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13 contagiados de coronavirus en la Villa 31, sin agua, sin luz y sin respuestas

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Compartimos otro texto de la organización La Poderosa que denuncia, con datos y casos concretos, cómo los discursos estatales de protección y cuidado se derriten en los barrios más vulnerados. El barrio «urbanizado», el más afectado. El hacinamiento. La auto-organización de las vacunas y el hambre. Los basurales como fuente de comida y cartón. Los escasos kits de Salud. El riesgo eléctrico, la falta de agua y el problema de la lluvia. Y la violencia policial: el detallado panorama en los barrios humildes del país que tiene en común la falta de respuesta estatal.

Texto publicado originalmente aquí.

1) El Barrio Mugica, cuya falaz «urbanización» se ocuparon de promocionar en todos los medios, no sólo tiene los casos de coronavirus que ya denunciamos, ¡ahora nos confirman otros nuevos 11 contagios! Y las medidas están a la vista. Hace dos días que la Villa 31 no tiene agua, hace 24 horas que no tiene luz y hace 70 años que no tiene respuestas.
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2) Todavía no existe ningún proceso de individualización sobre los grupos de riesgo que debieran ser aislados del aglomeramiento entre los pasillos estrechos e invisibilizados de la ciudad más rica del país, donde hoy se cumplen 40 días de Hacinamiento Barrial Obligatorio.
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3) Frente al abandono en Zavaleta y la Villa 21-24 de Barracas, las propias organizaciones sociales, junto a la Parroquia Caacupé y los trabajadores de la salud venimos haciendo un relevamiento que implica también la vacunación y el acompañamiento de los vecinos más vulnerables: en sólo 4 días, se vacunaron 930 mayores de 65 años, en 15 postas comunitarias.
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4) Seguimos enfrentando diariamente serios problemas para poder acceder al Ingreso Familiar de Emergencia, por cuestiones burocráticas, por nombres inscriptos que no figuran en el registro, por las computadoras que faltan, por el acceso imposible a Internet, por la incompatibilidad con otros parientes, por los trámites del DNI o por no haber cumplido todavía los 2 años de residencia. Y aun en aquellas gestiones que lograron completar el trámite, muchos destinatarios cobrarán ese recurso recién a mediados de mayo, con dos meses de cuarentena cumplidos.
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5) De frente a la dificultad para conseguir los productos de limpieza, la Secretaría de Desarrollo Social de Paraná nos entregó un kit por única vez para los comedores oficiales, que son apenas el 50% de los informales, bien. ¿Saben qué traen? Dos litros de lavandina y 3 jabones.
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6) Ahí, en el barrio San Martín de Entre Ríos, la cola que se hace larga, pero muy larga, no es al cajero, ¡es al basural! Ahí, en el Volcadero Municipal, se acercan cada día más personas buscando comida o materiales para sobrevivir a la desocupación: se paga $4 el kilo de cartón.
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7) Las autoridades provinciales en Córdoba Capital y Mar del Plata, así como los responsables municipales en Tandil y Rosario, todavía les están adeudando los cheques alimentarios a los merenderos comunitarios.
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8) Bajo los balcones llenos de aplausos que aturden a Puerto Madryn, los empleados estatales del Hospital Isola coparon las calles este lunes, exigiendo el sueldo de marzo.
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9) Con las lluvias en Capital, cae de arriba el agua para la lucha contra el coronavirus, porque la tan promocionada «urbanización» ni siquiera garantizó los caños para que AySA pudiera llegar. Y entonces ahora llega también la temporada de pileta para el dengue, porque no hay descacharreo, ni recolección, ni fumigación: 2412 casos, sólo en tres meses, ¡sólo en 3 comunas de la zona sur!
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10) La demanda de nuestros comedores comunitarios aumentó un 40% en los últimos diez días, que se vuelve un pico del 320% en la curva ascendente del 2020.
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11) De las 90 toneladas de secos que baja bimestralmente el Ministerio de Desarrollo de Nación, para los comedores que funcionan como brazos del Estado, hay 48 que todavía no han llegado.
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12) Además de 10 compañeros con dengue, hay dos casos confirmados de Covid-19 en el barrio Los Pumitas de Rosario, donde el propio municipio nos pidió que no dejara de funcionar nuestro comedor, debido a la emergencia, pero ahí también deben dos meses de fondos. Y aun así, nos pidieron que hiciéramos tapabocas y no entregáramos comida a ninguna persona que no los utilizara, porque «para eso les mandamos la tela». Pues bien, también nos deben la tela.
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13) Como el Gobierno porteño no acondicionó ningún espacio para recibir a los grupos de riesgo, ni a los contactos estrechos de las villas y sus propias autoridades reconocen que sólo cuentan con las 300 camas de los Curas Villeros, el hotel cooperativo Bauen ofreció cien camas para los barrios, pero nos dijeron que no: afecta sus negocios inmobiliarios.
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14) A la voluntad manifiesta de ocultar la expansión del virus en los barrios pobres, porque no quieren aislar a nuestros ancianos en los mismos hoteles que hospedan a los turistas, ahora se suma el temor fundado de muchísimas familias a perder sus viviendas en caso de abandonarlas, por la desesperación que brota del hacinamiento en la pandemia. Y entonces hay gente que miente, abonando el silencio del gobierno y del televisor. Miente, porque tiene temor.
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15) Un cuarto de las familias que recibían bolsones en el barrio Las Quintas de Santa Teresita, más precisamente 50 de las 220, ¡no recibieron ni un paquete de fideos en 40 días!
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16) La diabetes, que por supuesto representa un factor de riesgo en zonas de clase media, se vuelve más dramática aún en las barriadas populares, porque se necesitan 4 tiras reactivas diarias para medir el azúcar, una después de cada comida. Y 50 tiras cuestan 2.500 mangos, de modo que quien usa efectivamente 120 por mes, se gasta el 50% de la IFE, sólo en eso. ¿Usted cómo haría? Nuestros diabéticos se miden la sangre una vez al día.
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17) Abajo, pero muy abajo, en Tierra del Fuego, el barrio Mirador, como Escondido, como Obrero, como Kaupen, como Cañadón y como La Cumbre, no tiene agua potable, ni gas natural, ni luz, ni red cloacal. Y cuanta sólo con dos canillas comunitarias, que no siempre funcionan. Quienes no pueden comprar el agua envasada, utilizan mangueras para tomarla desde un chorrillo que baja de la montaña. Así cocinan, así curan, así beben, así lavan.
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18) Todavía sigue sin resolverse la problemática de las garrafas para los sectores populares, que no son beneficiarios del decreto 311, cuando no existe el gas natural. Una familia tipo debe gastar entonces 2 mil pesos mensuales, en promedio. Y por eso estamos gritando que, ¡por favor!, crucen urgente los datos del RENAPER con las empresas de gas, para realmente poder subsidiar a todas las viviendas afectadas, mediante el Programa Hogar.
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19) Sin excepciones, nuestros dispositivos alimentarios incrementaron su actividad durante los fines de semana, cubriendo esos días con ollas populares, transformando merenderos en comedores y creando 20 nuevas bocas de entrega. Pero aun así, en Viedma, se han reactivado los grupos de trueque, donde mucha gente lleva sus bienes más preciados. Para cambiarlos por leche.
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20) Por los humos tóxicos que genera la quema de residuos y el aglomerado de las casas, cada vez hay más niños con problemas cardíacos y respiratorios en el barrio Madres a la Lucha de Río Gallegos, donde la única salita que funciona aborda también a otros 3 barrios. Y sólo atiende por wasap, con 4 empleados y ninguna ambulancia: toda la ciudad tiene 6, para 95.700 habitantes.
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21) Desde las distintas Casas de la Mujer y las Disidencias de La Poderosa, el feminismo villero viene acompañando a 383 víctimas de violencia de género, que también conforman en muchos casos los demás riesgos que requieren resguardo frente a la pandemia. Y aun así, seguimos padeciendo inadmisibles demoras en las respuestas institucionales.
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22) De todas las vecinas acompañadas por otras vecinas de distintas asambleas, atrapadas en situaciones de violencia intrafamiliar, sólo el 35% pudo realizar la denuncia durante la cuarentena y únicamente al 53% le otorgaron las medidas de protección que fueron requeridas. De todas ellas, un 56% tiene personas a su cargo y sólo el 31% cuenta con un ingreso económico regular, que suelen ser programas de empleo social, en medio del silencio sepulcral.
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23) Una de cada 4 mujeres en nuestros barrios necesita una solución habitacional urgente, para poder romper el círculo de violencia. Y mientras tanto: 101 femicidios y transfemicidios, en 2020.
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24) ¡Una primicia que ningún medio quiso tener! En Zavaleta, decidieron remover a los jefes del servicio de Prefectura por haber liberado sus 4 consignas deliberadamente, ¡3 veces en un mismo día! Sí, esa misma zona en la que asesinaron a 4 personas en el último mes y medio, por el negocio del narco, las Fuerzas y el periodismo parapolicial. Fueron removidos cuando lo pudimos demostrar con fotos, pero si no hubiera sucedido lo mismo que sucede cuando no queda registro: nada. No salió en ningún medio.
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25) En Sierras Chicas, El Sauce no posee red de agua potable, así que depende del camión que manda la comuna, pero sin una frecuencia preestablecida: nuestro merendero llegó a estar una semana sin agua. Y ojalá fuera el problema de apenas un barrio cordobés: en el Yape, Elisa convive con 8 personas y una cloaca rebalsada, siendo hipertensa, pero no tuvo respuestas ni cuadrilla hasta que no etiquetamos a los responsables en Instagram. Y el «arreglo» duró 24 horas.
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26) Distribuidos en algunas provincias mediante cadenas de supermercados que no existen en otras regiones, los cuadernillos elaborados por el Ministerio de Educación no están llegando a donde más hacen falta, mientras Chaco y la Ciudad de Buenos Aires anuncian que podrían «empezar a evaluar de manera virtual». Mientras tanto, en la vida real, nuestra asamblea de Juella, en Jujuy, hoy debe organizarse para viajar 8 kilómetros hasta Tilcara, cada vez que necesita conexión o hacer alguna impresión… Por eso, la Edición Cuarentena de La Garganta estará dedicada íntegramente a las niñas y niños de las barriadas, traduciendo el contenido lúdico y pedagógico de los cuadernillos a nuestra impronta, nuestra identidad y nuestra realidad.
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27) A 200 kilómetros de Posadas, en la Aldea Tacuapí Mirí, los seres humanos toman agua de un arroyo y comen lo que cazan, como por ejemplo gusanos, con arroz, fideos o polenta, porque no tiene ni un comedor comunitario. Hace 3 meses, literalmente 3 meses, que no los visita ningún agente sanitario.
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28) A la sombra de tantas falsas informaciones, 7 policías fueron desplazados en Misiones, por haber trasladado a un pibe de 19 años durante cuadras a fuerza de los «rebencazos» que le daban desde sus motos, en la Colonia Andresito. Tampoco nadie publicó su grito.
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29) Y como nunca se trata de «un caso aislado», el 18 de abril, la Infantería de la misma Policía misionera detuvo a Gustavo Quevedo en Deseado, cuando iba al almacén. Ahí nomás, le pidieron cordialmente “veinte flexiones de brazos” y se lo llevaron detenido, también a punta de rebenque. Lo cagaron a palos y lo liberaron, sin elaborar ningún acta, ¿para qué?
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30) El 1 de abril, en pleno aislamiento, el gobierno de Córdoba no tuvo mejor idea que suspender los programas de trabajo provinciales: la inclusión laboral para adultos mayores, el primer empleo e inserción profesional. Una pavadita, que sólo les cagó la vida a 27 mil personas.
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31) A mayor atrincheramiento, mayor demanda de energía y mayor riesgo eléctrico. Sólo en el último mes, el barrio porteño de Fátima padeció 3 incendios, que afectaron a 4 familias, todos por explosiones, cortocircuitos y chispazos de cables, en días de lluvia. Como hoy. Sólo una vez llegaron los bomberos.
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32) El 17 de abril, 122 efectivos penitenciarios de la Unidad Penal N°1 de Corrientes fueron testeados por ser contactos estrechos de un contagiado en San Luis del Palmar. Otros 4 agentes más resultaron positivos. Y entonces, este lunes, 20 internos del Penal iniciaron una huelga de hambre pacífica pidiendo condiciones de higiene y aislamiento para los grupos de riesgo, ahí donde se desborda un 40% de superpoblación carcelaria, porque hay 670 presos, en una unidad para 440. Al día siguiente, cerca de las 15, reprimieron, hirieron a 12 presos y asesinaron a José Candia, quien estaba terminando de cumplir una condena de 6 años por robo: 10 balazos, 7 de goma y 3 de plomo, antitumultos. «Pero debe ser información discrecional». Son datos del Ministerio de Seguridad provincial.
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33) Rehenes del mismo colapso alimentario que llegó a cuadriplicar la demanda en el barrio Pellicer de Mendoza, hace más de 25 días que nuestras asambleas correntinas debieran haber recibido el camión con la mercadería que le vienen adeudando. La seguimos esperando.
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34) La carga horaria del «personal de salud alimentaria» aumentó un 50% y también creció un 30% esa increíble planta voluntaria que nos permite sobrevivir a la emergencia, pero necesitamos reforzar una vez más el desesperado pedido por donaciones, porque quedan pocas raciones y se acabaran a la brevedad: #ContagiáSolidaridad.
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35) De los 50 casos positivos de Covid-19 en La Rioja, hoy 22 son laburantes de la salud, porque «no toman los recaudos», según el gobernador Ricardo Quintela, que no tiene nada que ver con todo eso, eh.
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36) Toda el agua que llega hasta el Barrio Cataratas, en Puerto Iguazú, sale de dos pozos en la zona alta, cuyo acceso se libera 2 días por semana. Los vecinos llevan sus baldes y se pasan interminables horas esperando en el mismo lugar. Los dengues, también.
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37) Si bien hasta recién no teníamos casos en la Villa 21-24, nos acaban de confirmar el primero, tras las alertas de los dos positivos en el Hospital Penna, la segunda casa de toda una inmensa comunidad. A esa doble villa de Barracas, el 70% del agua llega contaminada, cuando llega, porque además hay problemas de presión. Y ahí vive nuestro vecino Santos Ruiz, que tiene 59 años, diabetes, hipertensión y dificultades cardíacas: sólo tiene agua de noche. Y hoy sobrevive con los bidones que le provee su asamblea.
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38) Entre las mayores preocupaciones para la Patria Baja, sin dudas está el consumo, pero no sólo ese consumo que abordan los noticieros con sus traductores macroeconómicos, sino el consumo problemático de sustancias que llegan donde no llega todo lo demás: específicamente en Villa 20 (Lugano), Bosco II (Santiago del Estero) y San Petersburgo (La Matanza), hay muchísimos adictos sin respuesta, ni contención, porque «no están recibiendo gente los centros de rehabilitación».
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39) A esta hora, todos los centros de día están cerrados y no se oye una propuesta del SEDRONAR, ni una preocupación del periodismo. Al igual que el clorhidrato de cocaína, el consumo de paco puede causar hipertensión arterial y cardiopatía isquémica, que se asocia además con rabdomiolisis y la falla renal. No por nada, quienes consumen base muestran cambios a nivel arterial que se asocian al mayor riesgo cardiovascular, sin contar el humo que afecta al sistema respiratorio. Y no se olviden, ¡el sistema hospitalario será el mismo para todos! No basta saludarse con los codos.
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40) Hasta ahora, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires hubo al menos un caso de violencia institucional por día, desde que comenzó la cuarentena. Y no lo decimos nosotros, ni la prensa, lo dice un informe del Ministerio Público de Defensa.

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El teatro sale a la calle por la derogación del decreto 345

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A 44 años del atentado al Teatro Picadero en plena dictadura, distintas salas, artistas, productores y gestores organizan un encuentro para conectar pasado y presente. De Teatro Abierto al Festival ENTRÁ, la organización contra el desmantelamiento del sector, representado en el decreto 345, para defender la cultura, la identidad y crear lo que viene.

Por María del Carmen Varela

El 6 de agosto de 1981, a pocos días de haberse iniciado el ciclo Teatro Abierto, el Teatro Picadero sufrió un atentado que lo dejó en ruinas. Por eso, 44 años después, bajo otro ataque sistemático a la cultura, la comunidad teatral sale a la calle para recordar y exigir.

La propuesta reza:

El Teatro está Abierto: ENTRÁ.

La historia no se repite igual, pero rima.

El miércoles próximo, de 17.30 a 19.30, en la puerta del Teatro Picadero, Pasaje Santos Discépolo 1857, CABA, trabajadorxs de las artes escénicas se reunirán para celebrar que el teatro sigue abierto y para defender al Instituto Nacional del Teatro que por el decreto 345 está siendo desmantelado.

La gacetilla anuncia la participación de Lorena Vega, Valeria Lois, Elisa Carricajo, Laura Paredes, Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y Mariano Sayavedra leyendo framentos de “Decir sí” de Griselda Gambaro, “El Acompañamiento” de Carlos Gorostiza, “Parlamento” del grupo Piel de lava y “Civilización” de Mariano Saba. Un diálogo entre obras que fueron parte de aquel ciclo y obras contemporáneas que hablan de nuestro presente. También habrá un cierre musical a cargo de Talleres Batuka.

Sigue la gacetilla: «Les invitamos a este evento que es, a su vez, un acto de conmemoración y un encuentro de resistencia. Como Teatro Abierto en los 80, hoy desde ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) seguimos encontrándonos para defender nuestra identidad cultural, nuestro teatro».

El texto poético que acompaña el mitín:

Ayer fue dictadura, hoy es democracia simulada

Ayer fue incendio, hoy es apagón

Ayer fue teatro como refugio, hoy es como grito

Ayer fue unión de artistas, hoy es red federal viva

Ayer y hoy: el teatro vuelve a responder como acto político y vital

En defensa de la cultura, exigimos la derogación del decreto 345.

Entrá porque es urgente

Entrá porque es ahora.

El emblemático ciclo Teatro Abierto arrancó el 28 de julio de 1981 en en el Teatro Picadero. Su organización fue un acto de resistencia en un contexto de dictadura que censuraba a dramaturgxs, directorxs teatrales, actores y actrices de la escena nacional. Un grupo de dramaturgxs comenzó a reunirse en la sede de Argentores para poner al teatro en acción: Así nació Teatro Abierto. Con una programación de 21 obras breves, se proyectó la realización de 3 funciones por día durante 3 meses. Con dramaturgxs como Carlos Gorostiza, Carlos Somigliana, Roberto Cossa, Pacho O´Donell, Griselda Gambaro y Aída Bortnik, entre otrxs, el ciclo se convirtió en un verdadero fenómeno artístico apenas iniciado. El público respondió a la convocatoria y se agotó la venta de abonos casi de inmediato. Una semana después, el 6 de agosto, se produjo el atentado que destruyó al Picadero. Al día siguiente se produjo una concurrida asamblea en el Teatro Lasalle y decidieron continuar. Varias salas teatrales ofrecieron sus instalaciones y finalmente el Tabarís, clásico espacio de la revista porteña, fue el elegido para reanudar el ciclo. Una semana más tarde, volvió Teatro Abierto con un apoyo multitudinario por parte del público que llenó la sala hasta la última función.

Contacto: +54 9 11 6914-3033 (Ana)

[email protected]

Instagram: @festivalentra

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Villa Lugano: una movilización en contra del “Máster Plan”

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Vecinas y vecinos del barrio del sur porteño resisten ante una obra que está haciendo el gobierno de la Ciudad a espaldas de la comunidad: tala de centenares de árboles añosos, el cierre de varios ingresos y egresos de la autopista Dellepiane y la colocación de un nuevo peaje (a 4 km de otro ya existente) para ampliar la recaudación. El silencio del gobierno local y el ruido de sus topadoras arrasando el espacio verde y público. La voz de la organización popular que no calla y sale a la calle, otra vez –este viernes y en una caravana de autos– para visibilizar lo que pasa en una de las zonas más postergadas de CABA: a las 18 horas desde Dellepiane Sur y Montiel hasta Dellepiane Norte y Piedra Buena.

Por Francisco Pandolfi

Desde noviembre del año pasado la comunidad de Villa Lugano resiste a una obra que ya está haciendo el Gobierno de la Ciudad sin licencia social ni escuchar a la vecindad: el Máster Plan Autopista Dellepiane, con un costo de más de 7.000 millones de pesos, tala de centenares de árboles, cierre de 14 ingresos y egresos a la autopista y otro peaje (a cuatro kilómetros del de avenida Lacarra). 

La organización popular no cesó desde el momento en que se enteraron de la iniciativa. Asambleas, audiencias públicas, semaforazos, volanteadas en los distintos sub barrios que forman parte de este barrio porteño bien al sur porteño. Y guardias, para evitar el talado de árboles en lo que las y los vecinos denuncian como “un ecocidio”, que está sucediendo desde marzo.

La comunidad hizo un relevamiento casa por casa con los frentistas a la autopista Dellepiane: más del 70% no tenía idea de la existencia del Máster Plan. Presentaron por escrito pedidos de información pública a AUSA (Autopistas), APRA (Agencia de Protección Ambiental), Ministerio de Infraestructura y a la Secretaría de Gobierno y Vínculo Ciudadano porteño, sin respuestas.

Sin embargo, la obra empezó aún incumpliendo la promesa de que antes habrían mesas de trabajo en conjunto. Este viernes, la comunidad decidió volver a manifestarse, en una caravana de autos para seguir visibilizando la problemática. Desde lavaca hablamos con el colectivo de vecinos apartidario No dividan Lugano que está al frente de denunciar la obra. 

Sobre lo negativo y lo positivo de la obra, dirán: “El Master plan Autopista Parque Dellepiane fue presentado como una mejora para el sur de la ciudad, pero en la práctica profundiza las desigualdades urbanas, degrada el ambiente y fragmenta el territorio. Lo negativo es abrumador”, y enumeran: 

• Implica la tala de más de 500 árboles añosos, sin plan de reforestación efectivo.

• Aumenta la huella de carbono y destruye espacios verdes sin compensación.

• Instala un Metrobus central inaccesible, que obliga a cruzar pasarelas extensas sin rampas adecuadas ni soluciones reales para personas mayores o con movilidad reducida.

• Divide al barrio aún más, eliminando accesos, aislando sectores y obstaculizando la vida cotidiana.

• No contempla una red multimodal de transporte, ni bicisendas, ni centros de transferencia.

• Instaura peajes en tramos que eran gratuitos, generando un nuevo costo para vecinos que hacen trayectos cortos todos los días.

Agregan: “Lo positivo, si lo hay, podría haber sido la oportunidad de pensar el área como un verdadero corredor verde y sustentable. Pero nada de eso fue incorporado, ni escuchado”. Y vuelven a enumerar, en este caso, sobre lo que es fundamental denunciar en esta obra:

• Fue diseñada sin participación ciudadana efectiva, sin diálogo real con la comunidad.

• Incumple múltiples normativas locales y nacionales, desde la Constitución de la Ciudad hasta leyes de accesibilidad, ambiente y derechos ciudadanos.

• Avanza a pesar de un amparo ambiental colectivo presentado por vecinos, vulnerando el Acuerdo de Escazú y los principios de justicia ambiental.

La obra es impulsada por el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (GCBA), a través de su empresa estatal AUSA (Autopistas Urbanas S.A.), con financiamiento internacional de la CAF –Banco de Desarrollo de América Latina. Las veces que lavaca quiso comunicarse con la Secretaría de Gobierno y Vínculo Ciudadano porteño fue imposible. Nadie atiende. En relación a AUSA el prensa de la empresa explicó que la política interna es “no dar entrevistas en ON, que con los medios se manejan así”.

Dicen las y los vecinos: “El proyecto fue aprobado sin estudios de impacto ambiental adecuados, sin matrices de costo-beneficio transparentes y sin haber sido sometido a procesos participativos válidos. Hoy, la obra está en plena ejecución, avanzando a toda velocidad sin haber sido revisada tras la presentación del amparo ni durante las mesas de trabajo convocadas por la Justicia, una vez que ya habían iniciado la obra”.

¿Las mesas de trabajo están sirviendo de algo? ¿Hay escucha del gobierno porteño y de la empresa?

Las mesas de trabajo fueron convocadas por orden judicial. Pero en la práctica, no hay escucha real. El GCBA y AUSA llegan a las mesas con el proyecto cerrado, sin brindar información clave, sin contestar a los pedidos de acceso a la información, ni frenar las obras mientras se debate. Las propuestas alternativas presentadas por los vecinos (como usar colectoras, premetro, u otros modelos de movilidad sustentable) ni siquiera fueron consideradas. Las mesas han sido una formalidad dilatoria mientras la obra avanza sin freno.

¿Qué perjuicios ya están sucediendo y cuáles sucederán?

Tala de árboles, pérdida de sombra, humedad y biodiversidad; rotura de veredas, ruidos permanentes, vibraciones y molestias en la vida diaria; corte de accesos históricos, dejando barrios desconectados. Y si no se frena habrá un aumento de inseguridad vial, con colectivos cruzando carriles rápidos en maniobras riesgosas; aislamiento de sectores enteros del barrio; encarecimiento de la vida cotidiana por peajes, más transporte y pérdida de comercios barriales; mayor contaminación ambiental y sonora; desvalorización de las propiedades y deterioro del entorno.

¿Por qué este viernes 1 de agosto la comunidad hará una caravana?

Porque ya no alcanza con reclamar en silencio ni esperar respuestas que no llegan. Convocamos a una caravana vecinal pacífica para visibilizar el conflicto, frenar el avance destructivo de la obra, y exigir participación real. Será una caravana con autos, banderas argentinas y carteles. Queremos que nos vean y que nos escuchen.

La caravana saldrá a las 18 horas desde Dellepiane Sur y Montiel y finalizará en Dellepiane Norte y Piedra Buena. Participarán familias, organizaciones barriales, ambientalistas, arquitectos, docentes, jubilados, comerciantes. Al finalizar, se realizará una ceremonia simbólica con Flavia Carrión, antropóloga y comunicadora de sabiduría ancestral, en el Día de la Pachamama. “Será un acto de gratitud ambiental, una pausa colectiva para honrar a los árboles y el esfuerzo de toda nuestra gente; para agradecerle a la Tierra por seguir aguantándonos. Un momento para reencontrarnos con lo esencial: la naturaleza, la vida en comunidad y la defensa de lo que amamos”.

Esta misma vecindad organizada se formó el año pasado con el nombre “No dividan Lugano”, cuando evitó que el gobierno porteño hiciera una serie de pasos bajo a nivel, que hubiesen significado un abanico de perjuicios para el barrio. En ese entonces, cuando llegaron las topadoras, mujeres y hombres se atrincheraron para defender árboles de más de 100 años. En esta crónica contamos lo que fue ese proceso comunitario.

Un año después, el barrio de Lugano sigue en pie de resistencia. “Somos una comunidad que se levanta para defender a su barrio. Ya presentamos más de 800 firmas, relevamientos propios y propuestas alternativas. Pero nos siguen ignorando, y la obra sigue destruyendo. Por eso salimos a la calle, otra vez, y así lo seguiremos haciendo cada vez que haga falta”.

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Marcha de jubilados: balas y bolitas

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Siete detenidos y al menos 30 personas heridas, entre jubilados, curas, trabajadores de prensa (lavaca, Cítrica, Infonews, El Destape y C5N, entre ellos), defensores de derechos humanos, y un niño de 4 años que estaba con su familia en la Plaza de los Dos Congresos. Ese es uno de los saldos de otra semana de represión brutal a la protesta de cada miércoles, esta vez coordinada por la Policía de la Ciudad, que disparó postas de goma, balines con gas pimienta, granadas aturdidoras, golpeó con escudos y lanzó un nuevo tipo de gas que producía tos y vómitos. El despliegue también implicó tareas de inteligencia ilegal con efectivos que filmaban y fotografiaban manifestantes, según denunció la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), que también relevó «policías armados con postas de plomo que están prohibidos». Los carteles, las reflexiones, y la creatividad: algunos integrantes de la marcha terminaron jugando a las bolitas en la calle con los balines policiales. 

Por Lucas Pedulla y Francisco Pandolfi. Fotos Juan Valeiro/ lavaca.org

Marcha de jubilados: balas y bolitas

El padre Paco Olveira muestra los balines que golpean y expulsan gas pimienta. Terminaron jugando con ellos a la bolita sobre la acera.

Otro miércoles de protesta de jubilados y otro miércoles de represión feroz y absurda enfocada principalmente a jubilados y a la prensa que cubría lo que estaba ocurriendo. Con ataques directos a los ojos y a los cuerpos. A las cámaras y a los celulares que registraban la bestialidad de las fuerzas de seguridad –el fotógrafo de lavaca, Juan Valeiro, entre ellos, con quemaduras de primer grado en el cuello y en la oreja–. No es difícil imaginar lo que hubiese ocurrido si ese ataque le hubiera llegado directamente a los ojos. Esta vez fue la Policía de la Ciudad la encargada de lanzar gases y disparos a mansalva en la intersección de Avenida de Mayo y Luis Sáenz Peña cuando la movilización pretendía ir hacia la Casa Rosada.

Marcha de jubilados: balas y bolitas

El fotógrafo Juan Valeiro de lavaca, uno de los periodistas atacados, como ocurrió con profesionales de Cítrica, Infonews, El Destape y C5N.

Hubo 7 detenidos (Agustín Cano, Leandro Maristains, Alejandro Carrizo, Federico Burgos, Francisco Ramos, Hugo Eischler y Javier Mendoza) y al menos 30 heridos según la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), entre ellos un niño de 4 años que estaba en la Plaza de los Dos Congresos junto a su familia.  

Marcha de jubilados: balas y bolitas

Escenas de otro miércoles de violencia estatal absurda.

Más allá de la violencia ordenada por la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, la concentración de jubilados tuvo un eje concreto de reclamo: el “no al veto” del gobierno nacional a la suba de las jubilaciones y la emergencia en discapacidad. Sin embargo, Javier Milei ya avisó que vetará las leyes aprobadas por el Congreso. Tiene plazo hasta el lunes 4 de agosto, tiempo destinado a ofrecer distintas cuestiones no públicas a diputados que se sumen a apoyar el veto, como ha venido ocurriendo. ¿El argumento del oficialismo contra un ínfimo aumento a jubilados? “Va en contra del equilibrio fiscal”.

Marcha de jubilados: balas y bolitas

Una de las jubiladas víctimas del coraje policial contra ellas, y de un nuevo gas tóxico, un símbolo de esta época.

Con la camiseta de Independiente y máscara del Hombre Araña, un jubilado entendió el mapa económico que traza esa decisión, y lo señaló con un cartel en tono bíblico: en el Génesis se habla de un sueño con vacas gordas y vacas flacas, referencia a los períodos de prosperidad y a los de dificultades. El jubilado escribió una actualización argentina de aquella imagen que ya no tiene forma de sueño sino de pesadilla. 

  • “Vacas gordas, jubilados flacos”.
Marcha de jubilados: balas y bolitas

El Hombre Araña es del Rojo, y releyó el Génesis.

Números y un café

Carlos trabajó cuarenta años en el Correo y no falta ningún miércoles a la marcha de jubilados y jubiladas con su remera ya mítica de Chacarita. Tanto, que casi nadie sabe que se llama Carlos y la gente le dice “Chaca”. Hoy caminó por Rivadavia con dos vendas que le envolvieron sus dos antebrazos. “Como todos los miércoles, venimos a reclamar y te cagan a palos. Acá tenés la prueba”, dijo a lavaca  mostrando sus moretones. “Pero ya lo dije: esta sangre mía Bullrich la va a pagar”.

Héctor acaba de cumplir 75 años: “Decir que la suba de las jubilaciones atenta contra el equilibrio fiscal es una payasada. Milei lo deja claro cuando le baja las retenciones al campo, como dijo el sábado en la Sociedad Rural. Para nosotros nada y para los ricos todo, esa es la política del gobierno. ¿El beneficio para el campo no genera déficit fiscal? Milei es una máquina de mentir”. El hombre cuenta sus propias y reales retenciones: “Ya no salgo más que los miércoles acá. Ya no tengo la vida que tenía antes, no puedo viajar ni tomarme un café”.

Marcha de jubilados: balas y bolitas

Policías en acción, frente a jubilados que reclaman por sus haberes amputados por la motosierra.

De ratificarse el veto a los jubilados, la suba de agosto no será del 7,2% como fija la ley aprobada (el haber mínimo $441.600), sino del 1,62% en base al último índice de inflación de junio de 2025, por lo que la jubilación mínima será de $ 314.243,51.

Abus en la calle 

Alicia tiene 63 años y lleva un pañuelo firmado por siete de sus nietos: “Abus en lucha”, “Aguanten los jubilados”. No entiende la distribución de la riqueza. O sí, pero la ve obscena: “La baja de las retenciones y el veto a los jubilados es una guasada total”. Sus retenciones: “Ya no me puedo dar más un gustito. Vivo el día a día, ya no estoy comprando nada ni semanal ni mensual”.

En la marcha hubo muchos carteles al respecto: 

  • No al veto: nuestra indigencia es tu superávit
  • Ni veto ni represión: fuera el FMI
  • No al veto a las leyes en jubilaciones
  • No al veto: cobarde estafador (y la cara de Milei). 

Ana, 74 años, trajo su propia pancarta: “Baja las retenciones a los ricos, hambrea a los viejos”. Cuenta que su hijo trabaja en el Correo y teme ser despedido, que su nieta encontró trabajo en un Todo Moda pero la echaron a los dos meses. Para ella todo el pueblo debería movilizarse: “No sólo los jubilados y los del Garrahan. Todos”. 

Marcha de jubilados: balas y bolitas

No hay plata para el cine argentino (el Gaumont como símbolo) pero sí para filmar ilegalmente a manifestantes.

Walter (66) y Julio (62) llegaron de Campana, norte de la provincia de Buenos Aires. Sumaron otros dos carteles: “Viejo: no te quedes en tu casa, vení a luchar” y “Ayudame a luchar. El próximo viejo sos vos”. Walter movió la cabeza de un lado para el otro al recordar el discurso de Milei en la Sociedad Rural: “Un tipo desquiciado, frente a toda la oligarquía, los terratenientes, los dueños de la tierra. Él mismo dice: ‘soy cruel’. Nos la está haciendo parir. Nos quitó la medicación, todo un desastre”.

Julio coincidió: “Ahí ves realmente para quién gobierna. Hasta el que tiene séptimo grado, como yo, se da cuenta”. 

Marcha de jubilados: balas y bolitas

Jubilado hablándole a la pared.

Roberto, 62 años, de Trelew (Chubut), lo escucha: “Pero hay que seguir viniendo, compañeros. Son totalmente inescrupulosos. Hoy hablaba con un amigo que me decía que había que respetar el voto popular, pero Hitler también ganó con el voto popular. Si no salimos a la calle, no sé qué más va a pasar”. 

Vallas a donde vayas

El Congreso estuvo totalmente vallado. Vallas sobre Entre Ríos, Riobamba, Yrigoyen, Rivadavia. “Este quilombo lo hizo la Buillrich”, gritó un cincuentón a los automovilistas que se quejaban porque avanzar por las calles lindantes era un imposible.

Luis llevó un cartel: “Menstruación=sueldo de jubilado; viene una vez y se va a los tres días”. Dijo que lo escuchó a Milei cuando anunció en La Rural la baja de las retenciones al agro. “Lo que me dolió fue que la gente aplaudió cuando dijo que iba a vetar nuestro aumento. La gente del campo aplaude a todos los que empiezan con la “m” de mierda: Martínez de Hoz, Menem, Macri y ahora Milei”. 

Marcha de jubilados: balas y bolitas

Mensaje para el tal vez próximo embajador de Trump en Argentina. Un apellido que parece un mandato.

Después de la radio abierta, como cada miércoles, empezó la movilización. Las columnas bajaron a Hipólito Yrigoyen, cuya circulación no estaba cortada y marcharon por la calle. “Luche que se van”, fue otra vez el hit, al que siguió “que se vayan todos”. Uno de los temas, con dedicatoria explícita: “A dónde está, que no se ve, esa famosa CGT”. Nobleza obliga: ni la CGT ni ningún partido político, con la cabeza en las elecciones legislativas y no en la calle.

La violencia y las bolitas

Sobre Yrigoyen, casi Luis Sáenz Peña, se divisaba un camión hidrante que se retiró. La columna dobló al final de la Plaza para ir hacia Avenida de Mayo con la intención de seguir la marcha hacia Plaza de Mayo. Sin embargo, en otro operativo de pésima coordinación –esta vez por la Policía de la Ciudad– la manifestación se mezcló entre autos y colectivos que seguían pasando. 

Marcha de jubilados: balas y bolitas

“¡Por la vereda!”, gritaron algunos jubilados. Pero en ese momento, los efectivos cortaron de cordón a cordón empezando con la respuesta física violenta. El operativo estuvo acompañado, como suele ocurrir, por oficiales con cámaras que filmaron y sacaron fotos (con el objetivo de realizar algún tipo de “inteligencia” y amedrentamiento a quienes ejercen el derecho de reclamar). 

La movilización avanzó pero rápidamente empezaron las detonaciones de escopeta con postas de goma y de granadas. Dispararon balines de armas byrna, redondos y de colores, que impactaban en los cuerpos, provocando lastimaduras y liberación del gas que llevan dentro. También lo hicieron sobre la vereda, donde se supone que no hay “protocolo”. Detuvieron, golpearon y gasearon fundamentalmente a trabajadores y trabajadoras de prensa, como cada semana. El efecto de esos spray, que poseen una sustancia espesa y viscosa: penetra los poros y quema durante horas. El fotógrafo de lavaca, Juan Valeiro, como otros reporteros (Cítrica, Infonews, C5N y El Destape, entre otros), fueron atendidos en la misma plaza y en el Instituto Patria. “Quemadura de primer grado”, diagnosticaron a nuestro compañero.

Marcha de jubilados: balas y bolitas

¿Qué escudan los escudos?

Nadie fue ajeno a esta nueva ofensiva. La policía disparó un gas que generaba tos hasta el punto de provocar arcadas y vómitos. La sensación era extraña, porque no había un sabor ácido ni picante, pero provocaba una tos ronca. El efecto llegaba incluso a las calles aledañas, aparentemente ajenas al la marcha. “El registro del despliegue policial evidencia su brutalidad e irracionalidad”, denunció la CPM, organismo que precisó otro detalle alarmante: “Se relevaron también policías armados con armas con postas de plomo que están prohibidas, y acciones de inteligencia ilegal”. 

Agregó la CPM que el ataque incluyó a defensores de derechos humanos, cuyo hostigamiento tenía como fin evitar el registro de los hechos.

Sin embargo, la gente no se fue.

La gente se quedó. La policía avanzaba, seguía gaseando, y la gente siguió. 

“¡Tienen miedo!”, gritó una jubilada. “¡Tienen miedo!”.

Uno de los primeros detenidos había sido el padre Paco Olveira. Lo golpearon, lo gasearon y lo salvó la gente. Se llevó de recuerdo dos de los balines de la Policía. “Es el último arma que trajo Bullrich”, explica y muestra a lavaca. “Te tiran y salta el gas. No te deja respirar. Y duele, porque nos dieron unos cuantos en los pies. Gracias a Dios hoy no tiraron a los ojos”.

De fondo, la jubilada siguió gritando: “¡Tienen miedo!”.

Otro miércoles de protesta de jubilados se diluía entre detenciones y balines de gas. Entre un cordón con armas largas sobre Rivadavia y un grupo de la motorizada dispuesto a salir sobre Rodríguez Peña. Sin embargo, mientras el padre Paco seguía mostrando los balines, alguien propuso:

–Juguemos a las bolitas.

Todos se rieron, por el absurdo de la situación. 

De nuevo, frente al horror, la creatividad social. 

Y así, frente a policías que seguían filmando ahora una burla, un párroco y una jubilada arrodillados en la calle, jugaron a las bolitas con los balines para cerrar otro miércoles argentino.

Marcha de jubilados: balas y bolitas
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