelven a enumerar, en este caso, sobre lo que es fundamental denunciar en esta obra:
• Fue diseñada sin participación ciudadana efectiva, sin diálogo real con la comunidad.
• Incumple múltiples normativas locales y nacionales, desde la Constitución de la Ciudad hasta leyes de accesibilidad, ambiente y derechos ciudadanos.
• Avanza a pesar de un amparo ambiental colectivo presentado por vecinos, vulnerando el Acuerdo de Escazú y los principios de justicia ambiental.
La obra es impulsada por el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (GCBA), a través de su empresa estatal AUSA (Autopistas Urbanas S.A.), con financiamiento internacional de la CAF –Banco de Desarrollo de América Latina. Las veces que lavaca quiso comunicarse con la Secretaría de Gobierno y Vínculo Ciudadano porteño fue imposible. Nadie atiende. En relación a AUSA el prensa de la empresa explicó que la política interna es “no dar entrevistas en ON, que con los medios se manejan así”.
Dicen las y los vecinos: “El proyecto fue aprobado sin estudios de impacto ambiental adecuados, sin matrices de costo-beneficio transparentes y sin haber sido sometido a procesos participativos válidos. Hoy, la obra está en plena ejecución, avanzando a toda velocidad sin haber sido revisada tras la presentación del amparo ni durante las mesas de trabajo convocadas por la Justicia, una vez que ya habían iniciado la obra”.
¿Las mesas de trabajo están sirviendo de algo? ¿Hay escucha del gobierno porteño y de la empresa?
Las mesas de trabajo fueron convocadas por orden judicial. Pero en la práctica, no hay escucha real. El GCBA y AUSA llegan a las mesas con el proyecto cerrado, sin brindar información clave, sin contestar a los pedidos de acceso a la información, ni frenar las obras mientras se debate. Las propuestas alternativas presentadas por los vecinos (como usar colectoras, premetro, u otros modelos de movilidad sustentable) ni siquiera fueron consideradas. Las mesas han sido una formalidad dilatoria mientras la obra avanza sin freno.
¿Qué perjuicios ya están sucediendo y cuáles sucederán?
Tala de árboles, pérdida de sombra, humedad y biodiversidad; rotura de veredas, ruidos permanentes, vibraciones y molestias en la vida diaria; corte de accesos históricos, dejando barrios desconectados. Y si no se frena habrá un aumento de inseguridad vial, con colectivos cruzando carriles rápidos en maniobras riesgosas; aislamiento de sectores enteros del barrio; encarecimiento de la vida cotidiana por peajes, más transporte y pérdida de comercios barriales; mayor contaminación ambiental y sonora; desvalorización de las propiedades y deterioro del entorno.
¿Por qué este viernes 1 de agosto la comunidad hará una caravana?
Porque ya no alcanza con reclamar en silencio ni esperar respuestas que no llegan. Convocamos a una caravana vecinal pacífica para visibilizar el conflicto, frenar el avance destructivo de la obra, y exigir participación real. Será una caravana con autos, banderas argentinas y carteles. Queremos que nos vean y que nos escuchen.



La caravana saldrá a las 18 horas desde Dellepiane Sur y Montiel y finalizará en Dellepiane Norte y Piedra Buena. Participarán familias, organizaciones barriales, ambientalistas, arquitectos, docentes, jubilados, comerciantes. Al finalizar, se realizará una ceremonia simbólica con Flavia Carrión, antropóloga y comunicadora de sabiduría ancestral, en el Día de la Pachamama. “Será un acto de gratitud ambiental, una pausa colectiva para honrar a los árboles y el esfuerzo de toda nuestra gente; para agradecerle a la Tierra por seguir aguantándonos. Un momento para reencontrarnos con lo esencial: la naturaleza, la vida en comunidad y la defensa de lo que amamos”.
Esta misma vecindad organizada se formó el año pasado con el nombre “No dividan Lugano”, cuando evitó que el gobierno porteño hiciera una serie de pasos bajo a nivel, que hubiesen significado un abanico de perjuicios para el barrio. En ese entonces, cuando llegaron las topadoras, mujeres y hombres se atrincheraron para defender árboles de más de 100 años. En esta crónica contamos lo que fue ese proceso comunitario.
Un año después, el barrio de Lugano sigue en pie de resistencia. “Somos una comunidad que se levanta para defender a su barrio. Ya presentamos más de 800 firmas, relevamientos propios y propuestas alternativas. Pero nos siguen ignorando, y la obra sigue destruyendo. Por eso salimos a la calle, otra vez, y así lo seguiremos haciendo cada vez que haga falta”.
Actualidad
Marcha de jubilados: balas y bolitas

Siete detenidos y al menos 30 personas heridas, entre jubilados, curas, trabajadores de prensa (lavaca, Cítrica, Infonews, El Destape y C5N, entre ellos), defensores de derechos humanos, y un niño de 4 años que estaba con su familia en la Plaza de los Dos Congresos. Ese es uno de los saldos de otra semana de represión brutal a la protesta de cada miércoles, esta vez coordinada por la Policía de la Ciudad, que disparó postas de goma, balines con gas pimienta, granadas aturdidoras, golpeó con escudos y lanzó un nuevo tipo de gas que producía tos y vómitos. El despliegue también implicó tareas de inteligencia ilegal con efectivos que filmaban y fotografiaban manifestantes, según denunció la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), que también relevó «policías armados con postas de plomo que están prohibidos». Los carteles, las reflexiones, y la creatividad: algunos integrantes de la marcha terminaron jugando a las bolitas en la calle con los balines policiales.
Por Lucas Pedulla y Francisco Pandolfi. Fotos Juan Valeiro/ lavaca.org

El padre Paco Olveira muestra los balines que golpean y expulsan gas pimienta. Terminaron jugando con ellos a la bolita sobre la acera.
Otro miércoles de protesta de jubilados y otro miércoles de represión feroz y absurda enfocada principalmente a jubilados y a la prensa que cubría lo que estaba ocurriendo. Con ataques directos a los ojos y a los cuerpos. A las cámaras y a los celulares que registraban la bestialidad de las fuerzas de seguridad –el fotógrafo de lavaca, Juan Valeiro, entre ellos, con quemaduras de primer grado en el cuello y en la oreja–. No es difícil imaginar lo que hubiese ocurrido si ese ataque le hubiera llegado directamente a los ojos. Esta vez fue la Policía de la Ciudad la encargada de lanzar gases y disparos a mansalva en la intersección de Avenida de Mayo y Luis Sáenz Peña cuando la movilización pretendía ir hacia la Casa Rosada.

El fotógrafo Juan Valeiro de lavaca, uno de los periodistas atacados, como ocurrió con profesionales de Cítrica, Infonews, El Destape y C5N.
Hubo 7 detenidos (Agustín Cano, Leandro Maristains, Alejandro Carrizo, Federico Burgos, Francisco Ramos, Hugo Eischler y Javier Mendoza) y al menos 30 heridos según la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), entre ellos un niño de 4 años que estaba en la Plaza de los Dos Congresos junto a su familia.

Escenas de otro miércoles de violencia estatal absurda.
Más allá de la violencia ordenada por la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, la concentración de jubilados tuvo un eje concreto de reclamo: el “no al veto” del gobierno nacional a la suba de las jubilaciones y la emergencia en discapacidad. Sin embargo, Javier Milei ya avisó que vetará las leyes aprobadas por el Congreso. Tiene plazo hasta el lunes 4 de agosto, tiempo destinado a ofrecer distintas cuestiones no públicas a diputados que se sumen a apoyar el veto, como ha venido ocurriendo. ¿El argumento del oficialismo contra un ínfimo aumento a jubilados? “Va en contra del equilibrio fiscal”.

Una de las jubiladas víctimas del coraje policial contra ellas, y de un nuevo gas tóxico, un símbolo de esta época.
Con la camiseta de Independiente y máscara del Hombre Araña, un jubilado entendió el mapa económico que traza esa decisión, y lo señaló con un cartel en tono bíblico: en el Génesis se habla de un sueño con vacas gordas y vacas flacas, referencia a los períodos de prosperidad y a los de dificultades. El jubilado escribió una actualización argentina de aquella imagen que ya no tiene forma de sueño sino de pesadilla.
- “Vacas gordas, jubilados flacos”.

El Hombre Araña es del Rojo, y releyó el Génesis.
Números y un café
Carlos trabajó cuarenta años en el Correo y no falta ningún miércoles a la marcha de jubilados y jubiladas con su remera ya mítica de Chacarita. Tanto, que casi nadie sabe que se llama Carlos y la gente le dice “Chaca”. Hoy caminó por Rivadavia con dos vendas que le envolvieron sus dos antebrazos. “Como todos los miércoles, venimos a reclamar y te cagan a palos. Acá tenés la prueba”, dijo a lavaca mostrando sus moretones. “Pero ya lo dije: esta sangre mía Bullrich la va a pagar”.
Héctor acaba de cumplir 75 años: “Decir que la suba de las jubilaciones atenta contra el equilibrio fiscal es una payasada. Milei lo deja claro cuando le baja las retenciones al campo, como dijo el sábado en la Sociedad Rural. Para nosotros nada y para los ricos todo, esa es la política del gobierno. ¿El beneficio para el campo no genera déficit fiscal? Milei es una máquina de mentir”. El hombre cuenta sus propias y reales retenciones: “Ya no salgo más que los miércoles acá. Ya no tengo la vida que tenía antes, no puedo viajar ni tomarme un café”.

Policías en acción, frente a jubilados que reclaman por sus haberes amputados por la motosierra.
De ratificarse el veto a los jubilados, la suba de agosto no será del 7,2% como fija la ley aprobada (el haber mínimo $441.600), sino del 1,62% en base al último índice de inflación de junio de 2025, por lo que la jubilación mínima será de $ 314.243,51.
Abus en la calle
Alicia tiene 63 años y lleva un pañuelo firmado por siete de sus nietos: “Abus en lucha”, “Aguanten los jubilados”. No entiende la distribución de la riqueza. O sí, pero la ve obscena: “La baja de las retenciones y el veto a los jubilados es una guasada total”. Sus retenciones: “Ya no me puedo dar más un gustito. Vivo el día a día, ya no estoy comprando nada ni semanal ni mensual”.
En la marcha hubo muchos carteles al respecto:
- No al veto: nuestra indigencia es tu superávit
- Ni veto ni represión: fuera el FMI
- No al veto a las leyes en jubilaciones
- No al veto: cobarde estafador (y la cara de Milei).
Ana, 74 años, trajo su propia pancarta: “Baja las retenciones a los ricos, hambrea a los viejos”. Cuenta que su hijo trabaja en el Correo y teme ser despedido, que su nieta encontró trabajo en un Todo Moda pero la echaron a los dos meses. Para ella todo el pueblo debería movilizarse: “No sólo los jubilados y los del Garrahan. Todos”.

No hay plata para el cine argentino (el Gaumont como símbolo) pero sí para filmar ilegalmente a manifestantes.
Walter (66) y Julio (62) llegaron de Campana, norte de la provincia de Buenos Aires. Sumaron otros dos carteles: “Viejo: no te quedes en tu casa, vení a luchar” y “Ayudame a luchar. El próximo viejo sos vos”. Walter movió la cabeza de un lado para el otro al recordar el discurso de Milei en la Sociedad Rural: “Un tipo desquiciado, frente a toda la oligarquía, los terratenientes, los dueños de la tierra. Él mismo dice: ‘soy cruel’. Nos la está haciendo parir. Nos quitó la medicación, todo un desastre”.
Julio coincidió: “Ahí ves realmente para quién gobierna. Hasta el que tiene séptimo grado, como yo, se da cuenta”.

Jubilado hablándole a la pared.
Roberto, 62 años, de Trelew (Chubut), lo escucha: “Pero hay que seguir viniendo, compañeros. Son totalmente inescrupulosos. Hoy hablaba con un amigo que me decía que había que respetar el voto popular, pero Hitler también ganó con el voto popular. Si no salimos a la calle, no sé qué más va a pasar”.
Vallas a donde vayas
El Congreso estuvo totalmente vallado. Vallas sobre Entre Ríos, Riobamba, Yrigoyen, Rivadavia. “Este quilombo lo hizo la Buillrich”, gritó un cincuentón a los automovilistas que se quejaban porque avanzar por las calles lindantes era un imposible.
Luis llevó un cartel: “Menstruación=sueldo de jubilado; viene una vez y se va a los tres días”. Dijo que lo escuchó a Milei cuando anunció en La Rural la baja de las retenciones al agro. “Lo que me dolió fue que la gente aplaudió cuando dijo que iba a vetar nuestro aumento. La gente del campo aplaude a todos los que empiezan con la “m” de mierda: Martínez de Hoz, Menem, Macri y ahora Milei”.

Mensaje para el tal vez próximo embajador de Trump en Argentina. Un apellido que parece un mandato.
Después de la radio abierta, como cada miércoles, empezó la movilización. Las columnas bajaron a Hipólito Yrigoyen, cuya circulación no estaba cortada y marcharon por la calle. “Luche que se van”, fue otra vez el hit, al que siguió “que se vayan todos”. Uno de los temas, con dedicatoria explícita: “A dónde está, que no se ve, esa famosa CGT”. Nobleza obliga: ni la CGT ni ningún partido político, con la cabeza en las elecciones legislativas y no en la calle.
La violencia y las bolitas
Sobre Yrigoyen, casi Luis Sáenz Peña, se divisaba un camión hidrante que se retiró. La columna dobló al final de la Plaza para ir hacia Avenida de Mayo con la intención de seguir la marcha hacia Plaza de Mayo. Sin embargo, en otro operativo de pésima coordinación –esta vez por la Policía de la Ciudad– la manifestación se mezcló entre autos y colectivos que seguían pasando.

“¡Por la vereda!”, gritaron algunos jubilados. Pero en ese momento, los efectivos cortaron de cordón a cordón empezando con la respuesta física violenta. El operativo estuvo acompañado, como suele ocurrir, por oficiales con cámaras que filmaron y sacaron fotos (con el objetivo de realizar algún tipo de “inteligencia” y amedrentamiento a quienes ejercen el derecho de reclamar).
La movilización avanzó pero rápidamente empezaron las detonaciones de escopeta con postas de goma y de granadas. Dispararon balines de armas byrna, redondos y de colores, que impactaban en los cuerpos, provocando lastimaduras y liberación del gas que llevan dentro. También lo hicieron sobre la vereda, donde se supone que no hay “protocolo”. Detuvieron, golpearon y gasearon fundamentalmente a trabajadores y trabajadoras de prensa, como cada semana. El efecto de esos spray, que poseen una sustancia espesa y viscosa: penetra los poros y quema durante horas. El fotógrafo de lavaca, Juan Valeiro, como otros reporteros (Cítrica, Infonews, C5N y El Destape, entre otros), fueron atendidos en la misma plaza y en el Instituto Patria. “Quemadura de primer grado”, diagnosticaron a nuestro compañero.

¿Qué escudan los escudos?
Nadie fue ajeno a esta nueva ofensiva. La policía disparó un gas que generaba tos hasta el punto de provocar arcadas y vómitos. La sensación era extraña, porque no había un sabor ácido ni picante, pero provocaba una tos ronca. El efecto llegaba incluso a las calles aledañas, aparentemente ajenas al la marcha. “El registro del despliegue policial evidencia su brutalidad e irracionalidad”, denunció la CPM, organismo que precisó otro detalle alarmante: “Se relevaron también policías armados con armas con postas de plomo que están prohibidas, y acciones de inteligencia ilegal”.
Agregó la CPM que el ataque incluyó a defensores de derechos humanos, cuyo hostigamiento tenía como fin evitar el registro de los hechos.
Sin embargo, la gente no se fue.
La gente se quedó. La policía avanzaba, seguía gaseando, y la gente siguió.
“¡Tienen miedo!”, gritó una jubilada. “¡Tienen miedo!”.
Uno de los primeros detenidos había sido el padre Paco Olveira. Lo golpearon, lo gasearon y lo salvó la gente. Se llevó de recuerdo dos de los balines de la Policía. “Es el último arma que trajo Bullrich”, explica y muestra a lavaca. “Te tiran y salta el gas. No te deja respirar. Y duele, porque nos dieron unos cuantos en los pies. Gracias a Dios hoy no tiraron a los ojos”.
De fondo, la jubilada siguió gritando: “¡Tienen miedo!”.
Otro miércoles de protesta de jubilados se diluía entre detenciones y balines de gas. Entre un cordón con armas largas sobre Rivadavia y un grupo de la motorizada dispuesto a salir sobre Rodríguez Peña. Sin embargo, mientras el padre Paco seguía mostrando los balines, alguien propuso:
–Juguemos a las bolitas.
Todos se rieron, por el absurdo de la situación.
De nuevo, frente al horror, la creatividad social.
Y así, frente a policías que seguían filmando ahora una burla, un párroco y una jubilada arrodillados en la calle, jugaron a las bolitas con los balines para cerrar otro miércoles argentino.

- Revista MuHace 2 semanas
Mu 205: Hay futuro
- CABAHace 5 días
Villa Lugano: una movilización en contra del “Máster Plan”
- ActualidadHace 2 semanas
Mapuches en Neuquén: 10.000 personas movilizadas contra la represión y en apoyo a las comunidades originarias
- ActualidadHace 5 días
Marcha de jubilados: balas y bolitas
- ActualidadHace 4 días
Mendoza movilizada: sábado de caravanazo contra la minera San Jorge