Nota
Agrotóxicos en Exaltación de la Cruz: La exaltación presidencial
Tres vecinos y vecinas desplegaron una bandera en un acto presidencial que decía: “Basta de cáncer. Paren de fumigar”. Fueron detenidos, golpeados y les iniciaron una causa, que luego se demostró que estaba armada por la policía y la misma fiscalía que no investiga las pulverizaciones ilegales. La respuesta del fiscal a MU, lo que dijo el presidente en el acto, lo que cuentan las personas ilegalmente detenidas, la censura a la prensa, lo que se quiere tapar en Exaltación: una historia increíble, pero real.
Por Francisco Pandolfi.
“La realidad supera a la ficción”. Oscar Wilde
Miércoles 11 de enero. 11 horas. El presidente de la Nación, Alberto Fernández, junto al ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis; el ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires, Nicolás Kreplak; y el intendente de Exaltación de la Cruz, Diego Nanni, inauguran el Hospital Modular de Los Cardales, el primero de esta localidad emplazada en el municipio de Exaltación de la Cruz, a 90 kilómetros al noroeste de la ciudad de Buenos Aires.
Miércoles 11 de enero. 11 horas. A 10 minutos del flamante hospital, un mosquito –máquina terrestre con la que se fumiga–, pulveriza ilegalmente un campo lindante al barrio Larena, de Pilar, y al pueblo de Lemmé, en Exaltación de la Cruz, pese a que en ambos territorios rigen cautelares que prohíben el uso de agrotóxicos.
Miércoles 11 de enero. 11 horas. Anabel Pomar, Jorge Viale y Agustín Brun, tres integrantes de la organización Exaltación Salud que denuncia desde hace 10 años la contaminación en el pueblo, intentan en silencio desplegar una bandera blanca, con letras rojas, negras y verdes que forman un mensaje concreto: “Basta de cáncer. Paren de fumigar”. Lo hacen de frente al escenario, a más de 100 metros de donde hablan los funcionarios, fuera del vallado establecido para el acto, en la vía pública. Al ver la bandera, de no más de dos metros de ancho y uno de largo, efectivos de la custodia presidencial y de la Policía Bonaerense, varios de civil y sin identificación, corren hasta el lugar e intentan arrebatársela.
Anabel Pomar, una de las vecinas que desplegó la bandera, recibe a MU en su casa de Exaltación de la Cruz, a poco más de un mes de haber sido censurados, golpeados, detenidos, trasladados a la comisaría donde permanecieron durante casi cuatro horas e imputados por el delito de resistencia a la autoridad.
La primera pregunta es cómo se está después de aquel atropello. La primera respuesta de Anabel, que además es periodista (habitual colaboradora de esta revista) especializada en temas ambientales: “La situación producto de los agrotóxicos hace bastante difícil vivir acá; es asfixiante, y no solo desde la amenaza porque realmente nos están matando, sino que además debemos seguir insistiendo ante poderes del Estado absolutamente cómplices”.
Hace una pausa ínfima, piensa y sigue: “Ante esta censura me pregunto: ¿cómo cambiamos esto? ¿Hasta dónde quieren llegar si ni siquiera podemos desplegar una bandera de forma pacífica?
Entonces, ante la pregunta de cómo estoy, respondo: absolutamente indignada. La tristeza subyace desde siempre por toda esta situación, desesperante y triste. Pero las detenciones arbitrarias, la censura, las imputaciones y la causa armada son el colmo”.
La convivencia anti-democrática
“La diferencia entre la ficción y la realidad es que la ficción debe ser creíble”. Mark Twain
Los efectivos intentan arrebatarles la bandera. Ante el forcejeo, comienzan a protestar. Recuerda Anabel: “Los gritos que el presidente escucha son por el accionar de la seguridad: si no hubieran querido sacarnos la bandera, no se hubiera enterado casi nadie. Ante nuestros gritos, la gente empieza a darse vuelta y es el propio intendente Diego Nanni, con micrófono abierto, quien le dice al presidente ‘son los que se quejan de los agrotóxicos’”.
El presidente toma la palabra: “Escuchaba recién al compañero quejarse por el uso de agroquímicos, y está bien. Son temas que se debaten en el mundo, pero no es necesario hacerlo de ese modo. Una de las cosas que tenemos que aprender es a hablarnos en voz baja, plantear nuestras diferencias en voz normal, sin necesidad de maltratarnos. Ya demasiado nos maltratamos como país. Recuperemos la convivencia democrática”.
Anabel analiza la respuesta del primer mandatario: “El presidente piensa que lo estamos insultando cuando eso no sucedió: el reclamo era pacífico y en silencio, justamente para evitar que nos acusaran de ir contra la investidura presidencial… Nuestros gritos se dan al ser censurados y luego reprimidos, primero al querer arrancarnos la bandera y al instante, cuando al compañero que estaba filmando (Agustín Brun) le pegaron y le quisieron sacar el celular”. Plantea una suposición: “En el caso de que sí hubiéramos ido determinados a gritar ‘Basta de agrotóxicos’, ¿habría sido eso un maltrato?”. La doble vara: “Es claro que al presidente no le parece criminal que se utilicen plaguicidas altamente peligrosos”.
Tras los primeros golpes, los integrantes de Exaltación Salud decidieron retirarse del lugar: “Nos fuimos caminando más de 100 metros, seguidos por policías de civil. Todo parecía que se había calmado cuando de repente aparecieron más patrulleros con la orden de detenernos. Primero eran cinco, seis, y terminaron siendo más de quince efectivos. De la Bonaerense nos dicen que la detención fue por orden de Presidencia. Cuando le preguntamos el porqué, nos dijeron que después sabríamos los motivos. Todo fue totalmente ilegal, los policías sin identificarse y sin decirnos la causa de la detención”.
Le cambia la cara, se pone más seria aún. Recuerda: “Estamos en democracia, intentamos manifestarnos pacíficamente. Las horas detenidas en la subcomisaría de Los Cardales fueron horribles; todo rayaba lo absurdo, pero era real”.
La prensa censurada
“En el mundo real nos ocurren cosas que se parecen a la ficción. Y si la ficción resulta real, entonces quizá debamos reconsiderar nuestra definición de realidad…”. Paul Auster
Pese a que eran tres los manifestantes de Exaltación Salud, los detenidos fueron cuatro: Sebastián Vargas tiene 21 años recién cumplidos, estudia el profesorado de Educación Física y desde hace 8 es operador en FM Los Cardales, medio en el que también realiza coberturas periodísticas. El 11 de enero fue a acompañar a su mamá, la directora de la radio, para fotografiar y registrar los testimonios de los funcionarios. “Fue el único periodista que en vez de seguir viendo el acto, fue a ver a dónde nos llevaban. Fue el único testigo de las detenciones ilegales y se lo llevaron detenido”, describe Anabel.
Desde su casa en Los Cardales, Sebastián le cuenta su versión a MU: “Cuando empieza a hablar el presidente, en silencio abren la bandera. Entonces me acerco, iba a sacar un par de fotos y volver, hasta que de repente intentan quitarles la bandera. Escucho a un chico: ‘Ayuda, me están pegando’. Vuelvo al sector de prensa, le aviso a mi mamá y regreso. Los integrantes de Exaltación Salud se estaban yendo sin problemas, hasta que de un segundo a otro los detienen.
“Cuando empiezo a filmar, se acerca una persona por detrás, me agarra del hombro y me dice que me vaya. Le digo que estaba trabajando y me quita el celular. Me agarra del cuello y me asfixia con una llave. Luego me subieron al patrullero”.
Sebastián Vargas, 21 años, periodista que cubría el evento y las detenciones.
En los forcejeos me rompieron la remera y me dejaron moretones en los brazos y las piernas. Recién en la comisaría, después de cuatro horas, nos contestaron por qué estábamos ahí”.
¿Qué pensaste al leer la imputación?
El acta estaba llena de incoherencias: se menciona como si se hubiera puesto en peligro la seguridad del presidente, así como que yo le di un golpe en la cara al policía que me roba el celular. Repasando los videos, está registrado que se ponen violento conmigo a partir de que les digo que era un trabajador de prensa.
¿Qué te llamó más la atención de lo que pasaron?
Que los medios locales se llamaron completamente a silencio con lo que ocurrió; la noticia trascendió más afuera que adentro del pueblo.
El fiscal (des)Esperante
“Es extraño, pero es verdad; porque la verdad es siempre cosa extraña; más extraña que una ficción”. Lord Byron
El acta policial recayó en la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio descentralizada en Capilla del Señor, Exaltación de la Cruz, a cargo del fiscal Juan Manuel Esperante, de licencia esa tarde. La Fiscalía, en menos de cuatro horas, decidió, sin instrucción, la imputación de las cuatro personas, basándose únicamente en la versión de la Policía.
El abogado Fabián Maggi detalla: “Se percibe el armado de una causa, la incorporación de datos falsos en la instrucción policial; abuso de autoridad y lesiones. Los policías incorporaron testigos falsos que declararon utilizando las mismas palabras, que evidencian que quien habla es un funcionario policial, no el testigo. Esto no lo decimos solo nosotros sino el juez Grassi, que solicitó el inicio de una nueva causa para investigar a los funcionarios. Es un hecho de extrema gravedad, que no parece ser la decisión espontánea de un solo comisario, sino de órdenes superiores barajadas de entrada”.
¿Cómo analiza el desempeño de la Fiscalía?
La violencia institucional no fue solo de la Policía, sino que enmarca otras conductas, como la actuación del Ministerio Público Fiscal. Hace años denunciamos delitos graves por aplicar venenos en zonas habitadas. Y el fiscal Esperante no asumió ninguna conducta clara de tutela por parte del Estado sobre los vecinos afectados; demoró y cajoneó las causas durante años. En este caso, ante un llamado telefónico, en unas horas su fiscalía imputa a los manifestantes, en un obrar imprudente y negligente. No puede tomar la versión policial como única, sin analizar ni entrevistar a los imputados, e iniciarles una causa.
En mayo de 2021 presentaron una denuncia penal contra el fiscal Juan Manuel Esperante para que se investigue la posible comisión de delito de incumplimiento de deberes de funcionario público.
Sí, y por eso la Fiscalía se debía haber excusado de recibir la imputación policial. Esperante no investigó las fumigaciones en Exaltación de la Cruz por lo menos en siete causas, lo que forzó a las víctimas a tener que denunciarlo penal y administrativamente ante el Procurador General de la Provincia de Buenos Aires, Julio Conte Grand, denuncia sobre la cual aún no tenemos noticia. Nosotros no queremos papeles, sino medidas que cesen el delito y condenen a los responsables. Nunca investigó adecuadamente, ni imputó a ningún productor, ni llamó a indagatoria pese a las pruebas contundentes que había. No tomó medidas que deben realizarse en días, algunas incluso de inmediato, como allanamientos ni bien suceden las pulverizaciones. El accionar de Esperante no es exclusivo, casi el 100% de los fiscales de la provincia de Buenos Aires no hacen bien su tarea. La violencia institucional está instalada y el concepto abarca desde maltratos y malas respuestas en una fiscalía, hasta la inacción y el silencio.
HABLA EL FISCAL
“Los políticos deberían leer ciencia ficción, no westerns o historias de detectives”. Arthur Clarke
De no ser por el cartel pegado en la puerta, que informa que allí dentro funciona la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio Nº 6 descentralizada de Exaltación de la Cruz, correspondiente al Departamento Judicial de Zárate-Campana, sería difícil adivinar que esa fachada vieja, despintada, con los ladrillos a la vista sin revocar, es el frente de una fiscalía. Tres grafitis pintados con aerosol rojo, sobre la acera, sirven de indicio de lo que funciona detrás de esas paredes, en la calle Alem 447, de Capilla del Señor: “Esperante cómplice del agronegocio”, “Cumplí la cautelar”, “Basta de criminalizar a los que luchan”.
En un miércoles caluroso de febrero, Juan Manuel Esperante, 40 años, abogado, fiscal, acepta el encuentro con MU. No cerrará la puerta de su despacho y pedirá no grabar la conversación, pese a la insistencia de este cronista en pos de evitar cualquier controversia a futuro. No acepta. “Hoy en la Fiscalía somos solo cuatro personas trabajando y tenemos una competencia amplia, desde un homicidio hasta una estafa. Estoy de turno 320 días al año, en los que debo estar disponible para intervenir. Hago instrucción y juicio, tengo multiplicidad de tareas”, arranca.
Sin embargo, el fiscal Esperante no se encontraba a cargo de su fiscalía justo el día de la visita presidencial.
Sobre este contexto de trabajo de los fiscales, una fuente judicial del Departamento Zárate-Campana, que pide reserva de su nombre “para no sufrir consecuencias”, revela: “Los fiscales de este Departamento son veinte y en funciones hay solo nueve. En 2023 se jubilan dos y pueden quedar siete. Nadie tiene en cuenta esta realidad”. Y traza un paralelismo. “En la provincia de Buenos Aires, en 2007 había 45 mil policías; hoy hay más de 70 mil. En ese entonces, había cerca de 500 mil causas; hoy hay un millón. Sin embargo, somos la misma cantidad de fiscales o menos”. Sintetiza: “Imaginate cómo funciona un sistema si el primer eslabón está a punto de colapsar; hay muchos fiscales con licencia psiquiátrica”.
El 11 de enero pasado, la Policía Bonaerense de la subestación comunal de Los Cardales confeccionó un acta que fue avalada por la Fiscalía, con la imputación a los tres integrantes de Exaltación Salud y al periodista de FM Los Cardales. Esperante se exculpa: “Ese día no estuve de turno, fue uno de los pocos en el año en que estaba de licencia, así que yo no intervine, no los dejé presos”.
Sí la fiscalía de la que usted está a cargo.
La fiscal Andrea Palacios, que me subroga, toma la decisión. A Andrea le comunican el hecho y toma medidas estándar de rigor en un delito menor como este.
¿Por qué se los imputa sin ni siquiera haberles tomado declaración y solo basándose en la versión policial?
Mirá, yo acabo de archivar la causa el viernes 10 de febrero pasado, que no quiere decir que sea falso lo que dice la Policía, pero no encontré elementos para probar el cargo de resistencia a la autoridad.
¿Qué significa concretamente que archivó la causa?
Que ya está, no va a pasar más nada. Como sucede muchas veces en el Poder Judicial, no solo en Argentina, sino universalmente, se generan papeles que no llegan a nada. No sé si hubo resistencia a la autoridad, pero no puedo probarlo.
El juez Julio Grassi advirtió inconsistencias en lo determinado por la Policía y en su fiscalía, y pidió que se investigue una presunta comisión de delitos. ¿Qué opina?
Yo no encontré elementos para probar delitos de resistencia a la autoridad, y es de lo único que puedo hablar.
El periodista detenido declara que le pegaron, le sacaron el celular para que no siga grabando, que mintieron en el acta; los miembros de Exaltación Salud, a su vez, que estaban haciendo una manifestación pacífica y que fueron golpeados y censurados. ¿Qué cree del procedimiento de la Policía?
No veo irregularidades en el accionar policial, no me parece fuera de lo normal que los lleven a la comisaría si se está incurriendo en disturbios.
¿Cómo considera el accionar ante el periodista y la libertad de ejercer su trabajo?
Eso corresponde a la nueva causa que se abrió por pedido del juez Grassi, no puedo opinar.
¿Es legal que policías de civil, sin identificación, se lleven detenidas a personas sin informarles el motivo?
La UFI 1 investigará su desempeño; no me corresponde opinar.
Hoy en día, ¿su fiscalía lleva adelante investigaciones por el uso de agrotóxicos?
No, las causas que tenía ahora están en Zárate.
En 2021 fue denunciado por mal desempeño de funcionario público, por no investigar causas relacionadas a las pulverizaciones ilegales.
Jamás tuve un sumario ni una causa penal y es fácil tenerlos porque es imposible conformar a las dos partes. No soy un fiscal cuestionado. No me es indiferente que se fumigue en el pueblo, pero no depende de mí. No soy yo quien debe determinar si el agroquímico debe estar prohibido ni puedo opinar sobre eso.
En la denuncia ante la Procuración General se enumera la inacción en tres causas y se señala que existen otras más “relacionadas con daño ambiental y fumigaciones ilegales”. Esperante se defiende: “En una de esas causas, por ejemplo, argumento que no hay delito porque no se encontraba en vigencia la medida cautelar que hoy rige de 1.000 metros de distancia a viviendas y escuelas. Hasta ese momento la ordenanza vigente solo ordenaba 150 metros el límite para el uso de agrotóxicos”.
Esto no coincide con los tiempos, porque la denuncia es de octubre de 2019, y la cautelar de los mil metros ya regía desde septiembre.
Es difícil probar una pulverización, no por el operador judicial, sino porque debe estar la muestra.
Eso justamente denuncian desde Exaltación Salud, que hay pruebas que, por no haberlas buscado con celeridad, se perdieron.
Hay que ver cada causa, había medidas pendientes pero pidieron que se me apartara, desconozco el porqué.
Por mal desempeño de funcionario público.
No entiendo por qué el encono, no conozco a las partes.
Denuncian la falta de celeridad, no haber llamado a declarar a nadie en ninguna causa, no haber ordenado pruebas relevantes…
Eso le corresponde a la policía ecológica.
¿Pero usted como fiscal no tiene la facultad de ordenar las pruebas necesarias?
Sí, pero hay que ver cada causa; quizás alguna prueba no se tomó, pero no es que no haya habido celeridad, lleva tiempo.
Denuncian que tuvo causas en su poder hasta dos años y no llamó nunca a indagatoria ni ninguna estuvo cerca de llegar a juicio.
No tuve muchas causas.
Pero en las que tuvo, ¿por qué no hubo avances?
Hay que analizar muchas cosas de cada causa. En el tiempo que tuve las causas, en ninguna había elementos para llamar a indagatoria, sino lo hubiese hecho.
Otra de las causas por la que se lo denuncia refiere a la familia Garri, quienes denunciaron fumigaciones ilegales. Al matrimonio se le detectó glifosato en sangre y su hija menor sufre de alopecia universal (se sospecha su relación a la convivencia con agroquímicos en el ambiente). Sin embargo, tampoco llamó a nadie a declarar.
No había pruebas concretas que acreditaran que las enfermedades eran por agrotóxicos. Si hubiese habido alguien para llamar, lo habría hecho.
Se están por cumplir cuatro años de una recordada fumigación desde una avioneta, que se hizo viral a nivel nacional por haber sido sobre la escuela rural de Parada de Robles, que generó la prohibición de las pulverizaciones aéreas y la ampliación de las distancias en las terrestres. En ese caso, tampoco usted imputó a nadie. ¿Cómo lo explica?
Hay que ver cómo probar cada hecho. Quizá no existió.
¿Cómo ‘quizá no existió ’? El video fue público.
Si hubiese tenido a alguien, lo hubiese llamado.
En su desempeño, ¿se siente presionado por el agronegocio?
No.
Al cierre de esta edición ni el abogado ni las personas imputadas fueron notificados de haberse archivado la causa ni de ninguna noticia.
LO DEMENCIAL
“He llegado a la conclusión de que la realidad mata y la ficción salva”. Javier Cercas.
12 de enero. A quince minutos del Hospital Modular, un día después de su inauguración, se pulveriza ilegalmente y se viola la cautelar otorgada a un apicultor, quien ya había denunciado en noviembre pasado otra fumigación. No hay detenidos.
14 de enero. A 5 kilómetros del Hospital Modular, pulverizan de madrugada un campo cercano al country las Vizcachas. Se viola la zona de exclusión y la cautelar. No hay detenidos.
23 de enero. A media hora del Hospital Modular, vecinas y vecinos frenan un “mosquito” que estaba pulverizando a 800 metros de la escuela de La Lata, en Capilla del Señor. No hay detenidos.
Breve contexto de estas postales: en 2019, un relevamiento vecinal en los barrios San José y Esperanza del municipio detectó 50 casos de cáncer en 30 manzanas. ¿Qué ocurrió tras esa encuesta? Responde Anabel Pomar: “La intendencia no hizo nada y el Concejo Deliberante votó en contra de permitir en esos territorios la realización de un campamento epidemiológico socioambiental, con profesionales de la salud. La propia comunidad hizo estudios: medimos agua y suelo y encontramos agrotóxicos en agua y en suelo; seguimos contando enfermos y enterándonos de gente que muere de cáncer, o de una epidemia de diabetes o que sufre problemas de tiroides, respiratorios, de asma (ver MU 165: La mancha venenosa). Son vox populi en el pueblo las cadenas de oración y la juntada de plata, mediante rifas y polladas, para pagar tratamientos de cáncer de familiares”.
Anabel analiza el panorama hacia adelante: “Hoy las proyecciones de lo que piensan cultivar van de la mano con este modelo; lo mismo la aprobación del trigo transgénico, el HB4. Y lo más reciente: la designación de Antonio Aracre, ‘ex’ –ponelo entre comillas– CEO de Syngenta, como jefe de Asesores de Alberto Fernández. Los gobiernos reciben constantes presiones de las corporaciones, y ahora la corporación está en el gobierno. Que además no es cualquier corporación, sino la mayor de agrotóxicos y transgénicos en el mundo y una de las principales responsables del envenenamiento en Argentina. Que Aracre esté ahí es solo una mala noticia: quien es causante de los problemas no puede ser parte de la solución”.
Anabel Pomar, 49 años, mamá de dos hijos –de 18 y 15 años–, desde 2017 conforma Exaltación Salud. En septiembre de 2021 falleció su compañero. De cáncer. “Con lo que pasó el 11 de enero, con lo que nos pasa todos los días, buscan rompernos el espíritu, las ganas, pero no es lo que lograron ni van a lograr. El otro día pensaba, ¿me querés arrancar una bandera? ¿Me querés imputar? ¿Creés que me importa? A mí me arrancaron a mi marido, ¿se entiende? Pero no necesito que me haya pasado para denunciarlo, porque investigo temas ambientales desde hace mucho tiempo. Puedo contar lo que pasa porque lo conozco, lo estudio y lo vivo, y no es una opción callarme. Los relatos de las enfermedades y muertes son similares y esto habla de la magnitud del crimen ambiental. Mi historia no es original, las historias se repiten: les cambiás las personas, y es lo mismo”.
La censura por intentar mostrar un mensaje no debe correr del foco central al mensaje en sí: “Paren de fumigar, basta de cáncer”.
“Los cuentos de hadas superan la realidad no porque nos digan que los dragones existen, sino porque nos dicen que pueden ser vencidos”. Gilbert Chesterton
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Nota
Rosario y el asesinato de “Pillín” Bracamonte: las hipótesis, la pelea entre bandas y un corte de luz antes de las balas
En el atentado número 30 contra su vida, Andrés “Pillín” Bracamonte –líder de la barra brava de Rosario Central desde hace al menos 25 años– fue asesinado a balazos este sábado junto a su segundo, Daniel “Rana” Atardo. Ocurrió en el marco de un partido de Central contra San Lorenzo. Hubo una posible zona liberada, luces cortadas en la zona, y un crimen que se veía venir pese a la aparente calma de la violencia en Rosario en los últimos meses. Publicamos aquí las crónicas del medio cooperativo rosarino El Ciudadano, que dan cuenta del hecho, las primeras hipótesis, un perfil de Bracamonte y el contexto. Todo puede seguirse además en El Ciudadano (elciudadanoweb.com). Y agregamos una reflexión del periodista y diputado Carlos del Frade quien anticipa que estos asesinatos tendrán igual o mayores efectos que todo lo que ocurrió tras el crimen del “Pájaro” Cantero.
La muerte de Pillín: las hipótesis detrás del crimen que agita la pelea entre bandas y un sugestivo corte de luz antes de las balas
Quizás por haber sido víctima de 29 ataques a balazos, estaba regalado en una calle donde tampoco le llamo la atención que la luz estuviera cortada antes de que lo asesinaran. Por El Ciudadano (elciudadanoweb.com).
Con 29 ataques a balazos en el lomo, Andrés Bracamonte, único barrabrava capaz de sostenerse 25 años en el paravalancha canalla sabía que lo querían matar. Desde antes del último ataque, en agosto pasado, tenía esa certeza. Pero igual estaba regalado en la esquina de Avellaneda y Reconquista, con la luz cortada, sin sospechar lo que vendría. Algunos aseguran que contaba dinero de la recaudación.
El asesinato de Samuel Medina, el Gordo Samu, yerno del Guille Cantero abrió una serie de hipótesis que hoy desembocan en la muerte de Pillín. Una daba cuenta de una pelea entre Los Monos y Bracamonte que sus allegados desmienten. El Gordo Samu era allegado a Pillín, viajaban juntos y su muerte está orientada hacia una banda de un barrio periférico manejada desde Buenos Aires que la fiscalía tenía entre manos, según allegados a la investigación. Uno de los integrantes de esa banda fue golpeado personalmente por Pillín, algo que en la jerga se considera una especie de humillación. Pillín lo sabía, pero llama la atención que estuviera tan regalado en la esquina de Reconquista y Avellaneda. También llama la atención que un rato antes del ataque a balazos cortaran la luz de la calle en el marco de un partido de Central. Lo mataron a oscuras; a él y a su sucesor. Una versión da cuenta de que la pelea con el grupo del barrio periférico fue para evitar comercialización de sustancias en la cancha: Pillín no quería la Federal encima de ellos.
La escena del crimen, en las afueras del estadio de Rosario Central.
La banda señalada, que ya fue allanada, está vinculada directamente con una banda contraria a Los Monos. Si esta hipótesis se confirma habrá dos sectores en disputa, por un lado las dos grandes bandas que operan en Rosario y por otro lado la sucesión del paravalancha.
El perfil de un duro: a Pillín lo habían intentado matar 29 veces en los 25 años que estuvo al frente de la barra de Central
Andrés Bracamonte estuvo al frente de la barra canaya desde fines de siglo pasado, cuando era uno de los 7 jefes de fracciones internas y se quedó con todo. Desde entonces hubo plomos contra él: lo hirieron, lo rozaron, pero logró reponerse una y otra vez. Esta vez no pudo. Por El Ciudadano (elciudadanoweb.com).
—¿Es verdad que a Pillín lo balearon 29 veces?
—Sí, de locos, pero sí. Espero que podamos festejar las 30 con él sentado a mi lado.
Así confirmaba el número de gambetas a la muerte que llevaba Andrés Bracamonte un amigo que había ido a acompañar al hospital donde lo revisaban por heridas menores y roces de bala. Era el sábado 10 de agosto y Rosario Central acababa de vencer 1 a 0 en el Gigante de Arroyito a su archirrival Newell’s Old Boys. Y en medio de un torrente de personas a pie que caminaban por los bordes del parque Alem iba Pillin en su auto, despacio, junto a su pareja, y en avenida de los Trabajadores y José María Drago rociaron a ambos a balazos.
No habían ido a ver el partido, Pillín tenía restricción para entrar.
Según contaron testigos, un motociclista se acercó al auto y disparó ocho veces. Escapó. El entorno del jefe de la barra reaccionó rápido, pero no logró dar con el tirador. A Pillín una bala le entró en la espalda; también salió. No afectó ningún órgano, dijeron después en el hospital. A su pareja las balas le dieron en la zona costal derecha y en el codo derecho. También la atendieron sin que su vida estuviera en riesgo.
Pillín un cuarto de siglo al frente de la barra de Central. Había llegado a la cima antes del año 2000: era 1999 cuando quedó como jefe indiscutible de todas las fracciones. Y en los 25 años que se mantuvo fue acusado, condenado, detenido, liberado y baleado 29 veces.
De esos ataques, hay pocos registros en las crónicas policiales. Pero en el entorno del mandamás los tienen contados.
En julio de 2002, Pillín atacado por un desconocido que logró impactarle tres balas en el cuerpo. Fue en la puerta de un gimnasio ubicado en Ovidio Lagos al 1000. Pillín estaba en la puerta y vio a un desconocido cruzar la calle. Ese hombre extrajo un arma y le efectuó cuatro disparos, tras lo cual escapó a la carrera hacia la esquina donde al parecer lo aguardaba un auto.
Pillín recibió tres impactos de bala, dos en cada brazo y un tercero en la pierna derecha; el tirador falló el cuarto, que tenía como destino la otra pierna. Un balazo le provocó una fractura y el que recibió en el otro brazo le cortó una vena, lo que le produjo una importante pérdida de sangre.
En 2006 fue baleado por desconocidos en la puerta de su casa donde vivía entonces, en la zona norte. Recibió cuatro balazos: uno en el abdomen con orificio de salida, uno en cada pierna y otro en un tobillo. Rápidamente recibió el alta.
En febrero de este año, desconocidos balearon el frente de Los Álamos Club de Campo, el country de Ybarlucea donde vivía actualmente. Dejaron una nota amenazante contra el líder de la pesada.
Mediático
Pillín no pudo entrar a la cancha desde 2018. Antes del partido que Central disputó ante Talleres por la Copa Argentina, Bracamonte fue detenido mientras repartía entradas de protocolo, destinadas a dirigentes, en las inmediaciones del estadio de Lanús, donde se disputó el partido. Sólo quedó unas horas demorado. Pero la Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte (Aprevide) dispuso su prohibición de ingreso a los estadios.
En junio de 2010 fue uno de los diez barrabravas argentinos que no pudieron ingresar a Sudáfrica y fue deportado a la Argentina. Bracamonte, quien tenía tres causas judiciales en trámite, había sido autorizado por la Justicia local a salir del país.
Tres años antes el programa Crónicas Extremas del canal América filmó desde adentro a Los Guerreros, la barra canalla, con Pillín como estrella principal. Eso incluyó una visita a La Carpita, que el capo de la pesada también administra.
Causas judiciales
En diciembre pasado, Pillín pasó una semana preso, pero recuperó la libertad antes de la Navidad. Fue por una causa que involucra a un dirigente de la Uocra local por asociación ilícita, pero finalmente logró que sólo pesara sobre él una causa por extorsión.
Esa causa contra el gremio de albañiles reflotó un caso por lavado de activos que pesaba sobre Bracamonte, a raíz de la incautación de un cheque por el pase de un futbolista en su vivienda de Ybarlucea. Tras la imputación cuatro años atrás la causa quedó congelada, pero en diciembre la Justicia local decidió pasarla al fuero federal. Ante la apelación, la Cámara definió, finalmente, que la causa debía seguir bajo la órbita provincial.
Parecía intocable desde cualquier arista. Pero la suerte, si de tal cosa se trataba, esta vez le falló.
Daniel “Rana” Atardo, segundo de Pillín. Ambos asesinados ayer en Rosario.
Vienen días bravos
Este es el texto que escribió y distribuyó el periodista y diputado provincial santafesino Carlos del Frade, que este domingo a las 21 organizará un vivo en su Instagram @defradecarlos sobre las causas y consecuencias del asesinato de Pillín.
Por Carlos Del Frade
El asesinato del Pillín corta en dos la historia del presente criminal en Rosario.
Tendrá la misma o una mayor profundidad de lo que sucedió después del asesinato del Pájaro Cantero.
Era el único jefe de una barrabrava de primera división que permaneció por treinta años liderando esos negocios que surgen desde la cancha chica del fútbol y se expanden en la cancha grande de la realidad.
Más allá de las primeras informaciones, es claro que los últimos tres atentados contra él y su gente en los partidos de Central como local exhibían una voluntad manifiesta de matarlo.
Vienen días bravos en la ex ciudad obrera.
Portada
Hasta siempre, Mirta
Lo dijo con una sonrisa, amorosa, y con la mirada encendida, directo a los ojos: “El miedo es para los cobardes”. Fue un jueves de puro sol, cuando le preguntamos si tenía miedo en este contexto, antes de comenzar una nueva ronda que justo ella, con otras trece madres, fundó el 30 de abril de 1977, cuando buscaban con desesperación a sus hijos e hijas.
Mirta Acuña de Baravalle buscaba, además, a un nieto o nieta: su hija Ana María, a quien secuestraron el 26 de agosto de 1976 junto a su compañero Julio César Galizzi, estaba embarazada. Mirta murió este viernes sin saber qué pasó con ellos.
Su despedida será de 16 a 19 en el hall del Municipio de San Martín, el partido donde ella vivía, donde jugaba al scrabble sin cansarse, y donde seguía todos los jueves las rondas de Madres Línea Fundadora por las transmisiones de medios comunitarios, mandando saludos en vivo y recordatorios que una hermana leía sobre otras personas desaparecidas.
Tenía 99 años, la mirada encendida y la sonrisa amorosa, para indicarle a nuevas generaciones que la lucha sigue.
Gracias, Mirta.
Presente, ¡ahora y siempre!
Mirta en las marchas masivas del 24 de Marzo, marchando por la memoria, la verdad y la justicia junto a sus compañeras de Madres Líneas Fundadora. Foto Lina Etchesuri para lavaca
24 de Marzo de 2017. Mirta acompañada por Victoria Moyano, nieta recuperada. Foto Lina Etchesuri para lavaca
Esta foto fue tomada el 29 de febrero de este año y fue el último jueves de ronda donde estuvieron las tres Madres Líneas Fundadora juntas: Nora Cortiñas (fallecida el 30 de mayo), Mirta Baravalle (en el centro) y Elia Espen. Consultada sobre si tenía miedo en un contexto de discursos de odio y negacionistas, Mirta respondió a Lavaca con una sonrisa: “El miedo es para los cobardes”. Foto Lina Etchesuri para lavaca
Nota
S.O.S. Garrahan: el desfinanciamiento del hospital modelo
Un guardapolvo blanco, pintado de letras rojas en el dorso: “Salud en lucha”. Una pancarta naranja, con letras negras, que grita: “El Garrahan es insalubre”. Lo que adorna a las instalaciones del centro pediátrico de referencia en salud pública, gratuito, de altísima calidad y de máxima complejidad donde se atiende a infancias de todo el país, refleja el contexto de lucha: seis paros en diez semanas. Una movilización el martes pasado a Plaza de Mayo. Otros paros por venir. Y un festival que se está organizando para el 8 de noviembre. Seis mil laburantes que dijeron basta, que ya no se puede, que así no se sigue. Los reclamos son tan centrales como diversos: salario, condiciones laborales y presupuesto. Todos, repercuten en un problema tan primordial como poco tenido en cuenta: la salud mental de sus trabajadoras y trabajadores.
Por Francisco Pandolfi
Lo que pasa puertas adentro de esta entidad emplazada al sur de la Ciudad de Buenos Aires llevó a que en 2019 se creara la Comisión de Condiciones de Trabajo Insalubres y Agotamiento Prematuro del Hospital Garrahan.
Ivone Malla tiene 55 años y es, desde hace 12, médica hepatóloga del hospital e integra la comisión desde su nacimiento. Le cuenta a lavaca por qué surgió la necesidad imperiosa de organizarse y de ponerle ese nombre: “En 2019 empezamos a notar la situación compleja en la que estábamos. El grado de sufrimiento que padecíamos por estar expuestos durante tanto tiempo, todos los días, muchas horas por día, bajo una presión insoportable un tercio de nuestra vida. Armamos un grupo de whatsapp, primero entre cinco, seis personas, y en menos de una semana éramos 200. Hicimos reuniones y armamos la comisión con integrantes de distintas áreas del hospital. Y decidimos armar un informe que es contundente por los datos que denuncia. El documento de 40 páginas tiene cifras como estas: “En el Garrahan muere casi un paciente por día. La mayor parte es menor de un año y un cuarto menor a un mes”.
La salud de quienes cuidan la salud
Ivone actualiza algunos datos del informe presentado en marzo de 2020:
–El 26 por ciento de las licencias que se piden en el hospital se deben a trastornos de depresión y problemas de salud mental.
–Hicimos una encuesta y uno de cada 2 trabajadores del hospital toma psicofármacos.
–Otro dato alarmante tiene que ver con la tasa de suicidios. El hospital duplica a la tasa del país, que es de uno cada 12 mil personas por año. En el Garrahan somos 6 mil laburantes y tenemos un trabajador por año que se suicidó. De hecho, cuando empezó este reclamo se mató un compañero. Obviamente este no es un número oficial, porque pedimos el registro a las autoridades y no brindan la información, pero nosotros sabemos bien lo que pasá acá.
Frente a este escenario, desde la Comisión proponen medidas concretas: “Demostramos con datos fehacientes que el trabajo que realizamos afecta nuestra salud física y mental y amerita la aplicación de un régimen especial que contemple las condiciones de trabajo insalubres y/o agotamiento prematuro a los que estamos expuestos, y limite la exposición con reducción horaria sin afectar nuestros salarios (de ocho a seis horas el área médica y de siete a seis la enfermería), licencias por estrés (de cinco a quince días anuales) y reducción de nuestros requisitos jubilatorios (25 años de servicio, mínimo 50 años de edad y 82% móvil).
Ivone sentencia: “Se habla mucho del modelo Garrahan, que la manera de sostenerlo es que pasemos más horas en el hospital y debe suceder todo lo contrario. Un motivo por el que se están yendo muchos profesionales es por los bajos salarios, porque aunque siempre cobramos poco el ajuste de los últimos meses es feroz, pero otro factor es por ese mismo modelo Garrahan que te obliga a quemarte, a dejar la salud, porque te exprime a tal punto de ser expulsivo. No podemos continuar un sistema que no cuida la salud de quienes cuidamos la salud pediátrica de mayor complejidad del país”.
La situación de insalubridad de las y los trabajadores del Garrahan es gravísima.
El sueldo más bajo de la historia
Norma Lezana es la Secretaria General de la Asociación de Profesionales y Técnicos. Tiene 62 años y hace 36 que trabaja en el hospital, cuando ingresó meses después de la inauguración del Garrahan, el 25 de agosto de 1987. “Estudié en la universidad pública y recuerdo cómo mi sueño era trabajar en ese lugar que se estaba construyendo. Yo armé mi vida en paralelo a este hospital de tanto prestigio, que sigue solucionando las enfermedades más graves y raras de los niños y niñas de Argentina, que no son números. Cada historia es un pacientito, un nombre, una familia. Cada caso requiere una reunión, un equipo interdisciplinario detrás, esa siempre fue la intención acá, así nos formamos y así creció el Garrahan”, dice Norma, ya con los ojos vidriosos.
Esa labor en equipo, hoy la replican para otro tipo de lucha: “Ahora nos toca defender la importante misión que tiene esta institución, en un momento en el que quienes trabajamos estamos cobrando el sueldo más bajo de la historia. En menos de un año, la inflación fue de 236% y nuestro salario apenas subió el 100. Este cambio fue de golpe, entonces no hubo manera de acomodarnos, porque no podés de un día para el otro dejar de pagar internet, de mandar a tu hijo al colegio, ya no pagar los impuestos. Es angustiante lo que estamos viviendo. Una compañera el otro día me dijo que empezó a pagar el alquiler con el crédito que te da Mercado Pago, que te cobra mucho interés y en poco tiempo ya no va a tener sueldo. Otra me dijo que no tenía de dónde sacar para el campamento escolar de su hijo. Yo gastaba 5 mil pesos de luz y me vinieron 100 mil. Es muy estresante, esto antes no pasaba”.
Desde las distintas organizaciones que forman la vida política del hospital dan números concretos: los operarios y técnicos no llegan a 500 mil pesos. De enfermería a 750 mil. 900 mil del área médica con aproximadamente 15 años de experiencia. Ivone expresa: “Necesitamos una recomposición salarial del 100% y un sueldo inicial igual a la canasta familiar, que hoy está en 1.500.000 mil pesos”. Completa Norma: “Los sueldos más bajos están bajo la línea de la pobreza y los de la mayoría, salvo los de los médicos más antiguos y los cargos de conducción, tampoco llegan a cubrir la canasta básica. Frente a esto, nuestro sueldo subió un 1 y un 2% en las últimas paritarias, que es lo que firmó UPCN con el gobierno nacional. Por eso denunciamos al sindicato, a la CGT y a la CTA, porque firmaron esto calladitos, como si no se dieran cuenta la situación que vivimos”.
Norma es licenciada en nutrición y pone el foco en lo que compra (o no) la gente y en lo que mira (o no) el Gobierno nacional: “Veo changuitos vacíos, poca fruta, verdura y lácteos. El salario no es algo que nos puedan recortar, porque no es un gasto. Pero este gobierno es insensible, cruel, lleno de mercenarios. Pueden hablar de déficit cero, de que Caputo es el mejor ministro, pero la realidad es que varios enfermeros después de trabajar diez horas, cuando salen a las 7 de la mañana de acá se van a otro trabajo y no a descansar. Puede ser libertario o no libertario, pero si esta es la realidad sólo queda claro que es un gobierno pésimo”.
Mientras tanto, la perspectiva del Ejecutivo: “El Ministro de Salud Mario Lugones acaba de presentar un plan estratégico de recorte del 20% en la salud. Es criminal esta decisión. Y sólo se explica con el lobby que está haciendo la gestión privada. Los funcionarios son sus gerentes y nos están llevando a un retroceso tremendo”.
Hay salarios iniciales que no llegan a los 500 mil pesos.
El éxodo de trabajadores
Josmar Flores Arnéz es licenciado en bioimágenes, tiene 36 años y hace 15 que trabaja en el servicio de neurointervencionismo del hospital. “Desde hace varias semanas luchamos por una recomposición salarial y por mejores condiciones de trabajo. Este año convivimos con un presupuesto congelado que duró los primeros seis meses. El Ministerio de Salud mandó una ampliación de ese presupuesto, pero es insuficiente. Por eso exigimos la apertura de paritarias y un porcentaje acorde que por lo menos nos empate con la inflación. Las categorías más bajas no pueden cubrir ni lo básico, como vestirse, comer, educarse”.
Josmar es delegado de la junta interna de ATE y comparte un dato que refleja la situación extrema: “No nos quisieron decir el número concreto, pero desde la propia Dirección confesaron que en los últimos 9 meses renunció la misma cantidad de profesionales que en los últimos 9 años. Si bien esta situación no empezó con este gobierno, sí la profundizó muchísimo y potenció el éxodo de profesionales. Esa pérdida no se recupera”.
Guido Gromadzyn es neurocirujano y parte de Trabajadores Autoconvocados del Garrahan. Tiene 40 años y desde 2009 recorre estos pasillos. Su cumpleaños de 15 no está siendo el más feliz: “Nunca estuve tan preocupado, porque la salud pública está peor que nunca. El hospital hasta ahora, había sido un oasis al realizarse las técnicas más avanzadas y nunca nos faltó nada. Si bien muchas veces tuvimos conflictos de sueldo, es muy preocupante sentir cómo el hospital de a poco se va debilitando y desmantelando desde el recurso humano, y desgranando todo el trabajo interdisciplinario tan característico del Garrahan. Siempre tuvimos los mejores profesionales y ahora están renunciando porque no llegan a fin de mes, profesionales que tienen alquilar y les es imposible, hipermegaespecialistas que ya no les conviene hacer las jornadas extendidas de 8 horas cobrando un sueldo miserable y entonces se van a trabajar a otro lugar o directamente fuera del país”.
Guido mira el futuro: “Es lo que más me preocupa. Somos un hospital escuela y va a llevar años y décadas formar este tipo de profesionales. Esto va a repercutir directamente en la salud de los chicos y si sigue así va a empeorar, porque muchos compañeros nos dicen: ‘Yo estoy hace 15 años, siempre me puse la camiseta, pero más allá de marzo no aguanto’. Es desesperante saber que en poco tiempo el gobierno está rompiendo todo y que nos va a llevar muchísimo reconstruirlo”.
Sobre el financiamiento freezado, Norma Lezana pone números: “Al presupuesto que teníamos de 60 mil millones del año pasado, que estuvo congelado todo el año y que en junio se acabó, llegó un refuerzo de 90 mil millones de pesos, o sea, un tercio más. Pero eso no tiene nada que ver con la realidad. Solo por poner un caso: el medicamento gammaglobulina aumentó 10 veces, y lo mismo sucede con el resto de los remedios, insumos y obras. Por eso en salud no se puede ajustar, pero el ministro Lugones es el hombre manos de tijera, solo piensa en recorte, recorte y recorte”.
Hay motosierra, licuadora y también organización como defensa de la salud pública.
El ministro que nunca pisó el hospital
El Juan Pedro Garrahan lleva ese nombre por un reconocido pediatra. En cuanto a su sostenimiento, depende un 80% del Ejecutivo nacional y un 20% del gobierno porteño. Cuando a principios de octubre asumió el ministro Lugones, una de sus primeras decisiones fue echar a todos los integrantes del Consejo de Administración, al otorgar un bono por única vez de $500 mil pesos a las y los trabajadores. Contextualiza Ivone: “El bono no fue una dádiva, sino el producto de varios meses de reclamo y además se obtuvo con recursos genuinos que producimos con nuestro trabajo, ya que ese dinero salió de una caja donde va la plata que se recauda de las obras sociales de los pacientes. Esa caja sigue existiendo, pero el mensaje de la patronal fue que ya no se repartirá entre las y los trabajadores”.
Josmar agrega: “Cuando Lugones se reunió hace 15 días con el nuevo Consejo de Administración (presidido por Soraya Anis El Kik) dijo públicamente que el presupuesto del hospital garantizaba su total funcionamiento, pero nosotros sabemos que no es así”. Da un ejemplo: “En una de las terapias especializadas en pacientes inmunosuprimidos donde sí o sí debe haber una determinada ventilación, en estos últimos días de calor los aires acondicionados no funcionaron. Y no funcionan desde hace varios meses porque dicen que no hay plata para arreglarlos. Da otro: “No solamente se nota en las habitaciones de los pacientes, también en los entrepisos técnicos donde está toda la maquinaria, hay mucha precariedad en el ambiente, con paredes, techos y pisos rotos”. Otro más: “En los vestuarios del personal hay humedad, hay ratas, hay baños clausurados”. Y explica el por qué de las palabras del ministro Lugones: “Nunca pisó el hospital”.
A 37 años de su inauguración, sus trabajadores denuncian cómo lo están desmantelando.
La resistencia
Por año, el Garrahan atiende 660 mil consultas. Realiza 12 mil cirugías. Trata el 40% del cáncer infantil del país. Hace más de 100 trasplantes pediátricos de órganos, lo que representa al 50% de toda la Argentina.
Eso, y muchísimo más, es lo que está en juego.
Tras la marcha blanca del martes pasado, donde confluyeron con las clases públicas universitarias, ayer se consensuó en la asamblea del Garrahan continuar el plan de lucha. Se votaron dos paros: el jueves 31 de octubre, con permanencia y distintas actividades. Y el viernes 8 de noviembre, con un abrazo cultural y social en defensa del hospital, y con el cierre de un festival musical.
Guido Gromadzyn: “Hace meses que reclamamos y, aunque esto nos está llevando un montón de desgaste mental y emocional, vamos a seguir organizándonos para que esto le llegue a toda la comunidad y así evitar que esto se desbande aún más. Vamos a seguir, porque aunque este gobierno parezca que nunca escucha, siempre sirve hacer ruido”.
Cierra Norma Lezana: “Hay mucho en riesgo y no sé si la población es consciente de lo que se puede llegar a perder si no hay un cambio de rumbo en un gobierno que no dialoga, que no entiende lo evidente. Acá estamos preparados para resistir, porque si no resistimos nosotros, no lo va a hacer nadie. Estamos fortalecidas y convencidos de que vale la pena defender todo lo que significa nuestro hospital Garrahan”.
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