Sigamos en contacto

Nota

Qué pasa en la Villa 31: Del desastre estatal a la organización barrial

Publicada

el

Con poquito aportás muchísimo ¡Sumate!

Crónica de otro sábado de pandemia en la Villa 31, tras las medidas oficiales que aseguraron “priorizar” a los barrios populares. El testimonio de una joven que volvió del aislamiento tras dar negativo al Covid, en una familia con tres casos positivos. En qué estado están las instalaciones del gobierno porteño. El aumento de la demanda de comida. La asociación entre empresarios y la iglesia para desembarcar en el barrio. Cómo se acomoda la solidaridad con referentes barriales confinados. Y por qué lo único que contiene y salva a las y los vecinos es la organización social.

Qué pasa en la Villa 31: Del desastre estatal a la organización barrial
Foto: Nacho Yuchark

Desde arriba se oyen dos voces que, contentas, gritan: “¡Eh, Javi! ¡Hola!”. Son Laura y su tía cruzando la pasarela que las devuelve a la Villa 31, después de pasar dos días en el Hotel Ibis de Congreso. Ambas van cargadas de bolsas de plástico con ropa y, si bien llevan los respectivos barbijos, la sonrisa se les nota en sus ojos achinados: “Volver a casa”, titula la más grande de ellas, acaso aliviada tras estar aislada bajo sospecha de tener coronavirus, con una diabetes y otras enfermedades encima.

Van pasando la canchita de fútbol –un deporte que ha vuelto a practicarse en Alemania y en la 31- y saludan a un hombre que vende pollos en el baúl de su auto. “No cambió nada esto”, dicen medio en broma medio en serio, ya que tampoco se fueron hace tanto. “No podemos malagradecer cómo nos trataron – dice Laura sobre los días de hotel- pero ya necesitábamos estar acá”.

Después de doblar algunos pasillos se adivina el por qué: varios metros antes de su casa sus ahijados, nietos e hijos salen a recibirlas.

Y entonces los abrazos ya dejan de esperar.

Qué pasa en la Villa 31: Del desastre estatal a la organización barrial
Laura, una de las vecinas de la 31 que volvió al barrio tras el aislamiento: el test le dio negativo, pero su novio tiene Covid.

Falsos positivos

Después de dos días de espera tras el hisopado, Laura y su tía dieron negativo de coronavirus. Por eso vuelven. Según definen, están “desconcertadas”: el novio de Laura tiene el virus y, entre el estudio de él y la certeza del positivo, compartieron besos y mates en esta casa donde viven dos familias juntas: 8 adultos, 5 chicos. “Yo ya no entiendo nada”, dice Laura sobre esa distancia entre lo que se dice y lo que le pasó a ella. Ya no busca explicaciones, sino tranquilidad.

Es la segunda vez que parte de la familia estuvo en aislamiento solo durante mayo. Antes, a su prima –hija de la tía que acaba de volver- y a su ex pareja, confirmados de Covid, les tocó estar 21 días en una clínica.

Ahora es el novio de Laura, que pese a no tener síntomas se hizo el test presionado por la empresa de seguridad donde trabaja: positivo.A diferencia de aquella primera ocasión familiar, esta vez el Gobierno de la Ciudad las hizo esperar el resultado del hisopado a Laura y su tía en el Hotel Ibis: negativos, pese a los besos y los mates compartidos.

Laura: “Nosotros esperábamos que sea negativo el resultado de él, porque no tenía ningún síntoma. Encima, nos enteramos después de cinco días. Mientras, estuvo acá todo el tiempo, fue a trabajar, tomamos mate… ¡Hasta este martes tomamos mate!”, repite incrédula.

Una vez confirmado el positivo, el novio se acercó a la sala de salud del barrio y fue derivado a un hotel. Laura asegura que su novio está bien, sin síntomas, aunque aburrido del encierro y preocupado por el trabajo. La diferencia: “Para mí no fue tan dramático (el aislamiento) porque tengo mi grupo de contención. Gente de (la organización social) El Hormiguero me contuvo, mi profesora, mis compañeras, mis amigas. Pero él recién se está incorporando al barrio: es más duro para él por no tener compañeros”.

Qué pasa en la Villa 31: Del desastre estatal a la organización barrial
Parte de las donaciones acopiadas en un local de la organización El Hormiguero en Congreso, antes de viajar para la 31 y otros barrios populares.
Foto: Nacho Yuchark

Laura cursa en el profesorado Dora Acosta que El Hormiguero mantiene dentro de la 31. Y gracias a algunas lecciones que aprendió dentro y fuera del aula, asegura: “Te voy a ser sincera: las organizaciones sociales son las que están conteniendo. La Secretaría (de Salud porteña) me dijo que iba a traer artículos de limpieza: jamás trajeron. Trajeron sí una caja de comida para dos personas, aunque sabían que éramos ocho acá. Yo tengo la suerte de tener contención, pero también pienso: hay gente que no tiene esto. ¿Cómo hace? Nosotros tenemos la ventaja de tener agua. ¿Y las personas que no tienen? ¿Y si no tenés trabajo? Está muy difícil la situación del barrio y si vamos a depender del gobierno, te morís adentro, como le pasó a mucha gente”.

Ahora que volviste, ¿cómo te imaginás los días que se vienen?

Se vienen días difíciles, más difíciles de los que ya pasamos. Por la economía, porque hay gente que no se cuida… ¿Cuántos casos habrá en dos semanas? Va a llegar un momento en que no den abasto: ese es mi miedo.

“Hasta que no te toca, no creés”, dirá Laura acaso sin saber aún si a ella le tocó o le espera algo peor, antes de subir una escalera espiralada para desensillar sus cosas en su cuarto-casa, siempre custodiada por dos gatos que también parecen haberla extrañado mucho.

Qué pasa en la Villa 31: Del desastre estatal a la organización barrial
Foto: Nacho Yuchark

¿Quiénes gobiernan?

En el fondo de la 31 –hacia el Norte- no se ven tantos agentes del gobierno –algunos vecinos los denominan por sus trajes “los astronautas”, en una metáfora que reviste varias interpretaciones- como sí en la zona lindera a la estación de Retiro. “Es porque allá está la Secretaría (de Salud porteña)”, explican. La otra razón es que ésta es -aún- la parte con menos contagios.

Acaso una síntesis entre esta sub división del barrio es el “arco de desinfección” instalado en una de las tantas entradas que tiene la 31, como si fuera la única entrada. Según promocionaron desde el Gobierno porteño, la estructura tiene la misión de desinfectar autos, pero aún no funciona. Su escenografía habla por sí misma:

Qué pasa en la Villa 31: Del desastre estatal a la organización barrial
Foto: Nacho Yuchark

Según se anunció en los medios – pero escasamente en el barrio- se sumarán otros dos arcos iguales en otros accesos y una serie de cámaras térmicas para detectar la temperatura corporal de las personas. Todo es parte de un operativo de desinfección y “búsqueda activa de febriles”: según datos difundidos el viernes por la mañana por el ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, se hicieron 2.085 hisopados y 1.249 dieron positivos. Aun no se confirmó el número total, pero teniendo en cuenta este dato y estimando los anteriores, se debe suponer que los habitantes de la 31 hoy superan los 2 mil casos, sobre un total de 60 mil habitantes.

Una vez “detectados” el procedimiento para los sospechosos y/o contagiados sigue en uno de los búnkers que instaló el Gobierno de la Ciudad cercano al barrio, en donde paradójicamente funcionaba la “Terminal de Cruceros”. Allí dos guardias parecen tener órdenes de eyectar a “la prensa” y, mientras lo único que se ve hacia adentro son postas de salud detrás de un edificio vidriado, llega otro micro escolar que se sigue usando para trasladar a los pacientes de la villa.

Qué pasa en la Villa 31: Del desastre estatal a la organización barrial
El micro escolar donde trasladan vecinxs del barrio. Foto: Nacho Yuchark

Hoy el gobierno porteño, intimidado por el juez Darío Reynoso, presentó el protocolo sanitario para aplicar en los barrios populares de la Ciudad. El juez lo intimó a hacerlo luego de dictaminar que no existía tal cosa. Intentaron demorar la presentación, pero el juez disuadió la demora con un argumento motivador: el plazo era hoy a las 11 o deberían pagar una multa de 30 mil pesos diarios por cada día de retardo, que deberían abonar los titulares de las carteras de Salud, Desarrollo y Hábitat, Espacio Público e Higiene Urbana. “Las circunstancias que se plantean en este proceso revisten importancia, gravedad y urgencia, en tanto se trata de la protección de los derechos y garantías de las personas que conforman un colectivo vulnerable en el marco de la emergencia sanitaria por COVID-19”, argumentó.

Esta mañana el protocolo fue entregado a la justicia.

Qué pasa en la Villa 31: Del desastre estatal a la organización barrial
El otro centro sanitario que el gobierno porteño planea abrir, en el lugar preferido del Pro: Costa Salguero. Foto: Nacho Yuchark

A algunos metros, por esa misma vía olvidada de la Capital que bordea el Puerto de Buenos Aires y sus conteiners hoy varados, está el otro puesto sanitario que el gobierno porteño instaló en su lugar fetiche: Costa Salguero, histórico bunker electoral de Cambiemos. Sus guardias aseguran que “con este día” ( quizá porque es sábado, quizá porque hace frío) no hay nadie para conversar ni mostrar las instalaciones, que abrieron para la prensa el miércoles pasado. “Vino hasta la CNN”, comenta el guardia sobre la inauguración mediática de esas instalaciones que los vecines de la 31 aún no registran con precisión.

De ollas y CEO´s

En el barrio se nota que lo urgente hoy, más allá o más acá del virus, es la comida. Las viandas que llegan hoy sábado son principalmente producto de donaciones y se reparten a través de las organizaciones sociales o de las distintas iglesias, que a hacen a su vez puente con las empresas. Un ejemplo: las cajas con el sello de la campaña “Seamos Uno”, eslogan estampado en cada cartón que reparte la parroquia Cristo Obrero.

Qué pasa en la Villa 31: Del desastre estatal a la organización barrial
Postal de la 31, frente a la sede de la parroquia Cristo Obrero donde se dona mercadería.
Foto: Nacho Yuchark

Seamos Uno se autodefine como “un grupo de personas, entidades y organizaciones religiosas, sociales y empresarias argentinas” que aspiran a “cubrir 4 millones de argentinos con el armado de un millón de cajas con productos alimenticios y de higiene”. Según relatan sus voceros, la idea nació “en un chat entre un empresario y un sacerdote” y creció hasta involucrar “directamente a más de 30 CEOs –muchos competidores entre sí– a las iglesias, a las organizaciones de la sociedad civil, a los referentes barriales y al Estado, todos coordinados y sin una sola reunión física”. En su web llevan los logos de quienes participan, incluyendo bancos como Itaú, empresas líderes como Mercado Libre, y medios como Clarín.

Otro ejemplo: la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Tierra (UTT, organización que agremia a unas 15 mil familias productoras de alimentos) entregó esta semana mil bolsones de verduras a vecinos y vecinas de Villa Azul, el barrio que linda entre los municipios de Quilmes y Avellaneda, al sur del conurbano bonaerense, y que desde esta semana se encuentra aislado ante un brote de más de 200 contagios de Covid 19.

La organización La Poderosa, por su parte, lanzó una campaña con artistas y referentes sociales que logró una recepción de 6.000 viandas calientes para lxs 5000 vecinos y vecinas de esa misma villa, mientras siguen exigiendo justicia tras la muerte de su compañera de la 31, Ramona Medina.

Qué pasa en la Villa 31: Del desastre estatal a la organización barrial
Entrega de 5.000 viandas calientes con carne, fruta y agua mineral. Foto: Gentileza La Poderosa.

Entre muchas otras, este tipo de acciones dejan otras huellas del trabajo que los movimientos y las organizaciones sociales están desarrollando en los territorios, visibilizando la dimensión política y económica que implica el mecanismo solidario: otros sistemas de producción, comercialización y de consumo, sustentados con una organización que nace desde los propios barrios.

No estampan logos en las cajas de comida.

Ni se parecen a favores o licencias disfrazadas de ayudas.

Construcción social

El barrio parece en silencio, pero no para. Dentro de cada escuela, comedor o casa se teje una estrategia de sobrevivencia que implica cocinar, cuidar, contener, ayudar, pensar y actuar, todo al mismo tiempo: “A veces tenemos miedo, pero enseguida lo sacudirnos, porque el miedo paraliza”, asegura Sandra, una de los motores de las distintas redes que confluyen en el jardín Sueños Bajitos, hoy convertido en centro de donaciones.

Otro ejemplo: hoy son pañales producidos por una donación autogestionada por la cooperadora del jardín de infantes Florencio Escardó y la escuela Leopoldo Lugones –que lavaca ayudó a coordinar- y viandas que facilitó la organización El Hormiguero, de la que Sandra es parte. La sala amarilla está convertida en un depósito de donaciones; Sandra señala las que son del gobierno, y las que llegaron vía organizaciones y personas: los montículos solidarios triplican a los estatales. No es solo una cuestión de cantidad, aunque también.

Sandra explica que cada vez más gente necesita donaciones ya que, por ejemplo, muchos comedores reciben del Estado mercadería para preparar comida solo para quienes estaban registrados antes de la pandemia. Ahora, con el trabajo parado, esa necesidad aumentó y, ante la demora de respuesta estatal, surgieron las respuestas sociales: “Acá repartimos unas 150 viandas para madres y padres de la escuela”, comenta, acaso como un hormiguero que se replica en cada manzana y que va cubriendo, poco a poco, la demanda que desborda y que estas últimas semanas sumó otro problema: muchas de las encargadas de cocinar y atender comedores y merenderos o están infectadas o están aisladas a la espera del resultado del hisopado, ya que estuvieron en “contacto estrecho” con algún infectado, algo muy probable dado el puesto que ocupan en esa trinchera.

El resultado es que faltan manos para hacer llegar las viandas y bolsones a quienes están encerrados en sus casas y la única forma de reunir hambre con alimento es acercarse al comedor, hacer cola y llevar la comida para toda la familia, e incluso, vecinos que no pueden moverse. Se sacrifica el contagiado menos dañado – en la jerga pandémica podría llamárselo “asintomático”- por el resto.

Qué pasa en la Villa 31: Del desastre estatal a la organización barrial
Sandra, vecina de la 31 e intergante de El Hormiguero. Foto: Nacho Yuchark

En otro comedor se encuentra Elbita, revolviendo un guiso de verduras al que luego le echará varios paquetes de fideos y que calcula que alcanzará para 170 personas, igual que la polenta con albóndigas del sábado pasado. Son las 15 y calcula que estará listo a las 19, para la cena.

La escena se repite en cada pasillo, se repite en cada manzana.

El barrio parece en silencio, pero no para.

No puede parar.

Otra de las actividades que no se detiene pese al encierro y, hasta es motivada por eso, es la construcción. “Sirve para calmar las ansias de los chicos”, asegura Laura, sobre dos niñes de 5 y 7 años que están acarreando ladrillos, de su casa a la de enfrente. “La familia se agrandó”, explica la madre de los acarreadores y de Taiana, una niña que no se despega de su abuela, que acaba de llegar del aislamiento.

Esos ladrillos serán parte de la pared del cuarto de esos mismos niños.

“Acá la construcción es colectiva o no es”, sintetiza Laura.

En cualquier otro contexto podría parecer una frase hecha.

Acá, este sábado y en la villa 31, es literal.

Nota

Septiembre en Mu Trinchera Boutique

Publicada

el

Con poquito aportás muchísimo ¡Sumate!

Obras de teatro, música, comida rica, dos ceremonias especiales, y una propuesta para las infancias: este septiembre te esperamos en nuestro espacio (Riobamba 143, CABA) con todas estas propuestas. Recordá que si sos suscriptor, tenés descuentos.

Sábado 7 de septiembre, 20.30hs

TERROR DE ARRABAL

Tres barrios porteños, tres leyendas urbanas y la pesadilla de una inquilina en busca de hogar. Terror de Arrabal es un unipersonal de narración oral que recorre leyendas urbanas de la Ciudad de Buenos Aires en el camino de una inquilina que mudanza tras mudanza no para de chocar con lo paranormal.

Entradas por Alternativa Teatral

Septiembre en Mu Trinchera Boutique

Domingo 8 de septiembre, de 13 a 17 hs

PACHA URBANA

Una ceremonia para testimoniar la vida y celebrar el placer del encuentro colectivo. 

Un ritual para nutrir el cuerpo y el alma, con el escenario urbano de fondo, con nuestros pies sobre el territorio que nos cobija.

Empanadas salteñas, bebidas, DJ y fiesta: todo incluído.

Anfitriona y cocinera: Carla Morales Ríos

Musica en vivo y DJ: Big Mama Laboratorio 

Entradas por Alternativa Teatral

Septiembre en Mu Trinchera Boutique

Sábado 14 de septiembre, 20 hs

NENA GORDA

Un biodrama que surge de la convicción de que una herida personal es un interesante y genuino punto de partida para la creación. En éste caso, el foco está anclado en lo más íntimo y a la vez universal: el cuerpo propio y la mirada de los otros sobre él.

Regresar, a través de sus objetos, al cuarto de la infancia; aquel sitio que alberga aún el recuerdo, las memorias, los deseos de otros proyectados sobre nosotros.

Una foto. Una pequeña bailarina clásica llamativamente gorda es el disparador para preguntarnos ¿Qué tiene que cambiar para que el cuerpo de una niña sea suficiente?

Entradas por Alternativa Teatral

Septiembre en Mu Trinchera Boutique

Domingo 15 de septiembre, 18 hs

MARYTA DE HUMAHUACA

KILLA RAYMI (la Fiesta de la Luna)

Maryta de Humahuaca, cantora indígena, jujeña, llega a Buenos Aires para presentar sus nuevas canciones en una ceremonia con artistas invitadas.

Entradas por Alternativa Teatral

Septiembre en Mu Trinchera Boutique

Viernes 20 de septiembre, 21 hs.

Maca Mona Mu

Nos invita a recibir la Primavera

presentando su disco Ruca.

Canciones enhebradas a través del elemento fuego para iluminar, abrigar, cocinar y encender nuestros sentidos.

La voz de Maca Mona Mu narra emociones íntimas que exponen la nueva sensibilidad de esta época.

Septiembre en Mu Trinchera Boutique

Sábado 21 de septiembre, 20.30 hs

SER EVA, por Eva Basterra Seoane

Textos y canciones para no olvidar, el arte para testimoniar y celebrar la vida. 

La Eva artista, la que se rebela, la que se entrega, la lucha, la que grita, la que muerde, la que sueña, la que vive.

Un encuentro mensual, con una invitada especial en cada ocasión. En esta oportunidad: Graciela Daleo, docente, investigadora, sobreviviente de la ESMA.

Eva es escritora, cantora, murguera, feminista, hija de Víctor Basterra y Laura Seoane, sobrevivientes de la ESMA. El testimonio de Victor fue crucial en el Juicio a las Juntas Militares, inmortalizado en un texto de Jorge Luis Borges.

Entradas por Alternativa Teatral

Septiembre en Mu Trinchera Boutique

Domingo 22 de septiembre, 16 hs

FESTIVAL MOSTRES E INFANCIAS

¡Primer Festival para Infancias libres y Todo Tipo de Familias, porque deseamos que crezcan en toda su diversidad!

Habrá:
-Ronda de Lectura con hadas travas madrinas: Susy Shock, Luz Ventura, Eugi
-Juegos participativos y Juegos cooperativos: Amarella y Amarellita.
-Talleres organizados por la Editorial Muchas Nueces.
-Música en vivo: La Banda de les Mostres, Susy Shock, Sofia Dieguez, Lelé Música, Amarella, Mika De Frankfurt, ¡y más amigues!
Entradas por Alternativa Teatral

Septiembre en Mu Trinchera Boutique
Seguir leyendo

Nota

Diez años después: comienza el juicio por el femicidio de Nancy Fernández

Publicada

el

Con poquito aportás muchísimo ¡Sumate!

Comienza este martes el juicio por el asesinato de Nancy Fernández que se extenderá entre el 3 y el 6 de septiembre en el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 7 de San Isidro. Por Anabella Arrascaeta.

Nancy tenía 36 años cuando el 2 de mayo de 2014 fue encontrada en su casa semidesnuda, violada y asfixiada. Venía reclamando justicia por su hija, Micaela Fernández (14), que un año antes había sido secuestrada, violada y asesinada (ambas en la foto de portada). Sin embargo, se caratuló el caso de Micaela como suicidio. El acusado es Juan Carlos Corvalán, conocido narco de la zona. Nancy y Micaela eran parte de la comunidad qom Yecthakay, de Tigre.

Esta historia, situada en el Municipio de Tigre, se teje entre muertes e impunidades. El crimen de Micaela Fernández fue caratulado como suicidio, y sigue impune. Este martes comienza entonces el juicio por el asesinato de su madre, Nancy Fernández, que se extenderá hasta el viernes 6 de septiembre en el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 7 de San Isidro. Hay un solo imputado por el femicidio: Juan Carlos Corvalán, narco de la zona.

El entramado detrás de estas muertes sigue aún sin visibilizarse. 

Diez años después: comienza el juicio por el femicidio de Nancy Fernández

Nancy Fernández, de la comunidad qom del Tigre. La asesinaron porque seguía denunciando que el caso de su hija Micaela no había sido un suicidio, sino un asesinato (Foto de Canal Abierto)

Los crímenes

En 2013, cuando Micaela Fernández desapareció, su madre Nancy fue a la Comisaría 6ª de Talar pero no le quisieron tomar la denuncia; había sido secuestrada y violada por varios hombres. Cuando su hija apareció días después, con golpes, cortes en la cara y el pelo cortado, Nancy insistió en denunciar lo sucedido y otra vez volvieron a negarle ese derecho. En una entrevista con la TV Pública, Nancy reveló que la policía la llevó a la comisaria, donde la ataron y golpearon. Cuenta Nancy en el video: “India de mierda, me dijeron, te callás la boca, no vas a hablar vos”. 

El 17 de febrero de 2013 Micaela apareció asesinada en la casa de Dante “Pato” Cenizo. Tenía un tiro en la cabeza. La investigación de su muerte estuvo a cargo del fiscal Diego Molina Pico, de la Fiscalía de El Talar, que a los pocos meses archivó la causa caratulada como suicidio. Dante “Pato” Cenizo solo estuvo preso por venta de drogas. 

Un año después, mientras Nancy, reclamaba justicia y denunciaba la complicidad policial en la trama, la encontraron en su casa semidesnuda, violada y asfixiada. Ahora, diez años después, su muerte llega a Tribunales. 

El reclamo de justicia

Nancy y su familia son parte de la comunidad Qom Yecthakay del partido de Tigre. Micaela tenía una hermana: Lisette Fernández, que tenía 12 años cuando asesinaron a su hermana, y 13 cuando asesinaron a su mamá. Cuando cumplió la mayoría de edad tomó el reclamo de justicia y se rodeó de las organizaciones que desde el territorio acompañan los reclamos por los femicidios locales. 

La misma red que acompaña por ejemplo el reclamo de justicia por Luna Ortiz (asesinada en 2017 cuando tenía 19 años) estará presente en los Tribunales acompañando a Lisette. 

“Es importante el acompañamiento porque es una causa fuerte. Esta red de mafia territorial se creía que al matar a Nancy y al morir su abuelo Eugenio de tristeza, Lisette no iba a hacer nada por su corta edad, pero cuando cumplió los 19 años decidió salir como particular damnificada, y es importante levantar junto a ella el pedido de justicia”, dice a lavaca Marisa Rodríguez, mamá de Luna Ortiz y miembro de la red que acompaña el pedido de justicia por Nancy y Micaela.

Marisa Rodríguez, la mamá de Luna Ortiz, junto a Lisette, hija de Nancy y hermana de Micaela que retomó el reclamo de justicia ante la audiencia que comenzará este martes 3.

Esa red garantiza por ejemplo que durante esta semana Lisette tenga cómo trasladarse al juicio, y se quede a dormir cerca de Tribunales. También organiza que la joven tenga la comida para la semana y las actividades de acompañamiento que sucederán en la calle mientras el proceso transcurre, además del claro apoyo y contención. 

El juicio marca la posibilidad de empezar a desarmar el entramado de impunidad. Un primer paso en un largo camino que se inicia por juzgar como femicidio el crimen de Nancy, y que después pueda dar lugar a lo que todavía no se hizo increíblemente: vincular la muerte de Nancy con el crimen de su hija Micaela, y poder poner luz en la trama de responsabilidades y complicidades que mantuvieron durante 10 años sus femicidios sin justicia. 

Seguir leyendo

Nota

Talento eterno

Publicada

el

Con poquito aportás muchísimo ¡Sumate!

Ricardo Talento –actor, director, dramaturgo y docente, fundador del Circuito Cultural Barracas y uno de los principales impulsores del teatro comunitario–  se “mudó de casa”, como dicen las Madres de Plaza de Mayo cuando alguna de ellas parte hacia otras dimensiones. El recuerdo de Luis Zarranz, periodista, escritor y autor de del libro Actores Sociales, de Lavaca Editora: una investigación, descripción y guía sobre una experiencia de una profundidad única en el mundo, con Ricardo Talento como uno de sus emblemas. En esa obra Luis explica el rol del teatro comunitario en la reconstrucción del tejido social tras la dictadura, hasta el presente. Y en esta nota cuenta sus batallas, sus conceptos, lo que fue capaz de crear con la mirada siempre puesta en lo grupal. Su debate tanto con el liberalismo como con el progresismo sobre lo que significa el arte como producción social y autogestiva. La definición de la palabra “talento” que le falta a los diccionarios. El retrato de un imprescindible que supo combinar alegría, entusiasmo y comunidad.

Por Luis Zarranz

(foto de portada publicada por la Asociación Argentina de Actores y Actrices)

Ricardo Talento tuvo un apellido que le calzaba justo. Su virtud no estaba solo en su capacidad actoral o dramaturga sino en algo más trascendental y difícil de hallar: la potencia para generar proyectos artísticos comunitarios a lo largo y ancho del país.

En ningún lugar de eso que llamamos mundo existe algo similar –en términos de extensión, recorrido, articulación, transformación y hecho cultural– como el teatro comunitario argentino. ¿Qué es? Teatro de y para vecinos y vecinas. En nuestro país, más de sesenta grupos conforman una red nacional de enorme vitalidad en la que se fusionan conceptos tales como comunidad, arte, identidad, celebración, autogestión y juego: todo como parte de una unidad teatral.

Sin embargo, lo que hace más interesante aún al teatro comunitario es la generosidad fundacional con la que creció. Y es precisamente ahí donde emerge la figura de Talento junto con la de Adhemar Bianchi como directores de los dos primeros grupos del país: fueron ellos quienes durante los días aciagos del 2001 salieron por los barrios a propalar el encuentro de vecinos a través del arte, lo que permitió que surgieran diversos grupos hasta en los lugares más inimaginables del país.

Eso es Talento.

A partir de ese impulso, en pueblos de no más de seiscientos habitantes, por ejemplo, comenzaron a surgir grupos de teatro comunitario en los que participaba buena parte de la comunidad: la vieja estación de tren abandonada pasaba ser un escenario para una función, lxs vecinxs contaban ellxs mismxs la historia del lugar, es decir su historia.

Talento vio allí el hecho cultural en toda su dimensión transformadora.

Antes, mucho antes, en la década del setenta había participado en el Centro de Cultura Nacional José Podestá, en el grupo La Podestá y en el Grupo de Teatro Cumpa. En 1987 comenzó a dirigir al grupo de teatreros Los Calandracas. Finalmente, en 1996, en plena sobredosis menemista, fundó el Circuito Cultural Barracas y, junto a Adhemar, creó “El Fulgor Argentino Club Social y Deportivo”, la gran obra del primer grupo de teatro comunitario, Catalinas Sur de La Boca, hermano mayor del Circuito de Barracas.

Talento eterno

Imagen de la actual versión de El fulgor argentino, espectáculo organizado y creado en1996 por Ricardo Talento y Adhemar Bianchi, cuyo éxito lo renueva año año. Foto Lina Etchesuri

Pero todo el párrafo anterior engendra un error: nada de lo que haya hecho Talento podría conjugarse en singular. Sus iniciativas siempre propiciaron el encuentro con el/la otro/a para, a partir de allí, crear proyectos de índole grupal.

Su nombre y apellido nunca fueron un nombre propio sino sustantivos colectivos. Por eso le preocupaba tanto combatir la aparente capacidad individual de un artista. Ese fue su verdadero arte: dialogar con la época para transformarla en comunidad: “Creemos que el arte es un derecho de todos. El mundo liberal creó la figura del artista como para decir que están los que se permiten desarrollar su actividad y tienen un don. Están diciendo que otros no lo tienen. Y, además, que se trata exclusivamente de una producción personal. Es un nefasto concepto liberal y hay otro del progresismo: la idea del arte como herramienta, como una utilidad. Nosotros creemos que en sí es transformador”.

Eso es Talento.

Así, en 2001, bajo su dirección, el Circuito Cultural Barracas parió una de sus emblemáticas obras: El casamiento de Anita y Mirko. Un casamiento como una excusa para generar un espacio de encuentro, intercambio y diversión que amortiguara la crisis neoliberal que, como un tsunami, arrasaba con todo. La fórmula que crearon lxs vecinxs fue medicina para curar el agobio, la desesperación y el desencuentro. Y fue también un éxito teatral que lleva veinte años ininterrumpidos de funciones agotadas sábado tras sábado, con más de 70 vecinxs actores en escena.

Talento eterno

El Casamiento de Anita y Mirco, obra y experiencia emblemática del Circuito Cultural Barracas desde 2001, otra muestra de la capacidad de Ricardo para reunir lo social y lo artístico y hacer una fiesta (literal y divertidísima) que comparten y actúan con el público más de 70 vecinas y vecinos del barrio. Foto Lina Etchesuri para lavaca .

Hace un tiempo, en una charla para una nota de lavaca, Talento me dijo: “En todo estos años cambió el clima político y el social, pero sigue esa necesidad de jugar, aunque sea por dos horas, a que no tenemos paranoia el uno del otro. En el fondo, el Casamiento es una ficción: ficcionamos que nos conocemos, que nos podemos divertir juntos, que podemos compartir una mesa sin que nos conozcamos. No es poca cosa”.

Eso es Talento.

Más Talento: “El teatro es la última ceremonia humana que le queda al ser humano. Cuando la comunidad la toma, vuelve a darle encarnadura, sentido. Porque a veces el teatro se vuelve una ceremonia hueca, no de comunicación sino de exhibición: de habilidades, de construcciones artísticas. Una de las cosas por la cual el teatro comunitario tiene tanta repercusión en el público es porque al tomarlo la comunidad vuelve a tener sentido esta ceremonia celebrativa. El vecino produce con otro vecino, que es el espectador: hay empatía y todos juntos estamos participando de un hecho colectivo”.

Así, con esas pócimas, Talento supo dialogar y protagonizar su tiempo: con otros/as: “Creatividad significa cómo puede imaginarse uno de otra manera, cómo puede modificar el entorno y puede construir política. Estás desarrollando prácticas a nivel comunitario, de construcción política, partiendo de la posibilidad de imaginar de otra manera. Y ejercerla, además, porque no es que lo decís teóricamente y después te vas a tu casa solo. No, lo estás ejerciendo todo el día en la práctica, con otros”.

Talento eterno

Cómplices y compinches. Adhemar Bianchi y Ricardo Talento, creadores de espacios de encuentro, intercambio y diversión para escaparle a la desesperación y los desencuentros. Foto LAVACA

Pocas veces palabra y acción se sintieron tan a gusto: eso sí es Talento.

Otra vez, cuando participó del Foro Social de Porto Alegre puso en discusión la frase “Otro mundo es posible”, leiv motiv de esos encuentros. Talento planteó dos cosas: primero que nada iba a ser posible si no éramos capaces de imaginarlo. Y, segundo, que no había que plantear otro mundo posible sino este, el de aquí y ahora, el que se manifiesta en el más político de los ámbitos: el cotidiano.

Eso es Talento.

Hay personas que dejan una huella tan imborrable de su paso por el mundo que resulta imposible mencionarlos en pasado, su tiempo es tan actual que siempre están en presente: eso es también es Talento. Y, por eso mismo, siempre están y estarán vivas: cada vez que un grupo de teatro comunitario se junte, cada vez que empiece una función, cada vez que surja otro grupo más, Ricardo Talento estará ahí, como parte inescindible de esa acción.

La Real Academia Española, que poco sabe del mundo real, admite tres definiciones de “talento”: “1) inteligencia (capacidad de entender). 2) aptitud (capacidad para el desempeño de algo). 3) Persona inteligente o apta para determinada ocupación”.

Le falta la más trascendental de las definiciones: “Talento: sustantivo colectivo teatral y comunitario”.

Seguir leyendo

LA NUEVA MU. La peor

La nueva Mu
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad

Lo más leido