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Cura Bicego: «El sistema hace agua»

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¿Pudo haberse evitado la muerte del policía Sayago? En Las Heras, Santa Cruz, suman ya 20 los detenidos por la investigación judicial de ese crimen, pero el cura párroco Luis Bicego denuncia que el hecho está siendo usado para reprimir los reclamos de los trabajadores petroleros, quienes además son sometidos a toda clase de apremios ilegales en una situación que compara con la dictadura militar. Los dioses a los cuales se están sacrificando vidas en la Patagonia, la “doble represión”, las provocaciones del poder que terminaron generando la muerte del policía, y la carta al arzobispo Bergoglio. El cura es sintetiza así la situación hoy en Las Heras: “dicen que esto es una democracia, pero lo que hay es un estado de sitio como en las peores épocas militares, y nadie es capaz de dar ninguna respuesta que no sea la represión”.

«Dicen que esto es una democracia, pero lo que hay es un estado de sitio como en las peores épocas militares, y nadie es capaz de dar ninguna respuesta que no sea la represión» dice el padre Luis Bicego, cura párroco de Las Heras, nacido en Verona -Italia- hace 56 años pero instalado en la Argentina desde hace 40: «Así que las viví todas, la represión, la guerra con Chile, la de Malvinas».
Su parroquia se transformó en el refugio de los trabajadores petroleros de Las Heras, y sus familias, huyendo de la cacería policial a la que parece sometida la localidad («cacería de brujas» fue la terminología utilizada por la concejala kirchnerista de Las Heras, Roxana Totino). Acaso resulte todo un síntoma que en la Argentina haya reaparecido la necesidad de refugiarse en las iglesias.
Los trabajadores venían sumando reclamos: primero, los problemas laborales, salariales, la anulación del impuesto a las ganancias.
Luego, la represión indiscriminada que -escudada en la investigación de la muerte del policía Jorge Sayago el 7 de febrero, golpeado durante una manifestación que exigía la liberación de un trabajador preso- parece constituir lo que el sacerdote llama un «modus operandi»: una metodología represiva que incluye los apremios ilegales, en un ambiente que el religioso define con dos palabras: «de terror». Desde Las Heras, conversó con lavaca con un acento donde a veces reaparece Verona, y sin ocultar su perplejidad ante lo que ocurre a su alrededor.
-¿Cómo está la situación, padre?
-Mirá, esta es la punta de un iceberg. Pasó en Las Heras, había pasado en Caleta el año pasado, en Pico Truncado, y va a pasar de nuevo. Hay un modus operandi y toda una política que es caldo de cultivo para que pase de nuevo. Es de terror.
-¿Cómo explicarle lo que pasó a alguien que desconoce el tema?
-No es fácil de explicar, pero estuve tanteando la versión de la gente. Yo llego a la conclusión de que se podía haber evitado esta muerte del policía Sayago. Así de sencillo. Yo hablé con gente que tiene distintas maneras de pensar, a favor del gobierno de turno, en contra, pero el racconto de los hechos es igual.
-Algo en lo que todos están de acuerdo.
-Sí. Hay un denominador común. Primero, todo el mundo sabía que la gente estaba caliente, cansada, con bronca. Reclamaban lo que es justo. La policía lo sabía y la gente del gobierno también. Vos sabés que yo no estaba, había viajado a Italia. Doy gracias a Dios porque si no estaría preso yo también porque más de uno me tiene ganas.
Pero sabiendo que la situación estaba así, no entiendo por qué no se buscó un diálogo.

El diálogo vino después, pero encima fracasó porque muchas de las cosas prometidas y escritas no se cumplieron. Pero entonces pregunto: ¿por qué si estaba caliente la situación, detuvieron a Navarro? (Aclaración: Mario Navarro era el vocero de la protesta, y su detención provocó la reacción de los trabajadores, que fueron a la comisaría a reclamar su liberación. Allí se produjeron los incidentes). Y además ¿por qué reprimieron? Reprimieron a dos concejales antes de que se arme toda la podrida, y esos concejales iban a pedir a la policía que se tranquilicen, que ellos iban a ponerse a tranquilizar a la gente. ¿Cómo les contestó la policía? Reprimiendo a los concejales que intentaban pacificar la situación.
-Leña al fuego. Los obreros vieron que los concejales eran reprimidos y reaccionaron aún más.
-Pero yo pregunto ¿quíen es el responsable de la muerte entonces? Acá pusieron el dedo en el avispero y ahora los hijos de puta, con perdón, son los que mataron al policía. Pero yo te digo: tan hijos de puta son también los que provocaron la situación.
-¿Qué pasó entonces?
-Primero detuvieron a cinco y después a quince más. Pero el «modus operandi» hasta que yo salí por radio a denunciar lo que está pasando, es que los molían a palos. El único que se puso los pantalones fue el comisario de Puerto Deseado que dijo: acá mando yo y además hizo llamar a un médico para que los detenidos pudieran ser atendidos.
-Pero lo que usted plantea es que las detenciones eran seguidas de apremios ilegales.
-A palos. El sistema de la época militar. Además, amenazándolos, haciéndolos declarar lo que querían: si no declarás vas a estar adentro toda la vida. Esas cosas de siempre.
-Usted ha planteado que a la detención de los posibles artífices de la muerte del policía, se le agrega la de los obreros como forma de represión.
-En todo esto hay un metalenguaje, un mensaje: no se metan más, basta de reclamos, huelgas, nunca más piquetes ni cortes de ruta. Lo lamentable es que en los piquetes estaban los políticos al comienzo. Buscaban los votos. ¿Y ahora, por qué están reprimiendo?
-Porque consiguieron los votos.
-(Se ríe) Y porque ya no saben cómo controlarlo. Pero para controlar el mejor método no es la represión. El método es atender los reclamos genuinos de los trabajadores que tienen jornadas de esclavos, porque muchos además de las ocho horas tienen dos de ida y dos de vuelta hasta los campos de petróleo, y cuando vuelven a la casa no quieren ni ver a la mujer y a los hijos.
-¿Qué piensa del grupo de cinco personas detenidas inicialmente? No eran petroleros.
-Acá los que salen el fin de semana, los jóvenes sobre todo, todos recibieron alguna paliza de la policía. Imaginate vos si creás una situación que es caldo de cultivo: si pueden tener una ocasión de revancha, se la toman. Pero la policía lo sabía. Entonces el comisario también es culpable. Y algo más: ¿Y los compañeros donde estaban, que lo dejaron solo al pobre Sayago afuera? De eso nadie habla.
-¿Qué pasó a partir de las detenciones?
-La gente está llena de miedo, algunos piensan que se los van a llevar, y las esposas también tienen miedo de represalias. Vienen acá para refugiarse porque es un punto de referencia ¿dónde van a ir? Los políticos dijeron que yo defiendo a delincuentes. Hasta tuvo que salir el obispo Juan Carlos Romanín a defenderme.
-¿Usted siente que está defendiendo a delincuentes?
-No, yo siento que estoy atendiendo a familias desesperadas, llenas de miedo y angustiadas. Dos de los detenidos estaban acá (Juan Barrientos y Avelino Andrade delegados de las empresas Indus y Astra-Evangelista, una constructora cuyo accionista principal es Repsol). El comisario me dijo: «tengo la orden de detención de dos personas». Le dije bueno, pero quiero que usted venga solo y con esa orden. Pedí que hubiera un abogado y un médico para constatar en qué estado eran detenidos. Pero fijate, uno de ellos tiene 7 hijos, uno discapacitado y el padre no cobra porque no tiene trabajo. Hay 43 despedidos a pesar de lo que había acordado por escrito el ministro de Trabajo Carlos Tomada.
-¿Las instituciones no dan una respuesta?
-¿Es una broma? Dicen que esto es una democracia, pero lo que hay es un estado de sitio como en las peores épocas militares, y nadie es capaz de dar ninguna respuesta que no sea la represión. Pero proclamamos que estamos en democracia, y decimos por todos los medios que las Madres de Plaza de Mayo ya no tienen más que hacer, cumplieron con su misión. Yo les pedí a las Madres de Plaza de Mayo (a la Asociación presidida por Hebe de Bonafini) que se hagan presentes acá en Las Heras porque acá tienen trabajo. En la provincia también. Contestaron que iban a venir en estos días.
-Usted hablaba de una situación de miedo.
-Es que la gente tiene miedo hasta de hablar. Hay miedo de perder el laburo si abrís la boca. Una vez que te despidieron, conseguir de nuevo trabajo es imposible en este país. No era así en la época militar, porque había mucho laburo. Así que ahora estamos doblemente reprimidos.
-La gente tiene miedo, ¿pero busca organizarse?
-Esto ha castrado mucho. Hace cinco años que estoy en Las Heras y siempre veo lo mismo: el gobierno maquiavélicamente infiltra gente apenas hay una iniciativa, para castrarla. Lo hablé con los curas de la zona, y se da en todas las comunidades.
-¿Por qué la carta a Bergoglio?
-Porque la esposa de uno de los presos iba a ir a visitarlo y yo quería que supiera lo que ellos están sufriendo.
-¿Alguien está pensando alguna solución?
-(Se ríe) Buena pregunta. Es lo que estoy pidiendo a los gritos. Que se pongan las pilas a las alturas de los acontecimientos. Porque parece que nadie piensa nada. lo único que saben pensar es en reprimir.
-El argumento es que hay que reprimir, porque hay violencia.
-Pero hay violencia creada. Si la empresa exige 12 horas de trabajo, yo digo: estamos locos. Ahí hubo reclamos de reducir las horas y poner más turnos.
-¿Quién se reúne en la parroquia?
-Yo mucho no me meto. Yo lo que hago es tratar de que pare la represión. Yo no soy gremialista ni nada, y después de la mediación del padre Juan Carlos Molina yo no quiero que me agarren por tonto. El boludo de la fiesta.
-¿Qué le pasó a Molina?
-Pasó que medió cuando fueron los enfrentamientos, la Iglesia quedó pegada, y al final no se cumplió nada. El cura quedó como colchón entre el problema y las autoridades que no cumplieron. Yo experiencia tengo. En la época radical estaba en La Matanza, y nos pidieron que los curas nos hiciéramos cargo de las ollas populares. Yo le dije a moneñor Bufano: esta es una trampa. Fui el único que terminé a los insultos con todos los concejales de La Matanza.
-¿Cuál era la trampa?
-Querían que los parroquias se hicieran cargo de las ollas. Los politicos mandaron comida para una semana, y después el cura quedaba como el hijo de puta que no da comida. Acá en Las Heras era lo mismo: el cura es el que no solucionó el problema ¿Me entendés? Y la Iglesia no tiene que solucionar el problema. Es el gobierno.
-¿Cómo fue el entredicho con la ministra de gobierno de Santa Cruz, Elsa Capuchinelli?
-Dijo que yo me dedicara a la tarea pastoral, que no me meta en otras cosas ni en política. Pero le contesté, no te aflijas. La mandé a estudiar.
-¿A estudiar?
-Claro, porque si hacemos un análisis etimológico, «pastoral» viene de «pastor». Y pastor es el que cuida de su grey. Yo estoy cuidando de mi grey porque está herida y abandonada. Si los políticos cuidaran de esto, yo no tendría que hacer nada. Así de sencillo.
-No parece ser el interés de demasiados políticos.
-No. Ellos se dedican a otras cosas.
-¿Cómo ve a los partidos de izquierda en este conflicto?
-Mirá, cuando hay río revuelto, ganancia de pescadores. Yo no soy ingenuo. Pero a esta altura del partido, después de la caída del muro de Berlín, no sé donde está la derecha y la izquierda. Lo que digo es que hay que defender a esta situación. Yo ya sé que cuando hay muertos, los buitres se acercan. Pero este es el Cambalache, el mundo al revés. Por eso digo que acá hay dioses a los cuales les estamos sacrificando gente.
-¿Qué dioses?
-El petróleo, el gobierno, los sindicatos. Una vez que llegan al poder, a los políticos como a los sindicalistas no les importa nada del pueblo. Y a las empresas no les importa nada de los obreros. Y del medio ambiente menos todavía. Acá dieron chacras alrededor de Las Heras, seguramente algún negocio habrá. Pero cuando hicieron perforaciones para los pozos, resulta que todas las napas están contaminadas. Los vecinos se unieron, tienen personería jurídica, mandaron una nota a Río Gallegos a la secretaría de Medio Ambiente reclamando que interviniera sobre el tema, y la secretaría a nivel provincial ¿sabés qué les contestó? Se declaró incompetente.
-Incompetente: toda una definición.
-Claro, dicen que no saben qué hacer, ni van a hacer nada. Los sobrepasa el problema. Pero entonces deberían renunciar. Por ineptos.
-¿Usted cómo se siente en estos días?
-Tengo mucha bronca. Pero además veo que el sistema hace agua.
-¿Por qué hace agua?
-Porque no pueden dar una respuesta a nada. La única respuesta que tienen es la represión como en la peor época militar. Esa es mi sensación. Hace agua. Pero ahora estoy muy cansado. Te propongo que sigamos hablando uno de estos días.

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83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

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Pablo Grillo
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83 días.

Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.

83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.

83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.

83 días y seis intervenciones quirúrgicas.

83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo. 

83 días hasta hoy. 

Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro. 

Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”. 

Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).

Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca. 

El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”. 

La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».

La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería. 

Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.

Esta es parte de la vida que no pudieron matar:

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La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

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Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.

Por María del Carmen Varela.

La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia. 

La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.

Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.

La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional.  A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.

Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.

Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro. 

MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA

Viernes 30 de mayo, 20.30 hs

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

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Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.

Por María del Carmen Varela

La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.

La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro
Gabriela Pastor en escena. Detrás, Juan Zuberman interpreta a un ciego que toca la guitarra.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario.  Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.

El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.

Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.

Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.

La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.

Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA

Domingos 18 y 25 de mayo, 20  hs

Más info y entradas en @perlaguarani

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