Nota
La revolución de la lechuga
No está claro si la escena de cientos de personas repartiendo verduras para otras miles a metros de la Casa Rosada representa el fin de algo (quizá de un modelo de hambre, ajuste y represión) o el comienzo de otro paradigma que ya está emergiendo, del que la Unión de Trabajadores de la Tierra se erige como protagonista. En la Plaza de Mayo el comentario era unánime: la ridiculez a la que quedó expuesta la Policía de la Ciudad hace semana y media, cuando secuestró mercadería y reprimió a la organización cuando intentaba hacer un verdurazo, solo hizo aumentar la convocatoria al de ayer. Y darle sentido: “¿Cuál es la forma de combatir el hambre?” preguntaba la UTT, y daba a elegir entre una cachiporra policial y una lechuga. La respuesta quedó sellada con una Plaza colmada, que gritó: “Lechuga sí, palos no”.
De pronto, el centro porteño se vio invadido por un extraño olor: el antiguo aroma a verdura fresca. Ocurrió cuando la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT) apenas desembarcó con cantidad de cajones de verduras repletos de lechugas, berenjenas, tomates, morrones, pepinos y otras especies desconocidas para muchos porteños, que se habían acercado a recibir la mercadería de manos de sus productores.
La caravana – que incluyó a decenas de organizaciones sociales y políticas- entró por Avenida de Mayo, comandada por un tractor que provenía de El Pato, Berazategui, donde la UTT tiene una de sus sedes productivas. Portaba una berenjena gigante, símbolo de la represión en Constitución. De esa forma, la UTT politizó los gases y los palos que recibió el viernes 15 de febrero, y redobló la apuesta.
“Ante el hambre, nosotros elegimos la lechuga. Ante el hambre, nosotros elegimos la soberanía alimentaria, el acceso a la tierra, la igualdad de género, la solidaridad y el trabajo digno”, dijo a lavaca Nahuel Levaggi, uno de los referentes de la organización a nivel nacional. “Eso es lo que le proponemos al pueblo argentino”.
Una fila de más de dos cuadras había esperado la llegada de esa caravana de verduras, que fue recibida con aplausos masivos.
La escena de los productores avanzando hacia la Plaza de Mayo fue conmovedora: la mayoría de familias bolivianas alzaba sus propias cosechas, junto a sus hijos pequeños y con una gran participación de mujeres. Una de ellas fue quien tomó el micrófono y puso palabras a lo que estaba pasando: “¿Quién le da de comer al pueblo argentino? ¡Levanten la mano los productores! Marchamos para poder sacar el crédito y tener una propia tierra. Lamentablemente alquilamos la tierra. Vivimos en una casilla de madera, con nuestros hijos. Hoy por nuestra zona el temporal nos arrasó con todo”, relató.
Los cajones terminaron de acomodarse, y comenzó el Verdurazo.

Foto: Ramiro Domínguez Rubio
Las clientas de la crisis
La mayoría de quienes se acercaron al Verdurazo en Plaza de Mayo fueron mujeres. Mujeres jubiladas, solas o con hijos que, bolsa al hombro, llegaron preparadas para llenarse de verduras. Soledad, con un hijo en un carrito y otros dos correteando a su lado, vino desde Mataderos: “Vinimos especialmente, nos enteramos por la televisión. Lo que pasó en Constitución nos indignó más, pero saber que trabajan por tan poco dinero y nosotros pagamos una barbaridad… Mi modo de protesta es venir con mis hijos a buscar las verduras. Estos tipos transpiran toda la camiseta: se levantan a las 5 de la mañana, cosechan, y encima los reprimen: no da”.
A su lado, una jubilada la oye y se anima a hablar. ¿Cómo están los precios en el supermercado, en el almacén? El supermercado ya no sé lo que es. No voy más. Tuve que cambiar hábitos, sí. La carne es muy poca”.
La conversación fluye en la fila:
-Es que baja la calidad de todo: la leche, la carne, la verdura, los pañales.
-Para acomodarse con este gobierno lo que hizo uno es bajar la calidad de vida. Bajar, bajar, bajar.
Mientras tanto, la cola avanza y comienzan a verse cajones vacíos flotando entre las manos por arriba de la cabeza de la gente: el verdurazo a pleno. El año electoral también:
-No se trata del voto, se trata de que el que gobierna nos cuide.
-Ahora dicen: hay que esperar que termine el mandato, porque el voto… Y eso también te indigna: ¿y mientras tanto? Hace rato que esta situación no da para más. Me indigna que estén haciendo esto otra vez con Argentina.
Otra señora cuenta que parte de los alimentos que produce la UTT están libres de agrotóxicos. Si bien a todas les parece interesante el planteo, Soledad levanta los hombros y patea la respuesta: “Uno trata de tener los cuidados que tiene que tener, pero a veces no se puede”. Y agrega: “Pero gracias por la información”.
En este rato en la Plaza, a metros del Cabildo, ya sucedió algo inesperado: la gente se puso a hablar.
“¿Cómo es tu nombre?” le pregunta Soledad a la jubilada para poder seguir conversando con propiedad. “Soledad” responde la señora. Ambas se ríen y se dan un beso tímido y cómplice: ya no están solas.

Foto: Ramiro Domínguez Rubio
El hombre del tractor
Uno de los protagonistas de la caravana fue El hombre del Tractor. Con una remera que decía grande UTT en la espalda, fue sin duda uno de los más fotografiados de la jornada. Es que la puesta en escena lo ameritaba: manejando un tractor naranja y volvió a ser el elegido para encabezar la marcha y graficar así que son verdaderos productores de alimentos.
Según cuenta Nahuel, el Hombre del Tractor, la máquina proviene de El Pato, Berazategui, donde la UTT tiene unas 120 hectáreas de producción de verduras y flores sin uso de agrotòxicos, con producción agroecológica. Una parte es orgánica, así es la hectárea y media que maneja Nahuel con sus cuatro hermanos. “Estamos vendiendo en los Almacenes de ramos generales de la UTT, en ferias y con otros allegados a la organización”, cuenta a un costado de la Plaza, donde dejó estacionado el tractor.
Nahuel relata también que la gran mayoría de los integrantes de la organización alquila las tierras, y que hay muy pocos con terreno propio: “Todos tratamos de llegar a eso para no estar dependiendo de que un día quien nos alquila quiera vender y nos deje en la calle”.
Le pregunto a Nahuel cómo lo cambió la alimentación agroecológica, y producir de esa manera: “Cambia mucho. No solo en lo económico sino en lo social. En sí mismo te sentís mejor, compartís con más gente, es mucha la diferencia a lo convencional, donde estás como en un círculo cerrado, donde solamente producís para el mercado y lo que cobras de ahí, se lo das a las agroquímicas. Esto afecta a la salud tuya, de tu familia y también la del consumidor”.
¿La gente se va sensibilizando sobre este tema, compra y apoya la agricultura sin veneno? “La mayoría se está empezando a dar cuenta que la verdura agroecológica es muy beneficiosa para la salud, pero lo convencional es lo que encontrás en la mayoría de las verdulerías”.
Data exclusiva: según adelanta Nahuel, para vencer esta dificultad la UTT ya está pensando en abrir un mercado mayorista de verduras agroecológicas. Una especie de mercado central sin venenos, verdura fresca y precios justos. “Esto va a permitir que otras verdulerías, no solo de la UTT, tengan esta verdura”, se entusiasma Nahuel.
Nahuel explica entusiasmado que la verdura agroecológica implica una gran variedad, no sólo la ensalada de lechuga y tomate preferida (o impuesta) en el menú argentino. “Pero además de muchas otras verduras, en tomate tenés 14 variedades, diferentes sabores, colores. Y lo mismo pasa con otras producciones”.
Otro mito a derribar: hay que saberlas cocinar. Nahuel: “Es mentira que te tenès que pasar el día cocinando verduras. En 15 minutos, con dos tres productos de verdura fresca, se pueden hacer montones de cosas”.
El verdurazo: la colonia agroecológica de la UTT en Jáuregui
Lo político
Fueron muchas las personalidades que acompañaron a la UTT en el verdurazo del miércoles, visiblemente más que la otra decena de movidas que ya habían hecho en Once, Constitución, Congreso y en esta propia plaza. Son pocas, en cambio, las personas que vienen acompañando a la UTT en su largo camino que hoy los tiene en la agenda pública. Uno de ellos es Marcos Filardi. Es abogado y ha recorrido 260 localidades argentinas en una ruta de la Soberanía Alimentaria para entender el problema. Fundó y coordina el Museo del Hambre, lugar donde se cruzan experiencias, sabores y saberes (https://www.lavaca.org/mu129/el-semillero-marcos-filardi-y-el-museo-del-hambre/).
De lo micro a lo macro, Filardi asegura que los productores pequeños de agricultura familiar y campesina están enfrentando una situación muy difícil en sus territorios por falta de acceso a la tierra. Enumera: “Condiciones leoninas en los contratos de alquileres y pésimas condiciones de precio y comercialización. El famoso camión les levanta la verdura por 2 pesos y a nosotros nos cobran 80”.
¿Cómo ve a la UTT como fenómeno político? “Ponen en el centro de la discusión qué modelo alimentario queremos: los agronegocios destinados a la exportación, o que se apoye a quienes con su esfuerzo cotidiano contribuyen a generar alimentos para nuestra mesa”.
¿Cree que hay una mejor relación con los consumidores? La plaza es el contexto de su análisis: “El feriazo es justamente el puente, esa apuesta al cara a cara entre unos y otros permitiéndole al comensal tener acceso a un alimento fresco, cosechado esa misma mañana, producido por pequeño productor, localmente, y a un precio justo. Le permite a uno y otro conocer quién es efectivamente quién es el que pone la comida en nuestra mesa todos los días”.
A pocos metros se encuentra Leonardo Grosso, diputado y referente del Movimiento Evita. En tiempos electorales en los que, paradójicamente, no abundan propuestas, la UTT llevó el reclamo por la propiedad de la tierra, la necesidad de que la cadena de comercialización establezca precios justos y la discusión sobre cómo lograr alimentos más saludables. La cara oscura de estos reclamos –que la UTT también expone, como dice Filardi- es una concentración tanto de la tierra como de la producción de alimentos, que los consumidores sufren apenas van al supermercado. Grosso relata: “Trabajamos en un proyecto fiduciario para trabajar en la propiedad de la tierra. Es una discusión que toma cada día más relevancia por el ajuste y el aumento de los precios permanente resultado de la concentración del mercado. Por eso en esta campaña la discusión que están dando los productores familiares es ocupar, producir y eliminar químicos para hacer producciones más sanas”.

Foto: Ramiro Domínguez Rubio
¿Cuál es la capacidad real de insertar estas discusiones dentro del ámbito partidario? Grosso: “Si la política no incorpora estas discusiones que vienen dando los movimientos sociales, en este caso los productores, o los feminismos en la calle por poner otro caso, no hay unidad posible, no hay expectativa posible de construir. Y si no hay expectativa de construir, no hay victoria sobre el macrismo. Si el espacio político opositor no incorpora esta agenda de lucha que dieron en la calle sectores que no tienen voz ni visibilidad en la agenda pública, no tiene sentido”.
¿Usted ve a Felipe Solá o Cristina Fernández (por nombrar dos candidateables de su espacio) discutiendo la propiedad de la tierra, por decir una de las reivindicaciones de la UTT? Grosso: “La única forma de construir una agenda que genera expectativa es incorporando esto. Nosotros lo venimos haciendo, lo discutimos a todos los partidos políticos. La agricultura familiar, qué hacemos con las tierras perirubaranas, si las destinamos a countries o a producir las verduras que comemos. Es algo que venimos apoyando y que se hace visible a través del verdurazo y la represión”.

Foto: Ramiro Domínguez Rubio
Cuadernos y verduras
Todo parece una gran ensalada, pero en el medio del reparto de verduras se cuelan los trabajadores de Madygraf, la imprenta recuperada que la semana pasada sufrió una represión frente al Congreso que terminó con cuatro detenidos, entre ellos un trabajador de la imprenta y dos reporteros gráficos.
Los trabajadores de Madygraf aprovecharon el flujo de gente para realizar la misma acción que aquella vez, levantando el mismo reclamo: un “cuadernazo” que denuncia que el Ministerio de Educación les quitó una licitación millonaria para fabricar cuadernos escolares. Laura cuenta: “Nosotros pedimos como empresa recuperada ser proveedores directos del Estado, que es el principal consumidor de papel impreso: imagínate que trabajar con nosotros, que somos una empresa sin fines de lucro, les saldría mucho más barato”.
Los puentes entre fábricas recuperadas y UTT empiezan a construirse: “Ambos planteamos el cese de la represión. Queremos trabajar y no nos dejan. Yo creo que hay un plan de ajuste de conjunto que no solamente está afectando a la educación y la salud sino a todos los trabajadores: ellos son pequeños productores, nosotros una empresa recuperada, el eslabón más débil de una cadena. En nuestro caso somos 150 familias y no queremos un 2001. Nosotros en 2014 recuperamos la fábrica y evitamos la desocupación: somos un ejemplo de una respuesta frente al desempleo”.
Acaso estas personas que no cortan calles, tienen propuestas, no piden trabajo sino que los dejen trabajar, y encima fabrican productos de calidad y a menor precio, estén planteando que otro modelo es posible. La respuesta de la gente parece ser el broche que faltaba. Levaggi, coordinador nacional de la UTT, no se sorprende: “La gente tiene hambre y el pueblo se movilizó ante lo que pasó cuando nos reprimieron. Frente a eso nosotros le proponemos un modelo de solidaridad y alimentos. Confiamos en la calle, en la lucha y en nuestra organización y en lo que producimos: esa es la fortaleza que tenemos”.

Foto: Ramiro Domínguez Rubio
Nota
Más allá de tu vereda: un documental sobre personas en situación de calle en CABA

Más allá de tu vereda.
Así, a secas, es el nombre del documental que acaba de estrenarse.
No es un documental más. Así se llama el programa de radio de y para personas que viven o vivieron en la calle, que se realiza semanalmente en la organización Sopa de Letras. Esta cobija y aborda la problemática así como la salud mental, desde hace más de 10 años en el barrio porteño de Parque Patricios.
El documental explicita la importancia de la radio, el valor de la comunicación, la potencia de lo colectivo, la necesidad de comunicarse, y que alguien escuche del otro lado, o mejor aún: al lado. Y también refleja la historia de Víctor Rodríguez Lizama, su director, que tiene 64 años y vivió varios en situación de calle.
El Cuervo, como le dicen a Víctor por su fanatismo por San Lorenzo, visibiliza en primera persona junto a otrxs protagonistas lo que se ve a diario, pero no tanto. Lo que se sabe, pero no tanto.
En Más allá de tu vereda, Víctor entrevista a muchos de los integrantes del programa que se emite en Radio Parque Vida (105.9) desde hace más de tres años.
Marcela dice que antes sólo escuchaba. Y que ahora se animó a decir.
Luciana dice que perdió un poco la timidez. Y que, quizá, eso la ayudó a crear la sección “la música que nos hizo”.
Cata dice que encontró un espacio para hacer arte. Para animarse a leer sus poesías.
Alicia dice que antes hablaba “poquito”. Y que ahora “habla un poquito más”.
Lautaro habla cuando llora, emocionado. Dice que no tenía experiencia. Y que ahora se sorprende de sí mismo.
Juan Bautista dice que es el encargado de informar las noticias. Y que ahora sí, alguien escucha su punto de vista.
Cristian dice que está más atento a su alrededor. Tanto, que ahora se anima a opinar.
Víctor dice que hasta no hace mucho, había personas que no agarraban el micrófono. Y que ahora no lo quieren soltar.



Termina el documental, con una última imagen; pantalla en blanco y una sola línea en letras negras.
«A todos los que estuvieron en situación de calle y ya no están».
Hay aplausos, hay felicidad, hay valoración.
Hay orgullo.
Luego, se abre el micrófono para que quien quiera diga lo que quiera.
Jorgelina: “Hagamos más radios”.
Adrián: “Podría estar en cualquier otro lado, haciendo cualquier otra cosa en este momento y gracias a ustedes estoy acá, me ayudaron un montón desde lo emocional”.
Cierra Víctor Rodríguez Lizama, con la remera puesta de su San Lorenzo querido y su pelo repleto de canas:
“La finalidad de este documental es mostrar cómo a través de la salud mental podemos llegar a la gente invisibilizada, que está ignorada. Ojalá que se reproduzca en otros lugares, que sirva de herramienta para salir adelante. Hoy hay mucha más gente viviendo en situación de calle. Además de haber vivido mucho tiempo, participé de los censos populares. Recientemente censamos en la comuna 1 (Retiro, San Nicolás, Puerto Madero, San Telmo, Monserrat y Constitución) y sólo acá contamos 1480 personas, por donde vos camines están. En la olla popular que hacemos en el Parque Lezama se ve algo similar al 2001. Más personas en calle y más hambre”.
Detrás del Cuervo hay un pizarrón donde se completa al nombre de su documental:
“Más allá de tu vereda,
hay otra realidad,
atrás de tu puerta”.
Al costado, un mural con un puñado de palabras escritas en letra cursiva:
“Hasta que no quede ni una sola persona en situación de calle,
allí seguiremos estando”.
Nota
La muerte ocurre en vida: se fue Mary, jubilada que no recibía medicamentos oncológicos

Este domingo a la madrugada murió María Teresa López, asambleísta contra la contaminación en su ciudad natal, Caleta Olivia, luego mudada a Capital Federal y parte del grupo Jubilados Insurgentes. Mary se enfermó de cáncer producto de la contaminación que ella misma denunciaba, y luego fue abandonada por el Estado en modo motosierra: el PAMI se negaba a entregarle medicamentos, pese a amparos judiciales a su favor. Una historia que genera bronca e impotencia, pero que a través del recuerdo de sus compañeras de lucha se revela como una lección de vida, en el más profundo sentido de la palabra: lo colectivo frente a lo personal, la idea de no perder el tiempo, la movilización permanente, la generosidad, la sabiduría, y qué es la muerte.
Por Franco Ciancaglini
Algunos dirán que Mary era bajita y otros que tenía el porte enorme de Nora Cortiñas.
Desde la pandemia solía esconder su sonrisa detrás de un barbijo, aunque sus motivos de alegría eran cada vez menos:
- su salud era cada vez más delicada;
- los medicamentos oncológicos no llegaban;
- y la lucha que encaró desde siempre —primero en su Caleta Olivia natal contra la contaminación, luego contra el sistema de salud público y, al final, como parte del grupo Jubilados Insurgentes— cada vez implicaba poner más el cuerpo.
Fue su cuerpo lo que, este domingo 21 de julio, dijo basta.
Mary se convierte así en algo odioso: un símbolo. Un símbolo de la muerte sistemática que genera un sistema que enferma y abandona. Pero también en un símbolo de lucha por la vida, en el sentido más profundo de la palabra.

Contaminada
María Teresa López nació en 1959 en Caleta Olivia, Santa Cruz. Falleció el domingo pasado a sus jóvenes 67 años, en un hotel de la calle La Rioja, en Once, ciudad de Buenos Aires. Sí: vivía en un hotel. Sola, producto del desarraigo que le produjo tener que trasladarse para atenderse de un cáncer de hígado.
Ese fue el diagnóstico médico: una metástasis que avanzó en el último tiempo al ritmo frenético de una motosierra.
La causa que no figura en su partida de defunción es aquella que ella misma denunció hasta el final: a Mary le negaban medicamentos oncológicos indispensables para su tratamiento.
Lo que tampoco figura en su partida es que Mary fue arrancada de su Caleta Olivia natal porque se enfermó, al igual que decenas de personas de esa localidad, producto de la contaminación del agua por actividades extractivas en la zona.
Contaminada
La vida de Mary fue la de una militante social de una estirpe rara: austera, firme, silenciosa, estudiosa, imparable.
Sus compañeros reconstruyen sus historias: que de chica le hicieron un test de inteligencia y un profesional le dijo a su madre que ella era más o menos superdotada; que seguramente podría hacer dos carreras universitarias a la vez; que terminó la secundaria antes de tiempo y luego cursó dos carreras; que se enganchó con el ambientalismo muy joven y empezó a investigar cuando las empresas petroleras negaban la contaminación de las napas de agua.
Formó parte de la Asamblea Ambiental de Caleta Olivia, desde donde luchó sin descanso contra la contaminación provocada por el fracking. Mucho antes de enfermarse, denunciaba que el agua que llegaba a las casas estaba contaminada con petróleo. Lo sabía por la evidencia científica más contundente que tiene una comunidad contaminada: que sus vecinos, familiares y amigos enfermen y mueran.

Ante los medios Mary describía lo que vivía y veía alrededor: “La gente se muere o queda discapacitada”. En una entrevista para el programa Conciencia Solidaria, precisaba sobre su territorio:
- “Caleta Olivia… tiene un problema grave: falta de agua potable, y encima está contaminada por la industria petrolera. Los muestreos de agua que hemos sacado y analizado han dado positivo: está contaminada el agua que estamos tomando.”
- “La situación es muy grave, se está muriendo muchísima gente de esas 11 localidades, 9 están en terrible condición… además tuvimos un caso muy grande de gastroenteritis que afectó a 340 personas”.
También contextualizó el vínculo entre agua contaminada y salud pública: “Los metales pesados son cancerígenos, mutagénicos, van mutando de una generación en otra… nacen chiquitos con problemas… o fallecen de cáncer».
Denunciaba en Caleta Olivia la presencia de hidrocarburos, arsénico y metales pesados en el agua, además de enfermedades poco frecuentes que, como decía ella, “no tienen cura” y crecen en esa región patagónica. Alertaba con claridad: “No es solamente cáncer, sino Enfermedades Raras o Poco Frecuentes. Muchos pacientes no están bien atendidos… La situación se agrava cuando se trata de estas patologías: solo se ofrecen tratamientos paliativos.”
Un mal día le tocó a ella, ya con la certeza profunda de que la contaminación ambiental fue parte del combustible de su cáncer de hígado.
En agosto de 2015, en un foro en defensa del agua organizado en Comodoro Rivadavia, otras asambleístas como Lidia Campos, de la asamblea contra el fracking de Allen (Río Negro), la conocieron personalmente luego de años de tramar resistencia contra el extractivismo: “En el Foro en Comodoro había gente de todos lados… Y estaba Mary, que ya tenía problemas, como un problema en la boca del estómago… No se sabía bien… Uno tapa esas cosas y habla de la lucha, la salud quedaba en segundo plano. Mary no era de hablar de lo personal; siempre se preocupaba más por lo colectivo».

La describe así: “Era menuda, callada. Pasaba desapercibida. Pero cuando abría la boca, te dejaba con la boca abierta. Sabía muchísimo. Y tenía una convicción inquebrantable.”
Recuerda Lidia que, en 2019, Mary pasó de la denuncia mediática a la judicial: presentó un amparo colectivo ante la Corte Suprema contra la contaminación del agua con hidrocarburos, arsénico y metales pesados. Denunciaba así, ante el máximo tribunal argentino, el abandono del sistema cloacal, basurales a cielo abierto, y exigía la puesta en marcha de una planta de ósmosis inversa paralizada (actualidadjuridicaambiental.com). En ese expediente Mary detallaba:
- “Frecuentes interrupciones en el suministro… agua contaminada con hidrocarburos totales y arsénico… napas freáticas contaminadas por fracking…”.
- Solicitaba medidas cautelares urgentes: provisión gratuita de agua apta, saneamiento cloacal, cierre de basurales y puesta en funcionamiento de la planta de ósmosis inversa.
Esa presentación inédita, que firmó ella misma, reflejaba años de trabajo comunitario, denuncias y… enfermedades. Pero su denuncia fue ignorada, archivada y judicialmente ninguneada: tras seis años, la Corte se declaró “incompetente” y desestimó el recurso, sin resolver la situación de fondo.
Mary no se rindió: en 2020 fue caminando hasta Balcarce 50 para presentar a través de Mesa de Entradas de la Casa Rosada una carta firmada por una red de organizaciones en defensa del agua dirigida a Alberto Fernández, denunciando la contaminación del agua y relacionándola lúcidamente con argumentos que el ex Presidente daba como recomendaciones durante la pandemia.



Lidia Campos es la que recupera y comparte a lavaca este documento, y la que como asambleísta define su legado: “Lo que ella hizo fue histórico. Vale la pena hablarlo para las próximas generaciones… En esta época hemos perdido tanta humanidad que a nadie le importa. Pero acá hay alguien que dio su vida. Dio, literalmente, su vida.”
El último recuerdo que Lidia conserva data del 14 de julio de 2023, durante una jornada de lucha contra Mekorot, la empresa nacional de agua israelí que intentaba desembarcar en Argentina con intenciones sospechosas. Relata Lidia: “Ella estaba afuera del Anexo del Congreso con los Jubilados Insurgentes para protestar… Después fuimos a una confitería. Le pregunté si había comido al mediodía… no había comido nada. Le sugerí unos tostados o medialunas con queso. Pidió un té. Cuando llegó lo que pedimos, no lo pudo comer”. Igual, se sacaron esta hermosa foto compartiendo. Y ese mismo día, antes de despedirse, Mary le regaló una pashmina rosa a Lidia para protegerla del frío.

Abandonada
Cuando se enfermó y vio que su asamblea se desarmaba –entre otras cosas precisamente porque muchos enfermaban- Mary se trasladó a Buenos Aires. Pretendía resistir y atenderse bien, cosa que logró durante muchos años: su lucha logró que PAMI le asignara el Hospital Italiano para su tratamiento.
Tuvo un cáncer controlado que se descontroló al ritmo del deterioro del sistema de salud: primero Macri, luego Fernández, la pandemia y finalmente Milei como garrotazo final.
Desde 2023 su situación empeoró drásticamente. Su compañera Zulema, de Jubilados Insurgentes, relata: “El PAMI decía que tenían medicamentos para esa patología, pero no eran los que había indicado su médica… entonces no los aprobaban. A veces los recursos judiciales salían favorables, pero el PAMI tampoco los entregaba. La impotencia era terrible».
Sino miren este video.
María Teresa López dice claramente: “El mecanismo es simple: es eliminarnos, gastando menos… llegar al déficit cero… matándonos.”
El video la muestra junto a sus compañeros de Jubilados Insurgentes en un reclamo frente al PAMI por sus medicamentos.
Sigue: “Es más fácil eliminarnos de manera nefasta e inhumana… Para mí ustedes son asesinos, y les importa un bledo”.
Hoy, un año y mes después, Mary tenía razón.
Zulema continúa: “Ella no podía hacer la quimio porque la droga fundamental no estaba… íbamos al PAMI con compañeros, hacíamos reclamos, pero no facilitaban nada. Cuando le autorizaban un tratamiento de ocho sesiones, solo le entregaban dos dosis. Nos confesaron que no se molestaban en dar el tratamiento completo porque muchos morían antes… Pero Mary resistía, resistía… llegó un momento en que el cuerpo no resistió más».”
Una de las últimas veces de manifestación ante el PAMI, sin Mary, el personal de seguridad preguntó por ella en la puerta: “¿Cómo está Mary?”
La respuesta era obvia: mal.
Insurgente
Pese al deterioro físico, Mary se unió a los Jubilados Insurgentes. Entendió que el sistema no solo descarta a quienes enferma, sino también a los que ya no pueden “producir”.
Zulema recuerda: “¡Tenía un carácter! Ese carácter es el que la hizo resistir cuando muchos se daban por vencidos”.
Llegó a ese espacio dos años atrás, íntimamente vinculada con su enfermedad. “Se metió en todo lo legal… recursos, fiscalías, Comodoro Py… sabía de litigio ambiental”, dice Zulema.
El 12 de junio de 2024, durante la lucha contra la Ley de Bases, estuvo firme en Plaza los Dos Congresos. “Nosotros la cuidábamos porque estaba débil, pero se escapaba, quería seguir.” Conocía a todos. “Era muy luchadora. Y hablaba con energía. Siempre nos pedía que unamos las luchas».
Lo que posiblemente sea su último legado lúcido: unir las luchas del ambientalismo con las banderas de los jubilados.
Sobre su convicción, Zulema dice: “Cualquier cosita que ella hacía la asumía con total responsabilidad… vino con cartulina, se traía el cartel… Cuando asumió Milei hizo un cartel que decía ‘Toda la clase política es responsable de la debacle del país’, lo diseñó ella misma”.

Otra anécdota: “Una vez vino a una reunión, con anotador en mano, ya predispuesta. Algunos comenzaron a hablar de su vida personal, y se enojó. Se levantó, juntó sus notas y se fue. Dijo: ‘acá se pierde tiempo, no van a llegar a nada’. Pero volvió. Con dramas y todo, no quería perder el tiempo: estaba alerta. Era consciente de que la tarea era enorme, y le ponía ímpetu”.
Mary sabía que no le quedaba mucho tiempo y por eso nunca bajó la guardia.
Siguió yendo cada miércoles a las rondas frente al Congreso, siempre con barbijo, para cuidarse y cuidar. Participó del Malón de la Paz, llevó agua, militó con grupos ambientalistas, jubilados y religiosos. Organizó actos, escribió cartas, e insistía en que el 22 de marzo, Día Mundial del Agua, había que salir a las calles. Siempre. Aunque lloviera, aunque doliera.
Porque Mary enseló que la muerte no es algo que ocurre al final: es eso que va sucediendo en vida ante la indiferencia, el silencio de los tribunales, el apagón de las protestas, la descomposición del cuidado, la impunidad de los contaminadores y la complicidad del silencio.
La muerte es el abandono.
La muerte es el olvido.
Y en ese sentido, Mary sigue más viva que nunca.
odas las agrupaciones de jubilados que se juntan los miércoles a protestar en Congreso, preparan un homenaje a Mary y, a través de ella, “a todas las víctimas del sistema y de este plan siniestro de exterminio de los más vulnerables”.
Será mañana, después de la marcha, en un acto en Plaza de Mayo.
Mary: gracias.
Hasta mañana.
Nota
Pablo Grillo: llaman a indagatoria al gendarme Guerrero a seis meses de un disparo criminal

El 2 de septiembre el gendarme que disparó una granada de gas lacrimógeno por fuera de todos los protocolos de la fuerza deberá comparecer ante la justicia. La decisión la tomó la jueza María Servini de Cubría más de cuatro meses después del hecho. Pablo Grillo luchó por su vida, perdió masa encefálica y hoy se encuentra en plena rehabilitación. Todo lo que deberá explicar Héctor Guerrero y que implica a su principal defensora y la responsable de la violencia estatal: Patricia Bullrich.
Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Cuatro meses y una semana pasaron desde el miércoles 12 de marzo. Ese día, durante otra violenta represión a la marcha de jubilados y jubiladas, el Gendarme Héctor Guerrero le disparó fuera de toda legalidad una granada de gas lacrimógeno al reportero gráfico Pablo Grillo, cuyo impacto casi lo mata, y por el que perdió parte de la masa encefálica, estuvo casi tres meses internado en terapia intensiva en el Hospital Ramos Mejía y por el que hoy continúa en proceso de rehabilitación. Cuatro meses y una semana pasaron hasta hoy, lunes 21 de julio, en el que la jueza María Servini citó a indagatoria al gendarme, autor material de lanzamiento, para el próximo 2 de septiembre.
Es decir: entre la ejecución y la audiencia habrán pasado 131 días, casi seis meses, casi medio año.
El camino de la in-justicia
En un primer momento, la jueza había rechazado el expediente y el caso había pasado al Juzgado Federal N° 12, donde tramitaba otra denuncia por los mismos hechos. Como ese juzgado estaba vacante y subrogado por Ariel Lijo, quien también se declaró incompetente y declinó la competencia, el expediente regresó al Juzgado N° 1 el 28 de marzo y la jueza Servini lo tiene en sus manos desde el 10 de abril, a la vuelta de una licencia.
La cronología detalla el tiempo que una familia debe atravesar para exigir justicia por un hecho de violencia estatal: desde el 21 de marzo en que el papá, la mamá y el hermano de Pablo se presentaron en la causa como querellantes, solicitaron se llame a Guerrero a declarar “en calidad de imputado, por tentativa de homicidio agravado por abuso funcional, abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario público”. Pero no hubo respuesta. Por eso, el 6 de junio, reiteraron el pedido con estos argumentos: “Desde el inicio de la investigación, todas y cada una de las pruebas recabadas por el Juzgado corroboran lo que planteamos en nuestra querella del 21 de marzo: el cabo primero Héctor Jesús Guerrero de la Gendarmería Nacional Argentina fue el autor del disparo de la pistola lanzagases que hirió de gravedad a Pablo Grillo el 12 de marzo a las 17.18hs”. Y agregaron: “En el pedido que presentamos ante la jueza Servini ofrecemos una descripción de los hechos y un análisis pormenorizado de los elementos de prueba existentes hasta el momento”.
Y no hubo dos sin tres: el 15 de julio se le volvió a exigir al Juzgado que lo cite a Guerrero.
Y la tercera fue la vencida: este lunes, Servini citó a prestar declaración indagatoria al cabo Guerrero como autor del disparo con cartucho de gas lacrimógeno calibre 38mm que impactó en la cabeza de Pablo Grillo. La audiencia será el 2 de septiembre a las 10.
Guerrero es el primer efectivo formalmente imputado en la causa por el operativo policial del 12 de marzo.
Desde la querella informaron: “El juzgado ordenó la realización de una pericia balística a cargo de la División Balística de la Policía de la Ciudad para reconstruir con el mayor nivel de precisión técnica posible el disparo que hirió de gravedad a Pablo. Si bien la jueza consideró que ya existen elementos de prueba contundentes respecto de la responsabilidad de Guerrero para esta instancia, sostuvo que la pericia es necesaria para afianzar la reconstrucción de la dinámica del hecho”.
La pericia tendrá como objetivos precisar:
-La trayectoria y velocidad del proyectil que impactó en la cabeza de Pablo Grillo;
-La posición del arma al momento de efectuarse el disparo y el ángulo de salida del proyectil;
-Analizar si el proyectil impactó previamente contra otra superficie, y si eso alteró su dirección o energía.
-Las ubicaciones de Grillo y de Guerrero al momento del disparo.
El juzgado también ordenó, previo a la pericia, una inspección en el lugar del hecho (la esquina de Hipólito Yrigoyen y Solís) que incluirá un relevamiento fotográfico terrestre y aéreo y la elaboración de un croquis detallado de la escena.
Además, le prohibió a Guerrero la salida del país.
Compartimos el perfil de Pablo que realizamos en la edición 203 de MU.
- Revista MuHace 12 horas
Mu 205: Hay futuro
- ArtesHace 3 semanas
Vieron eso!?: magia en podcast, en vivo, y la insolente frivolidad
- #NiUnaMásHace 4 semanas
Acto trans por más democracia
- Derechos HumanosHace 3 semanas
#140: otro nieto recuperado
- Derechos HumanosHace 1 semana
Nueve relatores de Naciones Unidas ante “el grave deterioro de las libertades fundamentales” en Argentina