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Misiones: el conflicto sigue encendiéndose

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A cinco días del acampe policial, cada vez son mas los trabajadores y trabajadoras (autoconvocados o no) que adhieren a los reclamos laborales. Este miércoles fue tomado el ministerio de Salud. Antes, los docentes habían cortado un puente en una ruta nacional sin intervención de protocolo alguno. El acampe en la Avenida Uruguay de Posadas ya tiene miles de policías interviniendo, y ocupa 7 cuadras. Las contradicciones y absurdos del gobierno, blindado con medios afines, las ofertas rechazadas, mientras algunos gremios negocian aumentos menores a los reclamados. Las responsabilidades nacionales, el rol sindical frente a sus bases, el clima social y el devenir de un conflicto alimentado a base de ajuste e indiferencia oficial hacia la gente. (Desde Misiones, por Sergio Rondán)

“Acá nadie se mueve hasta obtener un 100%”, dice un uniformado tras la reunión de la mesa salarial y la oferta aparentemente sustanciosa de 62% de aumento, que fue rechazada. “No nos sirve, el policía de escalafón más bajo seguiría por debajo de una canasta básica alimentaria”, explica otro de los efectivos. El ministerio de Salud fue ocupado además este miércoles al mediodía, con el mismo reclamo del 100% como síntoma de la crisis que vive al provincia entre sus trabajadores estatales.

El frío de los últimos días ha quedado atrás pero solo por un tiempo, un alivio para los miles de policías que continúan el acampe en el Comando Radioeléctrico UR-I de Misiones. Eso que empezó tan solo con la Avenida Uruguay cortada entre la calle Félix Aguirre y Félix Bogado, hoy se extiende desde la Avenida Trincheras hasta Avenida Cabred: siete cuadras de la Avenida Uruguay están cortadas, repletas de carpas, anafes, parrillas, ollas populares, patrulleros, gazebos, pilas enormes de madera lista para encender el fuego para el mate o para cocinar. Ya resulta difícil encontrar a Ramón Amarilla o German Villalba, los referentes: la marea de gente y periodistas de Buenos Aires los tienen ocupados.

El parque del conocimiento

Quizás vista desde afuera la cifra del 62% parezca importante, pero hay que entender que el costo de vida en Misiones es de los más caros del país. Solo con hablar con cualquier misionero uno se da cuenta que el promedio de las boletas de luz rondan los 50 mil pesos. En muchos hogares, incluso, llegan a 100 mil. Si se le suma el agua, Internet, garrafa y colectivos, muy probablemente una familia misionera gaste tres cuartas partes de sus ingresos en pagar servicios. 

“Mirá si serán caraduras los del gobierno, que hace unos meses anunciaron con bombos y platillos la posibilidad de pagar la luz en 3 cuotas. ¡Estamos todos locos!”, comenta Valeria, maestra preceptora en referencia a un planteo de la administración de Renovación, encabezada por el gobernador Hugo Passalacqua.

Con los docentes la situación es aún peor que con la policía: la mesa salarial del lunes, a la cual invitaron a unos pocos gremios, se realizó muy lejos de la ciudad, en el Parque del Conocimiento, un predio enorme similar a Tecnópolis, con naves grandes para hacer eventos, un teatro, centro de convenciones, cine IMAX, un observatorio y varias instalaciones más. Un detalle de color: muchos contratos de quienes trabajan allí se realizan a través del oficialista Multimedios SAPEM. Por supuesto que la locación de la reunión se conoció minutos antes de la misma, para que la docencia ya no pudiera movilizarse allí para hacer presión. ¿Qué sucedió en la reunión? Participaron cuatro gremios docentes: UDA, SADOP, SIDEPP y UDPM. Estos dos últimos fueron los que pusieron la firma al acuerdo de 34% y llevaron el básico a 100 mil pesos, para que una maestra de grado sin antigüedad gane 400 mil pesos, menos de la mitad de una canasta básica. UDPM es el gremio con más afiliados y el que históricamente firmó lo que la Renovación (el partido de gobierno) le ponía delante: esta vez no fue la excepción. El absurdo: su secretario, “Grillo” Caballero, llamó a sumarse al paro nacional docente del jueves, que tiene en su pliego de reclamos, justamente, un salario acorde a la inflación.

Misiones: el conflicto sigue encendiéndose

Avenida Uruguay, en pleno centro de Posadas. Hay reposeras pero no hay reposo, sino cinco días de un acampe junto al Comando Radioeléctrico, que ya ocupa siete cuadras.

La gente y los aparatos

En salud la situación es similar a educación. Este martes los gremios de ATE y UPCN firmaron un acuerdo a espaldas de sus bases, que lo rechazaron tajantemente. “Por más que los diarios amigos se encarguen de titular que el conflicto en salud se terminó, eso no es cierto. No sólo no terminó sino que además nos sumamos al acampe”, nos cuenta una enfermera, apostada junto con sus colegas en Junín y Tucumán, sede de la cartera de salud, en un corte de calles en el centro neurálgico de Posadas. No es para menos: por más que Canal 12 se canse de promocionar en sus matutinos que los acuerdos superan a la inflación, la realidad es otra. Hasta ahora todos los salarios acordados están por debajo de la canasta básica alimentaria, aunque el ministro de Seguridad Marcelo Pérez haga malabares discursivos para decir que “ahora hay otra medición que es la Canasta Básica per cápita, que según el INDEC está en 268 mil pesos, y cualquier salario de la administración pública hoy supera esa Canasta Básica y el salario mínimo”. Por más discursos que se difundan, la realidad es la que los desmiente, y la que alimenta la rebelión de la gente. 

Hay algo evidente cuando se comienza a caminar por la avenida Uruguay y sus calles aledañas: no hay aparatos sindicales. Son las bases trabajadoras las que se movilizan. Las banderas que se ven dan cuenta de eso: banderas de Argentina, pancartas de escuelas, carteles con proclamas. Por más que desde algunos medios quieran pegar el reclamo al kirchnerismo, peronismo, el trotskismo, a los piqueteros, al Polo Obrero, o a cualquier aparato denostado mediáticamente (con justa causa o no) la realidad es otra: la maestra de a pie, la enfermera, el empleado judicial, todos se están moviendo.

Justamente por esa razón muchos docentes deben hacer un tremendo esfuerzo personal para sostener el reclamo: cuesta movilizarse a Posadas, y dinero es lo que falta. Por eso abrieron un fondo de lucha para poder costear gastos. Precisamente los docentes autoconvocados por fuera de todo aparato son quienes están apostando a una estrategia que se simbolizó este martes, cuando cortaron por varias horas el puente de Garupá. Pese a los trolls oficialistas, ahí no había “colectivos rentados” ni ninguno de los estereotipos con los que se busca atacar a trabajadores y trabajadoras que se movilizan.

La plancha

Mientras tanto, el gobierno hace una especie de plancha política. Firma acuerdos con los sindicatos amigos, ignora a quienes reclaman aumentos y utiliza su aparato mediático para intentar imponer una realidad que no existe más que en los estudios de Canal 12. Es común ver a funcionarios, reconocidos trolls y amigos del poder replicar los anuncios que hace el Ejecutivo. El planteo general es conocido: no hay plata. Sin embargo, si uno analiza las cifras del Ministerio de Hacienda se da cuenta que la plata está, pero que no se sabe a dónde se gira. Resulta evidente que los medios relacionados con el gobierno reciben su tajada. Rodrigo Aranda, vicepresidente de Multimedios SAPEM, se encarga de producir contenidos irrelevantes. ¿Quién los paga? La crisis provincial es una respuesta.

¿Quién es responsable?

“Yo los apoyo, y todos los vecinos de la zona. La situación de miseria es insostenible. Pero los comerciantes de la avenida no sé cuánto más van a aguantar. Ya están perdiendo muchas ventas. No sé de quién es la culpa, pero alguien tiene que resolver esto”, explica un vecino de la zona acampe del Comando Radioeléctrico.  

Para el misionero la culpa está repartida: hay quienes dicen que es un problema provincial, otros apuntan al gobierno nacional exclusivamente, pero la realidad está en el medio: la provincia tiene manejos oscuros con los fondos y no rinde cuentas a nadie de la plata que envía Nación; y Nación desde la llegada de Javier Milei no solo recortó muchos fondos sino que además generó una espiral inflacionaria y una caída de la actividad comercial, industrial y económica en general. La situación cada vez es más compleja porque ninguna autoridad del gobierno da respuestas a quienes reclaman. Mientras tanto, las calles son un hervidero.

Los docentes autoconvocados, luego de cortar el puente, resolvieron marchar hacia el acampe y decidieron hacer su propio acampe en Trincheras y Uruguay. En medio del silencio o las operaciones mediáticas, los recolectores de basura y los municipales autoconvocados también planean sumarse a lo que ya es un momento histórico en una provincia que está diciendo basta.

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La libertad en juego: entre apelaciones y vidas encarceladas

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Las defensas de 16 personas que siguen detenidas tras la cacería policial el miércoles de la Ley Gases apelaron la denegación de excarcelación. También apeló el fiscal Carlos Stornelli, pero para volver a meter presas a las 17 liberadas. Ahora la jueza María Servini tiene 10 días hábiles para resolver si las procesa o no, y si lo hiciera, bajo qué cargos; eso también determinará si seguirán el proceso en libertad.

En tanto, hoy por primera vez las familias pudieron ver a las y los detenidos, luego de cinco días de desesperación. Este martes a las 11 habrá una conferencia de prensa en el Serpaj donde se acordará el lugar donde se realizará una manifestación para exigir la libertad, que se realizará el mismo martes a las 17 horas. Breve síntesis de algunas de las historias de vida que hay detrás de estas detenciones arbitrarias.

1. Maripaz

María de La Paz Cerrutti fue este miércoles a una consulta psicológica en la cual recibió el alta, luego de tres meses de licencia psiquiátrica en su trabajo en el Ministerio de Economía, donde trabaja desde hace quince años. Ella es contadora, además de profesora de Historia, fotógrafa, música y muchas otras cosas más, porque siempre se interesó por saber más y de todo. Estaba reponiéndose, entonces, de los ataques de pánico y angustia que sufrió desde la muerte de su madre, y decidió ir a comunicarle la buena noticia a su delegado de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), que estaba a pocas cuadras, participando de la movilización en el Congreso. Quería ponerlo al día, preocupada por la situación precaria que viven en estos días quienes trabajan en el Estado. Estuvo un rato en la plaza, pero decidió retirarse para preservarse. Todavía estaba frágil.

La libertad en juego: entre apelaciones y vidas encarceladas
La historia de Maripaz es paradigmática y su liberación, urgente: se encuentra bajo tratamiento.

Fue caminando hasta su casa, cerca de Constitución, pero nunca llegó. En Moreno y Bernardo de Irigoyen reprochó a los gritos la actitud de un grupo de policías que estaba amedrentando a manifestantes. Gritó también su nombre y DNI. En la filmación que registra lo que sucedió después, se escucha la orden policial: “Presa, presa”. Un enjambre de policías cae sobre ella, la sujeta del cuello, la tira al piso, se le sienta encima de la espalda, la sofoca. “No es algo que pueda soportar fácilmente una persona que sufre ataques de pánico”, sintetiza ahora Gabriel Becker, su abogado. Tampoco alguien que haya sufrido en su familia cinco secuestros y cuatro desapariciones.

Maripaz fue esposada y encerrada en un camión celular, en el cual la pasearon durante toda la noche. Recién a la mañana la dejaron en la Comisaría Nº 15, en el piso, sin agua ni comida, también esposada. Así hasta el viernes, cuando finalmente fue trasladada hasta los tribunales de Comodoro Py para ser indagada por una empleada del juzgado federal Nº 1, a cargo de la jueza María Servini. A ella María le contó su historia y le pidió su libertad, que le fue denegada. Su abogado no apeló esa decisión: confía en que las evidencias liberarán a María.

El momento en el que la policía de la ciudad detiene arbitrariamente a maripaz.

Hasta el mediodía del sábado sus hermanas no supieron a dónde habían trasladado a María. Luego de varios llamados desesperados la ubicaron: cárcel de mujeres de Ezeiza. Hasta allí fueron, pero sin saber qué trámites requiere la autorización de visitas -presentar partidas de nacimiento que acrediten el vínculo, por ejemplo. Lograron, sí, saber que el Comité contra la Tortura había recorrido los penales para comprobar la situación de las y los detenidos en la cacería policial del miércoles y, entre ellas, ver a María. “Estaba delicada, se trata de una persona vulnerable que necesita supervisión médica y psicológica, y todavía no había recibido ninguna de esas asistencias”, señala el abogado.

Maripaz es nieta de la madre de Plaza de Mayo Sara Derotier de Cobacho, que fue secuestrada por la última dictadura cívico militar el 23 de marzo de 1976 en Santa Fe y trasladada por distintos centros clandestinos hasta que legalizan su detención en Villa Devoto y, finalmente, la liberan. Un año después, secuestran y desaparecen a su hijo menor Enrique, el 31 de julio de 1977, cuando estaba viajando con su cuñado de Buenos Aires hacia Rosario. Se supo que tomaron el tren, pero patotas los bajaron y nunca llegaron a destino. Enrique en ese momento trabajaba en el ferrocarril General Belgrano y estudiaba Derecho. 

Tiempo después, Oscar Manuel, el hijo mayor de Sara, es secuestrado el 30 de noviembre de 1978 en Ramos Mejía. Lo detiene una patota en la estación de trenes y lo llevan al centro clandestino de detención “Olimpo”. Esa misma noche secuestran a su mujer, Elena Gómez, y a sus dos hijos, uno de dos años y otro, de meses. Todos fueron llevados al “Olimpo”. Debido a que el padre de Elena era un militar de la Aeronáutica, consiguió que devuelvan a los niños a su familia. Sara dedicó desde entonces su vida a los derechos humanos. Fue senadora por la provincia de Buenos Aires y durante el período 2007-2012 fue titular de la Secretaría de Derechos Humanos en la provincia de Buenos Aires. Murió ese mismo 2012 a los 81 años de edad.

Nahuel, el hermano de Maripaz, transmite todo lo que significa para su familia esta memoria y este presente: “Estamos destruidos, en shock y tratando de reponernos para ver cómo seguir, porque si bien toda la familia está siendo víctima, una vez más, de esta violencia de Estado, a ella le toca la peor parte. Hace poco perdimos a nuestra mamá, y eso impactó en María; su salud es delicada y esta situación representa un riesgo para ella. Nos enteramos por la radio que había sido detenida y, también por los medios, que le había sido negada la libertad. Lo vivimos como una pesadilla y lo que necesitamos es que se termina cuanto antes: por ella y por cada uno de nosotros”.

2. Camila

La libertad en juego: entre apelaciones y vidas encarceladas

La carta que escribió Néstor, la pareja de Camila Juárez Oliva, detenida en el penal de Ezeiza tras la represión frente al Congreso:

“Estoy haciendo el bolso con la muda de ropa para llevarte a la cárcel de Ezeiza. Acá, en este limbo en que nos dejaron los acontecimientos, donde sólo nos llegan sensaciones y ecos de la realidad, estamos desarraigados, tirados en la tierra, entumecidos por el dolor, alienados de angustia. Acá te estoy haciendo el bolsito, pensando qué te gustaría que lleve.
Salió en los medios, tu secuestro se volvió un gran tema nacional, y salen notas en los principales canales de noticias y portales periodísticos, me parece que puede ser bueno, porque así se visibiliza tu situación, pero al mismo tiempo percibo el estruendoso silencio que se va a producir cuando se termine la novedad, y me da miedo que te expongan los ilusos e interesados, que te ataquen los inmorales y los violentos.
Espero que entiendas por qué te mando el pantalón con felpudito, ya sé que no te gusta, pero quizás hace frío.
Comentábamos, entre las idas y venidas de todos los días, cómo estaba cambiando nuestro país, mientras llevábamos y traíamos a los chicos de la escuela, a inglés, fútbol, tela, o scout, mientras trabajábamos, o después de cenar, cómo el odio se vuelve con tanta facilidad ubicuo y contagioso, negro y pringoso como una mancha de petróleo en el mar.
Me embarga el terror de no verte, de que no te vean los chicos, les sonrío con una mueca falseada, les aseguro que venís en un rato. En el jardín de casa fructifican el limonero y el palto, se escuchan caer sobre el techo del quincho, imagino cómo te gustaría ir corriendo a juntar las paltas. Las dejé en el piso, para que cuando te suelten y se haga justicia las levantes todas juntas, recuperes aunque sea un cachito de todo lo que te están robando.
Lo que no va a tener arreglo es el dolor, eso va a quedar incrustado adentro, sin reparación posible, un hueco imposible de llenar, espacio muerto.
Esos nombres, rumores lejanos de sucesos altisonantes de tapa de diario: Stornelli, Servini de Cubría, Justicia Federal, cosas que leemos en los diarios, tan lejanas de nosotros, de pronto se nos insartan entre las costillas como un puñal helado e intento sacarlo con todas mis fuerza.
Primero tengo que elegir qué campera te llevo, no sé si preferís algo liviano o algo muy abrigado, me decido por llevarte las dos. Mientras pienso cómo escapar de la pausa en la que se encuentran nuestras vidas, recuerdo que te fuiste a una marcha con los chicos de la Unsam, por una ley que se iba a tratar en el Congreso, una ley que probablemente nos termine volviendo más dependientes, menos soberanos, y más vulnerables.
Y después todo fue miedo y terror, vigilia y encierro, sed, oscuridad, mentiras despiadadas, policías cínicos, tortura psicópata, un comisario sonriente y tranquilizador diciéndonos que no nos preocupáramos, que “estaban en un picnic”, lo decían porque las tenían esposadas comiendo en el piso lo que nos dejaban pasarles y les daban a cuentagotas.
Me acabás de llamar y nos quebramos, tengo que ir a comprar ropa clara porque no te dejan vestirte con ropa oscura.Te toca a vos ser partícipe involuntaria del show esperpéntico de la política nacional, nos toca a nosotros el dolor y la injusticia, dicen que no gratuitamente, sino porque evidentemente somos terroristas sediciosos, violentos y extremistas. Te codicia un fiscal: presa fácil para exhibirte como muestra del horror, te imputan, te requisan, te trasladan, te incomunincan… te torturan. Te exhiben, te exponen, te hacen mierda gratuitamente. Y la desesperanza también es un virus, que nos copa el alma, nos empuja al abismo y nos hiela la sangre.
Ya tengo listo todo lo que te voy a llevar, te mando el libro de Bourdieu que nunca terminás de leer, lástima que no puedo guardarte nuestras voces en un frasquito, para que te arrullen cuando te sientas sola y no te puedas dormir. Y también me gustaría llevarte a vos y a los otros y otras que están con vos, el remedio que encontré acá afuera contra ese odio que nos quieren inocular y contra el virus de la desesperanza, que son las voces… de los demás. Voces solidarias que desde un primer momento estuvieron reclamando en la calle, difundiendo la locura, protegiendo la vida humana y ¡la democracia!, abrazándonos sin conocernos, mirándonos a los ojos con compasión, regalándonos su apoyo y su fuerza”.

3. Ramona

4. Lucía

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5. Sacha

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6. Juan

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Sembrar terror: 17 personas liberadas, 16 encarceladas y nada de precisión

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La cacería desatada por las fuerzas de seguridad durante las protestas por el tratamiento de la Ley Bases dejó un saldo de 35 personas detenidas y más de 200 heridas. Todas las personas detenidas fueron indagadas a lo largo de la jornada de ayer por la jueza María Servini, que luego corrió vistas al fiscal Carlos Stornelli, encargado de acusarlas de graves delitos penales, que comienzan a desmoronarse. Solo dos fueron imputadas porque quisieron robar los cables del móvil de Cadena 3: fueron acusadas por robo en grado de tentativa y excarceladas. Otras 11 fueron derivadas a los penales de Marcos Paz y de Ezeiza.  “La decisión del traslado fue unilateral del servicio penitenciario por ‘reordenamiento interno’, nos informaron –dice la abogada María del Carmen Verdú-. No fue una decisión del juzgado. De hecho, el juzgado se enteró porque se lo dijimos las defensas”. A la noche, 17 fueron liberadas y otras 16 continuaban presas, a la espera de la apelación.

Ramona Tolaba vive en Ciudadela, tiene 54 años y, según informa su monotributo, se gana la vida limpiando edificios y casas. David Sica tiene 33 años y sufre una vida en situación de calle. Roberto María de la Cruz Gómez tiene 44 años y en el momento de su detención –miércoles, 18.11 PM-  le dijo a la cámara de lavaca “soy bien peronista y vengo a defender la patria”.

Camila Juárez Oliva tiene dos hijos y está cursando el último año de la carrera de Sociología en la Universidad de San Martín, donde también cursa Nicolás Mayorga, estudiante de Ciencias Políticas seleccionado para integrar el equipo de investigación del Observatorio Sudamericano de Defensa y Fuerzas Armadas; es además padre de un hijo y empleado administrativo del canal televisivo Telefé. La tercera estudiante de la UNSAM detenida es Saya Jazmin Lyardet. Otra estudiante: Lucia Belén Puglia, cursa la carrera de Letras en la Universidad de Hurlingham. Otro: Gabriel Horacio Famulari, estudia Kinesiología en el Universidad Arturo Jauretche.

Hay docentes también: Juan Ignacio Spinetto, profesor de sexto y quinto año en la EMEM y  delegado del gremio Ademy; y María de la Paz Cerrutti, profesora de Historia, a quien en un video se la escucha decir su nombre completo y DNI mientras se acerca al cordón policial. En ese instante irrumpe la orden marcial de un jefe policial: “Presa”. Un enjambre de policías cae sobre ella.

Estas son algunas de las 16 personas a las que la jueza María Servini les denegó la excarcelación, en tanto a otras 17 les otorgó la libertad. María del Carmen Verdú, abogada de Correpi, lo resume así: “No se entiende por qué seguirán detenidas: dicen que es ‘por la gravedad de los hechos cometidos’ pero en ningún momento los describen”. La imputación que se les describió en la indagatoria, según Verdú: “fue completamente vaga y genérica, súper amplia, en la cual en ningún momento se dice ‘tal persona, a tal hora y en tal lugar, hizo tal cosa’. Hablan de un tacho quemado, una vidriera rota, piedras arrojadas, pero no precisan nada. Y toda indagatoria, bajo pena de nulidad, tiene que describir el hecho con precisión”.

Sembrar terror: 17 personas liberadas, 16 encarceladas y nada de precisión

 “Mi opinión es que hicieron algo salomónico para descomprimir”, interpreta el abogado Daniel Vázquez. En su caso aplica literalmente: a una de sus defendidas –Sofía Ottogalli– la liberaron y a otra –Patricia Arredondo– le  denegaron la excarcelación. “Ahora tenemos 24 horas de corrido para apelar.” El plazo vence hoy a las 20. Luego, la jueza Servini tendrá diez días para determinar si los procesa o no.

Sembrar terror: 17 personas liberadas, 16 encarceladas y nada de precisión

En Tribunales, en tanto, la explicación era la siguiente: liberaron a quienes no tenían nada y dejaron encarcelados a quienes los partes policiales les adjudicaban algo. Llegó así a la prensa una planilla donde supuestamente se resume lo señalado en esos partes.

“Fotógrafo”

“Salta valla”

“Tira piedra”

“Patea policía”

“Ayuda foto”

 “Bici”.

Sembrar terror: 17 personas liberadas, 16 encarceladas y nada de precisión

El más delicado es el término que acompaña a uno de los detenidos: “Granada”. Al buscar precisiones se informa “es una granada de gases”.

¿Idéntica a la que usó la policía?

No hay respuesta, todavía.

Claudia Leaños, la abogada de Sasha Iyardet –una de las tres estudiantes de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM)– informa: “La detuvieron yéndose de la movilización, de manera pacífica, alrededor de las 18.30. Fue una emboscada, estaban tirando balazos de goma en Avenida de Mayo y 9 de Julio. A ella y otras chicas las suben en un camión celular y las tuvieron dando vueltas toda la noche. No las bajaron en la comisaría. Recién a la mañana del jueves las llevan a la Comisaría 15 y las ponen en un pasillo, con las esposas. Así estuvieron todo el tiempo. El debido proceso implica que una persona tiene que tener condiciones dignas de detención, un lugar donde sentarse, poder tomar agua”.

Sembrar terror: 17 personas liberadas, 16 encarceladas y nada de precisión

Matías Aufieri es abogado del Ceprodh (Centro de Profesionales por los Derechos Humanos) y representa a Martín Di Roco, Mateo La Torre y Germán Moyano: los tres fueron liberados. Dice a lavaca: “Los agarraron a todos al voleo cuando desconcentraban por Bernardo de Irigoyen y Moreno. Ahí la policía pasó barriendo. De repente se vieron rodeados de motos y los agarraron, junto con otra gente. Di Roco es trabajador de Madigraf, La Torre estudiante de Derecho de la UBA, Moyano es carpintero”, detalla.

Sembrar terror: 17 personas liberadas, 16 encarceladas y nada de precisión

Durante toda la jornada las familias de los detenidos esperaron en la puerta de los tribunales de Comodoro Py tener noticias concretas. Una de ellas es Yésica. Tiene 40 años y un hijo con Matías Ramírez, 40 años, vendedor de choripán. “Vivimos en San Fernando, él vende en la calle siempre que hay manifestación”, dice. Yésica no sabe ni el nombre del defensor oficial que lo está representando, sólo que lo trasladaron al penal de Ezeiza: “Llamé a la Defensoría, pero tampoco me supieron decir por qué lo llevaron ahí”. Solo supo que lo tuvieron cuatro horas de pie y esposado en la calle y otras cuatro horas en el camión celular. Nunca la dejaron hacerle llegar agua ni frazadas.

Matías no fue el único vendedor ambulante detenido: también lo fue toda la familia Ocampo: Ramón, 64 años; Belén 28 años y Mia, de 18. Ayer fueron los primeros liberados.

A todos el fiscal Stornelli los había acusado de terroristas.

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Ley Gases: masiva movilización y brutal represión

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La llamada Ley Bases fue aprobada en general, tras un empate que fue destrabado por el voto de la vicepresidenta Victoria Villarruel. Quedaba pendiente sin embargo la votación en particular, que podía desinflar ese triunfo conseguido con negociaciones del oficialismo que superaron las peores prácticas de la casta.

En la calle ocurrió otra cosa, que bien puede considerarse la Ley de Gases. La culminación nocturna fueron los masivos cacerolazos en todos los barrios porteños contra la ley. Antes, la represión había sido una constante desde después del mediodía, cuando se retiró la gran mayoría de los sindicatos que coparon la plaza durante la mañana: al cierre de esta edición Correpi confirmó a lavaca al menos 31 detenciones. Cómo fue el día, qué pasó. El testimonio y las fotos de quienes fueron atacados. La vendedora ambulante agredida por los gases, y por la factura de luz. La bandera de Aerolíneas Argentinas fabricada en 2001 y que volvió a la plaza hoy. Los que se quedaron todo el día, las imágenes y las miradas sobre lo que viene de ahora en más.

Fotos de Lina Etchesuri y Juan Valeiro.

A eso de las 4 de la tarde, muchas de las columnas de los sindicatos se van. Quedan algunas, algunos partidos y la nunca bien ponderada “gente suelta”. Vecinas y vecinos, asambleas, jubiladas y jubilados. Y manifestantes que arrojan algunos piedrazos, los menos, actitud que toman las fuerzas federales para avanzar de manera violenta sobre toda la masa de gente que protesta.

Ley Gases: masiva movilización y brutal represión

Fotos: Lina Etchesuri para lavaca

De manera sincrónica, la Policía Federal, Prefectura y Gendarmería avanzan desde Callao por Hipólito Irigoyen, y también por Avenida de Mayo, a pura bala de goma y gases lacrimógenos. Avanza, una, dos, tres cuadras, en dirección a la 9 de Julio; avanzan lanzando cada vez más balazos de goma, y lanzando cada vez más gases. Avanzan hasta pararse sobre Rodríguez Peña, en la punta de la Plaza de los Dos Congresos y así la desconcentran totalmente.

Ley Gases: masiva movilización y brutal represión

Fotos: Lina Etchesuri para lavaca

La dejan vacía.

Pero ahí no termina la represión. Porque mientras la gente se aleja por Avenida de Mayo, obligada por los balazos que les tiran, hay gases que infiltrados hacen caer en medio de la multitud huyendo. Grupos infiltrados fueron también autores de quema de auto, incluido un móvil de una radio cordobesa, como forma de justificar la represión policial.

Todo es desesperación. Ojos irritados. Gargantas que se cierran. La gente corre ahogada por los gases. 

Ley Gases: masiva movilización y brutal represión

Fotos: Juan Valeiro para lavaca

Por la ley de gases. Un jubilado, 85 años, aplaude irónicamente a centímetros de la cara de los policías: “Cobardes, cagones, basuras”. Otra jubilada dice que es una vergüenza que esos mismos oficiales repriman a su pueblo: “Somos personas que podemos ser sus padres, sus abuelos. Y están ahí parados, reprimiéndonos”.

Gabriel, con los ojos ardidos, dice que “esto, así, se parece a una dictadura; no pueden bombardear a la gente que está protestando”. Lleva puesta una gorra con una estampa: “Abajo la Ley Bases”. Y se  pregunta, indignado: ¿Uno no se puede quejar? ¿No falta el hambre?”.

Ley Gases: masiva movilización y brutal represión

Fotos: Juan Valeiro para lavaca

Una vendedora ambulante se rasca, también, los ojos. A su lado, los bultos todos tapados de lo que era mercadería para vender y ahora para llevar de vuelta a su casa. “Vine a trabajar. Y cuando vimos que se armó quisimos salir y no pudimos, nos pusimos al lado del banquito, con las cosas. Yo no soy manifestante, pensé que no me iban a tirar. Pero un policía nos pateó un gas”, relata. Los manifestantes la ayudaron: “Me dieron un poco de agua, limón me dieron”. Recién se está recuperando, mientras la policía sigue avanzando sobre Avenida de Mayo.

Ya calmada, cuenta que siempre trabajan en las movilizaciones, vendiendo bebidas. “Como había gente vinimos, no sabíamos que iba a pasar esto. Ahora tenemos que esperar al flete, pero está todo cortado. Me voy a sentar acá y tomar un poco más de agua”, dice tomándose el horror con tranquilidad.

¿De lo que pasa dentro del Congreso? “Ni idea, no vine a la manifestación, vine a trabajar. Sé que afecta todo pero… si yo no trabajo, ¿cómo pago el alquiler de donde vivo? ¿La luz, que me vino 74 mil pesos? No puedo quedarme en casa sentada”.

¿Tiene más gastos que antes? “Sí, agua, luz, Internet, el alquiler… gracias a dios tengo 3 años de contrato y eso se mantiene, pero las expensas subieron. Y bueno, me arriesgué hoy pensando que iba a estar más tranquilo… y ahora tengo que pagar el flete, ¡me cobra 15 mil pesos!”. Para que venga el flete, falta. 

Mientras, del otro lado, dos jóvenes de menos de treinta pasan al lado de la Gendarmería y los alientan: les levantan los brazos, como diciendo “bien”, “vamos”. Y apuran el trote para salir de escena rumbo al Congreso.

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Fotos: Juan Valeiro para lavaca

La historia en loop

Pos represión, la Policía Federal corta la calle Bartolomé Mitre y la Prefectura Nacional Argentina, Callao. De este otro lado de la Plaza no se puede estar a más de una cuadra del Congreso. Decenas de personas – ya no cientos- se concentran en esa esquina para expresar su rechazo a la Ley: le gritan a los efectivos, cantan canciones, expresan su rabia y la impotencia frente al violento operativo. Hay jubilados con barbijo, estudiantes, trabajadores; y está Federico, desplegando una bandera amarillenta de Argentina con un lema que es y no es actual: “No vendan Aerolíneas”.

Ley Gases: masiva movilización y brutal represión

Fotos: Lina Etchesuri para lavaca

“Soy cuarta generación de familia trabajadora de Aerolíneas”, explica y cuenta que la bandera fue hecha por su madre durante el 2001, época en que la empresa pasó a manos del Grupo Marsans. “Mi vieja encabezó las manifestaciones”, relata él, que recoge el guante y la tela. “Mi abuelo me contaba que siempre me pasaba lo mismo: la gente se desesperaba porque estaba en riesgo Aerolíneas. Es un loop, cíclico. Y dependiendo de los gobiernos que pasan, para unos es una cuestión de soberanía, para otros una caja chica, pero siempre soportamos abates fuertes que nos meten”.

Si bien la última versión de la Ley Bases descarta una nueva privatización de la empresa (estatizada nuevamente en 2008), Federico alerta que la norma de igual forma atenta contra una empresa estatal de estas características: “Ahora se nos viene más complicada por la cuestion de cielos abiertos. La privatización es una pequeña batalla entre muchas. El desguace no es solo por las privatizaciones. Si bien era lo más fácil achicarla y cerrarla, lo que se viene con cielos abiertos es la batalla más grande. Hay ejemplos como Peré, donde desaparecieron las líneas peruanas. Aerolíneas sigue en riesgo porque la política de cielos abiertos es lo más amenazante”.

Ley Gases: masiva movilización y brutal represión

Fotos: Juan Valeiro para lavaca

Pedro Ávalos está en silla de ruedas. Es abogado y responsable del área de discapacidad de la Confederación de Jubilados. Dice que el 30% de las personas mayores de 65 años tiene alguna forma de discapacidad. Y como la discapacidad es un costo, la política de Milei es el recorte. En la práctica, se están cuestionando las pensiones no contributivas para las personas con discapacidad, lo que se paga a las personas que asisten a quienes tienen alguna discapacidad, se cuestiona todo lo que avanzamos a partir de la sanción de la Convención Internacional de los Derechos de las Personas con Discapacidad. No son privilegios, son derechos ganados. Y esta Ley Bases es un nuevo recorte hacia nosotros. En el artículo segundo, todos los fondos fiduciarios se destinan a renta generales, entre ellas la de vivienda. El 5% de la vivienda social corresponde a personas con discapacidad. Con su aprobación, se termina cualquier posibilidad de acceder a la vivienda digna”.

A su lado está Nilda, que tiene unos aros amarillos, rojos, verdes y negros. Tiene 74 años, nació en Salta y es de la comunidad quechua. Flamea una whipala, mientras dice que “estas leyes atentan contra tratados internacionales que resguardan los derechos de los pueblos originarios”. Y explica el perjuicio de esta ley para los pueblos originarios: “Esta ley corta de lleno la soberanía, la autodeterminación que tenemos como pueblos naciones”. Y denuncia la inconstitucionalidad del alcance que puede tener el Régimen de Incentivo para Grandes Fortunas (RIGI): “Antes de que el gobierno intente hacer cualquier reforma a nuestros territorios, debe existir una consulta libre, previa e informada. Esta ley sólo quiere beneficiar a los grandes financistas del planeta, a quienes no les importa la vida”.

Quienes saben de valores son los trabajadores de la Unión Solidaria de Trabajadores (UST), una cooperativa de trabajo que recuperó sus puestos de trabajo en el CEAMSE y defiende los valores autogestivos hace 21 años, convirtiendo el basural en un centro agroecológico, polideportivo, gimnasio y biblioteca. Mario Barrios, su presidente, avanza con sus compañeros por Avenida de Mayo: “Para nosotros se juega el futuro. No estén potencian el RIGI, que autoriza y dejan que vengan por 30 años a explotar nuestros recursos sin comprar un alfiler”. Para Barrios tampoco es casualidad la fecha: “El 12 de junio del ‘56 fusilaron a Juan José Valle (general peronista que lideró una sublevación contra la dictadura de Pedro Eugenio Aramburu), y hoy eligieron esta misma fecha para aprobar esta ley. Pero vamos a seguir peleando por los derechos de los trabajadores, todos los días, porque cuando bajás la guardia te sacan todo lo que lograste”.

Liliana Patiño tiene 78 años, es jubilada y vive en Morón, conurbano bonaerense. Dice que vino a interpelar a los senadores, para que tengan “honor” y “dignidad”, dos conceptos que la Policía sepultó a gases, balazos y detenciones. “Saben lo que están haciendo, lo que están regalando, y no tienen vergüenza. Les pido que, al menos, justifiquen los sueldos que se dan a sí mismos. Saben que están regalando el país”. Liliana está enojada, como mucha gente en esta plaza: “No nos vamos a olvidar quiénes son. Si no les importa arrastrar por el barro sus apellidos, que al menos piensen en sus hijos que lo van a heredar. Están escupiendo a la patria, pero a ellos los va a escupir la historia”.

El nuevo hit

La noche ya cayó. Los últimos senadores hablan, mientras afuera la concentración se mantiene, dispersa. La Plaza de los Dos Congresos sigue vacía, pero no completamente: sentadas en uno de sus bancos están Marta y Alicia, tapándose con una bandera sus pies y compartiendo un mate en un termo rojo. A “Ali” se la escucha decir “¡sinvergüenza!” a un policía que pasa. Está enojadísima. Dice: “Estábamos hablando de los policías… A mí me dan pena las chicas policías, muy jovencitas; en este último tiempo, ¿qué otro trabajo pueden tener además que éste?”. Marta arriesga: “Un trabajo honesto, algo útil para la comunidad: paramédico, podóloga…”.

Las amigas discuten, putean, se ríen. Alicia se define como “la pesimista” y Marta como “la optimista”. O la realista y la terca, se dicen. Tienen pinta de que no es su primera movilización… Alicia: “Me sorprendió el operativo. Al mediodía éramos tantos que pensé que no iban a reprimir. Pero después se empezó a ver el avance y la provocación”.

¿Qué pasó que éramos tantos, y ahora están solas? “Los gases, la goma… La gente se escondió. Nosotras zafamos”.

Desde adentro del Congreso, ¿qué sabemos? “Siguen como si nada, les chupa un huevo”. ¿El partido ya está jugado? “La presencia en la calle siempre contribuye”, expresa Alicia. Marta: “No vamos a dejar la calle. Nos van a hacer mierda pero…”. Alicia: “Esto no termina hoy”.

Cómo definen al gobierno: “Es una aceleración del proceso que terminó en el 2001. Yo estoy realmente deprimida”. Marta: “No, yo no”. Alicia: “Están terminando con nuestra dignidad. Hoy venía en el subte, veía la indiferencia que hay… Yo soy de hablar en el subte, pero esta vez no hablé. Me pareció al pedo, el que está mirando el celular y boludeando, no sabe qué día es hoy…”. ¿Qué ibas a decir? “Que todas las personas que están en el vagón vivieron el Bicentenario, cuando se cumplieron 200 años desde que empezamos a no ser una colonia. Y lo vivimos todos, todos. Los que votaron a Milei, los que votaron al PRO, a Cristina, lo vivieron como un hecho trascendental. Y este -por la Ley Bases- es un hecho trascendental, también. Van a modificar la Constitución Nacional. Esto no es una ley más, que la mitad de la gente no tiene ni puta idea de qué se trata. Es una reforma que a cualquier otro gobierno le va a costar un huevo poder volver a reformarla. Me da bronca la indiferencia y también que quienes están a cargo se venden por dos monedas”.

Marta: “Lousteau que hoy parece un héroe, ya sabemos quién es”. Alicia: “Pero por lo menos dijo no”.

Dos personas que pasan por la Plaza escuchan y se prenden a la charla. “Pero dio quórum”, subraya una. “Y votó en contra del cuarto intermedio”, suma la otra. Marta concluye: “Ah, el sorete de siempre”. Alicia: “Típico de radical”.

Otra mujer se acerca, sola; se ve, tiene ganas de hablar. “Parece que hubo una guerra acá”, dice señalando el desastre. “Qué hijos de puta”, dicen las amigas, y las tres se quedan charlando mientras empiezan a sonar cacerolas de distintas partes de la ciudad.

Fotos: Lina Etchesuri para lavaca

Cerca del Congreso reina una tensa calma. 

Algunos policías aprovechan para entrar por una puertita al Cine Gaumont para hacer sus necesidades.

Otras personas se agrupan en las esquinas.

Ley Gases: masiva movilización y brutal represión

Una jubilada plantó un parlante y ensaya un karaoke en la puerta del Congreso. Canta con pasión y también con alegría. Contagia, con el tema “Resistiré”:

Resistiré

Erguido frente a todo

Me volveré de hierro para endurecer la piel

Y aunque los vientos de la vida soplen fuerte

Soy como el junco que se dobla

Pero siempre sigue en pie

La señora termina y la hinchada se exalta y se emociona. “Argentina-Argentina”, completa con aplausos.

La señora se dobla en señal de reconocimiento. Se vuelve a erguir, y dice: “Acá estamos para decir que estamos presentes. Para decir que nada ni nadie va a decidir por nosotros. Porque nosotros somos el pueblo, carajo”.

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