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El K-chetazo: marchas anti y pro Cristina

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Un cacerolazo con marcha a Plaza de Mayo fue la reacción con mucho de espontáneo ante el discurso de Cristina Kirchner, que además de inoportuno fue percibido como un desafío a las protestas de miles de productores agrarios de todo el país. Desde empresarios hasta gente de izquierda terminaron siendo corridos por el llamado “piqueterismo” oficial. La lógica de quienes salieron a manifestar: desde racistas explícitos, hasta los que ven a los grandes terratenientes como aliados del gobierno y cantaban “que se vayan todos”. Mientras del otro lado, defendían la política oficial gritando “patria sí, colonia no”.

Tomás y Eliana estaban a tres metros de distancia.
Tomás golpeaba una sartén. Es abogado. Y dice que además de apoyar al campo, rechaza todo lo que hace este gobierno, “como la memoria y el juzgamiento a los militares y no a los terroristas”. Votó a Gustavo Breide Obeid, ex carapintada.
Eliana también es abogada, pero lo que salió a reclamar del gobierno es todo lo contrario: no sólo deben ampliarse y profundizarse los juicios, sino que además el gobierno muestra voluntad nula por defender los derechos humanos del presente. Está terriblemente arrepentida. En octubre votó a Cristina Fernández. Ambos reaccionaron a favor del paro agrario, y contra el discurso de Cristina Fernández.
Unos pasos más allá, los jóvenes despedidos del Casino agitaban sus banderas y Cecilia decía: “El pueblo se despierta”. Un poco más acá un señor canoso argumentaba: ªEl problema es que a Macri no lo dejan gobernarª.
Mientras esto ocurría en la Plaza, sobre Avenida de Mayo se congregaron cientos de personas a los que medios contrainformativos como Clarín y La Nación definen como “piqueteros”, aunque se trata de funcionarios y punteros políticos gubernamentales. Si hicieron piquetes alguna vez, el desliz ha quedado hundido en el olvido. En cambio nadie llama piqueteros a los que hacen piquetes con tractores, que además se entrelazan con los caceroleros que llenaron la Plaza. Desde el punto de vista de las herramientas de la resistencia, es posible que esta noche del 25 de marzo de 2008 haya representado la clausura del 19 y 20 de diciembre de 2001. Cacerolas y piquetes ya son herramientas que cualquiera puede usar, y cuyo significado habrá que ver en cada caso.
Miseria y abundancia
Todo estalló a partir de un discurso de la presidenta Cristina Fernández, cuestionando el paro agropecuario. «Recuerdo esa Argentina donde desesperados cortaban calles por que les faltaba trabajo o tal vez, en 2001, porque se habían quedado con sus depósitos. Eran los piquetes de la miseria. Este último fin de semana vimos la contracara, los piquetes de la abundancia», dijo la Presidenta durante un acto en Casa de Gobierno en el que la firma estatal AYSA anunció un plan de inversiones para el conurbano bonaerense. «Aquellos argentinos, que desesperados por la falta de trabajo se lanzaron a las calles y fueron denostados por algunos medios que pedían al gobierno que diera palos, infinidad de editoriales pidiendo orden para los que no tenían trabajo. Curiosamente aparecen piquetes violentos y protagonizados por sectores de mayor rentabilidad de los últimos cuatro años».
Recordó cuando los productores rurales, durante la convertibilidad, se debatían «por el remate de sus campos» y ahora «cuando las vacas vienen gordas, las vaquitas para ellos y las penitas para los demás».
«Allá por 1991, cuando se instaura la convertibilidad, el uno a uno, no había retenciones en la Argentina, pero casi nos quedamos sin productores. Me acuerdo de los movimientos y surgimiento de mujeres que luchaban porque se remataban los campos . Me acuerdo los primeros tiempos cuando los dirigentes ruralistas, que hoy amenazan no al gobierno sino a la sociedad con el desabastecimiento de comida, venían a pedir que por favor tuviéramos una política de recuperación».
Dijo que el campo debe tener en cuenta que sus ingresos por exportaciones son en «euros y dólares» y que sus costos son «en pesos argentinos», para luego remarcar que a pesar de esa diferencia el «empleo rural es el peor pagado de toda la escala salarial y tiene el más alto índice de empleo en negro».
«Nadie critica que puedan comprarse una 4 x 4. Lo que no está bien es que quieran hacerlo a costa de otros argentinos».
«Las retenciones son medidas redistributivas del ingreso. ¿Qué es la distribución del ingreso, si no es sobre aquellos sectores que tienen rentas extraordinarias?¿ A quién le vamos a pedir? ¿A los países limítrofes?».
«Si alguien que tiene rentabilidad actúa con ese grado de violencia, qué podemos esperar del que no tiene trabajo, de esos pibes sin trabajo y sin familia para los que se pide bala y palo».
«Sepan que voy a seguir representando los intereses de todos los argentinos. Lo pienso ejercer con todos los derechos que me da la Constitución y el voto popular. Sepan que no me voy a someter a ninguna extorsión. Ninguna».
En el acto la presidenta fue frondosamente aplaudida por el ministro Julio De Vido, y varios jefes comunales del conurbano, entre otras figuras que acaso no resulten suficientemente tranquilizadoras.
Carapintadas / derechos humanos
Tomás no tiene campos, y es abogado. Con la sartén como redoblante, tira un cigarrillo y reconoce que sus motivos para llegar a Plaza de Mayo “son una lista interminable”. ¿Por ejemplo? “La memoria parcial, lo que pasa con el campo, y el tema moral, porque la inmoralidad va a hundir al país con temas como el aborto”. Cristina Fernández se manifestó en contra del aborto. Tomás se ríe. Responde que en octubre votó al ex carapintada Gustavo Breide Obeid, y dice que el “que se vayan todos” debe ser tomado literalmente: “Cuatro años con esta gente no los aguantamos”.
Eliana habla a pocos metros, rodeada por la música de cacerolas. También es abogada “Me dedico a derechos humanos. “El gobierno reabrió las causas contra la represión, me parece perfecto jurídicamente, pero además de eso, no se respetan los derechos civiles, económicos, políticos y sociales”.
¿Y qué tiene que ver con estas ideas el paro del campo? “Esto no tiene que ver sólo con los productores, sino con que todos los pueblos de la Argentina dependen de sus productores medianos y pequeños. Por eso aquí se ve que los grandes no protestan, son amigos del poder. Aquí hay gente común, que manifiesta con tranquilidad”. ¿Y qué opina del ”que se vayan todos”? “El pueblo eligió esto y hay que respetarlo, aunque hay que denunciar también que el gobierno no hace su mejor esfuerzo para solucionar las cosas”.
Eliana votó a Cristina Fernández. “Y fue una terrible traición. La escuché hablando en los Estados Unidos sobre derechos humanos. Fue patético y mediocre. El problema es que no respeta al pueblo, a la mujer, no respeta la diversidad, ni la necesidad de las provincias, ni a la gente que se muere de hambre. Suficiente como para salir a manifestarse”. Para Eliana lo peor de la actual situación es lo que define como falta de democracia. “Respetar la democracia es respetar la diversidad y no creo que este gobierno lo haga”.
Un chico golpea los tachos que trajo de su casa. Estudia arquitectura, se llama Hernán, y dice que está resentido: “Resentido porque juntan plata, se la quedan ellos, y no la invierten en la sociedad. No estoy muy informado, pero estoy enojado”. Dice que en octubre votó a Elisa Carrió, y que decidió acercarse a la Plaza cuando vio todo por televisión.
La debilidad de la fortaleza
En ese momento la charla se interrumpió por las primeras corridas. Empezaban a llegar los grupos de funcionarios y militantes oficialistas a los que las empresas periodísticas suelen calificar como ”piqueteros”.
Fueron la expresión de una debilidad: si era cierto que el gobierno peligraba, la noticia es que nadie salvo esas 200 personas salió a defenderlo. Y si no era cierto, ¿para qué fueron?
Hipóteis de Eliana: “Presión psicológica, para generar miedo”. Dicho esto, comenzaron algunos golpes y corridas. Notable intervención policial, que se esfumó de los lugares que suele frecuentar y dejó a los caceroleros en manos de los grupos K. Aparecieron los primeros ensangrentados a golpes. Los oficialistas penetraron Plaza de Mayo y la gente que estaba allí y que logró eludir el cara a cara, marchó hacia el Obelisco. Los oficialistas festejaron la “toma” de la Plaza como si hubiesen vencido en alguna guerra invisible.
Sentirse estúpido
Rumbo al Obelisco por Diagonal Norte, Germán, chofer de 35 años explica: “Yo vine porque estoy harto de que la presidenta nos trate a todos como ignorantes. Me dio mucha impotencia. No tengo nada que ver con el campo, pero hay que dejarlo vivir”. Pasó un patrullero y la gente se abalanzó con palos para pegarle mientras le recriminaban a los policías su no intervención, una forma de dejar área liberada para las huestes oficalistas. El patrullero aceleró para huir con varios bollos de palazos en la chapa. Le pregunto a Germán si quiere que se vayan todos. “No, lo que uno quiere es que dejen de apretar a la gente que se rompe el culo trabajando. Fíjese que el 40 por ciento de lo que se produce en el campo está concentrado en 2.000 personas, y el 60 por ciento es de 45.000 pequeños y medianos productores”.
Para Germán, el gobierno se equivoca. “La gente no es estúpida, y está podrida de los tipos como Moyano, que además es un terrible terrateniente. Falta que el resto de la sociedad se termine de dar cuenta, pero estamos a un pelito de eso”. Gastón es otro arrepentido: “Yo la voté”.
El descalzo y la decoradora
Esto no es Tribunales, pero más adelante marcha Miguel, otro abogado. A diferencia de sus colegas, va descalzo. “Me saqué las ojotas para correr del tumulto, y las llevo en el bolsillo”. Cree que “si el campo para, se para todo el país”.
Ya en el Obelisco dos amigas, Sol y Agustina, plantean que lo que parece, no es. Sus padres tienen campos en Tres Arroyos. “Las retenciones los aplastan. Los grandes inversores no pagan retenciones porque están con el gobierno. Están acomodados y así no pagan nada”. Agustina: “Lo que uno dice es que haya retenciones, pero que entonces la plata vuelva, que se vea para qué la usan”, propone, como quien reclama milagros. Agustina es diseñadora gráfica y Sol decoradora de interiores y macrista explícita. “El problema sigue siendo el mismo: cada vez se gana menos, todo vale más, y vivir cuesta cada vez más”.
Ya en el Obelisco, junto a un semáforo, Santiago, productor ganadero canoso, habla por celular. Presenta alto nivel de indignación en sangre. Cierra el celular y cuenta: “Dicen que somos los grandes productores y yo estoy fundido. ¿Sabés para qué son las retenciones? Para extorsionar a los gobernadores y que el gobierno nacional haga lo que quiera. Manejan al Estado, compran votos, compran gobernadores e intendentes, y hacen lo que quieren. Yo no estoy defendiendo al campo, sino al país” supone. Es de San Pedro, norte de Córdoba, cuenta que allí el intendente se oponía al kirchnerista Frente para la Victoria hasta que apareció con la noticia: “si seguimos oponiéndonos, el lunes después de la elección no volvemos a ver un peso”. El Frente ganó por paliza.
Negros o sanos
Santiago discrimina (y mejora) a Luis D Elía al definirlo como “negro que viene a atacar a una manifestación de una población sana”. Si esto se trata de los sanos blancos contra los negros enfermos, puede suponerse en qué terminará esta saga. Suena el celular, alguien lo está buscando. “Semáforo, frente a Mc Donalds” dice y cierra. “Yo no digo que se vayan todos. Pero sí que haya límites. Nadie busca golpistas ni militares, sino que respeten y no sean ladrones”. El hombre es un arrepentido de otra especie. Votó a Roberto Lavagna. “Ese fue un vendido que se fue con estos, igual que Borocotó. No me digas que son demócratas. Cuando hacen eso, son delincuentes”.
Cree que el gobierno está desperdiciando un momento excepcional. “Hasta el inútil de De la Rúa, con este contexto de precios internacionales, hubiera sido Gardel”. Santiago considera que hay otro truco del ejercicio del poder consistente en el clientelismo: “Con la pobreza manejan a la gente con un pancho y una coca. Este tipo de gobierno no busca que la gente mejore, sino mantenerla igual, para tenerla controladita”.
La bandera del casino
Cristina es una de las despedidas del Casino flotante, que acampa en Plaza de Mayo. Los empleados en conflicto acompañaron la movilización y el cacerolazo con sus banderas. “Me encanta, se despertó la gente que reaccionó al autoritarismo. Ves gente de toda clase y odas las edades.
El autoritarismo no nos va. En cambio la gente que defiende al gobierno no viene sola, es gente mandada. Como pasó en nuestro conflicto. Los mandan a romperte. No queremos más eso, ¿o no somos libres?
Cecilia dice que ha llegado a una conclusión a partir del conflicto: “Todo el aparato del sistema se mueve para llevarse todos los beneficios, perjudicando siempre a la mayoría. Nos pasó a nosotros, y ahora le pasa al campo”.
Andrés y Marcos son de Tandil y viven en Buenos Aires. Andrés estudia Ingeniería y Marcos Derecho: “El desconocimiento de la gente sobre el campo es tremendo. Yo sé que todos los diarios son una porquería, y compré Crítica. Y era igual que los otros. Los medios son totalmente pedorros, a más no poder. No saben de lo que hablan”.
Marcos: “Acá no se piensa en solucionar problemas, sino en sacarles el jugo. Hay que defender esta posibilidad de expresarse en la calle”. Marcos reconoce que votó a Elisa Carrió y hubiera votado a Mauricio Macri. Macri no es precisamente un modelo de libertad de expresión callejera de la sociedad. Marcos se queda callado. Andrés: “Para mi el error es que te hacen pensar en Macri, Telerman, Carrió, lo que sea, y todo eso no tiene sentido, es algo que te distrae de entender los problemas como son en realidad. Y te quedás mirando y leyendo pedorradas”.
Filosofía y carne
Sebastián anda con su bombo del Centro de Estudiantes de Filosofía y Letras, conducido actualmente por un frente de agrupaciones de izquierda. El Centro votó acompañar la manifestación. “No venimos para defender a los productores, sino porque queremos comer carne y todos los precios están por las nubes. Siempre en estos casos terminan matando al que está abajo. Hay que sacarles a los que más ganan, a los grandes terratenientes, y no a los pequeños productores. El gobierno no tiene ninguna intención de hacer algo por los pobres”.
Sebastián cree que el campo –los grandes productores- deben devolver lo que se han quedado durante años. “Pero al margen de cómo lo resuelvan, siempre termina pasando lo mismo: no tenés carne, leche, o la tenés a un precio absurdo”.
Los grupos oficalistas avanzaron por Diagonal Norte, capturaron a algunos manifestantes del lado contrario, y nuevamente hubo contusos y ensangrentados. Octavio, del programa de FM América Profunda, miraba atónito. “Esta es una marcha Cha cha cha”. Los grupos gubernamentales cantaban “Patria sí, colonia no”. ¿Se lo cantan a Cristina? Se preguntó Octavio, sabiendo la respuesta. Una lluvia fría y fuerte terminó con los unos y los otros, que huyeron del centro de la ciudad. En los edificios de oficinas, se acomodaban los habitantes de siempre, arropados en diarios y bolsas de arpillera, para dormir. Familias de cartoneros acomodaban lo último bajo el chaparrón. Uno de los hombres me ve pasar y pronuncia dos palabras frágiles como los sueños. Dice: “buenas noches”.

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Escritos sobrevivientes: Un nuevo libro escrito por ex detenidos desaparecidos

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Este 24 de marzo, a 49 años del golpe, la editorial lavaca publica Escritos sobrevivientes, un libro creado junto a un grupo de personas que estuvieron secuestradas y desaparecidas en distintos centros clandestinos de represión durante la última dictadura militar. Se presenta el próximo viernes 28, pero ya podés pasar a buscarlo por MU (Riobamba 143) desde hoy. En este texto, Claudia Acuña cuenta qué representa esta obra parida en colectivo y en medio de aires negacionistas.

Por Claudia Acuña

Este libro representa muchas cosas y todas y cada una nos parecen decisivas para estos tiempos desesperados.

Ni sé por dónde comenzar a enumerarlas, así que sin orden de importancia ni cronológico enumero algunas, aunque sin duda me faltarán otras que invito a que completen quienes lo lean.

Lo primero, para mí, es reconocer el valor social, político, histórico y ético que merecen las personas detenidas-desaparecidas por la dictadura cívico militar que azotó este país desde el 24 de marzo de 1976. No olvidamos esa fecha gracias a ellas, pero no siempre se las nombra con la relevancia que han tenido para construir verdad, justicia y memoria.

A algunas de ellas he tenido el honor de escucharlas y verlas testimoniar en los juicios de lesa humanidad, pero también en los diferentes procedimientos contra la impunidad que crearon y sostuvieron para que esos juicios sucedan.

Una y otra vez.

Una y otra vez.

Una y otra vez.

Hasta lograrlo.

Solo a una pude agradecerle con palabras y lágrimas el esfuerzo, el coraje y el legado que recibíamos por su esfuerzo, pero fundamentalmente por sus vidas consagradas a hacer posible lo imposible. Fue en la puerta de los tribunales de Comodoro Py, mientras los altoparlantes transmitían la primera condena a los genocidas responsables del centro de detención clandestino y de tortura que funcionaba en la Esma. Ahora, con este libro queremos extender esas gracias a cada una, a cada uno.

Sé, porque comprendí la lección que nos daban, que no puedo afirmar que lo hicieron solo ellas, ellos. Esa es otra de las cosas que representa este libro: el saberse parte – y reconocerlo siempre- de algo más grande, más importante y más trascendente no solo del yo, sino incluso del núcleo colectivo en el que nos organizamos, reflexionamos y tomamos fuerza para resistir. Nuestras fuerzas individuales y nuestras construcciones políticas suman, activan, empujan, pero alcanzan sus objetivos cuando sincronizan con la necesidad social, con la época y con la Historia. Tienen alas porque tienen raíces y mueven al mundo hacia lugares mejores porque se sabe más grande y más poderosa que lo que nos rodea.

Eso que aquí las y los autores definen como “subjetividad sobreviviente” nos advierte eso: somos nuestros cuerpos y la sombra que proyectan, lo que hacemos y lo que soñamos, nuestras obras y nuestra imaginación, nuestros saberes y nuestra intuición, pero también y además aquellos cuerpos, proyecciones, hechos, batallas ganadas y perdidas, que nos anteceden y desbordan para fortalecernos y sostenernos de pie. Aquello que ilumina la oscuridad es la memoria sensible: de eso se trata este libro, además.

Otra: el valor de las utopías. En los momentos más aterradores hemos gritado “Aparición con vida y castigo a los culpables”. Bueno: la noticia es que hemos tenido éxito y aquí están las personas que cuando pronunciábamos esas palabras mágicas no podíamos abrazar. Algunas de ellas son las que el tercer sábado de cada mes vimos ingresar a nuestra trinchera durante el largo y desalentador año 2024. Para nosotros ese taller de escritura significó una cita con la esperanza, cada vez. Y una comprobación: el futuro se construye con el hacer colectivo, cada vez.

Por último: este no es un libro de testimonios sobre el horror de la dictadura, sino su contracara o quizá, lo que se puede pensar después de cruzar el abismo de la impunidad.

Quizá.

Me falta todavía superar la alegría de haberlo logrado, de sostener con las manos esta pequeña utopía realizada en tiempos de saqueo de recursos simbólicos y materiales, en las cuales sólo proponerlo sonaba casi irresponsable, para poder encontrar las palabras certeras, que expresen lo que representa que personas empobrecidas y violentadas podamos hacer lo que querramos financiadas sólo por el deseo y la convicción, que siempre es política.

Quizá la palabra exacta sea una sola: Argentina.

La presentación

Escritos sobrevivientes y compila una serie de textos producidos en un taller de escritura que tuvo lugar en MU durante 2024. Estos relatos abordan historias marcadas por lo que el grupo denomina «subjetividad sobreviviente». El resultado es un conjunto de textos poéticos, políticos y filosóficos, de una potencia y belleza conmovedoras.

Participan: Rufino Almeida, Margarita Fátima Cruz, Graciela Daleo, Lucía Fariña, Mercedes Joloidovsky, Eduardo Lardies, Susana Leiracha, María Alicia Milia, Claudio Niro, Silvia Irene Saladino, Stella Maris Vallejos e Inés Vázquez.

Así lo resumen sus autoras y autores: «Un grupo de compañeras y compañeros, ex detenidos desaparecidos por el terrorismo de Estado, nos reunimos en un taller de escritura para crear textos enfocados en la subjetividad sobreviviente, mientras la voz del poder alimenta el negacionismo y la reiteración del sufrimiento popular por variados medios».

El libro se presentará el próximo viernes 28 de marzo a las 20 horas en Mu Trinchera Boutique, Riobamba 143.

Podés conseguirlo desde hoy, 24 de marzo, también en MU.

Escritos sobrevivientes: Un nuevo libro escrito por ex detenidos desaparecidos
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La Justicia esquiva la causa por el disparo a Pablo Grillo: “Hasta ahora no se investigó nada”

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La recuperación de Pablo “es muy rápida” pero la investigación sobre su intento de asesinato, muy lenta, o directamente inexistente. Qué dijo el padre hoy frente al Hospital Ramos Mejía donde Pablo sigue pelando por su vida, aún en terapia intensiva pero con avances prometedores, y las abogadas del caso que presentaron ante la Justicia: primero Servini de Cubría y luego el candidateado a la Corte Ariel Lijo rechazaron la causa, y ahora se sortea en la Cámara Federal de Casación a qué juez le tocará investigar a quien le disparó y a sus superiores jerárquicos. Los dichos de Adorni en conferencia de hoy, y quién cortó el diálogo con la familia; las pruebas que se pidieron y las que se aportaron; y el texto de la presentación judicial en la que la familia pide ser querellante, con las pruebas que aportamos desde decenas de medios, fotoperiodistas y organizaciones sociales.

Por Francisco Pandolfi

Pablo Grillo todavía no está fuera de peligro, pero la mejoría día a día, paulatina y constante, le permite a la familia hablar ya no sólo de su estado de salud. Hasta hoy, el único foco era la supervivencia de este fotógrafo de 35 años impactado por una granada de gas lacrimógeno, fuera de toda legalidad, por las fuerzas de inseguridad comandadas por la ministra Patricia Bullrich.

La pérdida de masa encefálica y la fractura de cráneo con la que llegó de urgencia al Hospital Ramos Mejía –el miércoles 12 de marzo, cuando se desató la represión en la marcha por las paupérrimas condiciones en las que viven las y los jubilados–; la primera operación esa misma noche en la que se bajó la presión intracraneal y se le reconstruyó algo del tejido. Las pupilas que empiezan a reaccionar bien. La merma en la sedación. Los primeros movimientos – prematuros e inesperados por los propios médicos–. Otra operación por un derrame que es revertido a tiempo. La baja de los glóbulos blancos como síntoma de la baja en la infección. Y a solo una semana del disparo, Pablo abre los ojos. Y le sacan el respirador para ver cómo reacciona y lo hace agarrándole la mano a la mamá. Y por si fuera poco le susurra las palabras más hermosas a su papá: “Hola, viejo”. 

Pablo continúa en terapia intensiva, en estado crítico, pero respondiendo bien neurológica y físicamente. “Es asombroso el nivel de avance que tuvo”, dice Fabián, su viejo, con los ojos emocionados e incrédulos por la mejoría impensada en tan poco tiempo. Esa sucesión de buenas noticias las que posibilitan a la familia convocar este viernes a una conferencia de prensa «para contar novedades en la causa judicial».

Primero, habla Fabián, su papá, sobre la salud de Pablo: “Las novedades son que está estable, por lo tanto es bueno. Está con los ojos abiertos y sigue sin respirador”.

En la conferencia de prensa convocada por la familia de Pablo Grillo, fotógrafo que fue impactado por una granada de gas lacrimógeno lanzada por las Fuerzas comandadas por Patricia Bullrich, Fabián, su papá, habló sobre la salud de su hijo.

www.lavaca.org (@revistamu.bsky.social) 2025-03-21T19:35:39.538Z

Fabián lleva puesta una remera azul, con letras blancas que dicen: “Justicia por Pablo Grillo”. Se lo nota cansado, pero más distendido. Se ríe cuando cuenta: “Tengo un video con saludos de (Ricardo) Bochini, veremos si los médicos nos permiten que se lo pasemos. Si lo escucha al Bocha, va a volver a hablar seguro Pablo”. Mantiene los pies sobre la tierra: “Todavía la situación es grave: está en terapia y con riesgo de vida. Pero en ese marco todo lo que estuvo ocurriendo es favorable. A todos nos sorprendió su evolución. Incluso los médicos manifiestan que la evolución que está teniendo es asombrosa. Es muy rápida”.

Este jueves, el vocero presidencial Manuel Adorni dijo que el diálogo con la familia quedó roto desde que el padre de Pablo acusó a Bullrich de ser cómplice. Fabián le responde: “Nosotros no cortamos nada porque nunca existió el diálogo. Lo mío fue una respuesta a una declaración mentirosa de Bullrich, por tanto si es que alguien cortó el diálogo fueron ellos. Yo estoy dispuesto a escuchar, si alguien me llama”. Y agregó: “A esta altura no lo espero (ese llamado). Espero poco. Pero demostraría que tienen todavía un grado de humanidad”. 

En relación a las mentiras de Bullrich sobre el trayecto del proyectil, expresó: “Me da vergüenza la forma en que fue acomodando la mentira. La va acomodando a medida que la realidad se lo desmiente, es hasta absurdo, burdo, grotesco: no sé que palabra utilizar”. Cuando le preguntaron si le diría algo al gendarme que, según los elementos reconstruidos hasta el momento, sería quien disparó (presuntamente, el cabo Guerrero), afirmó: “Personalmente no le diría nada. Sí lo vamos a decir de forma jurídica. El mejor diálogo que podemos tener con esta gente es en lo judicial”.

La causa, sin avances

Fabián estuvo acompañado por Claudia Cesaroni, de la Liga Argentina por los Derechos Humanos, y a Paula Litvachky, del CELS, organismos que patrocinarán legalmente a la familia, que este 21 de marzo se presentó ante el Juzgado Criminal y Correccional Federal Nº 1 para ser tenida en cuenta como querellante en la investigación judicial.

Lo más importante de la causa hasta ahora: desde el 12 de marzo “no se investigó nada y reclamamos que se empiece a investigar urgente”. Las abogadas cuentan el por qué: “La causa iniciada por la denuncia de la Procuvin (Procuraduría de Violencia Institucional) que dio inicio a la instrucción estaba presentada en el Juzgado 12 de Ariel Lijo, quien se la devolvió a la Jueza Servini de Cubría, que otra vez la rechazó. Ninguno de los dos quiere hacerse cargo de la investigación. Ahora irá a sorteo para definir quién la sigue. La Cámara Federal de Casación Penal tiene que resolver”. Agregan: “Hasta ahora el Ministerio de Seguridad dijo que no hará sumarios internos por el accionar de su Fuerza, lo que refleja el encubrimiento”. 

La causa aún no tiene carátula porque no está radicada en ningún juzgado. La denuncia presentada es por tentativa de homicidio agravado, por abuso de autoridad e incumplimiento de funcionario público.

Dice Paula Litvachky, del CELS: “Es muy importante que la causa salga de este limbo judicial y se inicie el pedido de pruebas antes de que pase más tiempo”.

Dice Claudia Cesaroni, de la Liga Argentina por los Derechos Humanos: “Esperamos que en estos primeros 9 días en los que no se hizo nada, no haya ninguna prueba que se haya destruido, modificado, alterado. Hay cámaras del Gobierno de la Ciudad que tienen un tiempo de duración determinado, o de negocios que también se van borrando y si no las pedís inmediatamente después ya no están. Es vergonzoso que un hecho así no lo esté investigando nadie”.

Claudia Cesaroni, de la Liga Argentina por los Derechos Humanos, es junto a Paula Litvachky, del CELS, la abogada que representa a la familia jurídicamente. En este video cuenta los avances de la causa judicial:

www.lavaca.org (@revistamu.bsky.social) 2025-03-21T19:54:48.310Z

Las abogadas pidieron una serie de pruebas. Las más relevantes: “Quién dio las órdenes, cómo se manifestaron esas órdenes y cuáles fueron, antes y después del impacto; cuál fue el protocolo que se aplicó, quienes integraban el equipo donde estaba incluido el cabo Guerrero y qué órdenes se le impartió a ese grupo en particular; qué armas utilizaron”. También exigen que se lo llame a indagatoria a Guerrero. “Ya hay suficientes elementos para hacerlo”.

Completa Paula Litvachky: “Hicimos una presentación con los hechos, tenemos un montón de pruebas para que se reconstruya ese tramo del operativo de modo tal que se pueda tener la responsabilidad de quién disparó y de toda la cadena jerárquica”.

Concluyen ambas: “Las pruebas están. Nunca hubo tanto registro fotográfico y audiovisual. Necesitamos el acompañamiento social para empujar a que se haga justicia y que no quieran desviar el foco de la investigación”.

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La causa de la caída: la denuncia de Beatriz Blanco, la jubilada gaseada y golpeada por la Policía

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Traumatismo encéfalo craneano, herida cortante e irritación ocular: las heridas causadas a Beatriz Blanco (81 años) ya forman parte de una causa judicial que inició ella misma y también la Procuraduría de Violencia Institucional, y apunta contra dos efectivos que la gasearon y le pegaron, provocando su caída. También apunta a la responsable del operativo, la ministra Patricia Bullrich, que se desplegó el miércoles de manera feroz, pero que -plantea la denuncia- es parte de un “plan sistemático”. Beatriz fue golpeada a las 16:10, antes de los principales incidentes, mientras se manifestaba en una esquina: cómo fue el momento, según relata ella misma en la denuncia y cuenta su hija. Quién es esta jubilada que trabajó de todo. Cómo está: recuperándose, enojada y “con más fuerza que nunca”. La voz de una de sus hijas junto a quienes lucha por justicia, y paz.

Por Franco Ciancaglini.

La imagen de Beatriz Blanco cayendo en seco al suelo -tras ser gaseada y empujada por dos efectivos de la Policía Federal- dio la vuelta al mundo. 

En el video se ve el fin de una secuencia más larga que inicia cuando la Policía Federal empuja de manera violenta a jubiladas y jubilados que se encontraban haciendo el clásico semaforazo de todos los miércoles en el Congreso. 

“Ella lo que cuenta es que estaba con el grupo de jubilados, cortando Entre Ríos, para mostrar sus carteles. Y cuando el semáforo se pone verde se vuelven a la esquina. Y en ese momento vino la policía, apurando a todos los viejos a subirse a la vereda”.

La que habla es una de sus hijas, Paula.

El relato coincide con la temprana decisión de las fuerzas de abalanzarse sobre personas que hacen lo mismo todos los miércoles -un semaforazo, y luego una movilización que da la vuelta al Congreso-: Beatriz fue atacada a las 16:10. 

Esta vez, por lo especial de la fecha, los Policías iban además con el gas apretado y el palo suelto. Cualquiera que estuvo en la manifestación pudo apreciar cómo apenas una persona se acercaba a los efectivos, o incluso estando a metros, sin hacer nada, podía ser gaseado. Incluso teniendo 81 años.

La causa de la caída: la denuncia de Beatriz Blanco, la jubilada gaseada y golpeada por la Policía

Los camiones hidrantes fueron parte de la cacería desatada. Foto: Lina Etchesuri.

El arma y la palabra

Beatriz Blanco no está afiliada a ninguna barrabrava ni milita en ningún partido político.

Es jubilada.

Trabajó toda su vida como empleada en cooperativa de fletes, empleada cuidando niños, costurera, y de casera hasta los últimos tiempos.

Tiene tres hijas.

Una de ellas, Paula Ippolito, cuenta que junto a su madre Beatriz y su hermana Paula suelen ir juntas a las marchas. “Esta vez fue sola porque justo yo estaba operada de la rodilla. Suele ir, no va todos los miércoles pero cuando puede va”.

Beatriz ya conocía a varios y por eso se acercó al grupo de jubilados que realiza los miércoles el semaforazo. Luego de que la empujaran a la vereda, se puso a hablarle a un cordón policial, una práctica habitual de jubilados anodados ante la violencia sin sentido que ejercen las fuerzas: “Ella siempre es de ir y hablar, de decir qué están haciendo, cómo no les da vergüenza; mi mamá siempre como que quiere hacer conciencia. Ella le debería estar gritando al policía que estaba de espaldas y lo toca con el bastón como diciendo ´mirame´. Ahí el chabón se da vuelta y le tira el spray, y el otro que le pega con el palo en la cabeza”.

Ese combo, que representa un ataque, de gaseo, empujón y golpe, hace que Beatriz pierda el equilibrio instantáneamente, y caiga al suelo.

La primera pregunta es cómo está: “Se está recuperando. Está en reposo, en observación por el golpe que recibió en la cabeza. Está con mucho dolor en todo el cuerpo, con un poco de inestabilidad, con el dolor en los ojos por el gas que le tiraron. Tiene los ojos muy hinchadas: le tiraron gas directo en la cara”.

Este dato del gas directo a sus ojos explica a la vez la pérdida del equilibrio, desechando por tierra las mentiras del Jefe de Gabinete, Guillermo Francos, que aseguró que se “cayó sola”. También el título de la empresa La Nación que habló de que la jubilada “atacó” a la policía previo a su “caída”: “Ella le tocó con su bastón para que se diera vuelta, para que la escucharan, no golpeó a nadie. Habría que mostrar los videos enteros donde la Policía increpa primero a los jubilados para que se suban a la vereda, con la agresividad que suelen tener”.

La causa de la caída: la denuncia de Beatriz Blanco, la jubilada gaseada y golpeada por la Policía

Beatriz Blanco, tras los gases recibidos y el golpe posterior. Foto: Lina Etchesuri.

El caso de Beatriz es uno de los dos -junto al del fotógrafo Pablo Grillo- denunciados por la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin) ante la Cámara del Crimen. En esas denuncias a las que accedió lavaca, el organismo que se encarga de monitorear a las fuerzas -en estos tiempos, con menos entusiasmo- presenta como “pruebas” distintos recortes periodísticos alrededor del ataque a Beatriz. Y solicita a la justicia que requiera al Ministerio de Seguridad el personal policial afectado a los lugares de ambos ataques, así como los datos de la “sala de operaciones” a la que reportaban los agentes a cargo del operativo.

Por otro lado, la propia familia de Beatriz presentó una denuncia contra los dos agentes de la Policía Federal y contra la propia ministra Bullrich. Narra en su presentación lo mismo que refiere su hija en esta nota: “Siendo aproximadamente las 16:10 hs me encontraba en las inmediaciones de la esquina de las avenidas Entre Ríos y Rivadavia de esta ciudad (…) cuando fui rociada con una sustancia lacerante por un efectivo de la Policía Federal. Inmediatamente después, y también a manos de un efectivo de la PFA, recibí un golpe en la cabeza, con un elemento que creo se denomina ‘tonfa’, lo que provoca mi caída al piso”.

Tras el golpe, Beatriz fue derivada al Hospital Argerich, donde diagnosticaron lo producido por el ataque: traumatismo encáfalo craneano, herida cortante e irritación ocular.

Por eso, por un lado, reclama la identificación de los dos efectivos que la atacaron, plausibles de ser responsables de “delitos de lesiones leves” agravadas por tratarse de personal de la fuerza. Y por otro, califica a la ministra de Seguridad Patricia Bullrich como “autora mediata” por ser responsable del operativo y algo más: la valiente presentación habla de que estos hechos son parte de un plan sistemático.

La causa de la caída: la denuncia de Beatriz Blanco, la jubilada gaseada y golpeada por la Policía

Una síntesis del plan sistemático. Foto: Juan Valeiro.

“Como en los momentos más aciagos de nuestra historia, desde el Poder Ejecutivo se ha montado un Programa de Miseria Planificada cuya consecuencia natural es la Protesta Social. Y sabido es que este tipo de políticas socioeconómicas sólo resultan aplicables cuando se pone a disposición de las mismas al aparato represor del Estado”.

Firma toda esta historia la propia Beatriz, acaso poniendo en contexto lo que representan los golpes que sufrió, su historia y el futuro por el que pelea junto a sus hijas. “Nosotras somos fieles a las marchas que son para los derechos del pueblo”, cuenta Paula, una de ellas. “No militamos en ningún partido político, siempre vamos independientes y solas”, aclara por si hiciera falta.

Paula habla siempre en plural femenino, pensando en su madre y su hermana. Desde ese lugar cuenta: “Nos están sacando todo. Nos están metiendo miedo para que no salgamos a las calles. Están imponiendo todo lo que quieren imponer. Siempre estamos atentas a todas las luchas. Esto va a por todos, no es solamente por los jubilados. A mi me han robado plata con la AFJP a pesar de que ya tengo 30 años de aportes. Estos vienen por todo, por todo lo que conquistamos”.

Junto a Natalia, las jóvenes militan tocando tambores en Batuka, uno de los conjuntos que lleva el ritmo a la calle y es la banda de sonido de la protesta social y la lucha. Hoy, del lado de la víctima, Paula asegura: “Estamos luchando para que esto no vuelva a suceder. Para que tengamos memoria y el pueblo no se duerma. No tenemos miedo. Ya la verdad que queda poco por perder”.

Esta lucha incluye, claro, a Beatriz: “Está más fuerte que nunca. Está enojada, muy enojada. Pero está fuerte para seguir la lucha”.

La lucha, ahora, es por justicia: “Solamente queremos que los responsables tengan justicia, sean los policías o la ministra de Seguridad: que la justicia trabaje a favor del pueblo. Y que no salga nadie más impune”. 

¿Tenés esperanzas? “Y no. Pero hay que hacerlo igual: nos corresponde”.

La esperanza tal vez siga estando en la calle, mientras estas jóvenes sin contención psicológica ni asistencia estatal de ningún tipo enfrentan los golpes: “Estamos nosotras, las hijas, para cuidarla y para que se reponga de esto”.

¿Necesitan algo? “Sí: paz”.

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