Nota
La revolución de la lechuga
No está claro si la escena de cientos de personas repartiendo verduras para otras miles a metros de la Casa Rosada representa el fin de algo (quizá de un modelo de hambre, ajuste y represión) o el comienzo de otro paradigma que ya está emergiendo, del que la Unión de Trabajadores de la Tierra se erige como protagonista. En la Plaza de Mayo el comentario era unánime: la ridiculez a la que quedó expuesta la Policía de la Ciudad hace semana y media, cuando secuestró mercadería y reprimió a la organización cuando intentaba hacer un verdurazo, solo hizo aumentar la convocatoria al de ayer. Y darle sentido: “¿Cuál es la forma de combatir el hambre?” preguntaba la UTT, y daba a elegir entre una cachiporra policial y una lechuga. La respuesta quedó sellada con una Plaza colmada, que gritó: “Lechuga sí, palos no”.
De pronto, el centro porteño se vio invadido por un extraño olor: el antiguo aroma a verdura fresca. Ocurrió cuando la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT) apenas desembarcó con cantidad de cajones de verduras repletos de lechugas, berenjenas, tomates, morrones, pepinos y otras especies desconocidas para muchos porteños, que se habían acercado a recibir la mercadería de manos de sus productores.
La caravana – que incluyó a decenas de organizaciones sociales y políticas- entró por Avenida de Mayo, comandada por un tractor que provenía de El Pato, Berazategui, donde la UTT tiene una de sus sedes productivas. Portaba una berenjena gigante, símbolo de la represión en Constitución. De esa forma, la UTT politizó los gases y los palos que recibió el viernes 15 de febrero, y redobló la apuesta.
“Ante el hambre, nosotros elegimos la lechuga. Ante el hambre, nosotros elegimos la soberanía alimentaria, el acceso a la tierra, la igualdad de género, la solidaridad y el trabajo digno”, dijo a lavaca Nahuel Levaggi, uno de los referentes de la organización a nivel nacional. “Eso es lo que le proponemos al pueblo argentino”.
Una fila de más de dos cuadras había esperado la llegada de esa caravana de verduras, que fue recibida con aplausos masivos.
La escena de los productores avanzando hacia la Plaza de Mayo fue conmovedora: la mayoría de familias bolivianas alzaba sus propias cosechas, junto a sus hijos pequeños y con una gran participación de mujeres. Una de ellas fue quien tomó el micrófono y puso palabras a lo que estaba pasando: “¿Quién le da de comer al pueblo argentino? ¡Levanten la mano los productores! Marchamos para poder sacar el crédito y tener una propia tierra. Lamentablemente alquilamos la tierra. Vivimos en una casilla de madera, con nuestros hijos. Hoy por nuestra zona el temporal nos arrasó con todo”, relató.
Los cajones terminaron de acomodarse, y comenzó el Verdurazo.
Las clientas de la crisis
La mayoría de quienes se acercaron al Verdurazo en Plaza de Mayo fueron mujeres. Mujeres jubiladas, solas o con hijos que, bolsa al hombro, llegaron preparadas para llenarse de verduras. Soledad, con un hijo en un carrito y otros dos correteando a su lado, vino desde Mataderos: “Vinimos especialmente, nos enteramos por la televisión. Lo que pasó en Constitución nos indignó más, pero saber que trabajan por tan poco dinero y nosotros pagamos una barbaridad… Mi modo de protesta es venir con mis hijos a buscar las verduras. Estos tipos transpiran toda la camiseta: se levantan a las 5 de la mañana, cosechan, y encima los reprimen: no da”.
A su lado, una jubilada la oye y se anima a hablar. ¿Cómo están los precios en el supermercado, en el almacén? El supermercado ya no sé lo que es. No voy más. Tuve que cambiar hábitos, sí. La carne es muy poca”.
La conversación fluye en la fila:
-Es que baja la calidad de todo: la leche, la carne, la verdura, los pañales.
-Para acomodarse con este gobierno lo que hizo uno es bajar la calidad de vida. Bajar, bajar, bajar.
Mientras tanto, la cola avanza y comienzan a verse cajones vacíos flotando entre las manos por arriba de la cabeza de la gente: el verdurazo a pleno. El año electoral también:
-No se trata del voto, se trata de que el que gobierna nos cuide.
-Ahora dicen: hay que esperar que termine el mandato, porque el voto… Y eso también te indigna: ¿y mientras tanto? Hace rato que esta situación no da para más. Me indigna que estén haciendo esto otra vez con Argentina.
Otra señora cuenta que parte de los alimentos que produce la UTT están libres de agrotóxicos. Si bien a todas les parece interesante el planteo, Soledad levanta los hombros y patea la respuesta: “Uno trata de tener los cuidados que tiene que tener, pero a veces no se puede”. Y agrega: “Pero gracias por la información”.
En este rato en la Plaza, a metros del Cabildo, ya sucedió algo inesperado: la gente se puso a hablar.
“¿Cómo es tu nombre?” le pregunta Soledad a la jubilada para poder seguir conversando con propiedad. “Soledad” responde la señora. Ambas se ríen y se dan un beso tímido y cómplice: ya no están solas.
El hombre del tractor
Uno de los protagonistas de la caravana fue El hombre del Tractor. Con una remera que decía grande UTT en la espalda, fue sin duda uno de los más fotografiados de la jornada. Es que la puesta en escena lo ameritaba: manejando un tractor naranja y volvió a ser el elegido para encabezar la marcha y graficar así que son verdaderos productores de alimentos.
Según cuenta Nahuel, el Hombre del Tractor, la máquina proviene de El Pato, Berazategui, donde la UTT tiene unas 120 hectáreas de producción de verduras y flores sin uso de agrotòxicos, con producción agroecológica. Una parte es orgánica, así es la hectárea y media que maneja Nahuel con sus cuatro hermanos. “Estamos vendiendo en los Almacenes de ramos generales de la UTT, en ferias y con otros allegados a la organización”, cuenta a un costado de la Plaza, donde dejó estacionado el tractor.
Nahuel relata también que la gran mayoría de los integrantes de la organización alquila las tierras, y que hay muy pocos con terreno propio: “Todos tratamos de llegar a eso para no estar dependiendo de que un día quien nos alquila quiera vender y nos deje en la calle”.
Le pregunto a Nahuel cómo lo cambió la alimentación agroecológica, y producir de esa manera: “Cambia mucho. No solo en lo económico sino en lo social. En sí mismo te sentís mejor, compartís con más gente, es mucha la diferencia a lo convencional, donde estás como en un círculo cerrado, donde solamente producís para el mercado y lo que cobras de ahí, se lo das a las agroquímicas. Esto afecta a la salud tuya, de tu familia y también la del consumidor”.
¿La gente se va sensibilizando sobre este tema, compra y apoya la agricultura sin veneno? “La mayoría se está empezando a dar cuenta que la verdura agroecológica es muy beneficiosa para la salud, pero lo convencional es lo que encontrás en la mayoría de las verdulerías”.
Data exclusiva: según adelanta Nahuel, para vencer esta dificultad la UTT ya está pensando en abrir un mercado mayorista de verduras agroecológicas. Una especie de mercado central sin venenos, verdura fresca y precios justos. “Esto va a permitir que otras verdulerías, no solo de la UTT, tengan esta verdura”, se entusiasma Nahuel.
Nahuel explica entusiasmado que la verdura agroecológica implica una gran variedad, no sólo la ensalada de lechuga y tomate preferida (o impuesta) en el menú argentino. “Pero además de muchas otras verduras, en tomate tenés 14 variedades, diferentes sabores, colores. Y lo mismo pasa con otras producciones”.
Otro mito a derribar: hay que saberlas cocinar. Nahuel: “Es mentira que te tenès que pasar el día cocinando verduras. En 15 minutos, con dos tres productos de verdura fresca, se pueden hacer montones de cosas”.
El verdurazo: la colonia agroecológica de la UTT en Jáuregui
Lo político
Fueron muchas las personalidades que acompañaron a la UTT en el verdurazo del miércoles, visiblemente más que la otra decena de movidas que ya habían hecho en Once, Constitución, Congreso y en esta propia plaza. Son pocas, en cambio, las personas que vienen acompañando a la UTT en su largo camino que hoy los tiene en la agenda pública. Uno de ellos es Marcos Filardi. Es abogado y ha recorrido 260 localidades argentinas en una ruta de la Soberanía Alimentaria para entender el problema. Fundó y coordina el Museo del Hambre, lugar donde se cruzan experiencias, sabores y saberes (https://www.lavaca.org/mu129/el-semillero-marcos-filardi-y-el-museo-del-hambre/).
De lo micro a lo macro, Filardi asegura que los productores pequeños de agricultura familiar y campesina están enfrentando una situación muy difícil en sus territorios por falta de acceso a la tierra. Enumera: “Condiciones leoninas en los contratos de alquileres y pésimas condiciones de precio y comercialización. El famoso camión les levanta la verdura por 2 pesos y a nosotros nos cobran 80”.
¿Cómo ve a la UTT como fenómeno político? “Ponen en el centro de la discusión qué modelo alimentario queremos: los agronegocios destinados a la exportación, o que se apoye a quienes con su esfuerzo cotidiano contribuyen a generar alimentos para nuestra mesa”.
¿Cree que hay una mejor relación con los consumidores? La plaza es el contexto de su análisis: “El feriazo es justamente el puente, esa apuesta al cara a cara entre unos y otros permitiéndole al comensal tener acceso a un alimento fresco, cosechado esa misma mañana, producido por pequeño productor, localmente, y a un precio justo. Le permite a uno y otro conocer quién es efectivamente quién es el que pone la comida en nuestra mesa todos los días”.
A pocos metros se encuentra Leonardo Grosso, diputado y referente del Movimiento Evita. En tiempos electorales en los que, paradójicamente, no abundan propuestas, la UTT llevó el reclamo por la propiedad de la tierra, la necesidad de que la cadena de comercialización establezca precios justos y la discusión sobre cómo lograr alimentos más saludables. La cara oscura de estos reclamos –que la UTT también expone, como dice Filardi- es una concentración tanto de la tierra como de la producción de alimentos, que los consumidores sufren apenas van al supermercado. Grosso relata: “Trabajamos en un proyecto fiduciario para trabajar en la propiedad de la tierra. Es una discusión que toma cada día más relevancia por el ajuste y el aumento de los precios permanente resultado de la concentración del mercado. Por eso en esta campaña la discusión que están dando los productores familiares es ocupar, producir y eliminar químicos para hacer producciones más sanas”.
¿Cuál es la capacidad real de insertar estas discusiones dentro del ámbito partidario? Grosso: “Si la política no incorpora estas discusiones que vienen dando los movimientos sociales, en este caso los productores, o los feminismos en la calle por poner otro caso, no hay unidad posible, no hay expectativa posible de construir. Y si no hay expectativa de construir, no hay victoria sobre el macrismo. Si el espacio político opositor no incorpora esta agenda de lucha que dieron en la calle sectores que no tienen voz ni visibilidad en la agenda pública, no tiene sentido”.
¿Usted ve a Felipe Solá o Cristina Fernández (por nombrar dos candidateables de su espacio) discutiendo la propiedad de la tierra, por decir una de las reivindicaciones de la UTT? Grosso: “La única forma de construir una agenda que genera expectativa es incorporando esto. Nosotros lo venimos haciendo, lo discutimos a todos los partidos políticos. La agricultura familiar, qué hacemos con las tierras perirubaranas, si las destinamos a countries o a producir las verduras que comemos. Es algo que venimos apoyando y que se hace visible a través del verdurazo y la represión”.
Cuadernos y verduras
Todo parece una gran ensalada, pero en el medio del reparto de verduras se cuelan los trabajadores de Madygraf, la imprenta recuperada que la semana pasada sufrió una represión frente al Congreso que terminó con cuatro detenidos, entre ellos un trabajador de la imprenta y dos reporteros gráficos.
Los trabajadores de Madygraf aprovecharon el flujo de gente para realizar la misma acción que aquella vez, levantando el mismo reclamo: un “cuadernazo” que denuncia que el Ministerio de Educación les quitó una licitación millonaria para fabricar cuadernos escolares. Laura cuenta: “Nosotros pedimos como empresa recuperada ser proveedores directos del Estado, que es el principal consumidor de papel impreso: imagínate que trabajar con nosotros, que somos una empresa sin fines de lucro, les saldría mucho más barato”.
Los puentes entre fábricas recuperadas y UTT empiezan a construirse: “Ambos planteamos el cese de la represión. Queremos trabajar y no nos dejan. Yo creo que hay un plan de ajuste de conjunto que no solamente está afectando a la educación y la salud sino a todos los trabajadores: ellos son pequeños productores, nosotros una empresa recuperada, el eslabón más débil de una cadena. En nuestro caso somos 150 familias y no queremos un 2001. Nosotros en 2014 recuperamos la fábrica y evitamos la desocupación: somos un ejemplo de una respuesta frente al desempleo”.
Acaso estas personas que no cortan calles, tienen propuestas, no piden trabajo sino que los dejen trabajar, y encima fabrican productos de calidad y a menor precio, estén planteando que otro modelo es posible. La respuesta de la gente parece ser el broche que faltaba. Levaggi, coordinador nacional de la UTT, no se sorprende: “La gente tiene hambre y el pueblo se movilizó ante lo que pasó cuando nos reprimieron. Frente a eso nosotros le proponemos un modelo de solidaridad y alimentos. Confiamos en la calle, en la lucha y en nuestra organización y en lo que producimos: esa es la fortaleza que tenemos”.
Nota
Rosario y el asesinato de “Pillín” Bracamonte: las hipótesis, la pelea entre bandas y un corte de luz antes de las balas
En el atentado número 30 contra su vida, Andrés “Pillín” Bracamonte –líder de la barra brava de Rosario Central desde hace al menos 25 años– fue asesinado a balazos este sábado junto a su segundo, Daniel “Rana” Atardo. Ocurrió en el marco de un partido de Central contra San Lorenzo. Hubo una posible zona liberada, luces cortadas en la zona, y un crimen que se veía venir pese a la aparente calma de la violencia en Rosario en los últimos meses. Publicamos aquí las crónicas del medio cooperativo rosarino El Ciudadano, que dan cuenta del hecho, las primeras hipótesis, un perfil de Bracamonte y el contexto. Todo puede seguirse además en El Ciudadano (elciudadanoweb.com). Y agregamos una reflexión del periodista y diputado Carlos del Frade quien anticipa que estos asesinatos tendrán igual o mayores efectos que todo lo que ocurrió tras el crimen del “Pájaro” Cantero.
La muerte de Pillín: las hipótesis detrás del crimen que agita la pelea entre bandas y un sugestivo corte de luz antes de las balas
Quizás por haber sido víctima de 29 ataques a balazos, estaba regalado en una calle donde tampoco le llamo la atención que la luz estuviera cortada antes de que lo asesinaran. Por El Ciudadano (elciudadanoweb.com).
Con 29 ataques a balazos en el lomo, Andrés Bracamonte, único barrabrava capaz de sostenerse 25 años en el paravalancha canalla sabía que lo querían matar. Desde antes del último ataque, en agosto pasado, tenía esa certeza. Pero igual estaba regalado en la esquina de Avellaneda y Reconquista, con la luz cortada, sin sospechar lo que vendría. Algunos aseguran que contaba dinero de la recaudación.
El asesinato de Samuel Medina, el Gordo Samu, yerno del Guille Cantero abrió una serie de hipótesis que hoy desembocan en la muerte de Pillín. Una daba cuenta de una pelea entre Los Monos y Bracamonte que sus allegados desmienten. El Gordo Samu era allegado a Pillín, viajaban juntos y su muerte está orientada hacia una banda de un barrio periférico manejada desde Buenos Aires que la fiscalía tenía entre manos, según allegados a la investigación. Uno de los integrantes de esa banda fue golpeado personalmente por Pillín, algo que en la jerga se considera una especie de humillación. Pillín lo sabía, pero llama la atención que estuviera tan regalado en la esquina de Reconquista y Avellaneda. También llama la atención que un rato antes del ataque a balazos cortaran la luz de la calle en el marco de un partido de Central. Lo mataron a oscuras; a él y a su sucesor. Una versión da cuenta de que la pelea con el grupo del barrio periférico fue para evitar comercialización de sustancias en la cancha: Pillín no quería la Federal encima de ellos.
La escena del crimen, en las afueras del estadio de Rosario Central.
La banda señalada, que ya fue allanada, está vinculada directamente con una banda contraria a Los Monos. Si esta hipótesis se confirma habrá dos sectores en disputa, por un lado las dos grandes bandas que operan en Rosario y por otro lado la sucesión del paravalancha.
El perfil de un duro: a Pillín lo habían intentado matar 29 veces en los 25 años que estuvo al frente de la barra de Central
Andrés Bracamonte estuvo al frente de la barra canaya desde fines de siglo pasado, cuando era uno de los 7 jefes de fracciones internas y se quedó con todo. Desde entonces hubo plomos contra él: lo hirieron, lo rozaron, pero logró reponerse una y otra vez. Esta vez no pudo. Por El Ciudadano (elciudadanoweb.com).
—¿Es verdad que a Pillín lo balearon 29 veces?
—Sí, de locos, pero sí. Espero que podamos festejar las 30 con él sentado a mi lado.
Así confirmaba el número de gambetas a la muerte que llevaba Andrés Bracamonte un amigo que había ido a acompañar al hospital donde lo revisaban por heridas menores y roces de bala. Era el sábado 10 de agosto y Rosario Central acababa de vencer 1 a 0 en el Gigante de Arroyito a su archirrival Newell’s Old Boys. Y en medio de un torrente de personas a pie que caminaban por los bordes del parque Alem iba Pillin en su auto, despacio, junto a su pareja, y en avenida de los Trabajadores y José María Drago rociaron a ambos a balazos.
No habían ido a ver el partido, Pillín tenía restricción para entrar.
Según contaron testigos, un motociclista se acercó al auto y disparó ocho veces. Escapó. El entorno del jefe de la barra reaccionó rápido, pero no logró dar con el tirador. A Pillín una bala le entró en la espalda; también salió. No afectó ningún órgano, dijeron después en el hospital. A su pareja las balas le dieron en la zona costal derecha y en el codo derecho. También la atendieron sin que su vida estuviera en riesgo.
Pillín un cuarto de siglo al frente de la barra de Central. Había llegado a la cima antes del año 2000: era 1999 cuando quedó como jefe indiscutible de todas las fracciones. Y en los 25 años que se mantuvo fue acusado, condenado, detenido, liberado y baleado 29 veces.
De esos ataques, hay pocos registros en las crónicas policiales. Pero en el entorno del mandamás los tienen contados.
En julio de 2002, Pillín atacado por un desconocido que logró impactarle tres balas en el cuerpo. Fue en la puerta de un gimnasio ubicado en Ovidio Lagos al 1000. Pillín estaba en la puerta y vio a un desconocido cruzar la calle. Ese hombre extrajo un arma y le efectuó cuatro disparos, tras lo cual escapó a la carrera hacia la esquina donde al parecer lo aguardaba un auto.
Pillín recibió tres impactos de bala, dos en cada brazo y un tercero en la pierna derecha; el tirador falló el cuarto, que tenía como destino la otra pierna. Un balazo le provocó una fractura y el que recibió en el otro brazo le cortó una vena, lo que le produjo una importante pérdida de sangre.
En 2006 fue baleado por desconocidos en la puerta de su casa donde vivía entonces, en la zona norte. Recibió cuatro balazos: uno en el abdomen con orificio de salida, uno en cada pierna y otro en un tobillo. Rápidamente recibió el alta.
En febrero de este año, desconocidos balearon el frente de Los Álamos Club de Campo, el country de Ybarlucea donde vivía actualmente. Dejaron una nota amenazante contra el líder de la pesada.
Mediático
Pillín no pudo entrar a la cancha desde 2018. Antes del partido que Central disputó ante Talleres por la Copa Argentina, Bracamonte fue detenido mientras repartía entradas de protocolo, destinadas a dirigentes, en las inmediaciones del estadio de Lanús, donde se disputó el partido. Sólo quedó unas horas demorado. Pero la Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte (Aprevide) dispuso su prohibición de ingreso a los estadios.
En junio de 2010 fue uno de los diez barrabravas argentinos que no pudieron ingresar a Sudáfrica y fue deportado a la Argentina. Bracamonte, quien tenía tres causas judiciales en trámite, había sido autorizado por la Justicia local a salir del país.
Tres años antes el programa Crónicas Extremas del canal América filmó desde adentro a Los Guerreros, la barra canalla, con Pillín como estrella principal. Eso incluyó una visita a La Carpita, que el capo de la pesada también administra.
Causas judiciales
En diciembre pasado, Pillín pasó una semana preso, pero recuperó la libertad antes de la Navidad. Fue por una causa que involucra a un dirigente de la Uocra local por asociación ilícita, pero finalmente logró que sólo pesara sobre él una causa por extorsión.
Esa causa contra el gremio de albañiles reflotó un caso por lavado de activos que pesaba sobre Bracamonte, a raíz de la incautación de un cheque por el pase de un futbolista en su vivienda de Ybarlucea. Tras la imputación cuatro años atrás la causa quedó congelada, pero en diciembre la Justicia local decidió pasarla al fuero federal. Ante la apelación, la Cámara definió, finalmente, que la causa debía seguir bajo la órbita provincial.
Parecía intocable desde cualquier arista. Pero la suerte, si de tal cosa se trataba, esta vez le falló.
Daniel “Rana” Atardo, segundo de Pillín. Ambos asesinados ayer en Rosario.
Vienen días bravos
Este es el texto que escribió y distribuyó el periodista y diputado provincial santafesino Carlos del Frade, que este domingo a las 21 organizará un vivo en su Instagram @defradecarlos sobre las causas y consecuencias del asesinato de Pillín.
Por Carlos Del Frade
El asesinato del Pillín corta en dos la historia del presente criminal en Rosario.
Tendrá la misma o una mayor profundidad de lo que sucedió después del asesinato del Pájaro Cantero.
Era el único jefe de una barrabrava de primera división que permaneció por treinta años liderando esos negocios que surgen desde la cancha chica del fútbol y se expanden en la cancha grande de la realidad.
Más allá de las primeras informaciones, es claro que los últimos tres atentados contra él y su gente en los partidos de Central como local exhibían una voluntad manifiesta de matarlo.
Vienen días bravos en la ex ciudad obrera.
Portada
Hasta siempre, Mirta
Lo dijo con una sonrisa, amorosa, y con la mirada encendida, directo a los ojos: “El miedo es para los cobardes”. Fue un jueves de puro sol, cuando le preguntamos si tenía miedo en este contexto, antes de comenzar una nueva ronda que justo ella, con otras trece madres, fundó el 30 de abril de 1977, cuando buscaban con desesperación a sus hijos e hijas.
Mirta Acuña de Baravalle buscaba, además, a un nieto o nieta: su hija Ana María, a quien secuestraron el 26 de agosto de 1976 junto a su compañero Julio César Galizzi, estaba embarazada. Mirta murió este viernes sin saber qué pasó con ellos.
Su despedida será de 16 a 19 en el hall del Municipio de San Martín, el partido donde ella vivía, donde jugaba al scrabble sin cansarse, y donde seguía todos los jueves las rondas de Madres Línea Fundadora por las transmisiones de medios comunitarios, mandando saludos en vivo y recordatorios que una hermana leía sobre otras personas desaparecidas.
Tenía 99 años, la mirada encendida y la sonrisa amorosa, para indicarle a nuevas generaciones que la lucha sigue.
Gracias, Mirta.
Presente, ¡ahora y siempre!
Mirta en las marchas masivas del 24 de Marzo, marchando por la memoria, la verdad y la justicia junto a sus compañeras de Madres Líneas Fundadora. Foto Lina Etchesuri para lavaca
24 de Marzo de 2017. Mirta acompañada por Victoria Moyano, nieta recuperada. Foto Lina Etchesuri para lavaca
Esta foto fue tomada el 29 de febrero de este año y fue el último jueves de ronda donde estuvieron las tres Madres Líneas Fundadora juntas: Nora Cortiñas (fallecida el 30 de mayo), Mirta Baravalle (en el centro) y Elia Espen. Consultada sobre si tenía miedo en un contexto de discursos de odio y negacionistas, Mirta respondió a Lavaca con una sonrisa: “El miedo es para los cobardes”. Foto Lina Etchesuri para lavaca
Nota
S.O.S. Garrahan: el desfinanciamiento del hospital modelo
Un guardapolvo blanco, pintado de letras rojas en el dorso: “Salud en lucha”. Una pancarta naranja, con letras negras, que grita: “El Garrahan es insalubre”. Lo que adorna a las instalaciones del centro pediátrico de referencia en salud pública, gratuito, de altísima calidad y de máxima complejidad donde se atiende a infancias de todo el país, refleja el contexto de lucha: seis paros en diez semanas. Una movilización el martes pasado a Plaza de Mayo. Otros paros por venir. Y un festival que se está organizando para el 8 de noviembre. Seis mil laburantes que dijeron basta, que ya no se puede, que así no se sigue. Los reclamos son tan centrales como diversos: salario, condiciones laborales y presupuesto. Todos, repercuten en un problema tan primordial como poco tenido en cuenta: la salud mental de sus trabajadoras y trabajadores.
Por Francisco Pandolfi
Lo que pasa puertas adentro de esta entidad emplazada al sur de la Ciudad de Buenos Aires llevó a que en 2019 se creara la Comisión de Condiciones de Trabajo Insalubres y Agotamiento Prematuro del Hospital Garrahan.
Ivone Malla tiene 55 años y es, desde hace 12, médica hepatóloga del hospital e integra la comisión desde su nacimiento. Le cuenta a lavaca por qué surgió la necesidad imperiosa de organizarse y de ponerle ese nombre: “En 2019 empezamos a notar la situación compleja en la que estábamos. El grado de sufrimiento que padecíamos por estar expuestos durante tanto tiempo, todos los días, muchas horas por día, bajo una presión insoportable un tercio de nuestra vida. Armamos un grupo de whatsapp, primero entre cinco, seis personas, y en menos de una semana éramos 200. Hicimos reuniones y armamos la comisión con integrantes de distintas áreas del hospital. Y decidimos armar un informe que es contundente por los datos que denuncia. El documento de 40 páginas tiene cifras como estas: “En el Garrahan muere casi un paciente por día. La mayor parte es menor de un año y un cuarto menor a un mes”.
La salud de quienes cuidan la salud
Ivone actualiza algunos datos del informe presentado en marzo de 2020:
–El 26 por ciento de las licencias que se piden en el hospital se deben a trastornos de depresión y problemas de salud mental.
–Hicimos una encuesta y uno de cada 2 trabajadores del hospital toma psicofármacos.
–Otro dato alarmante tiene que ver con la tasa de suicidios. El hospital duplica a la tasa del país, que es de uno cada 12 mil personas por año. En el Garrahan somos 6 mil laburantes y tenemos un trabajador por año que se suicidó. De hecho, cuando empezó este reclamo se mató un compañero. Obviamente este no es un número oficial, porque pedimos el registro a las autoridades y no brindan la información, pero nosotros sabemos bien lo que pasá acá.
Frente a este escenario, desde la Comisión proponen medidas concretas: “Demostramos con datos fehacientes que el trabajo que realizamos afecta nuestra salud física y mental y amerita la aplicación de un régimen especial que contemple las condiciones de trabajo insalubres y/o agotamiento prematuro a los que estamos expuestos, y limite la exposición con reducción horaria sin afectar nuestros salarios (de ocho a seis horas el área médica y de siete a seis la enfermería), licencias por estrés (de cinco a quince días anuales) y reducción de nuestros requisitos jubilatorios (25 años de servicio, mínimo 50 años de edad y 82% móvil).
Ivone sentencia: “Se habla mucho del modelo Garrahan, que la manera de sostenerlo es que pasemos más horas en el hospital y debe suceder todo lo contrario. Un motivo por el que se están yendo muchos profesionales es por los bajos salarios, porque aunque siempre cobramos poco el ajuste de los últimos meses es feroz, pero otro factor es por ese mismo modelo Garrahan que te obliga a quemarte, a dejar la salud, porque te exprime a tal punto de ser expulsivo. No podemos continuar un sistema que no cuida la salud de quienes cuidamos la salud pediátrica de mayor complejidad del país”.
La situación de insalubridad de las y los trabajadores del Garrahan es gravísima.
El sueldo más bajo de la historia
Norma Lezana es la Secretaria General de la Asociación de Profesionales y Técnicos. Tiene 62 años y hace 36 que trabaja en el hospital, cuando ingresó meses después de la inauguración del Garrahan, el 25 de agosto de 1987. “Estudié en la universidad pública y recuerdo cómo mi sueño era trabajar en ese lugar que se estaba construyendo. Yo armé mi vida en paralelo a este hospital de tanto prestigio, que sigue solucionando las enfermedades más graves y raras de los niños y niñas de Argentina, que no son números. Cada historia es un pacientito, un nombre, una familia. Cada caso requiere una reunión, un equipo interdisciplinario detrás, esa siempre fue la intención acá, así nos formamos y así creció el Garrahan”, dice Norma, ya con los ojos vidriosos.
Esa labor en equipo, hoy la replican para otro tipo de lucha: “Ahora nos toca defender la importante misión que tiene esta institución, en un momento en el que quienes trabajamos estamos cobrando el sueldo más bajo de la historia. En menos de un año, la inflación fue de 236% y nuestro salario apenas subió el 100. Este cambio fue de golpe, entonces no hubo manera de acomodarnos, porque no podés de un día para el otro dejar de pagar internet, de mandar a tu hijo al colegio, ya no pagar los impuestos. Es angustiante lo que estamos viviendo. Una compañera el otro día me dijo que empezó a pagar el alquiler con el crédito que te da Mercado Pago, que te cobra mucho interés y en poco tiempo ya no va a tener sueldo. Otra me dijo que no tenía de dónde sacar para el campamento escolar de su hijo. Yo gastaba 5 mil pesos de luz y me vinieron 100 mil. Es muy estresante, esto antes no pasaba”.
Desde las distintas organizaciones que forman la vida política del hospital dan números concretos: los operarios y técnicos no llegan a 500 mil pesos. De enfermería a 750 mil. 900 mil del área médica con aproximadamente 15 años de experiencia. Ivone expresa: “Necesitamos una recomposición salarial del 100% y un sueldo inicial igual a la canasta familiar, que hoy está en 1.500.000 mil pesos”. Completa Norma: “Los sueldos más bajos están bajo la línea de la pobreza y los de la mayoría, salvo los de los médicos más antiguos y los cargos de conducción, tampoco llegan a cubrir la canasta básica. Frente a esto, nuestro sueldo subió un 1 y un 2% en las últimas paritarias, que es lo que firmó UPCN con el gobierno nacional. Por eso denunciamos al sindicato, a la CGT y a la CTA, porque firmaron esto calladitos, como si no se dieran cuenta la situación que vivimos”.
Norma es licenciada en nutrición y pone el foco en lo que compra (o no) la gente y en lo que mira (o no) el Gobierno nacional: “Veo changuitos vacíos, poca fruta, verdura y lácteos. El salario no es algo que nos puedan recortar, porque no es un gasto. Pero este gobierno es insensible, cruel, lleno de mercenarios. Pueden hablar de déficit cero, de que Caputo es el mejor ministro, pero la realidad es que varios enfermeros después de trabajar diez horas, cuando salen a las 7 de la mañana de acá se van a otro trabajo y no a descansar. Puede ser libertario o no libertario, pero si esta es la realidad sólo queda claro que es un gobierno pésimo”.
Mientras tanto, la perspectiva del Ejecutivo: “El Ministro de Salud Mario Lugones acaba de presentar un plan estratégico de recorte del 20% en la salud. Es criminal esta decisión. Y sólo se explica con el lobby que está haciendo la gestión privada. Los funcionarios son sus gerentes y nos están llevando a un retroceso tremendo”.
Hay salarios iniciales que no llegan a los 500 mil pesos.
El éxodo de trabajadores
Josmar Flores Arnéz es licenciado en bioimágenes, tiene 36 años y hace 15 que trabaja en el servicio de neurointervencionismo del hospital. “Desde hace varias semanas luchamos por una recomposición salarial y por mejores condiciones de trabajo. Este año convivimos con un presupuesto congelado que duró los primeros seis meses. El Ministerio de Salud mandó una ampliación de ese presupuesto, pero es insuficiente. Por eso exigimos la apertura de paritarias y un porcentaje acorde que por lo menos nos empate con la inflación. Las categorías más bajas no pueden cubrir ni lo básico, como vestirse, comer, educarse”.
Josmar es delegado de la junta interna de ATE y comparte un dato que refleja la situación extrema: “No nos quisieron decir el número concreto, pero desde la propia Dirección confesaron que en los últimos 9 meses renunció la misma cantidad de profesionales que en los últimos 9 años. Si bien esta situación no empezó con este gobierno, sí la profundizó muchísimo y potenció el éxodo de profesionales. Esa pérdida no se recupera”.
Guido Gromadzyn es neurocirujano y parte de Trabajadores Autoconvocados del Garrahan. Tiene 40 años y desde 2009 recorre estos pasillos. Su cumpleaños de 15 no está siendo el más feliz: “Nunca estuve tan preocupado, porque la salud pública está peor que nunca. El hospital hasta ahora, había sido un oasis al realizarse las técnicas más avanzadas y nunca nos faltó nada. Si bien muchas veces tuvimos conflictos de sueldo, es muy preocupante sentir cómo el hospital de a poco se va debilitando y desmantelando desde el recurso humano, y desgranando todo el trabajo interdisciplinario tan característico del Garrahan. Siempre tuvimos los mejores profesionales y ahora están renunciando porque no llegan a fin de mes, profesionales que tienen alquilar y les es imposible, hipermegaespecialistas que ya no les conviene hacer las jornadas extendidas de 8 horas cobrando un sueldo miserable y entonces se van a trabajar a otro lugar o directamente fuera del país”.
Guido mira el futuro: “Es lo que más me preocupa. Somos un hospital escuela y va a llevar años y décadas formar este tipo de profesionales. Esto va a repercutir directamente en la salud de los chicos y si sigue así va a empeorar, porque muchos compañeros nos dicen: ‘Yo estoy hace 15 años, siempre me puse la camiseta, pero más allá de marzo no aguanto’. Es desesperante saber que en poco tiempo el gobierno está rompiendo todo y que nos va a llevar muchísimo reconstruirlo”.
Sobre el financiamiento freezado, Norma Lezana pone números: “Al presupuesto que teníamos de 60 mil millones del año pasado, que estuvo congelado todo el año y que en junio se acabó, llegó un refuerzo de 90 mil millones de pesos, o sea, un tercio más. Pero eso no tiene nada que ver con la realidad. Solo por poner un caso: el medicamento gammaglobulina aumentó 10 veces, y lo mismo sucede con el resto de los remedios, insumos y obras. Por eso en salud no se puede ajustar, pero el ministro Lugones es el hombre manos de tijera, solo piensa en recorte, recorte y recorte”.
Hay motosierra, licuadora y también organización como defensa de la salud pública.
El ministro que nunca pisó el hospital
El Juan Pedro Garrahan lleva ese nombre por un reconocido pediatra. En cuanto a su sostenimiento, depende un 80% del Ejecutivo nacional y un 20% del gobierno porteño. Cuando a principios de octubre asumió el ministro Lugones, una de sus primeras decisiones fue echar a todos los integrantes del Consejo de Administración, al otorgar un bono por única vez de $500 mil pesos a las y los trabajadores. Contextualiza Ivone: “El bono no fue una dádiva, sino el producto de varios meses de reclamo y además se obtuvo con recursos genuinos que producimos con nuestro trabajo, ya que ese dinero salió de una caja donde va la plata que se recauda de las obras sociales de los pacientes. Esa caja sigue existiendo, pero el mensaje de la patronal fue que ya no se repartirá entre las y los trabajadores”.
Josmar agrega: “Cuando Lugones se reunió hace 15 días con el nuevo Consejo de Administración (presidido por Soraya Anis El Kik) dijo públicamente que el presupuesto del hospital garantizaba su total funcionamiento, pero nosotros sabemos que no es así”. Da un ejemplo: “En una de las terapias especializadas en pacientes inmunosuprimidos donde sí o sí debe haber una determinada ventilación, en estos últimos días de calor los aires acondicionados no funcionaron. Y no funcionan desde hace varios meses porque dicen que no hay plata para arreglarlos. Da otro: “No solamente se nota en las habitaciones de los pacientes, también en los entrepisos técnicos donde está toda la maquinaria, hay mucha precariedad en el ambiente, con paredes, techos y pisos rotos”. Otro más: “En los vestuarios del personal hay humedad, hay ratas, hay baños clausurados”. Y explica el por qué de las palabras del ministro Lugones: “Nunca pisó el hospital”.
A 37 años de su inauguración, sus trabajadores denuncian cómo lo están desmantelando.
La resistencia
Por año, el Garrahan atiende 660 mil consultas. Realiza 12 mil cirugías. Trata el 40% del cáncer infantil del país. Hace más de 100 trasplantes pediátricos de órganos, lo que representa al 50% de toda la Argentina.
Eso, y muchísimo más, es lo que está en juego.
Tras la marcha blanca del martes pasado, donde confluyeron con las clases públicas universitarias, ayer se consensuó en la asamblea del Garrahan continuar el plan de lucha. Se votaron dos paros: el jueves 31 de octubre, con permanencia y distintas actividades. Y el viernes 8 de noviembre, con un abrazo cultural y social en defensa del hospital, y con el cierre de un festival musical.
Guido Gromadzyn: “Hace meses que reclamamos y, aunque esto nos está llevando un montón de desgaste mental y emocional, vamos a seguir organizándonos para que esto le llegue a toda la comunidad y así evitar que esto se desbande aún más. Vamos a seguir, porque aunque este gobierno parezca que nunca escucha, siempre sirve hacer ruido”.
Cierra Norma Lezana: “Hay mucho en riesgo y no sé si la población es consciente de lo que se puede llegar a perder si no hay un cambio de rumbo en un gobierno que no dialoga, que no entiende lo evidente. Acá estamos preparados para resistir, porque si no resistimos nosotros, no lo va a hacer nadie. Estamos fortalecidas y convencidos de que vale la pena defender todo lo que significa nuestro hospital Garrahan”.
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